Radiografía del atasco crónico de Barcelona

B

Las causas de la congestión cronificada en los accesos a la ciudad Condal y sus posibles soluciones.

La escena se repite cada mañana desde hace unas semanas: conductores atrapados en la carretera mientras escuchan por la radio los kilómetros de retenciones que hay en los principales accesos viarios a Barcelona y en las rondas. El año y medio de pandemia con la actividad a medio gas había hecho olvidar algo que era cotidiano y que ha vuelto con la progresiva recuperación de la actividad y, en consecuencia, de la movilidad. En algunos casos, lo ha hecho incluso con más intensidad que antes.

La recuperación del tráfico privado hasta niveles prepandemia, el fin de los peajes y los cambios en el urbanismo de Barcelona están provocando que algunas de las retenciones sean más largas. El fenómeno se repite de lunes a viernes en las principales vías que desembocan en la capital catalana desde el Maresme, el Vallès y el Baix Llobregat. Según el Servei Català de Trànsit, de promedio, la longitud de las retenciones es ahora, entre el 1 de septiembre y el 12 de octubre, un 8% de promedio mayor que en el mismo periodo del 2019. Las colas también se han acrecentado estas semanas por unos aumentos muy destacados de la accidentalidad (un 52%), de las averías (24%) y de la retirada de vehículos (230%) en el conjunto de la red viaria catalana.

La situación es especialmente visible en el anillo metropolitano, más que en el interior de la ciudad. “En la hora punta matinal, entre las 7 y las 10 de la mañana, se constata un incremento en las rondas y una cierta reducción de la intensidad del tráfico en el interior de Barcelona, entre un 5% y un 10%”, señala el director del área de Movilidad del RACC, Cristian Bardají. En las vías de acceso a la capital, en cambio, algunos días, la intensidad del tráfico es incluso mayor que en marzo del 2020. Tuvo su punto álgido durante la huelga de los maquinistas de Renfe, pero desde el 1 de septiembre es bien visible en las autopistas C-32 norte, C-33 y AP-7, debido a la supresión de los peajes. Se han sumado a ellas conductores que antes optaban por carreteras secundarias y usuarios de trenes o buses que ahora apuestan por el coche, convencidos de que les sale más barato al no tener que sacar la tarjeta de crédito cada vez que circulan.

La recuperación de la actividad, el fin de los peajes y los cambios urbanísticos vuelven a llenar las carreteras

El atasco constante en hora punta tiene un efecto directo palpable sobre los propios conductores. “Se tarda hasta un 30% más de tiempo que antes en hacer los mismos desplazamientos”, según Antoni Poveda, vicepresidente de Movilidad del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB). El incremento de tiempo de circulación de los vehículos, a su vez, está provocando una rápida recuperación de los niveles de contaminación prepandémicos, tal y como se explicaba en estas mismas páginas el pasado domingo, que aún podría ser mucho peor de no ser por las restricciones ya vigentes para limitar los movimientos de los vehículos más viejos.

“La intensidad del tráfico, en general, es similar a la que había en el 2019, pero ahora las concentraciones se dan más en unas carreteras y menos en otras”, precisa Òscar Llatje, coordinador de Movilidad y Seguridad Vial del Servei Català de Trànsit. “Pero –matiza– estamos en el principio de este cambio, ya que mucha gente está probando cómo les va a ir por un lugar en vez de por otro y seguramente muchos recuperarán los itinerarios anteriores, porque en los nuevos hay colas, ya estamos empezando a verlo”

Otro factor relevante para Llatje es que buena parte de los usuarios que han dejado de ir en transporte público y que ahora se mueven en coche o moto seguramente regresarán a los medios colectivos a medida que la situación epidémica vaya normalizándose. Hasta el momento, la reactivación de la movilidad ha sido mucho más clara en las carreteras que en el transporte público, en la mayoría de los casos seguramente por la preferencia de los medios individuales, ya que se consideran más seguros ante posibles contagios del virus. Mientras que el coche ya se encuentra a niveles del 2019, el transporte público se queda en el 75%, en una lenta aunque constante recuperación. Aún así, Llatje advierte que un regreso a los 1.000 millones de desplazamientos anuales del sistema de transporte público metropolitano “no supondrá que la red viaria vaya a descongestionarse porque el previsible crecimiento de la actividad económica conllevará un progresivo incremento de la movilidad en vehículo privado”.

