PARTE 2: SEPARACIÓN Y ENCUENTRO.
Bueno, pues como os comente anteriormente, os voy a narrar lo que ha sido mi experiencia con la paternidad. Espero que no se saquen conclusiones precipitadas, pensad que para mi, esta ha sido con diferencia la experiencia mas difícil que he pasado en mi vida. Tanto a nivel emocional como a nivel físico.
Antes de describiros como fue la experiencia, quiero que sepáis, que sufro de unas "migrañas" ( los doctores no saben que decirme, estoy pendiente de diagnostico y sin tratamiento efectivo por el momento ), por llamarlas de alguna manera, por que unos dicen que es neuralgia del trigimeno, otros dicen que es ansiedad ( descartado por un psiquiatra ) que hace que me duela la cabeza constantemente desde hace como 2 meses, y con episodios de dolor horribles en momentos de mucho estrés o por que si puntualmente.
SEPARACIÓN:
Estoy como loco, dando vueltas en la habitación, y acabo de subir de la sala de dilatación. En mi cabeza solo tengo 1 imagen y todo a cámara rápida:
El ginecólogo quitándose el guante diciendo "preparad la que me cambio" mientras a toda leche, empiezan a desconectar los monitores del vientre de mi mujer, el nerviosismo que veo aflorar en su cara, y como empiezan a mover la camilla.
En mi interior, se fragua una emoción de ira, cuando me dicen que me tengo que marchar, a lo que muy acaloradamente contesto que yo no me voy a ninguna parte, que yo me quedo con ella y que voy a estar con ella hasta el final.
En ese preciso instante, ella con cara de preocupación me mira. ( malo es conocerse, pienso ahora ) Me dice con la mirada, "Por favor no la líes", y a la vez veo preocupación, pero es una sensación encontrada, por que en realidad se que no se preocupa por ella, o por lo que está por venir, se preocupa realmente por como voy a reaccionar, o como me voy a encontrar yo.
En ese momento, y como mencioné con anterioridad, el celador me hace entrar en razón y empiezo a pensar un poco en lo que tengo que hacer. Avisar a mi suegra lo primero, a mis padres y preparar la habitación para el bebé, ya que no para de rondar en mi cabeza las ultimas palabras del celador. "PIEL CON PIEL, NO PASE FRIÓ, HIPOTERMIA, PELIGROSO, 45 MINUTOS Y POR ULTIMO TU HIJA".
Subo pitando a la habitación, pongo el termostato a 26 grados y realizo una serie de llamadas, que cuanto menos, me resultan relajantes. Mi suegra de los nervios, diciéndome que no se tenia que haber venido. Con mis padres fue mucho mas sencillo y fluido todo. Recuerdo llamar y mi madre contesta, todo bien?. A lo que respondo, Bueno; cesárea. La contestación fue escueta y muy clara. Salimos ya.
ENCUENTRO:
Una vez en la habitación no se ni donde meterme, ni que hacer y por un momento hasta dudo donde estoy. Todo iba tan bien, estábamos tranquilos y en cuestión de 2 minutos todo ha dado un vuelco enorme. Ni las clases de preparación al parto ni nada que hayas leído o te hayan contado sirve.
Como tenia todo recogido en la habitación, y estaba de los nervios, decidí salir a fumar e intentar relajarme y estar lo mas fresco posible.
Una vez había vuelto a la habitación, me quite la camiseta, y me lave como si no hubiera un mañana, no se cuanto tiempo estuve con el jabón del hospital restregándome el cuerpo, pero se hizo eterno.
No paraba de pensar, que estaría solo con una niña pequeña, que me necesitaba, para no morir de frió y me preguntaba una y otra vez, si seria capaz de evitar que tuviera frió o cualquier otra cosa. En realidad lo que mas te pasaba por la cabeza, es ¿Seré capaz? ¿Estará todo bien?.
Y la puerta se abrió. Una enfermera empujaba una cuna, una estructura de metal que me llegaba a la cintura y encima una cunita transparente como de metra quilato en la que estaba mi hija, sin hacer ruido alguno y llena de una especie de capa de "grasa" o lo que llaman la dermis protectora.
Ahora os voy a hablar de mis expectativas, pensé que en ese momento mi vida cambiaría o que seria el mejor momento de mi vida, no se. En realidad tampoco soy consciente al 100% de cuales eran mis expectativas para ese encuentro. El encuentro de mi vida me decida, pero la realidad no se alejaba mas.
Frialdad, esa seria la palabra. Ninguna emoción recorrió mi cuerpo, nada en especial. Era mi hija, pero por que lo decía esa señora, nada mas. Empece a sentirme muy triste, por que esa sensación se hacia incomoda en mi interior. Y entonces esa mujer me dice:
- Esta es tu hija, pero antes de que la tengas vamos a hacer algo que se hace a todos los niños.
La tumba en la cama, le pone una inyección en la pierna derecha, a lo que la niña responde con un llanto profundo.
Acto seguido la inclina mas en la cama, y me mira
- Esto es una pomada especial que no se puede lavar ni tocar. No te preocupes es algo rutinario. Se les hace a todos los recién nacidos.
Y en ese momento saca un tubo de pomada, y le aplica una fina capa en los ojos directamente, y cuando la niña llora y los cierra lo restriega por los parpados. En ese momento mi semblante debió cambiar, y fue la ira la que sustituyo esa amarga sensación que tenia dentro. En el fondo me alegre...
- Coge a tu hija, y no te despegues de ella, en unas 2 horas máximo, si todo va bien tienes aquí a la mama.
Si todo va bien...
Como yo no reaccionaba, la enfermera cogió a la niña en brazos y me la puso, con su pecho pegado al mio. Sentí el calor que desprendía, y sentí como su cabecita se movía. Me recomendó sentarme, y yo no sabia que hacer así que me quede allí pasmado y cuando me quise dar cuenta la mujer se marcho. Estaba solo.
Los siguientes minutos fueron horas la niña abría la boca, lloraba, se apoyaba, lloraba mas aun, y cada vez con mayor intensidad. Hubo un momento de calma, en la que baje un poco mis brazos para acomodarme mejor, y la niña en un descuido, se agarro a mi pezón derecho. Me quede pasmado.
Empezó a succionar, y debió de molestarle los pelillos de mi pezón, por que empezó a llorar con mas fuerza. Estuvimos largo rato así, hasta que empezaron a aparecer por la puerta mis suegros, y mis padres, cada uno de ellos con una cara desencajada y lloriqueando de lo linda y lo bonita que era. Yo seguía sin saber que pensar, todo era muy raro.
Pasadas unas horas, me dijeron que traerían a mi mujer, y todo cambio, ese dolor de estomago empezó a desaparecer y todo iba mucho mas fluido. Empezaron las visitas, y aquello se volvió una locura de gente pasando, regalos y enhorabuenas, pero nada me iba a preparar para esa noche, ni las 2 siguientes.
Disculpad pero llevo 40 minutos redactando esto, tengo que atender a la mama y a mi preciosa hija.
Después del baño y la ultima toma, retomo el relato y os cuento mi conclusión final.