El rincón del SEXO y la LASCIVIA v2 (One-Night Stand)

B

La caca es lo mismo que el semen, se ve que a ti te gusta hacer 2 guys 1 cup.

Sere raro pero cuando me estoy follando a una chica soy 0 escrupuloso.

1 respuesta
Krakken

Pido CT para Albondiguita: Lechero

4
Lenix

La caca es lo mismo que el semen.

Hipnos

A mí me gusta que rindan pleitesía a los jugos de mi nabo. Si los lamen, besan y tratan con amor me siento satisfecho.

En verdad estoy jodidísimo de la cabeza.

vene-nemesis

Darle besos al semen, wtf XD

2
franlu16

¿hay alguna fecha limite para mandar los relatos?

1 respuesta
AG

Chocolate en la lengua

Entre mis amigas nunca había habido ese rollo curioso que tanto se ve hoy día. Lo que sí hacíamos era contarnos todo lo que se nos pasaba por la cabeza, sin miedo, incluidas nuestras fantasías sobre posibles relaciones con otras chicas. Lo que pensaríamos, lo que sentiríamos, lo que no teníamos manera de saber. Aunque si escribo hoy es porque ya lo sé.

Todo empezó sin que nadie supiera que estaba empezando, menos aún nosotras mismas. Yo la había conocido hacía apenas unas semanas gracias a unos amigos comunes, y se podría decir que nos habíamos caído bien, sin más. Me gustaban su inocencia y sus sonrisas, como si fuera incapaz de hacer nada malo, y ella me confesó que yo le parecía atractiva, aunque todo se dijo con tanta naturalidad que sólo quedó en cumplidos amistosos.

Oye, ¿te gustaría quedarte a dormir en mi casa? Podemos hacer crêpes para cenar.

Vale.

Aquella noche caímos en la cama derrotadas. Ella aún vivía en casa de sus padres y en su habitación había una de aquellas camas-nido que guardan otra cama debajo, pero me quedé en la suya para hablar un rato antes de ir a dormir. Nada que no hubiera hecho con cualquier amiga de toda la vida, aunque para mí era raro coger tanta confianza con alguien en tan poco tiempo.

En algún momento de la noche, la conversación derivó hacia besar a otras chicas, y ni siquiera ahí se puso picante el ambiente, pero sí que empezó a colarse una idea en mi cabeza. Quise apartar ese pensamiento como se aparta a una mosca, por descabellado, pero entonces ella se rió de la manera más inocente y natural posible y me dijo que una chica nunca podría provocarla hasta el punto de necesitar besarla. Aún oía el sonido de su risa en mi cabeza cuando le propuse un juego.

En dos minutos, y sin pensarlo demasiado, me planté a su lado con el tarro de crema de chocolate que habíamos usado para las crêpes. Arqueó una ceja y me miró divertida, pero me acerqué a ella y le dije que podíamos probar hasta qué punto una chica era incapaz de ponernos calientes. Volvió a reír y aceptó confiada, así que toqué con la punta del dedo la crema y la lamí, mientras pensaba cómo podía ponérselo difícil. Su mirada, que había seguido mis movimientos, cambió en ese momento, y adiviné de sus enormes ojos verdes que ella también se había decidido a hacerme “perder”. Sólo era un reto, un juego. ¿O ya no?

Cogió el tarro sin preguntar, mojó su dedo con suavidad y antes de que me diera cuenta estaba dibujando en mi cuello una fina línea de chocolate. Se acercó a mí hasta que pude sentir su caliente respiración acariciándome, y lo siguiente que sentí fue su lengua dejando un rastro húmedo a través de mi piel, que parecía más sensible que nunca. La dejé hacer, hasta que finalizó con un beso tímido cerca de mi mandíbula. Se apartó y se le escapó una pequeña risa, aunque cuando la vi buscando la complicidad en mis ojos ya no me pareció tan segura de sí misma.

