El hilo del BDSM

Hace un par de años, se organizaba una cena con los de clase, organizada en Julio...asi que calor, sidra, y mujeres cachondas.

La cena, la cual yo esperaba con ansias, la organizaba una chica de 34 años, yo 22 por aquel. Maja, morena, piel tostada, guapa pero un cuerpo un poco...digamos entrada en carnes pero para nada gorda, en absoluto.
Nos llevabamos muy bien, porque le hice unos favores para clase y luego ella pues me lo recompensaba algun dia tomando algo y salseabamos con los de clase. Yo le decía, "quiero que a la cena vaya esta chica que me gusta mucho" y ella, pues intentaría lo que fuera para que acabara con ella.

La cena transcurrió normal, pero al acabar la chica que me gustaba pues se marchó muy temprano... Con el bajón quedamos 3, la chica organizadora, yo y un tío. Fuimos por la zona a tomar algo, hasta que empezamos a beber demasiado y a subirnos el alcohol.

La chica empezaba a hablarme sutilmente al oido entre el barullo y el ruido y a pegarse demasiado a mi. Nunca se me pasó por la cabeza intentar nada con ella porque no me atraía pero ese tono me estaba excitando. El hecho es que no ocurrió nada.

Yo con ganas de irme, la tia me ofrecía copas, me las pagaba tal cual, con tal de que quedara ahi. Cuál es mi sorpresa, que según digo que no, me salta al oido con una voz ultra seductora y más sexual.

• "Si te tomas una conmigo, me aprovecho de ti un rato".
  Y se me lanzó. Besaba bien la hija de puta. Muy guarro y pasional, me estiraba del labio con sus dientes... de hecho gracias a ella, todas las chicas con las que estuve después, me dicen que beso muy bien, y que dónde lo aprendí... en Disneyland contesto a modo de broma.

Después de estar un rato a besos, viendo como el mundo alrededor giraba con nosotros parados en el tiempo, salimos y cogemos un taxi (yo sin muchas ganas de nada más con ella) y nos vamos a su casa. Una vez allí, tomamos algo en el sofá, hablamos algo y derepente me suelta, como quien dice lo que va a hacer mañana.

-" Te voy a esposar al cabecero de mi cama, y te voy a untar entero de chocolate, cuando lo limpie todo con la lengua, te follaré, pero primero, voy a fumarme un cigarro"

Mientras se lo echaba, me intentaba dar un beso y yo, de forma autoritaria le ordeno.
-"Acábate el cigarro o no hay beso de nada"
-"Tú no mandas en mi"

Me agarra y me besa, poniendo fin a una orden que se perdió en el aire, en una noche templada de una terraza en las afueras. Pone la mano suelta que le quedaba en mi paquete. Me levanto algo molesto y excitado, con una erección notable. Cojo su guitarra que tenía apoyada en la pared. La afino y toco la intro de "Dust in the wind" para comprobar que está todo bien.
-"Vaya, eres un hombre polivalente, todo un partidazo"

Desde un principio, era la crónica de un polvo anunciado... aunque la chica seguía sin atraerme demasiado. Sexualmente hablando,yo tenía unos gustos..muy particulares.
Ya estaba tan lejos del punto sin retorno, que ni siquiera podía recordar cómo era cuando pasé junto a él, entre el ciego y la excitación subliminal.

Me coge de la mano y me lleva hasta su habitación... ahí estaba el cabecero de hierro forjado y barras largas. Se tira en la cama y con un pie descalzo me soba el paquete. De arriba a abajo, y jugando con el pulgar. Entonces ahí, en ese momento, si que se me empezó a poner dura.

Me abalanzo sobre ella y me coge de las muñecas, las aparta a un lado y dice "NO". Saca unas esposas de debajo de ella, y susurra:

-"Siempre quise hacer esto con un hombre"
-"No, para nada me voy a dejar atar"

Por h, o por b, acabo atado a regañadientes en la cama de una tia que me saca más de 10 años, que se acaba de ir a la cocina a por sus condimentos para "devorarme". Con lo que son unas esposas con terciopelo rosa para no dañar las muñecas. Esto no me gustaba dije para mis adentros. La voz retumbó por todos lados pero no recibí respuesta.

Vuelve y enciende una luz tenue, a penas puedo verla, pero tenía lencería de encaje. Empieza a untarme con chocolate frío en la boca y lo limpia con la lengua.. empieza a echarlo en mis pezones y los come, lentamente y después pasando la lengua de nuevo.
Lo pone en la base del pene, el cual estaba ya totalmente en funcionamiento y pone su cara al lado. A penas veo lo que hace, por el pelo, pero su lengua dejaba volar mi imaginación y sentidos.

