CiberNovela: El reino de Tartessos

Kartalon

Prólogo

Esta novela es un experimento narrativo en el que pretendo comprobar si es posible escribir una buena novela sobre la marcha y crear un formato de novelas ideal para ser narrado en foros, blogs e internet en general. Además incorporaré elementos típicos de elementos no literarios como el manga o las series televisivas, dividiendo la novela en inmensidad de capítulos cortos (que a la vez facilitan que puedan ser seguidos con facilidad por Internet en tiempo real) y la combinación del humor con la tragedia de forma rápida.
Quiero aclarar que todo es totalmente original y escrito por mí, por lo que espero que respeteis su autoría. Podéis publicarlo dónde queráis (aunque agradecería que si es posible dierais los vínculos a los lugares en los que yo he escrito la novela), pero os ruego que reconozcais siempre su autoría, ya que me ha costado escribirla y sería como matarme a un hijo :)
Los capítulos los escribo siempre en un foro de un menor número de usuarios para que corrijan los fallos más evidentes a cambio de disfrutar en primicia de los capítulos, si alguien quiere saber la localización de este foro puede obtenerla en mi perfil. Por ello también es posible que algunos tags de formato sean incorrectos.
Es muy probable que al principio cambien algunos capítulos ya que, al ser escrita de forma totalmente improvisada sobre la marcha es muy probable que desee cambiar cosas a posteriori.
La serie puede parecer un poco flipada pero lo único que pretendo es situar esta serie en un contexto actual con el que cualquiera se pueda identificar introduciendo elementos fantásticos clásicos.
Por ahora (a no ser que me deis mucho la brasa), no pienso seguir con una frecuencia prefijada cada capítulo, sino que cuando tenga tiempo (o me aburra mejor dicho :D ) escribiré un nuevo capítulo, los capítulos los postearé a modo de respuesta en este tema a no ser que haya muchas respuestas que hagan dificil seguir la lectura de estos.
Sin más dilación os dejo con esta novela, sucesión de relatos, experimento, chorrada, o como prefiráis llamarlo.

El Reino de Tartessos

Todo lo que me rodeaba era mar, me encontraba flotando sobre una inmensa superficie de agua, miré a mis pies, un libro de cubiertas de plomo flotaba bajo mis pies manteniéndome en la superficie. ¡Mi libro! ¡Ese era mi libro! Se estaba mojando. ¡Tenía que salvarlo! Cogí el libro, sin embargo, cuando ví el libro en mis manos me di cuenta de que era lo que me salvaba de caer al agua, miré a mi alrededor, todo era agua oscura y densa, al fondo se dibujaba algo dorado, una luz, sin embargo me di cuenta de que el libro se me estaba deshaciendo en las manos, quise gritar, pero lo único que conseguí es que los pulmones se me inundaran de agua.

1) Una noche cualquiera

3 de Junio de 2006

Me desperté inundado en sudor, al principio miré a mi alrededor desorientado, era mi habitación, a la derecha la inmensa librería a la izquierda mis dos ordenadores, mis posters, mi mesa de estudio. Cuando me dí cuenta de que no estaba ahogándome y que todo había sido un sueño me volví a recostar sobre la cama, me di cuenta de que era de día pero que estaba oscureciendo, a las cuatro de la tarde me había echado la siesta, ¿qué hora sería?

Me giré para mirar el reloj, la aguja pequeña marcaba el diez y la grande el doce. Mmmm, no podía ser, volví a mirar para cerciorarme... ¡¡¡¡NOOOOOOOOO!!!! ¡¡Cagoenlamarserenaenlaquenadanlostiburones!!

Dentro de media hora tenía que estar en la plaza y todavía tenía que ducharme, cenar, vestirme, peinarme, calzarme, uff... Demasiadas cosas. Me quité la poca ropa que tenía puesta y me metí en la ducha, una vez ahí me duché con rapidez aunque, cuando quise darme cuenta, estaba lavándome el pelo con el gel, pero no pasaba nada, no tenía tiempo para rectificar, aún desnudo abrí la nevera, nada que supiera cocinar, abrí el congelador, dos helados y una caja de empanadillas, puse la sartén y el aceite y con un helado en cada mano me fui a comprobar si todo lo que había puesto a descargar antes de echarme la siesta ya formaba parte de mi disco duro, y así era, quise poner a descargar otra cosa y, cuando completé la operación con éxito mire para abajo y, disgustado, comprobé como todo mi teclado se hallaba lleno de pringoso helado, no había tiempo para limpiarlo, me lavé las manos, tiré los restos de los dos helados por el váter y tiré de la cadena. Tomé un poco de aire cuando... ¿ese olor?