Entonces sonreí y pasé a la acción, cogiendo también un poco de chocolate y esparciéndolo con cuidado sobre su clavícula. Entre pequeños besos y caricias con la lengua, se lo lamí todo, al mismo tiempo que notaba nuestros cuerpos peligrosamente cerca y sus pechos apretándose contra los míos.

Seguimos con el juego hasta que nos cansamos de nuestros cuellos y del chocolate. Comprobamos que la habitación aún seguía allí y nos dimos cuenta de que el ambiente había cambiado completamente. Pensé que quería tocarla. Le acaricié la mano y la miré. Cogió la mía y se me quedó mirando ella también, con los ojos más grandes e interrogantes que he visto nunca. Pensé que un beso podía ser una buena respuesta.

Me lo devolvió, hambrienta. Al sentir su necesidad, tan grande como la mía, algo se despertó dentro de mí. La cogí por las muñecas y la forcé a caer estirada sobre la cama, con mis rodillas a ambos lados de su cintura. La tenía acorralada y aquello parecía gustarle, porque cuando volví a besarla pude oír un susurro que se convirtió en gemido. Nuestras lenguas se entrelazaban como si no anhelaran otra cosa entre todas las Edades de este mundo, y parecíamos no encontrar manera de que nuestros cuerpos estuvieran más juntos.

Liberó sus muñecas y me empujó, obligándome a estirarme a su lado mientras me quitaba la camiseta. Se inclinó sobre mí y se tomó un respiro, un momento de tranquilidad para jugar con mis pechos y acariciarlos siguiendo un pequeño surco que había dejado el sujetador, aunque pronto subió la intensidad y empezó a lamerlos y apretarlos con avidez. Yo sentí lo mojada que estaba, así que mientras la dejaba hacer aproveché para desabrocharle la camisa y quitársela, y cuando quise darme cuenta ambas volvíamos a besarnos casi sin respirar.

3
AG

#426 No hay fecha límite. Puedes enviarlo cuando quieras.

1 respuesta
vene-nemesis

Es un ladrillo hecho de nada...

4
manugarram

poca chicha tiene, todo para un par de besos

Ozonoo4

Aqui hablando de semen, besos blancos, comer mierda... y aparece el relato llamado ''chocolate en la lengua''.

Me habia emocionado tanto y resulta ser un peñazo, que aparte de ser una mera coincidencia, es aburrido como las dos pavisosas de relato.

-5/10

2
franlu16

#428 muchas gracias

Pues a mi no me ha disgustado el relato, ha sido muy ligth, pero a mi la idea dedos pavas metiendo mano ya es que me pone, que le hago

Snorky

Con este último he empezado expectante y he terminado en calzoncillos haciéndome unos crêpes en la cocina.

Gracias por tanto.

14
Petras

Buh, entonces, si ese último relato lo veis así, no se si animarme a contar entonces una experiencia con una chica y un huevo vibrador remoto xd

Seyriuu

el último relato estaba bien, pero da la sensación de cortarse a la mitad.

Ahí aún tienen que pasar muchas más cosas, ¡Queremos saber más!

1 respuesta
flipas23

#421

varitoapg

#435 Yo tambien he pensado que falta la 2ª parte

GreatKingRat

Menos mal que he leído los comentarios antes que el relato, porque con ese titulo ya me había emocionado de mala manera...

porrofreak

Historia de la cagada del user Flipas23 en el ascensor pls

1
AG

Luna de una noche

Tengo una amplia pandilla de amigos en una ciudad española, y de forma esporádica hago alguna escapada. Normalmente me quedo a dormir en un hotel cercano a la estación de trenes. En aquella época conocí a una chica una noche que salí de copas y enseguida hubo una conexión entre nosotros. Teníamos gustos muy parecidos en cuanto a cine, lectura, música, videojuegos, entre otras cosas. Estuvimos toda la noche charlando de infinidad de temas. Aquella madrugada no pasó nada físico entre nosotros, pero al despedirnos intercambiamos números de móvil y quedamos en escribirnos y en seguir en contacto.

