Siempre he sido un "tío majo", tranquilo, introvertido y sosainas. Nunca he sido un ligón, ni he tenido grupos de amigos numerosos, ni me ha interesado ir a fiestas. Me gusta pasar el finde en casa, aunque tampoco me salen muchos más planes. Veo a mis pocos amigos de tanto en tanto y el resto de mis contactos sociales son o bien del trabajo (antes trabajaba cara al público y conocía a mucha gente) o bien el tiempo que paso estudiando un ciclo.
Como me gusta quedarme en casa viendo pelis, jugando a videojuegos, navegando o leyendo sobre cosas que me interesen tampoco he tenido mucho chance de tener novia. Nunca he pasado de tener un par de relaciones informales. Tontear sí porque me gusta, pero siempre se acababa rompiendo la cosa y la verdad es que estaba muy acostumbrado a ser soltero y hacer lo que me diera la gana sin dar explicaciones.
El año pasado tuve mi primera novia con la que estuve saliendo tres meses y la dejé yo porque no me gustaba lo suficiente y ella se rayaba cada vez más porque decía que se estaba enganchando. Me costó muchísimo porque para mí significaba volver a la triste vida solitaria, encima en esa época era un nini. Pero corté.
Tengo 27 años y acabo de hacer diez meses con mi actual pareja (ella tiene 32), que lleva dos meses fuera por trabajo y vuelve en pocas semanas. Hace cinco días que discutimos porque ella es muy intensa y a mí me cuesta seguirle el ritmo. Casi siempre nos escribimos un buenos días, hablamos por teléfono después de comer y volvemos a hablar por la tarde después de merendar (o quedamos si estamos juntos). Por la noche siempre hablamos y muchas veces nos dormimos con la llamada. Al principio lo llevaba bien porque me gusta mucho, pero noto que cada vez me cuesta más y empiezo a sentirme raro con la situación. Pienso que debería estar perdidamente enamorado porque me gusta en todo menos en eso, y en cambio estoy escribiendo este post.
Me agobio, en cuanto algo no va perfecto se raya y yo lo noto. Y si no saco yo el tema al día siguiente es ella quien me dice que estoy raro. Pero me raya mucho que esté constantemente preocupada por si pasa algo y yo a veces hasta me siento analizado.
De una forma o otra nunca consigo sentirme del todo tranquilo y empiezo a echar de menos estar a mi bola, porque soy muy retraído y necesito tener mucho espacio. A lo mejor soy egoísta pero me parece asfixiante hacerse cargo de las carencias del otro. Lo que pasa que tampoco quiero perderla.
Chicos, ¿a veces os agobiáis con vuestras parejas? ¿Qué hacéis esas veces que añoráis tener la libertad de la soltería? No me refiero para ligar sino para estar a vuestro aire sin más