El tiempo de trayecto en los desplazamientos metropolitanos en hora punta es hasta un 30% superior al de antes

El RACC añade otro elemento que sucede a unos cuantos kilómetros de las retenciones de los accesos y las rondas, en el interior de Barcelona. “Se ha reducido la capacidad de la red viaria urbana, fundamentalmente en los puntos que conectan las vías de alta capacidad con las calles”, destaca Bardají, que pone como ejemplos las reducciones de carriles en la Diagonal, la Gran Via, la Meridiana, València o Aragó.

En suma, subrayan desde el RACC, “la misma intensidad y menos capacidad se traduce en más congestión; esto es lo que nos está pasando, fundamentalmente en los desplazamientos de conexión entre la ciudad de Barcelona y su área metropolitana”. El ejemplo más claro en este sentido son las colas que se forman cada mañana en la C-58 desde el Vallès, más largas de lo que eran en tiempos prepandémicos, provocadas por las obras que se están haciendo en la Meridiana y que comportan una reducción de los carriles destinados al tráfico privado.

El Ayuntamiento de Barcelona reconoce que en esta última avenida se ha detectado una mayor congestión. También en la Gran Via, en sentido Llobregat, por las obras de Glòries y, antes de llegar hasta allí, por la creación del carril bus-VAO de la C-31, que ahora suma además un aumento de tráfico derivado del fin de los peajes. En este punto, desde hace un año se ha restado un carril de trafico general para dárselo a los autobuses que entran a la ciudad desde el Maresme y en hora punta llega a transportar a tanta gente como la que se mueve en los otros dos convencionales, según los datos de la Conselleria de Territori.

También se puso un carril bus en la calle Aragó, y luego otro para bicis, dejando en cuatro los seis carriles entregados al coche en la principal calle-autopista urbana que cruza Barcelona. En este caso, en cambio, el Ayuntamiento no ha detectado mayor congestión y le da pie a minimizar el impacto que las restricciones de espacio al vehículo privado aplicadas en el interior de la ciudad puedan provocar en el entorno. “Es cierto que hemos hecho actuaciones que han restado espacio al vehículo privado en favor del peatón, de la bicicleta y del autobús, pero las colas que se producen en los accesos y en las rondas no tienen nada que ver con ellas”, asegura Adrià Gomila, director de Servicios de Movilidad. A su juicio, “el problema no está dentro de la ciudad sino fuera y la clave es la que ya conocemos, que hace falta más transporte público para los desplazamientos metropolitanos”. Lo justifica apuntando a los dos grandes puntos negros de la circulación en el término municipal de Barcelona, los mismos desde hace años: los tramos de subida de la ronda de Dalt y el paso subterráneo del Moll de la Fusta en la ronda Litoral.

Ante esta posición del Ayuntamiento, desde el RACC instan a revertir algunas de las actuaciones ejecutadas. “Se podría recuperar parte de la capacidad perdida, al menos de manera transitoria”, plantea Cristian Bardají. “La gracia del urbanismo táctico había sido, justamente, que era adaptable y reversible”, recuerda este responsable del club, que reclama “una estrategia de movilidad consensuada y con visión metropolitana”.

Si en el diagnóstico hay notables diferencias, el capítulo de soluciones genera un mayor consenso. Eso sí, nadie tiene la receta mágica que haría desaparecer las colas, al menos a corto y medio plazo. Un cierto grado de congestión es habitual en todas las grandes urbes cuando vías de varios carriles finalizan en calles con semáforos. En Barcelona el principal instrumento es el transporte público de conexión entre el centro de la ciudad y el entorno metropolitano. Los carriles bus previstos desde hace décadas en vías habitualmente congestionadas como la B-23 serían una solución, pero la Generalitat no parece estar por la labor pese a tener varios carriles diseñados y proyectados desde hace años. Algo similar pasa con los park and ride , donde el AMB está impulsando acciones por un lado y Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) por otro, pero se echa de menos una estrategia conjunta en toda la región. Por su parte, las actuaciones en Rodalies –el clásico en este debate– requieren de un periodo de tiempo mucho más largo. Sin embargo, hay otras propuestas que podrían, si no eliminar, al menos atenuar la congestión.

La flexibilidad horaria y el teletrabajo podrían atenuar el problema, pero su aplicación ha quedado bajo mínimos

“Construir más infraestructuras viarias no es la solución porque las ocuparían más vehículos –advierte Òscar Llatje–; hay que reducir el número de coches”. Entidades de diversa índole como la asociación para la Promoció del Transport Públic (PTP) o Barcelona Global ven el peaje urbano como una de las medidas más efectivas. El pago por acceder al interior de la ciudad fue precisamente llamado “tasa de congestión” en un primer momento en Londres porque su objetivo es precisamente ese: reducir la congestión con una carga económica.

