Momentos en los que te acojonaste vivo - RELATOS

Una vez cuando era un chaval joven y estúpido (más todavía), estaba en un parque acuático donde habían varias piscinas, entre ellas habían puentes a casi la misma altura del agua para pasar de una zona a otra, si te hundías podías ver como se comunicaban las piscinas. Desde una zona me propuse nadar por debajo de estos túneles hasta la otra piscina, eran unos 15 metros bajo el agua, así que pensé que sería fácil. Cojo aire y empiezo a nadar, y todo bien hasta que cuando voy llegando a la otra parte donde estaba la salida, veo que está cerrada con barrotes de hierro y yo queriendo coger aire. Sin pensarlo 2 veces me dí la vuelta, chocando la cabeza contra el techo intentando respirar sin conseguir nada. No se de donde saqué el oxígeno para aguantar otra vez la vuelta, pero bueno.. pase un rato de los más jodido ese día, casi no lo cuento.

Bueno, no es uno de los momentos en los que más me he acojonado en la vida, pero desde luego que inquietante es.

El 6 de Marzo mi pareja y yo teníamos que ir a Valencia a hacernos unas pruebas dado que hace un mes tuvimos un accidente con el coche. La clínica está más o menos en el centro y acabamos muy pronto, así que para pasar la mañana nos pusimos a hacer Geocaching. Para quien no lo conozca, es un juego a nivel mundial de búsqueda de tesoros mediante coordenadas de GPS.

Saqué el móvil y a través de la aplicación vi que había uno muy cerca, en el famoso edificio maldito de Tres Forques, 1. Cargué las coordenadas y para allí que nos fuimos.

El edifico lo reconocí al instante. Soy muy aficionada al mundo paranormal y hacía años que quería pasar por allí a hacer fotos. Así que ya que estaba allí, iba a aprovechar.

Buscamos el tesoro y todo apuntaba a que se había perdido o lo habían quitado. Mientras buscaba bajó un vecino y disimuladamente clavé el pie en la puerta del portal con la intención de dejar abierta la puerta y poder entrar en el interior de la finca. Le hice un gesto a mi novio y sin mediar palabra nos metimos.

Como se puede ver en la fotos, a simple vista es un edificio más de los miles que hay en Valencia, pero he de confesar que a los minutos de estar dentro empecé a sentirme incómoda. Mi novio quería que subiéramos por el ascensor y algo me decía que no. No sé explicarlo con palabras, simplemente era como una percepción extraña que nunca antes había sentido. En el momento lo achaqué a la sugestión producida por el conocimiento de todas las macabras muertes que habían concurrido en ese edificio.

Llegué a casa, compartí mis fotos y ahí acabó la experiencia.

El Jueves (6 días después) estaba tomándome un café en la puerta de la academia, haciendo tiempo hasta que empezaran las clases, cuando una amigo me mandó un Whatsapp:

"Acabo de ver en LaSexta que han encontrado a la novena víctima del edificio maldito. Lo he visto haciendo zapping, no sé mucho más"

Me quedé helada. En cuanto acabé la clase me fui directa a casa a buscar en Internet qué había pasado. Lo que me encontré me dejó más helada aún. Habían encontrado al vecino de la puerta 14 en avanzado estado de descomposición. Las causas de la muerte no se han revelado aún.

http://www.lasprovincias.es/sucesos/201503/12/octava-victima-finca-maldita-20150312001200-v.html

Cuando nosotros fuimos a hacer las fotos, el edificio ya albergaba su novena víctima y yo ahí, haciendo fotos como una gilipollas.

No es la vez que más miedo he pasado en mi vida, pero es una de las pocas ocasiones en las que me he quedado descolocado:

Falleció por un cáncer cerebral el hermano de mi padre, con el que siempre había tenido mucha relación. Típico tío enrrollao con el que no te llevas muchos años y que te daba pitis destrangis cuando empezabas a salir. Dejó dicho que le enterraran en el pueblo. Allí tenemos una casa grande, familiar, a la que vamos tanto mis padres y yo como mi fallecido tío y su mujer.
Total, que vamos al pueblo y a su pequeño cementerio a celebrar el triste entierro. Cuando terminan los pésames y demás asquerosos trámites que no hacen más que alargar el sufrimiento, llegamos a casa y nos sentamos en el salón. Yo que pensé que por fin íbamos a poder tener un rato íntimo la familia para animarnos unos a otros y recordarle con cariño, cuando mi madre se levanta y se pone con otro de esos deprimentes trámites: sube a las habitaciones para sacar la ropa de mi tío de los armarios y empaquetarla.

