BF: La tribuna

Traf

Bueno realmente no se si este post debería ir en esta parte del foro, pero como va dirigido sobre todo a la gente que frecuenta este sitio lo he decidio porner aqui. Si algún admin cree que le corresponde otro lugar pues que acepte mis disculpas.
El tema es que veo a mucha gente interesada en todo el tema de la II GW por aqui, y me parecio que os interesaria una cosa con la que me hice no hace mucho. Es la primera paguina (fotocopiada claro) de un periodico llamado "La Tribuna" que se editaba a comienzos del siglo pasado.
Esta primera paguina tiene la fecha de domingo 29 de Junio de 1919 y es una editorial sobre el Tratado de Versalles.
Ya he puesto el texto entero.

LA TRIBUNA

 LA TERMINACIÓN DE LA GUERRA

SE HA FIRMADO LA PAZ CON ALEMANIA

EL APASIONAMIENTO DE LOS ALIADOS AL IMPONER UNAS CONDICIONES DE VIOLENCIA, CONDUCIRA A UNA NUEVA ERA DE INQUIETUD Y MALESTAR

Debía ser hoy un día de extraordinario júbilo para la Humanidad, júbilo sincero que compensara las angustias de cinco años. No lo es más que en la medida de saber que se ha hecho la paz, siquiera la paz esta de ahora no sea garantía del futuro equilibrio. Queríamos la paz rápida, la paz inmediata, la paz sobre bases inconmovibles, no una paz de clemencia que humillaría más a los vencidos, sino una paz de justicia que repartiera por igual las responsabilidades, ya que es inicuo descargar la culpa sobre uno de los beligerantes cuando la guerra no ha sido el producto de maquiavelismos diplomáticos, sino el resultado de más lejanos y profundos rencores. Este odio inextinguible, fabricado a fuerza de años con la competencia comercial de Inglaterra y Alemania, con la revancha francesa que educó varias generaciones militares, con el pugilato de dirigir la civilización que se disputaban Europa y América, con otras muchas causas étnicas y sociológicas que escapan a la sutileza de la diplomacia, fue el verdadero generador de la catástrofe. Iniciada así la gran lucha, ni los pueblos ni los jefes de Estado pudieron contener la avalancha procelosa del desenfreno bélico. ¿Cómo decir que hubo un culpable, ni que éste fuera más que aquél, ni aun que entre todos hubiese alguien interesado en mitigar los dolores de la Humanidad? La culpa estuvo en unos y en otros, en la conciencia de todos los países, que no supieron imprimir rumbos de concordia a los nuevos itinerarios del progreso.
Tampoco el rigor fue más inflexible en los alemanes que en los aliados. Alemania se vio acorralada, acosada por el hambre y el sufrimiento; embotellada según el léxico guerrero, por aquel bloqueo inhumano que castigaba con la misma severidad a la población militar combatiente y a la población civil indefensa. Por obra del bloqueo marítimo sucumbieron en los Imperios centrales tanto niños, y mujeres, y ancianos, como pudieron morir en los torpedeamientos de barcos y los bombardeos aéreos. Injusto hubiera sido el abuso de los submarinos si no respondiera a la injusticia del bloqueo. Y de esta forma, todo el curso de la sangrienta campaña. No había invención agresiva a la que no se sofocara con otra invención defensiva, lo mismo en acciones militares que en armas de guerra. Contra el bloqueo el submarino; contra las trincheras, el tanque; contra los gases asfixiantes, las caretas protectoras; contra una audacia, otra mayor. La ciencia y el arte de todos los pueblos se han agotado al servicio de propósitos devastadores. ¿Dónde está, pues, la responsabilidad de la guerra, sino en la guerra misma, que no se prepara materialmente, sino moralmente, educando a las generaciones en el desvío, en la enemistad y en el rencor?
