Perdón por el retraso, pero estaba haciendo unas cosillas.
El consulado de España en Chihuahua se encuentra en una colonia (barrio o urbanización diríamos en España) de nivel económico alto. Casas que sin ser de las más lujosas de la ciudad, sí que están todas bien construidas (cada una de una forma, personalizadas al gusto de los dueños) y habitadas por gente de pelas.
Llama la atención que entre tanta casita con su jardín bien cuidado, árboles podados, setos bien cortados, mercedes, bmws, hummers, mustangs... te encuentras una casa más antigua y de tamaño considerable (vamos, una finca de principios del s. XX) totalmente descuidada y abandonada. La maleza ha crecido en su patio por todas partes, los árboles ya están secos hace tiempo y todo el terreno está cerrado por una valla de considerable altura.
El motivo de que esta casa siga abandonada desde hace tanto tiempo, sin que nadie la haya vuelto a reconstruir y habitar, es porque está encantada. Un macabro suceso ocurrió hace más de 60 años que ha quedado impregnado en sus paredes y estancias, y aún perdura como el eco de una gran estampido.
La finca fue construida y habitada por sus primeros y únicos dueños: una familia adinerada chihuahuense; es de suponer que eran ganaderos pues en esa época no había otra forma de ganar dinero en el mayor estado de México (aparte del narcotráfico, que por entonces era contrabando y no tan rentable como ahora). Vivía el matrimonio, la hija de unos 10 años o menos y una niñera que se encargaba del cuidado de la niña cuando los padres se ausentaban en sus viajes de negocios.
Fue precisamente en uno de estos viajes de negocios (durante la 2ª Guerra Mundial, no sé la fecha exacta) que sucedió la tragedia. Los padres se marcharon a Ciudad Juárez durante unos días, dejando a la niña con su criada-niñera como siempre. Durante la noche, cuando estaban hospedados en el hotel, recibieron una llamada directa a su habitación (el recepcionista del hotel no se la pasó). Era su hija, diciendo que tenía mucho miedo porque la criada se había vuelto loca, y amenazaba matarla (no recuerdo si con unas tijeras o un cuchillo). La niña gritaba realmente aterrada y a su madre no le cupo duda de que era su hija, no se trataba de una broma. Se cortó la comunicación y de inmediato avisaron a la policía de Chihuahua.
Cuando se acercó la patrulla, se encontraron una dantesca escena: la niña había sido brutalmente asesinada en su habitación y la criada (al parecer estaba totalmente enajenada) se había ahorcado en el patio interior (no sé si de una viga o de un árbol que había dentro). Los informes forenses revelaron que la muerte de ambas no fue reciente a la llegada de los policías en la noche, sino que ocurrió horas antes, es decir durante la tarde o mediodía, mucho antes de que se produjera la llamada que puso en alerta a los padres :S
La casa quedó abandonada, se cerró a cal y canto y tiempo más tarde (imagino que años o décadas, pues los chihuahuenses son muy dados a recordar y mitificar estas noticias tan macabras) se vendió a un nuevo señor. Como es lógico, mandó hacer unas modificaciones y restauraciones para dejarla habitable, pero las obras encontraron muchos impedimentos: para empezar ningún albañil que conociera la leyenda (es decir, todos los de Chihuahua y alrededores xD ) aceptaba el encargo, pues había rumores de que algunas noches se había aparecido el espíritu de la niña asomándose a la ventana de lo que fue su habitación.
Aunque se contrataron obreros de otras partes del estado y país que no conociesen el pasado, ocurrieron accidentes laborales que retrasaban el curso normal de las obras: máquinas que no se encendían o malfuncionaban, andamios que se desmoronaban de repenten sin causa aparente... Un día, tras pintar una habitación, aparecía al momento manos pequeñas por todas partes... Todo esto terminó por desconvencer al dueño de habitar la casa y así se quedó hasta la actualidad la finca: abandonada a su suerte ante la maleza, aunque al parecer no sola... :S
No es raro si pasas por la casa cualquier noche encontrarte un grupo de gente que mira atentamente, sobre todo a las ventanas, en busca de la niña, que aún dice que se aparece de vez en cuando.
Yo solo me acerqué una vez hace años, de noche, y con el coche de unos amigos la iluminamos para que yo pudiera hacerle algunas fotos que creo que ya no tengo (da igual, no merecían la pena, no se ve nada). Un grupo de unas cinco personas estaba allí desafiando el frío de diciembre para ver si la aparición de la niña hacía acto de presencia, pero creo que lo único que iban a conseguir encontrar era un buen catarro. Sin embargo he de reconocer, que en medio de aquel barrio "pijo", toparte esa finca abandonada en la noche, y que por algún extraño motivo cuando sopla la más mínima ráfaga de viento aulla como un alma en pena, pone los pelos de punta a cualquiera.