Estuvimos un par de semanas dándole duro al whatsapp, hasta que decidimos quedar un sábado para cenar e ir al cine. Como de costumbre, yo llamé a la recepción de mi hotel habitual para reservar habitación. Llegué a la ciudad sobre la hora de comer. Así que comí tranquilamente en la estación y después me fuí a la habitación del hotel para descansar un poco, ya que por la mañana había madrugado para ir al trabajo. Al entrar en la habitación la llamé para comunicarle que había llegado bien y para confirmar la hora en la que íbamos a vernos. Me preguntó por el hotel en el que yo estaba y me dijo que podríamos quedar por la zona, ya que había un cine cerca. Yo le dije que ok, y me fuí a dormir una siesta.

Tras la siesta, me dispuse a darme una ducha. En este hotel hay una bañera y además una habitación que tan solo contiene la ducha, bastante amplia, con la clásica puerta de cristal. El caso es que encendí el agua y estaba a punto de empezar a desnudarme cuando escucho que me están llamando al móvil. Era ella. Me dijo que estaba en la puerta de mi hotel. Que en su piso estaba aburrida, sin nada interesante que hacer, y que había pensado en darme una sorpresa y en adelantar la hora para vernos. Yo me despierto siempre con una erección importante, y su voz es muy excitante, así que arriesgué y le dije que estaba a punto de ducharme, y que podía subir a la habitación y esperarme allí mientras tanto. Ella accedió, y ambos sabíamos que no íbamos a salir de allí sin follar.

Estaba impresionante. Llevaba los labios pintados de rojo, y sus ojos claros resaltaban con el maquillaje. Sus tacones la hacían casi igual de alta que yo. La deseaba con fuerza, con ganas de arrancarle el vestido azul que llevaba puesto. Le propuse asaltar el minibar. Preparé un par de copas de cava, y tras beber, ella se me quedó mirando fijamente, con una sonrisa morbosa en los labios. La boca se me hacía agua y la respiración se entrecortaba. Le quité su copa y la puse junto a la mía en un escritorio cercano. La puse de espaldas a la pared y empezamos a besarnos con ganas. Su lengua tenía el sabor de la lujuria. La temperatura iba subiendo, ella dejaba escapar gemidos apenas audibles y frotaba su entrepierna contra mi palpitante polla. Empezó a desabrocharme los tejanos, pero yo la interrumpí quitándole el vestido y el sujetador. Quería llevar el tempo.

Empecé a besar su cuello y a tocarle las tetas. Fuí bajando hasta besar sus pezones y empecé a besarlos y chuparlos hasta que se pusieron firmes como soldaditos. Fuí bajando hasta llegar al ombligo, y apartando hacia un lado el tanga que llevaba puesto, introduje dos dedos en su mojada vagina. Los fuí moviendo creando círculos cada vez más pequeños e incrementando poco a poco el ritmo. Después empecé a chupar su clítoris con lascivia. Ella me acariciaba el pelo y sus gemidos eran cada vez más intensos. Cuando ella estaba a punto de explotar interrumpí el sexo oral y cogiéndola en brazos la posé encima de la cama. Me puse encima porque quería entrar dentro de ella mirándola a los ojos. Metí toda mi polla en su interior, y ella enroscó sus piernas en la parte baja de mi espalda, con los tacones todavía puestos. Mi vida embistiendo la suya, con sus uñas creando un surco en mi espalda. A mi no me importaba en absoluto el dolor. Tan solo quería correrme mientras miraba su cara de vicio. Y lo hice. Quiero pensar que ella también lo hizo.

Nos quedamos abrazados en la cama durante un tiempo que no recuerdo con exactitud. Nos duchamos juntos y nos fuimos a cenar una pizza en un restaurante italiano. Después fuimos al cine para ver la película Intocable. En la calle nos parábamos para besarnos. A mí me sorprendió su actitud tan cariñosa, ya que no estaba acostumbrado a ese tipo de chicas. Ella no podía quedarse a dormir conmigo, ya que tenía un compromiso al día siguiente. Quedamos en mantener el contacto. La acompañé al metro y nos despedimos en las escaleras de acceso. La ví bajar hasta desaparecer por uno de los pasillos. Nunca más volví a verla ni a saber de ella. Tan solo fue luna de una noche.