Corrí hacia la cocina y ví como el aceite había pasado a ser una gran humareda, asustado empujé la sartén hasta el fregadero y eché agua, abrasándome la mano en la operación, ya no había tiempo para cenar, corrí a vestirme, no encontraba que ponerme, que más daba, mierda, no había ningun pantalón decente, ¡el armario de mi padre!, los pantalones se me caían, pero no era nada que los cinturones no pudieran solucionar, ya hacía cuarto de hora que mis amigos debían estar esperándome, no había tiempo para peinarme, salí corriendo, me miré en el espejo del ascensor, la verdad es que la combinación entre pantalón y la camiseta era bastante extraña, el pantalón era claro pero con muchos bolsillos y, al quedarme grande, parecía muy rapero, mientras que la camiseta, aunque también clara, era de un corte bastante clásico, incluso pija diría yo, lo cual odiaba.

No pasaba nada, no había tiempo para rectificar... Un momento, ¿había cerrado la puerta al salir? ¡¡Mierda!! Presioné el botón de STOP en el ascensor, volví a subir, cerré la puerta y tomé el ascensor, mientras bajaba me palpé los bolsillos... ¿Y mi móvil? Volví a presionar el botón de STOP, subí, abrí la puerta, corrí a por mi móvil, cerré la puerta, me metí en el ascensor y comprobé si todo estaba por fin en orden, suspiré al comprobar que sí y bajé contento a la calle, cerca, en la plaza del caudillo, más conocida por suerte como la plaza de las tetas porque en el centro había una rotonda con dos montículos los cuales parecían dos senos femeninos, me esperaban mis amigos.

"Oh, no, para un día que llego tarde me lo reprocharán.", pensé, y así fue, pero no pasaba nada, nos dirigimos hacia el parque del río, llamado así, por curioso que parezca, porque a su lado pasa un río, la cercanía de varios frutos secos, discotecas, garitos de copas y la lejanía suficiente del resto de lugares molestos, hacían de ese parque el lugar ideal para hacer botellón en la ciudad, me encontraba andando con una de mis amigas, Sara, hacia dicho parque cuando me dijo "¿hoy vendrás al concierto no?", una chispa me recordó todo, el concierto, la entrada, la entrada sobre mi escritorio, maldita sea.

Le dije a mi amiga que me esperara en el parque y corrí como un poseso hacia mi casa, si me daba prisa en diez minutos estaría en mi casa y en otros quince minutos ya estaría en el parque, corrí como un descosido, abrí la puerta del portal, subí al ascensor, abrí la puerta de mi casa, cogí la entrada, cerré con un portazo la puerta de mi casa, bajé por el ascensor, salí a la calle y corrí hacia el parque, pero antes de girar a la izquierda, recordé que si cruzaba la carretera y seguía por el barrio de los gitanos tardaría cinco minutos menos, el barrio no era muy seguro, no solo por la cantidad de gitanos que vivía en el, sino porque el poco tránsito de gente, las horas que eran y las intrincadas y estrechas callejuelas hacían de ese lugar el lugar menos apropiado por el que pasar una noche cualquiera.

Curiosamente, mientras corría vi por el rabillo del ojo un trozo arrancado de periódico, paré y retrocedí, en la parte baja del periódico un periodista desprestigiaba un libro de un científico al que todos consideraban por desesperado, Eduardo Puig, el cual hablaba de un reino perdido en el que se practicara la magia, el reino perdido de Tartessos.

Detrás mía oí una voz, un grupo de diez corpulentos muchachos vestidos con camisetas blancas con cruces célticas y símbolos nazis pintadas, armados con bates y cadenas y con el pelo rapado a su mínima expresión me miraban sonrientes. "No te queremos hacer nada muchacho, simplemente dinos si has visto a algún gitano por aquí." Sonreí, me limité a negar con la cabeza, los diez se enfurecieron al ver en mi rostro una sonrisa en vez de miedo, me ordenaron cantar el "Cara al Sol", dije que no conocía la canción, y que, aunque la conociera, no la cantaría. Esto les enfureció demasiado, uno de ellos, que debía tener mi edad aunque yo aparentara algun o algunos años menos, se dirigió a mí con gesto amenazante, y, mientras decía "Ahora verás, enano", me lanzó un puño, yo lo esquivé girando la cabeza, lo siguiente fue una patada, salté hacia un lado y la patada no me dió. La masa de músculos que intentaba golpearme se enfadaba, yo no era muy ágil, ni muy fuerte, por lo que decidí acabar ese juego cuanto antes.