Subo y le digo:

• ¡Mamá! ¿Tienes que hacer esto ahora?
• Ay hijo, ya que estamos aquí.. si es por ahorrárselo a tu tía, que luego esto es un engorro.
• Bueno, pero baja rápido.
• No, ahora os aviso cuando lo tenga listo y subís tu padre y tú a ver si queréis algo antes de que lo llevemos a la parroquia.
• Como quieras...

El caso es que mi tía, cuando llegó, apreció mucho lo que había hecho mi madre y comentó que unos primos suyos a lo mejor querían algo de mi difunto tío y marido suyo. Mi madre le dijo que si no quería descansar, ella dijo que mejor les bajaban eso ahora y así hablaba con gente y se despejaba un rato, mi padre les dijo que les acompañaba... y al final me quedé solo un rato en casa hasta que volvieron.
Solo pasó una cosa. Lo que ocurrió fue que sonó el teléfono. Había dado unos tres tonos cuando llegué hasta él y al descolgar ya comunicaba.
"Habrán colgao"

Unos meses después, en nuestra casa de Madríd:

Veo a mi madre haciendo papeleo de facturas.

• Qué, ¿cuadran las cuentas?
• Claro que cuadran. Menudo facturón de luz.
• ¿Cuánto?
• (Whatever)
• Joder...
• Si ya lo dice tu padre, hijo. ¡No eches las cuentas que salen!
• Oye y en la casa del pueblo, con la de tiempo que pasa cerrada, ¿cuánto sale al año más o menos?
• Pues más o menos de luz (whatever), de agua (whatever), de gas (whatever)....
• ¿Y de teléfono?
• ¿Pa' un mes al año que vamos? ¡Si hace años que dimos la línea de baja hijo!
• 

#252 Pues no es solo en mi caso. En la mayoría de las casas del pueblo de los de mi peña (gente que va poco por allí, como yo) tienen teléfono y tampoco tienen ya línea. Desde que llegaron los móviles poca gente ha querido seguir pagando por una línea que apenas usa.

No sé el motivo que habrá impulsado a dejarlo en las demás casas. Yo te puedo decir el mío:
Es porque es uno de estos teléfonos antiguos de ruleta y a mis padres les gusta como queda en conjunto con el resto de los muebles de allí, todo en plan antiguo. Vamos, que es una razón puramente estética.

Aún así si en mi pueblo, con lo pequeño que es, ocurre en muchas casas... apuesto a que no es algo poco común. Que se pronuncie otra gente con pueblo que no vaya mucho, pero creo que es algo bastante normal.

Se me olvidó un detalle MUY importante respecto a la historia de #182, ahora lo edito y así refloto el hilo

Cuando se fueron a dormir, lo del reloj vino después.
Se despertaron a causa de un ruido extraño que provenía de la puerta de la habitación.
Se oía como si hubiera alguien al otro lado de la puerta, intentando girar el picaporte para abrir la puerta.
Mi amigo y su novia se quedaron flipando mirándose entre sí sin saber qué hacer. Coincidían en que el ruido parecía exactamente eso, alguien intentando entrar.
Al poco cesó, mi amigo salió a revisar todo y todo en orden, así que volvieron a la cama e intentar dormir.

Entonces es cuando viene lo del reloj. Cuando se estaban quedando dormido, el reloj empezó a acelerar y tal.

Lo dicho, no me hubiera quedado ahí ni de palo esa noche x)

Esto me ocurrió hace 3 años y es verídico.

Yo vivía en una urbanización a las afueras de un pueblo, justo en el límite del mismo. Si cruzas mi calle das con un paseo ajardinado y delante hay un río. Al otro lado hay campo y un par de arboledas pequeñas. Por ese campo hay algunas granjas y un par de casas abandonadas de alemanes que vinieron a darse la buena vida en la costa mediterránea.

El caso es que una de esas granjas está en ruinas y rodeada de árboles por todas partes, por lo que da bastante mal rollo además de aspecto de "edificio encantado". Es un edificio de dos plantas bastante ancho y apenas quedan paredes. En la planta inferior de hecho algunos pastores suelen meter a sus ovejas cuando llueve, por lo que es un espacio grande y diáfano, aunque muy oscuro. En el primer piso apenas queda nada, más que un agujero enorme en una esquina.

El caso es que a mí me daba mal rollo acercarme al lugar sólo, porque por la zona viven varios homeless y uno de ellos tiene brotes agresivos, y le propuse a un colega de ir al sitio (de día) a "explorar". Nos llevamos cámara de fotos.

Recuerdo que el lugar tenía una atmósfera bastante chunga y no voy a mentir, íbamos sugestionados. Estuvimos mirando por el piso inferior y nada (recuerdo que era de día) y después fuimos al piso de arriba, al que hay que subir por una escalera improvisada en la pared, ya que la propia escalera del edificio está derruida. El caso es que subió mi colega y justo estoy subiendo yo y escuchamos gemidos y arañazos. Pensando que es nuestra imaginación empezamos a mirar y escuchamos un grito, como de alguien llorando y quejándose.

