Esa es la pregunta.
¿Supongo que sólo a base de prejuicios?
La cuestión es que yo tengo la tendencia de que persona que no me cae bien intento tener la mínima conversación con ella. Pero tengo la sensación de que no todo el mundo actúa igual.
Define "conocerla". ¿Verla en YouTube es conocerla? ¿Que te cuenten historias sobre esa persona es conocerla? Falta chicha.
Se puede. Llámalo sentido arácnido o feeling. Pero hay mucho idiota por hay suelto que todavía no conozco...
Pues claro que si, y es normal. Hay gente que de un vistazo ya te cae mal aunque luego lo conozcas y se de lo contrario.
Yo suelo odiar mucho a la gente por primeras impresiones, y rara vez me sale mal, aunque claramente no es fiable al 100%.
Hay mucho famoso o similar que puedes no calificar como "conocer" pero te puede caer mal. Si por "sin conocerla" definimos no haberla visto en la vida ni tener ni puta idea pues... lo veo complicado. Te puede generar una mala impresión, pero lo que es caer mal creo que solo casos extremos, del palo que te veas a un colega con la bandera del Daesh o similares, pero ya digo, casos extremos.
Mataria a sasel con mis propias manos apretando su cuello hasta que su cara se ponga negra.
Si, se puede.
Por supuesto. Hay ocasiones en las que las acciones de alguien, o las historias de alguien te dan una idea de si es una personas a la que podrías llegar a odiar.
Claro que se puede dar el caso en el que las historias que te cuentan pueden estar exageradas, tergiversadas, o simplemente inventadas. Pero si han sido fieles a la realidad, puedes acabar haciéndote una idea negativa de una persona y por extensión odiándola. Eso no los considero prejuicios.
Si, hay gente que nada mas verla actuar 10 minutos ya puedo empezar a ver como es.
Y si, me baso en prejuicios, y la mayoria, aciertan.
#11 pues yo al revés, suelo crearme malas/contrarias impresiones de primeras 
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Por cierto, me caes de puta madre.
No.
En mi opinión alimentarse de prejuicios es una de las cosas más tóxicas que veo en la gente que me rodea.
Yo odío a dos personas. Una es un tipo enganchado del barrio. Escuchar su voz me pone de mala hostia. Es una voz muy nasal que es escucharlo y ya me pongo a la defensiva.
El otro es un vendedor ambulante que vende verduras. No es tan nasal como la del primero, pero que también actúa otro factor. El vendedor suele venir muy temprano o a media mañana. O una de dos, con sus gritos me despierta lo que me revienta mi descanso o cuando estoy trabajando y es escucharlo que me desconcentra y me tengo que poner los cascos.
Serán todo lo buena personas que son, pero no puedo oirlos.
