Final Fantasy cumple 30 años: ¡A jugar!

No suelo navegar por aguas de la nueva gen, pero no creo exagerar si digo que la sensación de fluidez de movimiento en pleno combate está a un nivel supremo. Y con el Lux lo mejora todavía más. Pero creo que eso es lo único bueno que puedo decir de ello, porque pasado el tiempo el combate aburre a sobremanera.

No es que esto sea un fallo único de XV. En cualquier otro juego de la saga siempre he llegado a un punto en el que los combates se repiten y lo único que quiero es acabar con mi sufrimiento. Pero en XV se agrava la cosa a pesar de no empacharte apenas de combates.

La cosa es que vas limitadísimo de opciones: o haces daño pulsando círculo o esquivas pulsando cuadrado. Todo lo demás (los ataques conjuntos, ordenar habilidades a los bros, cambiar de armas, el uso de las magias y etcétera) son añadidos para economizar el daño. Incluso los árboles de habilidades son una quimera, aportan tan poco que podrían habérselo ahorrado.

Hasta estando en pleno combate es todo tan confuso y rápido que parece que cuando esquivo y uso bien mis cartas es por pura suerte. Oh, y esos jefes. Qué jefes más sosos de combatir. Menuda espectacularidad vacía y sin emoción, y debería ser un crimen decir eso en un juego donde te enfrentas a Titán, Leviathan e Ifrit tal cual son y sin dejar nada a la imaginación.

Aunque... Realmente tampoco puedo decir en frío que sea un mal sistema. Está bastante bien equilibrado en dificultad, siendo lo bastante fácil para centrarte en las visuals y lo bastante difícil para no relajarte. Presenta mecánicas como medio para reafirmar el tema de la amistad, y es bonito ver a los personajes hablar y sincronizarse, le da un toque orgánico al combate. Pero falla en lo básico: ser divertido.

Quiero defender las ganas que ha puesto SE en darte un mundo creíble y cotidiano más cercano a lo real. Ya me encantó el universo que se planteaba en VIII y dejaba patente que podía ser perfectamente viable una fantasía basada en la realidad, y de repente llega XV y me encuentro el mejor mundo de lo que llevo de saga. ¡Y lo mejor de todo es que tiene su razón de ser dentro del juego! Encaja dentro de la historia y del pacing del juego.

Lo maravilloso es que habrá gente que se queje de que el mapeado y todos los eventos secundarios diluye el avance de la historia, y aunque tengan parte de razón, que os den un rato. Para algo que he disfrutado del juego, para un espacio que al fin nos permite, en todo lo que llevamos de saga, que no solamente controlemos a un personaje, sino que sintamos lo que es ser él y para colmo enlazar algunos gimmicks y minijuegos con la excusa de ser las aficiones favoritas del cuarteto protagonista. Eso, me parece maravilloso y coherente. Y puede ser aburrido o repetitivo, pero... no quiero que un juego simplemente me divierta (ahora es cuando me llamáis hipócrita por lo que dije en la sección anterior). Prefiero que en un juego con cierta carga argumental tenga elementos aburridos pero con bastante sentido de existencia dentro de su universo a elementos para rellenar horas vacías de juego.

No sé, me quedo con ese compromiso en el que para ganarse la vida tengas que trabajar como cazador o ayudar a otras personas. En el que tener que combatir constantemente tenga menos espacio argumental que acampar al raso. Y que encima de todo eso enlace con las preferencias de la boy band (cada vez que te acercas a la granja de chocobos Prompto se pone a cantar felizmente, o Gladio hablándote de lo maravilloso que son los ramen instantáneos) ha hecho suficiente para que al menos me dedicase a pasearme cerca de 20 horas por su mundo con toda la ilusión.

Si puedo sacar un fallo, es que se me repiten demasiado las mazmorras, la mayoría son cuevas o habitaciones en ruinas que no dicen apenas nada. Ya que me pones mazmorras podrías haberlas exagerado, distorsionar el concepto y dar al menos algo bonito y vistoso. Y sí, he hechado de menos una mazmorra de fuego y lava.