Pues toda injusticia de la paz parte de la incomprensión de ese concepto. Las condiciones impuestas a Alemania no son más o menos inadecuadas porque graven más o menos la situación del país, sino porque no alivian la situación del mundo. Dejar un resquicio, ya no un campo fecundamente abonado, sino un solo resquicio, por donde puedan germinar de nuevo las semillas del odio, equivale a no firmar la paz. Se ha firmado una tregua, un armisticio, un paréntesis, para preparar otras luchas. Hay un antecedente vigoroso y muy cercano: la paz del 70. Ahí han estado cuarenta años Alsacia y Lorena como una pesadilla, como un temor, de la guerra que se avecinaba. Si eso ocurría con Alsacia y Lorena, ¿qué no podrá suceder con muchos millones de ciudadanos condenados a una vida imposible?
Lo decimos sinceramente. No sentimos la alegría que se corresponde a la histórica fecha de la paz, porque entendemos que no ha sido firmada en Versalles una paz duradera y robusta. Aun, si con todo el ultraje que representa para Alemania las condiciones impuestas, se hubiera querido hacerla pagar como vencida, sería disculpable el apasionamiento frenético de los vencedores. Pero se ha ido más allá, se ha ido a castigarla como culpable única. Y esto traerá de la mano un nuevo período de odios cruentos, de inseguridad europea, de zozobra y de vacilación. ¡No se destroza tan sencillamente una raza que acaba de dar muestras de poderosa actividad!
<< En cuanto a la manera que ha sido conducida la guerra – decía Brockdorf Rantzau – no es Alemania la única que ha cometido faltas. Todas las naciones Europeas conocen los hechos y las personas; los mejores de mis compatriotas se acuerdan de estos hechos, cometidos contra su voluntad. No quiero replicar a los reproches con otros reproches; pero si es precisamente a nosotros a los que se nos reclama una expiación, entonces no habrá que olvidad lo ocurrido en el armisticio. Fueron necesaria seis semanas para obtenerlo, y han hecho falta seis meses para que nos fueran dadas las condiciones de paz. Ciertamente, los crímenes cometidos durante la guerra no deben ser excusados; pero éstos se producen en el transcurso de la lucha por la victoria, con el pensamiento puesto en la existencia nacional y en un estado de pasión que entorpece las normales condiciones de existencia de los pueblos. Los centenares de millares de no combatientes que han perdido sus vidas desde el 11 de Noviembre a consecuencia del bloqueo, han sucumbido a consecuencia de una premeditación fría, cuando la victoria había sido ya conquistada y asegurada por nuestros adversarios.
Pensad en esto cuando habléis de responsabilidades y expiación.>>
Y en eso no han querido pensar los aliados.
Sólo hay un motivo de júbilo, entre tanta tristeza: el de haber sorteado España, con indudable acierto y con menor quebranto que los otros países, las dificultades de la neutralidad. Vimos nosotros el peligro, y por la neutralidad española sacrificamos cuanto se nos pidió. Hubiéramos sacrificado más: la vida, según dijimos reiteradas veces, si con ese sacrificio salvamos a España de los horrores de la guerra.
Satisfechos estamos –esta es la hora de repetirlo— de haber contribuido con el trabajo diario, con las campañas implacables, con la lucha enconada, a que España no se mezclase en el conflicto. Si no se apreciara nuestro esfuerzo en tal sentido, no lo lamentaríamos. Nos basta con llegar a la paz del mundo sin haber intervenido en la guerra, para sentirnos orgullosos, satisfechos y bien pagados por el servicio rendido al país.
Si la paz no es, por todas estas causas, estímulo del entusiasmo nacional, debe serlo la consideración de que quedamos libres de culpa y responsabilidades.

					Madrid, a 29 de Junio de 1919
ZX-10

Muy interesante, a ver si nos ponemos en contacto y me la pasas

MoloSolo

Estoy de acuerdo tambien. Es mas que interesante y tristemente vaticinador.

NazideMierda

Una triste y cruel profecia.

Nos vemos en la guerra.

Sturm_SP

Es muy bueno el texto,ademas de como deciis de vaticinador ya que por este tratado fueron creciendo mas los odios de los alemanes contra los franceses,y los nazis subieron al poder lanzando consignas de patriotisimo y venganza contra franceses e ingleses.

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