Análisis de Morbid: The Seven Acolytes

Bajo la premisa de un 'Soulslike', tan de moda últimamente, nos llega Morbid: The Seven Acolytes, un título que coge muchos de los conceptos impuestos por este subgénero, para sazonarlos con algunos elementos propios. ¿Resultado? Un juego bastante entretenido, al que eso sí, en algunos aspectos le falta un poco de chispa. Pero entremos en materia para detallar este título en profundidad.

Historia

El juego nos pone en la piel de una joven guerrera perteneciente a una antiguo grupo de caballeros llamados La Orden de Dibrom, quienes se entrenan de por vida para combatir cualquier tipo de mal emergente. No obstante, la nueva amenaza que se ciernes sobre la región ha acabado con toda la orden y tú eres la única superviviente... ¿Tu misión? Acabar con los siete acólitos, quienes han sido poseídos por unos poderosos demonios llamados Gahars.

Así pues, tendremos ante nosotros una larga tarea por delante, en la que nos esperan multitud de enemigos, jefes, subjefes y en la que vamos a morir no pocas veces.

Jugabilidad

El planteamiento del juego es bastante sencillos si ya estamos habituados a este tipo de juegos. Sin apenas indicaciones nos vamos a ir moviendo por diferentes y variados escenarios interconectados entre si, mientras vamos buscando a nuestro siete objetivos principales. Por el camino nos toparemos con innumerables enemigos, así como también NPC's que nos encargarán misiones secundarias y por supuesto tampoco faltará el backtraking, pues muchas zonas estarán previamente inaccesibles hasta que completemos algún objetivo o encontremos la manera de llegar a ellas por otras rutas.

En cuanto al sistema de combate, digamos que es bastante sencillo, tenemos dos botones de ataque, uno rápido y otro lento, pero más poderoso, a lo que hay que sumar el parry (no existe la forma de cubrirse persé) y la esquiva en forma de voltereta multidireccional. Es muy sencillo como ya digo, aunque lamentablemente muchas veces los impactos pueden no dar donde queremos y la perspectiva cenital no ayuda precisamente a esto. Y he aquí el primero de los fallos que le podemos encontrar a Morbid: The Seven Acolytes.

Sin embargo, si el combate peca de algo, es de ser bastante simplón en líneas generales. Resulta bastante tosco y lento en ocasiones (también depende un poco del arma que utilicemos), pero en general lo cierto es que se se echa en falta un poco más de agilidad en el mismo. Algo que intenta paliar un poco con la introducción de armas a distancia en forma de rifles y escopetas, aunque al final casi que nos olvidaremos un poco de dichas armas a distancia, y acabaremos usando siempre las de melé.

Por supuesto también hay una barra de resistencia que se irá reduciendo al realizar ataques, parrys o esquivas. Aunque hay un elemento original de este título ligado al sistema de combate, y es la barra de cordura. Muchos enemigos (así como ciertos items consumibles) mermarán nuestra cordura, lo que a la postre dará como resultado que nos asalten espectros que surgirán de los enemigos derrotados, complicándonos las cosas aún más... Por lo que es muy importante no tener la barra de cordura en niveles demasiado bajos.

También existe la posibilidad de andar a hurtadillas, lo que es para no llamar la atención de enemigos indeseados, o bien para pillarles desprevenidos por la espalda. Sin duda algo curioso en un juego de estas características, aunque no es una mecánica demasiado profunda ni mucho menos, simplemente se reduce a eso, no esperéis poder ejecutar de forma silenciosa en plan Assasins Creed o algo parecido.

También tendremos a nuestra disposición toda clase de items consumibles, objetos y armas. Tanto, que muchas veces nos veremos tirando cosas para coger otras por no tener espacio en el inventario. Hay de todo, desde runas para añadirle efectos permanentes a las armas, pasando por consumibles que nos recuperan salud o cordura, hasta todo tipo de armas (espadas, lanzas, dagas etc). Además, todos los objetos se pueden inspeccionar para aprender más del lore del juego, como no podía ser de otra forma.

Los combates contra los jefes finales y subjefes, resultan variados y desafiantes, por lo que hay que andarse con mucho ojo con ellos. Al igual que con ojo hay que ir por los escenarios, no solo por los peligros, sino también porque nos vamos a perder con mucha facilidad debido a los pocos puntos de referencia que suele haber en ellos. Un minimapa sin lugar a dudas le habría sentado genial al juego, puesto que al ser en perspectiva isométrica, es muy fácil acabar perdido o bien no saber dónde demonios estaba ese NPC al que debes visitar porque ya cumpliste su encargo, lo cual es un engorro muchas veces.

Apartado audiovisual

Ya para terminar hablaremos del apartado audiovisual, el cual tiene altibajos. Si bien presenta unos diseños de enemigos bastante buenos, luego los escenarios flojean un poco debido a su diseño en general, pues aunque hay distintos biomas, dentro de cada uno de ellos parece que estés siempre caminando por los mismos sitios (lo que contribuye también a perderte), como si fuera procedural, pero sin serlo. Aunque por su parte la BSO está más que a la altura, con temas muy inspirados mientras exploramos y épicos durante los enfrentamientos contra los jefes.

Valoración final

Morbid: The Seven Acolytes es en líneas generales un título bastante entretenido, especialmente para los fans del género 'Soulslike'. Un juego desafiante, aunque en ocasiones esto es debido a un sistema de combate que es mejorable en ciertos aspectos, y un poco frustrante a la hora de explorar por la falta de un minimapa (el juego lo pide a gritos), ya que el diseño de escenarios y la perspectiva isométrica no ayudan nada en la exploración. No obstante, si sabemos perdonarle sus pequeños errores, tenemos aquí un juego más que decente si devoráis todo lo que tenga sabor a Souls.