A veces no vemos realmente lo que se tenía preparado en un principio. Dentro de la producción de una película suelen surgir problemas, algunos inesperados y que se tienen que solucionar de la mejor manera posible (una muerte, una enfermedad) y otros que vienen acompañados de diferencias creativas entre quien dirige y quien pone la pasta encima de la mesa. Estamos acostumbrados a eso.
En la última película de la saga El Exorcista (quien iba a decir que esa gran película iba a tener hasta tres -o cuatro, según se mire- entregas más…) hubo bastante ajetreo.
Por un lado se estrenó en cine “El Exorcista, el Comienzo”. Y luego, un año más tarde, en dvd “Dominion, la precuela del Exorcista”.
Conozcamos un poco más de ellas y de como acabó todo esto.
En un primer momento Paul Schrader era el elegido para retroceder en el tiempo y mostrar la primera incursión del padre Merrin con el demonio. Habría sido bien fácil, aunque una nueva vuelta de tuerca siempre se hace bastante aburrido. Sobre todo cuando todo el mundo puede esperar las mismas sensaciones que le produjo “El Exorcista”… y no las encuentra.
Dicho director hizo la película. Tenía el guión, los decorados, localizaciones, actores. Y la acabó. Hizo una película enterita de principio a fin. Se llamaba “Dominion, la precuela del Exorcista”. Pero a los productores no les convenció el producto final. Así que la metieron en un sitio donde no viese la luz, y punto y final.
La película fue realizada en su totalidad un año antes de la que finalmente salió y se estrenó mundialmente en los cines: "El exorcista, el comienzo" (Exorcist: The Beginning, 2004), dirigida por Renny Harlin.
Pero entró en juego Renny Harlin (que igual te hace una buena película como un truñete de marca mayor). Y volvió a hacer una película muy parecida. Casi con los mismos decorados y mismo reparto (remarco lo de casi porque hay variaciones). Su nombre fue “El Exorcista, el Comienzo”. Escenas más sangrientas (que es lo que vende, no nos engañemos), una ex-chica Bond (osea, que estaba bien buena) realizando el papel protagonista, algunos cambios en el guión y… ¡listo!
Como fue un fracaso en taquilla (alguien lo dudaba?) a los mandamases se les ocurrió que la película de Paul Schrader podía tener su público. Así que la estrenaron un año después de la de Harlin (año 2005). Pero con algunas carencias debido a su cancelación anticipada. Aunque se había rodado, quedaban cosas por retocar (como suele pasar y que luego da lugar a lo que se llama “postproducción”). Es decir, los efectos especiales tiraban para atrás si la comparamos con la estrenada en cine.
La película de Schrader no era una película al uso. Si aplicamos ese término a los sustos de rigor y a la sangre. Era más bien ahondar en la personalidad del protagonista, el padre Merrin. Totalmente lo opuesto de la película de Renny Harlin, donde al final imperaba más lo fácil. La hemoglobina entre otras cosas.
En España, la película de Schrader se titulo “El Exorcista, el Comienzo. La edición prohibida”. Una forma de intrigar a la gente y saber si la que habían visto en el cine no les sació y esta sí.
Lo cierto es que, sin llegar a ser consideraba -unánimemente- buena, consiguió mejor valoración por parte de crítica y público que la versión estrenada en las salas, también protagonizada por Stellan Skarsgard.
