Buenas
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[Cuento]
Leucocita: Vida y milagros
Varios meses de duro embarazo tuvo que soportar, pero el final mereció la pena, había llegado al mundo un ser de cara amigable y de diminuto tamaño en comparación con sus semejantes. Las largas discusiones entre sus padres, dieron como fruto que le pusieran de nombre Leucocita. Ella es una vaca. Leuco como solía ser llamada por sus amigos vivió sus primeros años de vida en un ambiente tranquilo y reposado como el de cualquier vaca de su edad. Pronto entro en el colegio y demostró sus grandes dotes para las matemáticas y la física, además de ser la envidia por su gran dominio del balón y sus demostraciones en los recreos. En definitiva la vida de Leuco era como cualquiera de nosotros podría desear. Sus años en el instituto pasaron felices y tras una nota envidiable en la revalida (sí, las vacas no hacen selectividad), entro en la carrera de matemáticas. Su vida en el campus transcurría más bien solitaria, siempre estudiando y casi sin tener relación con sus compañeros. Tras dos años de duro esfuerzo Leucocita demostró su esfuerzo invertido sacándose la carrera en un solo cuatrimestre. Posteriormente, realizó una tesis sobre la relación de las matemáticas con el campo quirúrgico y sus aplicaciones en las transmisiones encefálicas medias, con el titulo: “la relación de las matemáticas con el campo quirúrgico y sus aplicaciones en las transmisiones encefálicas medias”. Muy original por su parte. Esta tesis además de darle el puesto de funcionaria como profesora de la universidad (no, las vacas no hacen oposiciones), le reportó el premio novel. Pero este no le fue entregado debido a que es una vaca. Con 14 años Leucocita tenía lo que otras vacas semejantes les hubiera costado conseguir mas de 35 años. A los 15 años y ya harta de la monotonía, decidió marchar al pueblo a visitar a Tomás, el pastor que le dirigió durante sus primeros meses de vida. El camino era largo ya que como es una vaca tenia que ir andando, porque las vacas no saben arreglar coches y el suyo estaba estropeado. Tras dos días de alegre paseo cruzó la vía del tren sin mirar y fue atropellada, pero no lloréis por ella ya que no sufrió, bueno, no demasiado, pero lo importante es que era budista y volvería a reencarnarse, y así fue, volvió a la tierra en forma otra vez de vaca, pero de peluche.
Este es un cuento escrito por Froggy, sobre su vaca de peluche "leucocita"
Ala a pasarlo bien
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