¿Cuál es tu tipo de toxicidad?

La guerrera no tiene pelos en la lengua y libera pasión y frustración a partes iguales. A menudoe deja llevar por sus impulsos, lo que ocasiona confrontaciones directas con cualquier fuente de toxicidad externa y sin importar las consecuencias. Movida por su espontánea energía interna, la guerrera prefiere a ese tipo de jugadores que primero actúan y luego piensan las cosas con calma. Ante una provocación, siempre siente la necesidad de hacer algo al respecto. Necesita sacarse de dentro esos sentimientos negativos cuanto antes, ya sea golpeando algún mueble o desahogándose con un amigo.

Para dominar el espíritu de la guerrera que llevamos dentro, desatar la ira de forma saludable va de perlas. Encontrar la forma constructiva de liberar la tensión acumulada por jugar y otras situaciones del día a día es lo mejor.

Contra todo pronóstico, los paladines creen que la razón, el orden y la lógica deben triunfar online. Los paladines que pierden los papeles son honorables y con unos valores forjados a partir de la imparcialidad y la responsabilidad. Estos consideran que los errores y la ignorancia voluntaria son la mayor muestra de maldad, y la maldad debe juzgarse. Esta forma de pensar puede conducir a un equipo a la victoria... o alejarlo de ella con críticas y amenazas de enviar informes negativos indiscriminadamente. No todo el mundo se toma bien el entusiasmo desmedido que caracteriza a los paladines y, cuando la toxicidad los posee, sus discípulos se nutren de resentimiento, crispación y la necesidad de ejercer control.

Quienes logran dominar el espíritu del paladín aprenden a aceptar el caos de las situaciones y a sacar el máximo provecho de él sirviéndose de unas marcadas habilidades estratégicas y de liderazgo para encauzar un barco a la deriva hacia la victoria.

Don Pasota representa esos sentimientos de indiferencia, anticipación y de no tomarse nada demasiado en serio. Este espíritu, que se encontraría a medio camino entre la tranquilidad y el nihilismo, odia perder el tiempo y no le tiembla el pulso si tiene que renunciar emocionalmente a una partida o a un jugador, aunque sea antes de llegar a los cinco minutos. Este tipo de intuición puede ser un don y, a la vez, una maldición. Aquellos que se identifican con Don Pasota suelen desconectarse mentalmente de partidas que pueden ganarse y permitir que su actitud se vea influenciada por sensaciones de aburrimiento o desilusión hacia su forma de jugar o la de otros.

Quienes dominan este espíritu son capaces de encontrar la forma de pasárselo bien incluso en las situaciones más exasperantes. Una de las claves para dominar el pesimismo característico de Don Pasota y disfrutar más del juego es concentrarse en objetivos que vayan más allá de conseguir la victoria.

Mientras que algunos dirigen sus frustraciones contra los demás, la curtida veterana prefiere guardárselo todo y sufrir los altibajos de la cola en solitario con asombrosa determinación. Representa la voz que dice que la única forma de no ponerse de los nervios es ignorar esas cosas, jugar otra partida, acabar con una victoria, que te toquen mejores compañeros de equipo... Una curtida veterana de la toxicidad se encuentra sola a altas horas de la madrugada intentando romper una racha de derrotas de forma desesperada. ¿A quién le hace falta dormir cuando la victoria se encuentra a la vuelta de la esquina?

Este espíritu ansía lograr un equilibrio y rutinas saludables. Aprender a gestionar un estado de concentración elevado resulta clave para evitar hábitos que empeoran situaciones que ya son frustrantes de por sí.