También hay quien apuesta por medidas coercitivas más acotadas como los peajes dinámicos en las vías de acceso que penalicen las horas punta, para allanar el uso intensivo de algunas carreteras en determinadas franjas, mientras que en otros momentos del día están casi vacías. Es una medida que ha estado encima de la mesa de los responsables de movilidad de la Generalitat, municipales y metropolitanos, pero que hasta la fecha ninguno se ha atrevido a aplicar. Sí que lo han hecho con el precio del aparcamiento en las calles de Barcelona, donde la subida de tarifas de hace dos años con penalización para los coches más contaminantes actúa como un elemento disuasorio sin necesidad de tantos aspavientos.

La flexibilidad horaria es otra acción que contribuiría a la reducción de la congestión viaria. Fue una de las cuestiones que se comprometieron a impulsar las administraciones en el inicio de la desescalada para evitar las aglomeraciones que pudiesen contribuir a la propagación del virus, pero no se perciben avances en este campo. Igual que son muy pocos los pasos dados en el mantenimiento del teletrabajo, que podía contribuir a reducir los desplazamientos cotidianos. Bardají también plantea el fomento de “un mejor uso del vehículo privado, incrementando su factor de ocupación, que actualmente se sitúa en el entorno de 1,2 personas por vehículo; más personas por coche reduciría la congestión”.

El gran número de furgonetas de reparto están en el punto de mira para reducir la congestión

Por su parte, el vicepresidente de Movilidad del AMB, Antoni Poveda, también pone el foco en la distribución urbana de mercancías. Las furgonetas cargadas de paquetes comprados a través de internet que se desplazan hasta la puerta de casa son uno de los elementos que mayor responsabilidad tienen en el colapso viario que sufre Barcelona. “Es urgente apostar por soluciones de ciclologística y puntos de reparto en los barrios”, considera el responsable metropolitano, que ya está poniendo en marcha diferentes iniciativas de este ámbito en ciudades del entorno de Barcelona.

Tanto Poveda como Gomila hacen una defensa también de la bicicleta para los trayectos cortos. “Con las carreteras colapsadas, cualquier trayecto de menos de 10 kilómetros en hora punta es mejor hacerlo en bici”, resume Poveda, que destaca la importancia de seguir invirtiendo en la mejora de las ciclovías de conexión interurbana para dotar al continuo metropolitano de una infraestructura segura que invite a un cambio modal. El Bicing metropolitano aspira a ser un impulso y el patinete, aunque ningún experto se acuerde de él, también tiene mucho que decir en distancias cortas.

Y, como la información es poder, Òscar Llatje recuerda que la toma de decisiones con los datos en tiempo real por parte de los conductores sobre las rutas a seguir es clave para evitar los tramos más problemáticos. En este sentido, son útiles los paneles informativos que hay en las vías y que se van actualizando sobre las retenciones y posibles desvíos. Pero, a juicio de este responsable técnico del Servei Català de Trànsit, son más efectivas las aplicaciones de navegación que cada vez más personas usan en sus coches.


Gran reportaje en el que creo que tocan TODOS los problemas de circulación que tiene la ciudad de Barcelona, han tenido año y medio para mejorar y lo único que han hecho ha sido quitar carriles y poner más restricciones, en vez de generar más alternativas para que un ciudadano tarde lo mismo (o menos) en ir desde su casa al centro de Barcelona.

https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20211017/7795413/radiografia-atasco.amp.html

Neodux

Furgonetas de reparto en la mira jajaja.

Me apuesto los huevos a que su gran solución va a ser aplicarles un nuevo y revolucionario impuesto

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Hobbes

Que declaren la independencia y salgan las empresas, si no hay empresa en Barcelona, no se genera tráfico para ir al trabajo y por consiguiente, se baja la contaminación.

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Leoshito

Nunca entenderé como coño se monta un atasco si la gente supiera conducir.

Arrancas en cuanto se pone el semaforo en verde y o te dejas el móvil o no estás mirando las musarañas y vas poniendo primera mientras ves el monigote del paso de peatones parpadear.

Si estás en una rotonda, te metes por el carril que toque sin miedo y con seguridad, hay veces que podrían pasar varios coches y no se mueve ni dios. Además, si vienen coches es porque el resto de carriles se mueve, la retención no puede estar allí también.

