El siglo del malestar: la salud mental y la sociedad de psicólogos

B

Una vida orientada hacia el consumo. Spam de condicionamiento clásico u operante en cada imagen y letra que procesa tu cerebro. El efecto desmitificador de la ciencia. Relaciones líquidas. Demasiada información y consciencia de toda la mierda que sucede en el mundo y lo poco que se puede hacer para revertirlo. Competitividad asfixiante en todos los ámbitos de la vida. Vivir en un mundo que al bueno lo llama débil y tonto y al hijo de puta listo y fuerte. Etc.

Es normal que en occidente la ansiedad y la depresión vayan a galope.

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Pseudodiego

Vivimos en una sociedad enferma hasta la medula, por logica de ella van a surgir individuos enfermos.

Letkorias

#17 Es un buen decector de cuñaos ese meme, no se sostiene en ningún punto.

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Ghamakhur
#39SRvictor:

Lo de confundir insatisfacción vital por no alcanzar unos objetivos con depresión o trastorno mental creo que es el principal problema de este hilo.

Tienes razón pero parece que señales la depresión como solo una causa neurobiológica, cuando, a tenor del inicio del hilo, sí que hay un aumento de la depresión por causas psicológicas (en relación a la psique, no a la disciplina) cuyo origen es variado y múltiple (me llama la atención que en el hilo no se haga mención al papel apaciguador que antes tenía la religión) pero bastante particular de esta época. La insatisfacción vital también puede tornar en una depresión.

Ulmo

En ninguna sociedad anterior se le había repetido a tantisima gente y de forma tan insistente que eran unos perdedores en el juego de la vida.

Lógicamente, si llevas años machacando a alguien con que no es ni lo suficientemente guapo, ni lo suficientemente listo, ni lo suficientemente rico, ni lo suficientemente popular, ni se esfuerza lo suficiente, pues acabará deprimido.

Da igual lo rica o pobre que sea la sociedad en la que se encuentre.

Mariox93

#55 Esto es muy cierto, no está nada normalizado el enseñar que además de relacionarte con los demás también tienes que aprender a relacionarte contigo mismo.

Con pararte 5 minutos en total silencio e intentar concentrarte en algo vas a darte cuenta del poquísimo control que tienes sobre lo que piensas.

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