Castell d'or era un pequeño castillo de frontera. Cuidaba un puente ya casi en desuso y el acceso a la región por los extintos Vuesburguenses.
Relegado a sus cuidados estaba el Barón Borja El calvo, primo lejano del rey. Contaba con una guarnición de apenas setenta soldados que también araban y tres caballeros ordenados, a los que malamente podía sostener con su feudo.
Este Borja había despreciado su posición y como en la parábola de los talentos hiciera el menos agraciado, se dio a la desidia. Los soldados haraganeaban y los caballeros buscaban colocación a sus espaldas, las barbacanas se desmoronaban y el rastrillo de la puerta estaba clavado.
Ya tenía el barón Borja buscada una salida a su situación cuando una noche de julio Ostende el molinero que tenía guardia en la Torre grito: enemigos en la puerta sur!!! Sonaron las campanas de alarma, se encendieron los hachones y se aprestaron todos los soldados a los que el vino de la región no había fulminado.
- Mi Señor Borja - dijo el mayordomo del castillo - contamos unos trescientos guerrilleros de un clan desconocido y según el mensajero con el que parlamentamos son una mera avanzadilla....
- Enviad rápidamente un mensaje al Mariscal pidiendo ayuda....¿ Han dicho que quieren? - dijo el Barón.
- Quieren entrar al mundo de los vivos - dijo Fray Leopoldo el siniestro que apareció de improviso en las almenas- o lo que es lo mismo quieren...
En ese momento una lluvia de flecha arrasó las almenas hiriendo a casi todos los allí parapetados. El barón había cobrado una flecha en la base del cuello que ponía en jaque su vida.
El portón se abrió y con furia salieron vestidos con la armadura completa y lanza en ristre los tres caballeros de Castel d'or.
Una cadena hierro se tenso a tres palmos del sueño y los tres caballeros cayeron desbaratados.
En ese momento Henry el Borracho, un extranjero que se había ganado la simpatía de todos y un puesto en el castillo, despertó mareado, digiriendo una pesadilla en la que tenía que utilizar mil y una tretas para cazar a un dragón de fuego.
Salió al pasillo en busca de agua y se encontró con varios guardias que llevaban en volandas al Barón que se moría.
Dio la vuelta y abrió su baúl de viaje, que ya había echado telarañas, y sacó el medallón de la tarántula y una m4a1 con cargador ampliado.