A los efectos de este suceso me llamo Braulio Asimov.
Sufro de terror cósmico y consumo muchísima quetiapina pautada. Nada me interesa ni un poco y si tuviera algo de esperanza me mataría, pero creo que sería al fin igual de aburrido. No es la mia una indiferencia estoica ni fruto de un posicionamiento espiritual. Es algo químico. Una especie de superpoder.
Hace tres días estaba sentando en el chaplón que da a la calle, a las cinco de la tarde, bajo el sol de Satán. Miraba ensimismado el tapacubos de un rueda y fumaba sin ganas. Pasó un tipo que iba embozado con un pasamontañas de lana, de esos que solo dejan ver ojos y boca. De resto vestía como un mormón. Con la chapita y todo. Pasa corriendo y cuando va a perderse en la siguiente calle frena como tirando de freno de mano y me mira. Se descubre el embozo hasta la altura del bigote, estilo ranger de Texas, y me da una caja dorada, como un pequeño cofre labrado y con lo que parecen joyas a modo de ornamento.
Diez segundos después lo pierdo gracias a sus zancadas circenses, pero me dice a voz en grito, no abras la caja por tu vida y si en tres días no he vuelto destruyela sin abrirla.
Aparecen tres gitanos gordos gordos, con trozos de palet europeo a modo de armas jurando que iban a matar al boquirrubio y me miran y me dicen que confiese donde se ha ido el ángel que por vida mia ellos son los gitanos del Pancreas Sufrido y que o confieso o muero. Escondo malamente el cofre y les señalo la dirección de huida a lo que ellos responden con una gentil sonrisa de mosquetero.
Cierro la puerta y me tomo otra pirula de quetiapina.
Despiertos como treinta horas después y veo que tengo quince llamadas perdidas y la puerta de la calle medio enfondada. Oigo un audio de mi tía que hace de tutora legal mia, por mi incapacidad, que si voy a ir a por los tupper de garbanzas.
Voy buscando algo fresco y me descubro cagado y meado. Cogo un libro de Sanderson de la repisa, de esa serie suya un tanto fofa llamada Brumas, e intento quemar la quetiapina de arde dentro de mi para ver si me desustancio y desaparezco como ente o sujeto observador de esta representación llamada malamente vida.
Me tropiezo con algo que me escachufla el dedo de los novios del pie y veo como salen desparramas del cofre varias docenas de legajos e papeles amarrados con cuero de sandalias hebreas.
Hostia el mormón grito. Voy hasta la puerta y hay una carta que pone Servicios Municipales de Agua Pública le reclama su deuda por última vez. No veo que guarde relación así que….no hay nada más estúpido que pedirle una promesa a alguien que no quiere vivir.
Para mi “sopresa” uno de los legajos dice: Demiurgo Planetario B, sección decimonona, apartado minorías blanca, subtendencias psicológicas, propuestas teatrales: “Se comunica a los agentes angelicales presentes durante la época denominada verano 2022 en la zona de influencia del sujeto perceptivo Braulio Asimov, que suspendan su déficit de energía Vliatica para que desconecte a una nueva realidad”.
Fuckmen. Menuda paranoia.
Sigo abriendo legajos y hay de todo: Summa Receta de Tarta de Manzana, filtros de amor y éxito emprendedor, secretos del bitcoin y curso acelarado de sumillier, firmado Arconte ideólogo 113. Uno que pone: no abrir hasta el día del juicio, mantener alejado de las pilas humanas.
Nada, cojo todo y lo meto en una bolsa de basura. Bajo hasta la calle rumbo al contenedor y me chista uno de mis vecinos: ¿Te has enterado del que mataron hace tres días en el cruce?
Lo miro enfurecido.
Me suda la polla, hace mucho calor.