Nos cagamos vivos y salimos por patas.

A eso que nos damos la vuelta y pensamos "Joder, ¿no será alguien que se ha hecho daño o algo?

Volvemos a subir y no escuchamos nada. Entonces vimos el agujero en una esquina, de 2x2m. Interpretamos que era el agujero de las escaleras, pero desde el piso inferior no se ve nada, así que ni idea. El caso es que al verlo ya no escuchábamos gemidos, sólo arañazos (bastante fuertes), como de un animal dando golpes con una pata en una madera (tenía un perro entonces y pensé, hostia, será un perro que se ha caído o algo).

Nos acercamos por si era un bicho o alguien y los arañazos cada vez más fuertes. Mi colega estaba cagadísimo. Yo iba haciendo flash con mi móvil y mi colega haciendo fotos con la cámara. Eso que miramos dentro del boquete y no había absolutamente nada. No había ni siquiera chatarra ni ruinas, era un agujero bastante hondo vacío (se veía el fondo). Mi colega le hizo un par de fotos y nos fuimos, pero a eso que nos giramos escuchamos el gemido de una persona justo detrás nuestro y los arañazos.

Salimos cagando leches.

A las dos semanas volvimos al sitio, de noche. A pesar del cague nos había gustado la experiencia y la adrenalina, pero aunque fuimos en plena noche (es el campo, por lo que estaba MUY oscuro, aunque lleváramos linternas) no vimos, escuchamos, ni sentimos nada.

#262
Siento romper un poco el encanto...pero en mi escritorio tengo un telefono similar ( o quizas incluso mas antiguo , lo compre en 1998 en un anticuario ya como antigüedad ) y puedo enviar y recibir llamadas perfectamente desde ONO ...

Yo cuando era adolescente trabajaba con mis padres. Ellos eran cocineros para gente adinerada que alquilaban villas por Ibiza y yo ayudaba a cortar verduras, preparar vinagretas, limpiar platos, poner la mesa y lo que hiciera falta en ese momento. Era una especie de lotería, nos podían tocar trabajos muy bien pagados u otros que no tanto, como también nos podían tocar gente muy maja u otros a los que el dinero les había convertido en unos malditos hijos de puta que consideraban el personal como una mierda inferior a su persona. Ese trabajo en concreto estaba muy, pero que muy bien pagado.

Muchas veces tiene relación el dinero con la persona, eran unos hijos de puta. Los clientes eran rusos (creo que en este foro ya sabéis como son) y habían alquilado una villa que parecía una especie de palacio barroco con toques modernos, en el salón por ejemplo, había una especie de cúpula con vidrieras propias de la Sagrada Familia y la piscina era de esas infinitas que daban una vista sobre la isla entera. Imaginaos el dinero que debían de tener esos cabrones como para alquilar una de las casas más impresionantes de toda Ibiza con una de las mejores vistas a toda la isla.

El caso es que estos rusos bebían mucho, eran casi todos alcohólicos, empezaban desde las 8 de la mañana cuando mi madre iba a servirles el desayuno hasta las doce, hora a la que nos podíamos ir a casa porque ya habíamos preparado y recogido la cena. El primer día ya fue tenso, trataron a mi madre como una mierda (era la que daba más cara al público mientras mi padre se quedaba en el bar sirviendo las bebidas y yo no salía de la cocina). Por ejemplo, cuando mi madre fue a recoger la mesa del desayuno se ve que uno de ellos no había acabado y al recoger su plato ese cogió su mano y con la fuerza volvió a poner el plato en la mesa dejando a mi madre con una marca roja en la muñeca.

Al segundo día volvimos a esa casa más tensos que nunca, obviamente no nos molaba nada su rollo, la verdad es que estábamos casi seguros de que aquellos rusos debían de formar parte de una especie de mafia. No aparecía su nombre en ninguna entrada de google (cosa muy extraña tratándose de gente tan adinerada) y el contacto que nos había dado ese trabajo nos dijo que trabajaba como político para Vladimir Putin (muchas pintas de político no tenía). Aquél día vi a mi madre llorar, según uno de los rusos el café estaba demasiado frío y tiró el plato al suelo haciéndolo explotar en mil pedazos mientras le gritaba a mi madre en ruso. Eso sí, pagaban muy, pero que muy bien y nos quedamos. Seguimos adelante, mi madre se pasaba el día temblando, mi padre tiene ojeras del copón y yo bueno, yo me quedaba en la cocina, estaba muy tenso pero al no verlos demasiado tampoco se me hizo tan horrible. Todo el día sonaba una especie de remix tecno de una de esas típicas canciones del folklore ruso, nunca paraba, ese tema debió de sonar tres horas seguidas y ellos no se dieron ni cuenta o no les importaba, yo creo que ya estaban tan jodidos de todo que siquiera escuchaban la música.