No dejas el puto coche en doble fila jodiendo un carril, ni vas haciendo zigzag entre los carriles para ir al "que va más rápido".

Si vas a salir de una rotonda en una salida que sólo tiene un carril y vas por el de dentro, te jodes y das la vuelta a la rotonda, no metes el morro y haces parar a los que están en su carril.

Si hay una incorporación desde un ceda o un stop, y los coches están parados delante, haz cremallera y deja entrar UN coche. El de atrás que deje entrar UN coche. Y así cuando te toque entrar a ti, te dejarán pasar.

Medidas básicas de educación vial y convivencia. Muy complicadas para el 90% de los conductores.

3 2 respuestas
B

#4 Pandemia, sobrecarga de la vía, repartidores, accidentes, semáforos, peatones, etc... No se, son tantas las posibilidades. A menos que conviertan Barcelona en Tokyo donde no es necesario usar vehículo propio para ir a trabajar, esto estará siempre presente en las grandes y medianas urbes.

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B

#4 la realidad es que el tiempo de reaccion, aunque estés ultra atento al semáforo siempre va a ser mayor que la "no generacion" de caravana.

O es que en una autopista con un tráfico fluido pero sobrecargada si vas a 80km/h y ves al de alante frenar tu no frenas instintivamente? Las caravanas se generan cuando la vía no es capaz de absorber todo el tráfico posible. Más si nos vamos a vías urbanas donde hay semáforos, peatones, resaltos...

1
B

Que den beneficios a la empresas que pongan teletrabajo y verás lo que tarda en empezar a desatascarse

2 2 respuestas
RayF

Normal que se atasquen las rondas, especialmente la litoral con su absurda limitación a 60 km/h, los radares de tram y sus dos carriles por sentido.

Es una trampa meterse por ahí.

Y la ciudad está cada vez más congestianada gracias a la retrasada que tenemos como alcaldesa, ya veremos cuando quiten dos carriles definitivamente a la Meridiana, nos vamos a reir.

B

#7 Es fácil y así debería ser, pero no lo van a hacer.

Reducción de impuestos para contratos indefinidos con teletrabajo

de al menos el 85% de la jornada semanal.

  • Reduces costes a las empresas.
  • Mejora de competitividad.
  • Reducción de contaminación.
  • Reducción de atascos.
  • Transporte público menos saturado en hora punta.
  • Los empleados aprovechan el tiempo que gastaban en transporte.
  • Reduces la despoblación en la "España vaciada" y la masificación de ciudades.
12 3 respuestas
Drakea

La disonancia cognitiva de una población de trabajadores que tienen que seguir yendo al trabajo con sus coches super-contaminantes de hace 10 años y varias decenas de miles de kilómetros porque no tienen dinero para comprarse un Tesla full equip y una casta de funcionarios y pijoflautas en el Ayuntamiento que hacen políticas de "ciudades para gente y no para coches" y "smart city ecosostenible y solidaria :slight_smile: "

3 2 respuestas
Dalgu

Nos atascamos porque somos monos al volante, como bien podéis ver en este ilustrativo video, u otros muchos que lo explican.

https://youtu.be/iHzzSao6ypE

2 1 respuesta
B

#9 Si esos puntos que has puesto sirviesen como excusa para subir impuesto en lugar de mejorar la vida de TODOS ya estarían aplicando esa política con la misma excusa.

Pero como vivimos en españistán país de corruptos, empresaurios y subnormales pues nada.

gaLiix

Lo ideal es ir en moto, en coche un perder el tiempo y la paciencia. Dudo que encuentren alguna solución a todo esto la verdad y aunque la haya no harán nada.

Ilikerain

#9 jajajajajjajajajajajaajajja suerte con eso, los medios se encargaron de demonizar el teletrabajo desde el otoño pasado y han conseguido casi erradicarlo. Ademas ya dejaron entrever que no era "viable socialmente" porque los bares que ponen desayunos y comidas sufrirían mucho sin trabajo presencial, así que ya sabeis a joderse y a aguantarse con madrugones y atascos porque se vaya a quejar la hostelería y de paso os podéis tomar café de maquina con los compañeros, otro avance bestial a nivel social abortado por los medios de información y la casta política.

2 1 respuesta
AikonCWD

#11 Lo que sale en 2:25 es la clave. Sieeeeempre los mismos putos subnormales haciendo ese atasco en la ronda litoral/d'alt. Yo es que pondría muros entre carriles para evitar que se vayan cambiando como retrasados.

sephirox

#10 Pues espérate, que para 2023 quiere que haya 33 kilómetros más de carril bici en la ciudad. Todo para que sus colegas de la facul de ciencias políticas puedan sentirse realizados y honestos con el Planeta mientras van en la puta bici.