Seré breve aquí. Como sabemos, todos los juegos de la saga siempre han sido protagonizados en grupo, pero siempre teníamos una especie de control omnisciente sobre el colectivo controlando a todos y a ninguno a la vez. Supongo que por ser el tema de XV la Amistad la dinámica cambia y pasamos de la "tercera persona" a interpretar un personaje: ser Noctis, hablar por Noctis, luchar como Noctis. Este juego es principalmente de Noctis, y por esa individualidad en el control que te "acompañe" su grupo de colegas es algo que destaca más que nunca. No sé si se me entiende, pero lo que intento decir es que hasta cierto punto Ignis, Prompto y Gladio son entes independientes de nosotros. Sí, me estoy colando un poco, porque van por donde Noctis va, responden a lo que Noctis ordena y llevan la ropa y armas que les equipes, pero todo en este sistema se esfuerza en que se vean más como formas de interacción con ellos que como una forma de control. Somos solo Noctis, y por ello la compañia en esta aventura se nota más que nunca.

Pero, el caramelo amargo de esta faceta es que, quizás salvo Gladio, ninguno parece tener ninguna vida en el universo de Eos. Se compañía importa, ellos NO. Importa tan poco su relación con el mundo que les rodea que directamente no tienen arco argumental, y prácticamente están ahí como complemento al protagonista principal. ¿Cómo cojones se les ha pasado algo tan incoherente?

Y llego a la parte que más me duele de todo el juego. Si solo esta parte hubiese estado correcta... No pido que la historia sea buena ni excelente ni profunda. Solo hubiese pedido una historia correcta, un sota, caballo y rey de manual para haber salvado todo el juego. Pero evidentemente no es así y lo sabéis. La historia de XV está contada como la mierda.

Sus personajes son todo un lío de desarrollo. Que un personaje tan relevante como Lunafreya apenas tenga presencia antes de que nos demos cuenta de que es un personaje crucial es una cutrez, y en el momento de la verdad yo me sentía fuera de lugar, como si otra persona hubiese estado jugando todo el rato. Que conozcamos más la relación entre Noctis e Iris que la de Noctis y Lunafreya es una cutrez. Que se esfuerzen en introducir a un personaje para que luego desaparezca totalmente (Hola Cor) es una cutrez. Este tío no vuelve a verse tras esa cinemática. Y que otros directamente ni se introduzcan, o aparezcan reiteradas veces sin aportar NADA quizás no sea tan cutrez, pero vamos, si ni elaboras a los personajes principales ni a los secundarios pues ya me dirás.

Pero lo que no perdono por encima de todo lo demás, por encima incluso de que el juego no me haya gustado y que me ha sentado como una patada en los cojones es esto: que tengamos en este juego EN LA TEORÍA el que quizás sea el villano carismático mejor elaborado y con el trasfondo mejor medido no solo de la saga Final Fantasy o de los videojuegos, sino de toda la fantasía épica clásica. Este muchacho parecido a Ardyn no le llega ni a los hombros y muestro mucha más simpatía por él porque encajaba perfectamente su situación en su juego y su historia. Y lo que es más importante, LO ENTENDÍ.

Debería estar ahora mismo llorando traumado por haber matado a uno de los mejores personajes que esta saga ha parido en un final de locura. Pero en vez de eso estoy llorando traumado porque este juego se desarrolla como la mierda sin mostrar respeto ni preocupación ninguna a que el jugador entienda la historia que se está contando. Y desde luego muestra menos respeto todavía hacia unos personajes que sobre el papel deberían ser muy potentes pero que fallan porque el juego no se preocupa por que entienda su mundo. Me habría bastado con un códice como el del XIII, pero nada. Tú a tu rollo, no nos vayas a marear leyendo.

Y eso es todo. Si me dedicase a ver en frío lo que me propone el juego por escrito lo consideraría uno de los mejores FF, pero todo se queda en intenciones y termina ejecutándose de forma pésima. Desde luego es la fantasía basada en la realidad, la amarga realidad de saber que este juego ha acabado siendo así. Y eso me pesa. 4/10