Faltaba alcohol para la noche, mandaron a mi padre a comprar, al no querer que se pusieran otra vez igual de horrendos con nosotros compró de más. Nos dimos cuenta que al ser alcohólicos perdidos, por la mañana, después de dormir, mientras temblaban de la falta de drogas era cuando más insoportables estaban. No nos podíamos hacer a la idea de que un día faltara alcohol y estos se pusieran a pegar gritos como locos entonces como ya dije, mi padre compró unas botellas de más para asegurarse de que eso no pasara. Pasaron las horas y ahora ya eran las once de la noche y todos estaban más borrachos que nunca. Uno de los rusos le pidió que le enseñara qué había comprado, al ver que habían 5 botellas de vodka de más le dijo que se fuera y devolviera lo que había comprado, obviamente los supers ahora estaban cerrados y eso era imposible, además, se iban a quedar aún 4 días más y esas botellas, tarde o temprano, se acabarían.

El ruso empezó a gritarle a mi padre que las devolviera o no le pagaba su trabajo, mi padre intentaba explicarle que eso era imposible. Al final acabó indignándose y se fue a cenar. Les servimos el segundo plato, esta vez salí de la cocina y pude ver como en el salón había una chica en coma etílico mientras uno de los rusos le estaba metiendo mano y sacándose la polla. Al servir los platos en la mesa uno de ellos le tocó el culo a mi madre y todos se rieron.

Era demasiado, mi madre se indignó y le dijo que se piraba de aquí. Que le pagara lo que le debiera ahora mismo. Se mantuvo firme frente a diez putos rusos diciendo que les follaran, que ella no se iba de aquí, no servía nada más, hasta que no le pagaran lo que nos era debido a cada uno. Ellos se negaban. Mi madre seguía recta como un jodido pilar frente a todos ellos, diciéndoles muy firme que no se iría de aquí hasta que no viera el dinero en la mesa, que se quedaría toda la puta noche si hacía falta. Uno de ellos le pegó un puñetazo a la mesa y se levantó, tenía la mano sangrando pero ni le importaba, otras cuatro, al verlo, se levantaron y miraron a mi madre a los ojos. Uno de ellos sacó una puta pistola, no apuntaba a nadie pero vi como la sacó. En ese momento yo pasé de estar cagadísimo a no sentir nada, a sentirme como un jodido animal que lucha por su vida. Fui a por el cuchillo más grande y afilado de la cocina, si esto se iba a la mierda yo estaba decidido a llevarme a uno o dos de ellos antes de morir. Volví a la mesa escondiendo el cuchillo detrás de mi espalda y manteniéndome en un ángulo en el cual no lo pudieran ver. De todas maneras nadie me miraba, todos tenían los ojos fijos sobre mi madre. Mi padre le estaba gritando a mi madre que lo dejara ya, que daba igual, que ya nos darían el dinero y que nos fuéramos de allí pitando, vi como intentaba cogerla, llevarla hasta en brazos pero mi madre no se movía ni un puto centimetro. Os lo juro, parecía una puta roca cuando ella debe de pesar unos 60 kilos. El ruso más cabrón le tiró un gapo a mi madre en la pierna, los gritos seguían y ella callada, yo observaba la mano del que se había sacado la pistola, un movimiento extraño e iba a por ellos. Mi madre se quedó ahí hasta que en un momento dado, bajo la insistencia de mi padre y al darse cuenta que podíamos salir, muy, pero que muy perdiendo decidimos irnos del salón. Al volver a la cocina, como no nos habían pagado decidimos cogerles toda la puta comida que habíamos comprado con su dinero para ellos, todas las bebidas, todo. Nos fuimos corriendo hasta el coche y nos piramos de ese sitio.

Al día siguiente mis padres se encerraron con las persianas cerradas unos seis días, no salieron de casa. Yo supongo que no me daba cuenta del peligro que corría o quizás era porque sabía que mi cara la habían visto bien poco ya que no me importaba tanto salir a la calle. Es cierto que salía con algo de tensión pero nada más grave, supongo que también era porque no había aceptado aún lo que ocurrió, a mis amigos lo contaba como algo casi gracioso, como si lo hubiese visto en una peli. Eso sí, la situación en la que uno no sabe si la va a palmar con sus padres ahí en medio por un dinero de mierda es muy aterradora. Varios meses después, pasé unos años en los que contar esta historia me hacía llorar, llorar a lágrima viva. Ahora lo vivo mejor pero sigo sintiendo esa mierda en el corazón, como si me apretara alguna fuerza exterior.