Salí corriendo y giré la primera esquina que encontré, al girar la esquina me di la vuelta, metí mis manos en uno de los bolsillos, saqué un pequeño bote de los utilizados para guardar carretes de fotos y lo vacié sobre mis manos, forté mis manos, me concentré y recordé unas palabras, mientras pronunciaba dichas palabras realicé una sucesión de símbolos con mis manos y dibujé en mi mente como dos animales salían de mis manos, estas se iluminaron produciendo un haz que apuntaba a dos lugares del suelo, estos se abrieron y en dichos lugares se abrió el asfalto y, de dos profundos agujeros, salieron dos leones, tras los cuales se cerró el asfalto.

Trás la esquina aparecieron los diez individuos que me perseguían, los dos leones rugieron, sonreí, ví el terror en sus caras y eso me produjo una grata sensación de placer. Mentalmente ordené a los leones rugir y avanzar hacia ellos, estos se asustaron y empezaron a correr, en ese momento ví por el rabillo del ojo una chica, miré pero no había nada más que un escaparate de una juguetería, en el cual se mostraban unas miniaturas entre las que destacaba la de un mago, en ese momento oí un grito, volví mi cabeza, sangre, vísceras, no podía ser... Oscuridad.

v0rTeX

Esta guapo , lo unico que alguna vez repites mucho alguna que otra palabra según mi opinión.

P.D : El reino de tartessos , es algun libro o algo ? es que si no recuerdo mal habia un mundo persistente online de NWN que también llevaba dicho nombre.

Saludos y espero el siguiente capitulo ;).

cenicero

a mi personalmente me ha gustado sobretodo porq cuando describes algo lo dejas en lo mas escueto posible, siendo esa una de las cualidades que mas admiro en un escritor, sigue asi y estoy en la espera del proximo capitulo

9 días después
Kartalon

Una luz blanca golpeó duramente sobre mi retina, estaba en una cama, alimentandome directamente sobre mi torrente sanguíneo con suero y con una venda apretándome el cráneo, mientras mi vista se iba haciendo más clara oí como una voz femenina informaba de mi despertar.
Una puerta se abrió y entraron mis padres y mi hermano inundándome en un mar de abrazos y lágrimas.
Al otro lado de la puerta vi a mis amigos, estaban allí todos, parecían alegres y contentos, sobre todos una cara me llamó más la atención, era ella.

2) Orígenes

La puerta se cerró de un portazo y me quedé con un médico y dos señores que no conocía de nada. Los dos señores se identificaron como miembros de la policía aunque no llevaban uniforme y me dijeron sus nombres, poco me importaban.

El médico me explicó que me encontraron en el suelo conmocionado, con una fuerte contusión en la cabeza producto de un desmayo.
Uno de los policías, moreno y robusto, de pelo corto, me explicó que a pocos metros de mí había tres skin heads con signos de que habían sido atacados por una fiera, la única pista era ceniza producto de una combustión carbónica incompleta al lado de dos de los cuerpos, tan sólo se había localizado a uno de sus compañeros que se cree que en aquel momento estaba con ellos, este había ingresado en un hospital con signos de demencia y estaba siendo atendidos por psiquiatras.

El otro policía, de la misma estatura aunque no tan robusto, de tez más clara y de pelo castaño, me preguntó qué es lo que había pasado. No tenía gana de contestar, no tenía razón para contestar, no debía contestar. Me limité a girar la cabeza y mirar por la ventana.
Sobre un árbol se posó una golondrina, por un instante pareció mirarme, movió la cabeza y se fue. Una suave brisa agitaba las hojas del árbol.

Los policías y el médico estaban hablando entre ellos, al final todos se fueron. Podía descansar, al fin, me coloqué sobre la almohada y cerré los ojos. Una imagen me vino a la cabeza, la cara desfigurada del skin de mi edad mientras un león ingería las vísceras de su abdomen. Abrí los ojos y preferí entretenerme en otros pensamientos. Había dejado el ordenador encendido descargando la beta de un nuevo MMORPG bastante prometedor, ¿habría terminado ya?

En ese momento se abrió la puerta, era ella, Sonia. Se acercó hacia mi con la cara mirando al suelo, su pelo moreno caía sobre su frente ocultando parcialmente sus bellos ojos color miel, acercó una silla a la cama y se sentó. "¿Qué ha pasado?", me preguntó. Miré hacia el árbol. "Nada", le respondí sin mirarla. Me cogió mi mano izquierda la cual asomaba entre las sábanas. "Confía en mí", me dijo; una lágrima me recorrió el rostro, decidí no mirarla hasta que mis ojos hubieran perdido su humedad.

"Todó empezó hace unos años", comencé a contar, "más exactamente el invierno de 2003, cuando tenía catorce años".