Finalmente, usa el resto del bote encima de mi polla, y con la mano empieza a pajearme, untándola bien. Se abalanza pacientemente sin decir nada y empieza a devorar mi poya. Yo seguía sin ver nada, pero estaba limpiandolo perfectamente...noto que caía la saliva y se juntaba con el chocolate frío.

Se la metía entera para limpiar todo y volvía a subir para recoger todos los restos. Tras estar un buen rato y terminar con todo, tenía un buen dolor de huevos . Empiezo a segregar líquido preseminal. Cuando eso dice:

-"Uy, estás soltando liquidillo...déjame que eso lo arregle"
Y empieza a succionar el capullo mientras con la mano pajea para extraer las gotas finales, que irónicamente son las primeras de la lluvia predestinada.

Me retorcía de placer mientras las esposas me destrozaban las muñecas. Era un sentimiento agridulce. Me encantaba estar así pero no atado. Le supliqué que me las quitara. Pero ella estaba enfrascada, devorando mi polla, salivándola y haciendo oidos sordos.

En un momento para y dice "Los niños de hoy en día...vaya cómo veníis así que te voy a follar ahora" refiriéndose al tamaño de mi miembro y me pone el condón.
Se quita el sujetador y pude intuir unas tetas muy apetitosas, las cuales, no pude saborear y se sube encima mío, apartándose el tanga de encaje.
Con su peso empieza a aplastarme la polla contra el abdomen y yo me retorcía de dolor. Comienza la muy zorra a restregarse hacia delante y atrás. La chica, que ya con sus carnes y tripilla, se balanceaba y gemía de forma tenue.

Cuando mi miembro estaba totalmente empapado de flujo, en una de las embestidas, se la metió prácticamente de lleno y soltó un grito más audible. Los brazos no los sentía , del placer y de la molestia, pero las piernas respondían y quería acompañarla en cada embestida. Cuando las levanté, ella apretó más fuerte hacia abajo y me abrió las piernas con las manos, quedando las ingles destrozadas.

Era como estar en el limbo del sexo. Quería salir de ahi, y quería que me exprimiera hasta la última gota, la muy cerda. Después comenzó el dolor en las caderas, y fue cuando se lo comenté.

-"Voy a ser buena y te voy a dejar cambiar de posición, te voy a atar al revés y dejar que me des desde arriba".
Y ahí estaba, ella boca arriba y yo encima con los brazos atados al revés, al cabecero. Haciendo el puente entre el mismo y la cama. Vaya tortura china, pero cuando comenzaron las embestidas de nuevo, ahora en la postura del misionero, se volvieron a agitar pero no a mezclar en mi cabeza, todas las sensaciones.

Gemía en mi oido y yo daba todo por mantener la postura, mientras me destrozaba ahora los brazos. Me agarraba del culo y en alguna embestida me arañaba la espalda. En una ultima embestida, le dije que me iba a correr. Me puse de rodillas, a la vez que ella rápidamente me quitaba el condón y me pajeaba firmemente, con los ojos cerrados y cara echada hacia atrás. Liberé todo en su vientre, pechos y cara.

Más de medio metro y parte de la pared quedaron las pruebas de la escena del crimen.

Lo que me enseñó esta chica, a modo de resumen, fue abrirme la mente, liberar a la bestia que llevo dentro. Porque pese a esto que cuento, no me gustó la experiencia de ser sumiso y atado. Y ahora es, con esos inicios, cuando muestro mi lado salvaje de dominante, y tras aprender muchas cosas y experimentar con mujeres.

Así fue como me cambió mi forma de hablar a las mujeres y de tratarlas, dentro y fuera de la cama.

La cosa es que, le dije que se pusiera un vestido de verano, sólo con un tanga debajo. Y así fue, abrió la puerta, y ahí estaba, con un vestido azul muy apetitoso. Hizo caso de mi primera demanda. Me dirigí sin mediar palabra al salón, para sentarme. Había estado en la playa y el calor mermaba en mi. Me senté en su sofá y me dio de beber....al segundo estaba encima mío.

La aparté y le dije al oido:

-"Aún no, te besaré cuando yo quiera".

