Muere Etta James

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Acaba de extinguirse la vida de una de las más grandes intérpretes de blues que ha dado la segunda mitad del siglo XX, Etta James, según ha confirmado a la CNN su manager y amiga Lupe De Leon.

La leucemia y otras enfermedades que acechaban desde hace tiempo su salud, han terminado así con la existencia de una artista mayúscula a la que siempre le vino estrecha la circunscripción en cualquier ámbito estilístico.

Etta James fue una cantante fundamental en el capítulo crítico del rhythm & blues durante los años 50, cuando el blues rítmico quería hacerse rock and roll con el fin de que se notase que era música de jóvenes, o ponerse de largo acercándose al jazz que comenzaba a ser moderno. La cantante se llamaba, en realidad, Jamesetta Hawkins y había nacido en 1938 en Los Angeles.

Como tantas otras colegas de generación, comenzó probando con el góspel en una iglesia de su barrio para ir aproximándose, luego, al blues y al rhythm & blues del momento. Solo tenía cinco años de edad cuando comenzaron sus primeras incursiones en emisiones radiofónicas, respaldada por el profesor James Earle Hines, a quien conviene no confundir con el pianista de jazz Earl Hines. Poco después llegaría su primera oportunidad profesional, a través de la llamada del baterista Johnny Otis en cuya orquesta comenzó Etta a cantar a la edad de catorce años.

Primeras grabaciones

Se había trasladado a San Francisco para materializar la hazaña y su madre no tardó en reclamar su regreso al hogar. Sus grabaciones para la fonográfica Modern Records, de nuevo en Los Angeles, son las que la situaron en la rampa de lanzamiento de la fama y las que dejaron semilla entre una importante generación de músicos que, en aquellos años, transitaba por los territorios del rhythm & blues, el rock y el pop incipiente.

Esa fue la etapa en la que asumió el sobrenombre de Peaches y grabó la impactante “Roll with me Henry” que llegaría a los primeros puestos de las listas de éxitos en el año 1955. Es posible que los más veteranos recuerden, igualmente, que de la misma época son títulos como “Tough lover” y “W-O-M-A-N”, buenas canciones ambas, aunque sin el mismo calado popular.

Su tono ha sido uno de los más intensos que ha dado la música negroamericana. Etta James era una mujer fuerte, de voz turbulenta y enérgica que se dejó tentar siempre por el lado más comercial del rhythm & blues, así que en 1960 inició una estrecha relación laboral con la emergente fonográfica Chess Records de Chicago. El reconocimiento definitivo le llegaría a través de algunos dúos con su pareja sentimental entonces, Harvey Fuqua (cantante del grupo The Moonglows), y con títulos redondos como “Trust in me”, de 1961, “Etta James rocks the House”, de 1963, e “In the Basementcon”, grabado en 1966 junto a Sugar Pie de Santo.

Leonard Chess, propietario de Chess Records, supo potenciar la imagen de Etta James como una cantante escalofriante de baladas, cuya voz lucía cargada con la fuerza y la reciedumbre de una contralto. El detalle logró admiración incondicional entre la comunidad blanca y, musicalmente, creó escuela entre la negra, razón por la que, pese a la muerte de Leonard Chess, Etta permaneció en la compañía hasta 1975. En ese año, iniciaría una maniobra de aproximación al rock que aun es recordada como uno de sus fracasos más sonados.

Lucha contra la obesidad y la heroína

Etta James luchó durante buena parte de su vida contra la obesidad y contra su adicción a la heroína, y ambas cosas casi consiguieron sepultarla en el anonimato hasta que, en 1988, regresó con el álbum “Seven year Itch”, que consolidó su leyenda en el soul. Ya nunca volvería a desaparecer de la escena. Álbumes como “Mystery Lady”, dedicado a Billie Holiday, de 1994, o “Life, love and the blues”, de 1998, la muestran como una de las grandes protagonistas del blues y el soul de la segunda parte del siglo XX y de lo que llevamos del XXI, al que llegó con fuerzas renovadas.

En 2001 fue incorporada al prestigioso Blues Hall of Fame, y el aun reciente disco “The dreamer” puede ser paladeado como un inmenso homenaje al buen gusto.

El tono emocionado con el que Etta James interpretaba sobre la escena y en los estudios ha sido uno de los más intensos que ha dado la música negroamericana. Tuvo una hermana en inspiración en la también desaparecida Koko Taylor, y, como ésta, también disfrutó la herencia afortunada de Mahalia Jackson y Bessie Smith. Con su muerte se cierra un capítulo decisivo en el blues y se pierde una seña de identidad definitiva.

Fuente (ABC)


Aparte de todo eso, mandó a fregar a Obama cuando eligió a Beyoncé para que interpretara su tema At last en su fiesta de toma de posesión. Una de las voces que me ha acompañado desde mi infancia. DEP.

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RIP Etta.

pontaeri663

RIP

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