Sigo visitando la ciudad a menudo, durmiendo en el mismo hotel. A veces he tenido compañía, pero nunca ha sido lo mismo. Ella nunca atendió mis llamadas y me bloqueó en el whatsapp. Perdimos todo tipo de contacto. Tal vez no quería compromiso. Tal vez no disfrutó del sexo conmigo. Tal vez tiene novio y yo tan solo fuí una aventura. Tan solo tengo teorías. Una noche estaba moviéndome por la ciudad en metro, y me pareció verla a ella, caminando en una parada hacia la salida, mientras el metro arrancaba y se metía en un túnel. A día de hoy no sé si era ella. A veces pienso que si. A veces pienso que tan solo la imaginé.

6
Hades13

.

Seyriuu

Que hijaputa bloqueandote del wassap sin explicaciones!!

thiffon

Qué mal te la follaste socio.

8
Seyriuu

Y encima no se la chupó.

Pussy.

1 respuesta
manugarram

una putada lo que te paso, pero reconozco que no ha estado mal la historia

B

Esto esta pasando de relatos de sexo de one night stand a enamoramientos sin chupamientos muy rapiditos durante una noche.

Teskiya

#444 Ni tampoco dejó que se corriera en su boca como el 90% de las tías de los relatos anteriores. Está bajando de lvl esto.

1 respuesta
franlu16

Ya no hay más relatos?

Seyriuu

#447 que falso, que fake, si todas las tias te dejan

smoGG

(perdón por la estructura de los párrafos, esta copypasteado de word)

Llegaste de improviso, no te esperaba. Te recibí con una cara de asombro mientras empezaba a asomarme una sonrisilla. Intentaba hablar bien pero se me trababan las palabras, estaba un poco nervioso. Tú sonreías mientras me hacías alguna pregunta de cortesía. Te invité a pasar, y enseguida me hiciste que te enseñara el piso. Te invité a que te sentaras, y pusieras la tele o lo que te apeteciera, mientras yo bajaba a por un poco de sushi para cenar. Al poco rato llegué, estabas semi-tumbada en el sillón mirando el móvil. Camiseta sin mangas roja, vaqueros claros, y calcetines.
_ ¿Te importa si me descalzo? Me dijiste.

  • Claro que no, tú como en tu casa.
    La primera impresión me gustó, fue casi un flechazo. Se cumplían mis expectativas solamente con mirarla un par de segundos a los ojos.
    Saqué unos platos y empezamos a comer el sushi. Llené un par de vasos con algo de beber y unos hielos. Las conversaciones fluían cómodamente entre risas, confesiones, y esos detalles de la vida privada de cada uno que hacen ganar confianza uno con otro. Con la tele apagada, solamente el portátil encendido con música de fondo, con la finalidad de rellenar silencios.

Hablando un poco sobre comida japonesa y oriental, y sobre el culto de ésta, me preguntaste si alguna vez había hecho body sushi, es decir, comer sushi sobre el cuerpo de una mujer. Yo nunca lo había hecho, y entre risas, dije “túmbate ahí y lo pruebo ahora”, señalando al sofá con la cabeza. Yo solo pensaba en besarla, aunque con miedo, no sabía como iba a reaccionar, parecía un adolescente en su primera cita pensando esas cosas.
“Oye, ¿y por qué no lo probamos? Nadie nos ve, estamos solos, y así ya puedes decir que has probado el body sushi.” Creía que iba un poco en broma, ya que mientras me lo decías seguías sonriendo.
No se que iba a responder, pero antes de que dijera nada, te desabrochabas los primeros botones de la camiseta roja. Ahí me dí cuenta de que tú también tenías ganas de probarlo. Sin palabras, acepté.