Cerró los ojos, la levanté y mientras yo estaba sentado empecé a besar sus pechos, bajé por su vientre y le acariciaba las nalgas... Como un buen amigo mio me dijo hace mucho, sigo poniendo en marcha un leve movimiento de pulgares, primero hacia arriba para subir el vestido y luego al contacto con el tanga, hacia abajo para quitarlo. Y estaba derepente en el suelo.

Le volví a dar la vuelta y le hice sentarse encima mio. Mientras le mordía el lóbulo y el cuello, juntaba sus pechos con una mano. La otra era libre de cualquier acto, como deslizarse hasta su coño y empezar a sobarlo. Estaba empapadísimo. Sabía que me quería, y la había estado manoseando sin besarla bastante tiempo. Así que nos levantamos del sofá los dos. Hice que mirara en la misma dirección que yo y empecé a sobarla entera desde atrás...

Desde que estaba en esa posición, la chica empezaba a sobarme el paquete, pero no la dejé, le puse los brazos hacia adelante y le rodeé el cuello, besándola justo por encima de ella. Mido 1,90 y ella metro y medio asi que me era sencillo poner su cuello hacia atrás con la mano en el mismo.

Poco a poco ibamos a la habitación, la desnudé y de un azote fuerte, la tiré contra la cama. Le puse las manos atrás y le dije que no se moviera. Le separé las nalgas y pude ver como chorreaba su flujo desde una perspectiva perfecta. Le había dicho que se depilara y así fue... hasta ahora estaba haciendo caso de mis normas...hasta ahora.

En esa posición, tumbada bocaabajo y con los brazos en la espalda, le ordené que no se moviera. Fui a por mi mochila donde tenía mis esposas, mis bridas y mis pinzas para pezones. Al volver estaba recostada dentro de la cama con el edredón a la altura del cuello.

-"Muy mal". Dije de forma tenue y con mirada picante.

Eché el edredón a un lado, con una mano volví a voltearla. Le puse una mano en la boca y le pegué un azote con ganas. Gritó pero la ahogaba y me miraba con vicio.

-"Así no es como funciona esto". La esposé y la dejé así. Su ducha daba directamente a su habitación. Asi que volví a ordenar que no se moviera y me duché tranquilamente. Mi erección no bajaba desde hace 20 minutos. Asi que decidí salir ya medio empapado. Para mi sorpresa, la chica volvió a moverse, volvía a estar como sentada apoyada contra las almohadas.

Me dirigí hacia a ella, esta vez con mirada seria. No se esperaba que fuera a tirar de sus pezones de tal manera que le hice levantarse con ayuda de sus piernas. Se quejaba duramente. La senté al borde de la cama y la obligué a que me la comiera. Sin rechistar empezó a meterse el capullo en la boca, y saboreaba el glande por la punta. Mientras me estaba relajando, balbucea algo. Me acerco a su oido y me dice:

-"quitame las esposas"

En ese momento mi cara cambió. Me recosté a su lado y con la mano le obligué a que me la chupara. Ahora con más ahinco. La agarraba del pelo y acompañaba sus movimientos. Le olbigué a que me chupara los huevos, y no lo hizo... se subió encima mio y la aparté de un golpe. Le quité las esposas y dijo:

-"Vaya alivio"... como diciendo menos mal que ya no sigo con esto. Entonces terminé por encenderme.

La puse a cuatro patas y empecé a follarmela. Primero suave para que entrara bien, y después aumenté el ritmo. Notaba que se iba a correr, y paré al momento.

-"No pares, así no". Dijo con sonrisa picarona.

-"Te correrás cuando yo lo diga". Echó una risa sin creerme. Entonces me cabreó. Le cogí del pelo y la ahogaba por detrás. Empecé a follarmela de nuevo, esta vez más rapido y ella acompañaba los movimientos cada vez más rapido.

Volvía a parar. Ella ya no sabía cómo hacer para correrse, llevaba un mes sin que le diera bien y chorreaba flujos por todos lados. Se la metía entera y paraba. Dejándola así un rato. La sacaba y volvía a hacerlo. En una de esas empecé a follarla más rápido, la saqué y me corrí en su espalda.

-"¿qué has hecho? , ya te has corrido?" Como diciendo, bueno, ahora me toca a mi.

Me levanté, me aseé y me fui. La tía no daba crédito cuando me estaba vistiendo y recogiendo mis cosas.
-"¿En serio?" dijo muy cabreada.
-"Tenías que haber seguido mis normas" dije seriamente. Cogi sus llaves, abrí la puerta y me fui.

No recuerdo mejor polvo, pese a la hijoputez que acabo de cometer...