< 105ª edición de las 500 millas de Indianapolis 30.05.2021 >

Banda sonora:

Estamos en el mes de mayo y, esta vez sí, llega el mayor espectáculo de las carreras. Una vez más, como manda la tradición, el memorial weekend será testigo de cómo 33 pilotos compiten durante 500 millas para ver su cara tallada en el trofeo Borg-Warner, y por poder saborear la leche de la victoria. Este año recuperaremos cierta normalidad, pues volveremos a ver público en las gradas, aunque no la cantidad absolutamente intimidante de gente que suele ser habitual, y volveremos a ver también un bump day, es decir, que habrá quien se quede fuera de la prueba. Finalmente son 35 los pilotos que han decidido acudir a la adecuadamente llamada ciudad de Speedway, Indiana, para medirse en la pista, por lo que dos de ellos se quedarán fuera antes de empezar.

La lista de pilotos participantes es de lo más interesante. Entre los que compiten a tiempo completo tenemos a grandes pilotos que están luchando por un campeonato que por ahora está súper ajustado. El líder del campeonato, Scott Dixon, es eterno favorito sea cuales sean las circunstancias, a pesar de haber ganado la prueba solo en una ocasión. Los jóvenes aspirantes, el español Álex Palou y el mexicano Patricio O'Ward, habiendo ambos conseguido su primera victoria en la categoría este año, también acapararán muchas miradas. El tercero en el campeonato, Josef Newgarden, también tiene mucho que ganar, pues a pesar de ser doble campeón, nunca ha ganado esta carrera en las nueve ediciones que ha disputado. En cualquier caso, prácticamente cualquiera puede ganar, como alguno de los pilotos de Andretti que puede dar la sorpresa, a pesar de la baja forma general del equipo, o el vigente ganador Takuma Sato. Echaremos de menos, en cualquier caso, a Romain Grosjean y a Jimmie Johnson, quienes han decidido no participar en las pruebas ovales, sustituidos como suele ser habitual por Pietro Fittipaldi y Tony Kanaan, respectivamente.

Entre aquellos que vienen específicamente a por la Indy500, tenemos también nombres interesantes. Antiguos ganadores como Juan Pablo Montoya o Hélio Castroneves, a Marco Andretti, que ha tenido algún destello de hacerlo bien en el pasado, como su pole de la última edición, o a Simona de Silvestro, que puede venir muy fuerte, apoyada por el equipo Penske y suponiendo de nuevo una mujer inscrita, veremos si clasificada, en la prueba, después de la ausencia del año pasado, que rompió una racha de varias décadas.

La prueba de las 500 millas es una de las más longevas del automovilismo, siendo disputada desde el año 1911, 39 años antes de la primera edición del Campeonato del Mundo de F1. Solo se ha visto interrumpida por las guerras mundiales, y, por ahora, se ha podido conseguir que siga siendo así. Promocionada, no sin falta de razón, como The Greatest Spectacle in Racing, es, como ya sabréis considerada una de las tres pruebas que forman parte de la Triple Corona del Automovilismo, junto con el GP de Mónaco, habitualmente disputado el mismo día, aunque este año no es así, y las 24h de Le Mans, algo menos de un mes después.

El circuito

El óvalo de Indianapolis es un circuito único y lleno de historia. Construido originalmente como un circuito de pruebas en el que se iban a disputar carreras, ¡con una superficie de grava!, fue poco a poco afianzándose como uno de los trazados referente en el automovilismo de competición, no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, siendo modificado progresivamente con el objetivo de aumentar la seguridad y hacerlo apto para los cada vez más veloces bólidos, siendo primero pavimentado con ladrillos, cuando se ganó el apodo de "Brickyard", y finalmente completamente asfaltado en 1961. ¿Completamente? ¡No! Como los galos contra los romanos, un pequeño tramo de una yarda de ladrillos sigue resistiendo, a modo de recuerdo, sirviendo como línea de meta y como lugar de otra de las tradiciones: besar los ladrillos al ganar la carrera.

A pesar de que a nuestro poco experto ojo europeo todos los óvalos puedan parecernos iguales, nada más lejos de la realidad. Indianapolis es único en varios aspectos, y tiene un carácter propio muy marcado. Para empezar, es lo que normalmente se llama un "superspeedway", es decir, un óvalo muy largo, de más de 2 millas (3.2 km), concretamente, de 2.5 millas (4 km). Esto significa que es un circuito en el que se alcanzan de forma continuada velocidades extremadamente altas, y en el que el freno solo se pisa para entrar en boxes. Por otro lado, es un circuito bastante plano, con tan solo 9º de peralte, frente a los 33º que podemos encontrar en Talladega. Como principal factor diferenciante final, tenemos que tiene cuatro curvas físicamente diferenciadas, lo que no es normal en los óvalos, que suelen tener solo dos curvas, y a veces un pequeño y suave vértice en meta que rara vez se contabiliza como curva.

Formato de clasificación

Como esta prueba tiene un formato de clasificación un poco especial, hago aquí una explicación resumida. En la sesión larga de clasificación del sábado, cada piloto sale y hace un intento, el orden es por sorteo. Cada intento consiste en cuatro vueltas lanzadas seguidas, y se toma la velocidad media de las cuatro. Una vez todos los pilotos han hecho un intento, pueden volver a salir para hacer más, teniendo dos opciones para ello, el carril lento, y el rápido. Los pilotos del carril rápido tienen prioridad, pero cuando salgan a hacer el nuevo intento, pierden el anterior. Los del carril lento no saldrán mientras haya gente en el rápido esperando, pero pueden conservar su mejor intento.

Una vez terminado el día, se quedan bloqueados los puestos del 10 al 30, ambos inclusive. Los nueve primeros se la jugarán a un único intento el domingo, en lo que se denomina Fast Nine, para conseguir la pole position. Los, últimos, en este caso cinco, harán un último intento, también a una sola carta, el mismo domingo. Los tres primeros de este intento saldrán en la última fila, y los dos últimos tendrán que hacer la maleta por adelantado.

Pilotos y equipos

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