Tumbada en el sofá, con una pierna apoyada en el suelo, y con un sujetador negro, Yo iba a coger las primeras porciones para colocarlas sobre ti, pero me dijiste:
“Espera, ya que lo hacemos, lo hacemos bien.”
Te desabrochaste el pantalón, y con tu pié señalándome me dijiste “tira” para ayudarte a quitártelo. Junté tus dos piernas, y una con cada mano, saqué las dos pateras del pantalón. Con tus piernas en alza, pude ver como te asomaba un poco la entrepierna, cubierta por unas braguitas negras con dibujos blancos. Después, con un solo gesto, te quitaste el sujetador y, volviéndote a tumbar, cerraste los brazos contra el pecho, en señal de frío y de insinuación.
“Ahora sí, esto sí es body sushi”. Yo no podía estar más emocionado a la vez que asombrado. La chica que tanto me gustaba me estaba ofreciendo comer sushi encima de su cuerpo desnudo.
Me puse de rodillas en el suelo y empecé por el primero trozo. Debajo del cuello. Mis labios rozaron tu piel y tú, con media sonrisa, me decías que te hacía cosquillas.
El segundo trozo, al final del esternón, entre los dos pechos. Aquí no decías nada, solo me mirabas.
El tercero, debajo del ombligo. Fui a comérmelo. Según mis labios rozaron tu piel, pude oír como expirabas un pequeño suspiro. Me lo comí, al instante me dijiste:
“A mi aún me sobran dos trozos, dámelo, están en mi plato”.

Le dí un trozo, y mientras apoyaba su cabeza de lado, se lo puso en el cuello. Acto seguido me lo comí, pero no pude evitar excederme un poco y besar su cuello despacio. Me estaba excitando mucho. Soltó otro suspiro, un poco más acentuado.
“Dame el último”. Te lo puse en la mano y me preguntaste donde lo quería.
“Hacemos una cosa” –Te dije. “Me doy la vuelta, y te lo pones donde quieras sin que yo te vea”
“¡Vale!”
Cuando me giré, lo vi. Lo estabas mordiendo ligeramente con los extremos de los dientes, solo manteniéndolo, con la boca semiabierta. Me acerqué despacio, puse mis labios sobre el trozo de sushi, mientras rozaban ligeramente los tuyos, y me lo comí. Estaba ya apartando la cara cuando, con tus manos, me cogiste de la cara, me le acercaste a la tuya, y en un arrebato de pasión me besaste. Y te besé. Me encargué de humedecer tus labios, un poco secos, quizás por la situación. Después de unos minutos besándonos, me incorporé. Me preguntaste que si había algo de postre.

“Pues no había contado con ese detalle”.

“No pasa nada” -me dijiste, yo me encargo.

Me clavaste la mirada en mis ojos, y mientras te bajabas las braguitas despacio:
“Disfruta de tu postre”, mientras abrías poco a poco tus piernas, y con las dos manos, te recorrías las ingles de abajo a arriba.
Volví a besarte de nuevo, mientras con una mano inspeccionaba la zona suavemente. Esta mojado, pero podía notar como se iba humedeciendo cada vez más. Tu respiración se aceleraba por momentos, y eso a mí me excitaba muchísimo.
Te indiqué que te incorporaras un poco. Te sentaste en el sofá, dejando caer un poco el cuerpo. Yo me arrodillé, te agarré las rodillas y muy despacio abrí las piernas. No pude resistir la tentación. Me acerque hacia tu clítoris, y con la boca abierta, despacio, me posé sobre el. Al cerrar mi boca, saqué la lengua, para que recorriera todas las partes de tu zona ya empapada.

“Oh…” Suspirabas mientras inclinabas la cabeza hacia atrás.

Yo seguía moviendo mi lengua por todas partes. De arriba abajo. De abajo a arriba. Hacia los lados. En círculos.
“Eso me encanta… házmelo otra vez”. Volví a lamértelo haciendo círculos, primero con la punta de la lengua, luego con toda la superficie de la lengua. Y así durante varios minutos. No sabría decir cual de los dos estaba disfrutando más. En un instante, saqué mi cabeza para coger aire y te vi, ahí acomodada y abierta de piernas, empezando a sudar, y toda mojada por mi lengua y tus flujos. Me quedé mirando durante dos segundos. Sabía que esa imagen era de lo más excitante que había visto jamás, y que tarde o temprano me masturbaría pensando en ese momento.

