Mi pareja me estaba hablando sobre comenzar a dar clases particulares a niños. En el momento en el cual estábamos comentando cómo publicitarse y llegar a los padres, le dije que me parecía una mejor opción comprar una furgoneta vieja y que yo fuese por los parques hablando directamente con los niños. Se quedó pensando y dijo que eso le parecía mucho trabajo.
No pilló el chiste y estoy rayado.