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Ilikerain

#10 En Sevilla hace 2 o 3 años querian quitar carriles y a poner a 30 km una de las principales vias de entrada y salida de la ciudad, lógicamente se tuvieron que echar para atras, pero bueno es lo que tiene ser concejal del PSOE y tener el ayuntamiento a 10 minutitos andando, los problemas reales de la gente y mas en ciudades grandes como Sevilla o Barcelona te la traen al pairo, ¿que hay gente que se mete todos los días 40 0 50 km para ir a trabajar? Bah, que les den, mala suerte por no pillarse un piso al lado del trabajo y no pensar en el planeta.

NeV3rKilL

#7 Que den beneficios a las empresas localizadas en la España vacía y verás lo que tarda en empezar a desatascarse.

Erráis el tiro de bastante.

Ronjoujoujou

Es lo que tiene cuando una familia de 2 padres y 2 hijos hay 3 coches.

Se debería fomentar el tráfico peatonal (bicicletas, patines) en los grandes núcleos con carriles dedicados, focalizar la logística de reparto dándoles un carril como tienen los buses / taxis. Y el coche cuando haya que hacer KM.s .

Y también se podría hacer algo fomentando el teletrabajo y quitando más volumen de vehículos.

1 respuesta
sephirox

Está claro chavales. El problema es que una familia humilde pueda tener 3 coches para desempeñar su vida diaria de la manera más cómoda posible. Por lo tanto, hay que pauperizar a ese trabajador que vive en la periferia, hay que hundirlo en la miseria más absoluta, meterle 3 horas más a su día a día laboral en transporte público junto a la plebe para que el niño bien de la capital, hoy en día un ecorrevolucionario, que va en bici a la facul de políticas para acabar en algún consistorio enchufado, pueda sentirse a gusto en un mundo verde y colorido.

9 3 respuestas
Ilikerain

#20 Y el que viva en un pueblo a 50 km se joda y no pueda ir a trabajar en coche, otro avance del siglo XXI. Yo creo que es que quieren darle mayoría absoluta al PP sin Vox, otra cosa no se explica con tanto odio a los obreros.

2 respuestas
B

#21 No te digo pueblos a 10 min en coche de BCN que en transporte publico son 30-40 min

1 2 respuestas
sephirox

#21 A ese que le follen. Que se hubiese comprado una buena choza en Barcelona, como Colau. Hay que usar la bici, ya sabes.

#22 De mi casa a Valencia en coche tardo 15 minutos. En autobús 1h entre que espero y no espero al bus, a veces más.

1 1 respuesta
B

Siempre podéis coger Ubers y Cabifys.

Ilikerain

#22 Yo vivo en un pueblo de la campiña sevillana, en coche se tarda en llegar 50 min, en el eficiente autobus se tarda 1 hora y pico larga casi 90 minutos, para cogerlo si vas a trabajar totalmente.

B

#23 mi pueblo (80k habitantes), son en coche 10-15 (depende lo que le aprietes al coche) para ir a BCN, el bus son mínimo 40 y te deja en plaza españa. Búscate la vida luego.

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D4rKNiGhT

Podrá ser todo lo bonito que quieras desde arriba pero es que Barcelona esta mal hecha. No hay parkings o son terriblemente caros, lo que converge a que haya coches dando vueltas en las calles yendo lento creando atascos. Los semaforos en algunas calles/avenidas no están sincronizados conviritiendo el que vayas más de dos manzanas seguidas recto en una odisea. Los taxis...madre mia con los putos taxis...

Luego tenemos a una alcaldesa que ha aprovechado el covid para cambiar las calles de 3 carriles a 2...

Y lo que sea un 30% más que antes...que ha pasado? que ahora todos tenemos coches y nos encanta pagar el impuesto adicional catalán? no hay por donde coger esa noticia.

sephirox

#26 Pues imagínate desde Mataró, que es donde yo paso largas temporadas. Para ir a Barna hay un autobús caro que te cagas, que te deja en Plaza Cataluña (donde las Ramblas) y da las gracias. El tren te deja en Sants, pero caro como él solo.

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B

#28 tenía un amigo de mataró en la uni. Valiente robo.

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sephirox

#29 Pero eh, no cojas el coche que no sé qué de huella ecológica.

Mira, Greta, me paso la ecología por los huevos.

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