Volví a agacharme para seguir comiéndotelo. Cada vez gemías más fuerte. Te dije que podías gemir tanto como quisieras, y lo alto que quisieras, nadie te ve, nadie te oye. Eso parece que te puso más caliente aún, tus gemidos se intensificaron.
Te había metido un dedo, mientras seguía lamiendo.
“Me voy a correr… me voy a correr…” Lo dijiste un par de veces más, cada vez con más intensidad. Yo notaba como cerrabas tus piernas contra mi cabeza, te empezaban a temblar.

“Oh, sí, sí, sí… “. Tu orgasmo llegaba. Pude notar como te corrías, y yo en ningún momento aparté mi boca. Quería sentirlo todo.
Apenas dejé que terminas tu orgasmo, te relajaste unos segundos y me dijiste:
“Quítate la ropa. Toda. Y Ven”.
Me agarraste de una mano y me llevaste a la habitación. Improvisando, te paré en el marco de la puerta, y agarré un pañuelo que había cerca. Te levanté los brazos y te até las muñecas a una percha.
Pude ver como bajabas tu labio inferior y lo movías hacia un lado, poniendo un gesto de “esto no me lo esperaba, pero me va a gustar”.
Te dí la vuelta, mirando hacia la pared. Tú, casi por instinto, inclinaste el culo, ofreciendo. Pero primero, saqué de mi mesilla un bote de gel de lubricante. Me lo eché bien, sobre mi capullo desnudo, hasta que mis manos se deslizaban solas.
Te giraste un poco, lo que te dejaban las manos, mientras me decías que te dejara comérmela, que querías tocarla. Me acerqué a tu oído, y te dije:
“Shh, déjame a mí, voy a hacer que disfrutes al máximo.”

Volviste a tu posición de espaldas, y yo dejé caer una gota de lubricante sobre tus nalgas. Jugaba con la punta de mi capullo rozando tu ano, sin llegar a penetrar. Esa sensación me estaba poniendo muy caliente. Después de un rato de jugueteo anal, me la agarré y lo incliné un poco hacia abajo, buscando tu todavía muy húmedo coño. Antes de hacer nada, también rodeé la zona rozando tus labios interiores y exteriores. Estaba todo tan lubricado que apenas había que hacer nada.

Finalmente, y muy despacio, metí la punta de mi capullo. Ambos soltamos un gemido. La saqué, y volví a meterla, esta vez un poco más, casi la mitad. Volví a meterla un poco más, hasta que definitivamente entró entera, hasta el fondo. Entonces, con mis dos manos, te agarré de la cintura y empecé a acelerar el ritmo. Tú te inclinabas un poco más, dejando el culo más en pompa.
Por un momento, solté mis manos y te abracé de espaldas, para así poder agarrar tus pechos, que bailaban al son que yo penetraba. Los movía en círculos mientras los cogía con la mano abierta, y apretando y soltando suavemente con el interior de mi mano.
“Sí joder, dame más”.

Tú me pedías más, yo te daba más. En un momento, con un movimiento semi brusco, conseguiste desatarte. Te diste la vuelta, me agarraste y me tumbaste en la cama encima tuya. Yo te levanté las piernas y te follé en esta posición, pero no aguantaba mucho más. Estaba apunto de correrme, y quería hacerlo en tus pechos. Apuré las últimas penetraciones, las más rápidas e intensas, hasta que no pude más. La saqué, me arrodillé a la altura de tu pecho, y eyaculé. Pude ver como caía en tu canalillo, mientras frotaba la punta en uno de tus pezones.

Caí extasiado a tu lado, mientras con mi acelerada respiración, rodeé tu cara con mi brazo derecho, e intentaba darte un par de besos en la mejilla. Tú sonreías, tus ojos brillaban. No había palabras, pero nos dijimos de todo con sólo mirarnos.

1 1 respuesta

Usuarios habituales

Tags