Era una tarde cualquiera cuando mi padre me pidió que fuera con él a ver a los abuelos, a duras penas fuí, pués estaba jugando en mi ordenador para no variar, llegué allí y, trás unas horas viendo la tele, acabé aburriéndome y subí al desván o, como decían mis abuelos, la troje. Siempre me había preguntado que había en el espacio que quedaba entre el tejado y el techo del resto de las habitaciones, la troje no tenía techo por lo que con unas escaleras se podía acceder a ese espacio, cojí unas escaleras y las coloqué, subí pero, en el último escalón tropecé y tiré las escaleras al suelo montando un escándalo tremendo, por suerte pude agarrarme a mi destino y subí a ese misterioso espacio en el que una gran cantidad de trastos viejos se acumulaban.

Curiosamente me llamó la atención un bahúl bajo, lo abrí y su único contenido era un llamativo libro de cubiertas de cuero cerrado con una correa y con el grabado de una hoja en su cubierta, entonces oí los gritos de mi padre; tenía que bajar. Escondí el libro debajo de mi sudadera y me asomé, mi padre había colocado la escalera y se dispuso a subir, cerré el bahúl antes de que mi padre se diese cuenta y me dispuse a bajar no sin cierta ayuda. Una vez en casa y trás la consabida reprimenda me encerré en mi habitación y me dispuse a leer el libro.

Todo él se encontraba en castellano antiguo, manuscrito con pluma y con parrafos iniciados con bellas letras dibujadas. Fuí hojeando el libro hasta que llegué a la contraportada, en ella se encontraba atornillada sobre la madera una placa de metal con un extraño, complejo y gran símbolo grabado. Pasé mis dedos por encima, en ese momento sentí un cosquilleo y vi como se iluminaban las yemas de mis dedos, entonces sentí como si mis manos estuvieran rellenas de arena por dentro, fueran ásperas y lentas pero muy flexibles y poderosas. En un principio no supe por qué sucedió eso.

Trás un par de meses retomé el libro y me dispuse a leerlo más seriamente, descubrí que era un manual para la práctica de la magia, sí, la magia. Supuse que serían juegos y trucos que me servirían para impresionar a mis amigos en momentos de aburrimiento, así que los leí
con atención.

Pero descubrí que no, el vocabulario además de antiguo era muy complejo, hablaba de técnicas de concentramiento, de cómo existía un estado oculto de la materia y de cómo mediante la voz, la mente y los movimientos se podía llegar a controlar ese estado oculto y transformarlo en estados visibles. También descubrí que determinados elementos en diferentes estados y composiciones podían ayudar a estas tareas, una conjunción de estos elementos eran las runas. Deducí que una de ellas era la que aparecía en la contraportada.

Empecé a experimentar con todo lo que en ese libro se mostraba y decidí mantener en secreto todo lo que hacía, gracias a mi Quimicefa preparé algunas composiciones que me ayudaban a realizar diferentes hechizos las cuales guardaba en pequeños tubos de los carretes de fotos por sí me hacían falta en cualquier momento. Además de la runa en la contraportada llamaba la atención la firma "Año 205 del Reino de Tartessos", ese nombre me sonaba, aunque no conseguía recordar de qué. Quizás fuera el nombre antiguo de algún reino como Iberia aunque de menor importancia.

Las composiciones eran sencillas en su mayoría, solían basarse en elementos usados en la cocina o que podías encontrar facilmente en cualquier lugar. La pronunciación de las palabras tampoco eran complejas, los idiomas siempre se me habían dado bien. Lo más complicado era realizar los gestos ya que debían ser exactos y seguros, sin embargo con práctica, iba aprendiendo a realizar algunos de los hechizos. El primero de ellos fue el hechizo de calentar un vaso de agua, lo practicaba con muy poca asiduidad, sin embargo, cuando llegué el verano, en una tarde de aburrimiento, me puse a practicarlo hasta que lo conseguí.

"Tan sólo conocía algunos hechizos de memoria, por lo que algunos los había transcrito a un pequeño libro que siempre llevaba a mano, además no había conseguido realizar los hechizos más complejos de mi libro por lo que seguía investigando, nunca los había usado fuera de mi habitación aunque llevara siempre composiciones encima. Hasta ayer." Concluí mi narración.

En ese momento llamaron a la puerta, Sonia me miró asustada, sus pupilas se contrayeron. Dije "Adelante", sentí como Sonia me apretaba la mano y se abrió la puerta.


PD: Tartessos es el nombre de un reino prerrománico que existión en el sur de la península el cual se cree llegó a ser muy poderoso pero todavía su historia se encuentra oculta trás multitud de incógnitas, hay varios artículos al respecto, quizas en Google puedas encontrar algo. Lógicamente en la historia crearé mi propio "Tartessos", con puntos de contacto con el tartessos histórico pero sin ser el mismo.

kekamala

Me ha gustado mucho, lo k mas merito tiene es k lo hayas escrito sobre la marcha :) tienes mucho talento, espero k sigas con los capitulos, no me puedes dejar con la intriga jejej

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