El Infierno nevado 1ª Parte

Pakazo

El Infierno nevado.

Eran los primeros días de enero, el nuevo año no se había presentado demasiado bien para las tropas del VI ejército, que se habían visto obligados a retroceder cuando los soviéticos les atacaron desde el noroeste. El ejército alemán se encontraba entre el río Don y el Volga, cercados por el temible Ejército Rojo soviético. Por si fuera poco, el frío, el hambre y las enfermedades azotaban sin clemencia a las tropas rodeadas en la estepa. Todo esto no era una excepción para una diezmada 57 ª compañía de infantería que se veía obligada a resistir el avance soviético en el frente del oeste. La compañía estaba formada por alemanes y austriacos y liderada por un teniente llamado Marcus que intentaba imponer orden en la medida de lo posible. Perteneciente a la compañía estaba Erhard, un austriaco moreno, delgado y ahora demacrado por las inclemencias sufridas. Erhard había intentado pasar lo mejor posible las Navidades, pero el recuerdo de su familia era muy fuerte y le atormentaba cada noche la visión de su bella esposa y su hijo, hasta que alguna detonación le hacía levantarse de su ligero descanso.
El 7 de enero, en el oeste del Kessel, el ataque soviético había parado, una leve tregua que agradecieron las tropas del frente. La 57ª compañía había recuperado levemente el ánimo y descansaban en sus zafios búnkeres al resguardo de la nieve y el intenso frío. Erhard estaba absorto en sus pensamientos, intentando buscar las palabras adecuadas para escribir una carta (quizás la última) a su familia cuando Dan, un compañero, le sacó de sus pensamientos.

– No se te ve muy contento Erhard. Vamos descansa un rato o acabarás muerto de sueño, con tantos bombardeos no tendremos muchos descansos más.

–No Dan, ahora no, intentaré acabar esta carta y descansaré luego.

–Está bien, pero dime ¿por qué crees que han parado los ataques? ¿Crees que hay en camino un cuerpo blindado de las SS para sacarnos de aquí como dicen algunos?

–Pues no sé, tal vez los rusos preparen una ofensiva. –hubo un momento de silencio entre los dos hombres –Pero espero que tengas razón y sean las SS por el bien de todos.

Dan se retiró a su litera para dormir y Erhard intentó seguir escribiendo, pero le temblaba el pulso debido al frío y sentía unos picores horribles por culpa de los piojos, por lo que hizo caso a Den y se guardó el papel junto con una fotografía en un bolsillo interior e intentó dormir.
Los gritos y las explosiones despertaron a toda la compañía que muy pronto se prepararon para el ataque y salieron a las trincheras nevadas bajo el falso amparo de la noche. Entonces comprendieron de qué se trataba, un Junker había sido abatido por el fuego antiaéreo y caía en picado a gran velocidad provocando una fortísima explosión al impactar en el suelo. Los soldados se encontraron abatidos por lo que acababan de presenciar, pues Junkers como aquéllos salían cada día del Kessel transportando camaradas heridos más allá del frente. Fue un terrible golpe moral para todos, pero no era el único accidente como aquél que ocurría y que iba a ocurrir. Volvieron de nuevo al búnker los soldados que no estaban de guardia, en las condiciones en las que estaban era prudencial ahorrar energía, resguardarse del frío y de un peligro permanente, los francotiradores que se ocultaban en la nieve.
Erhard, ahora ya sin sueño escribía la carta que antes había pospuesto, intentaba ocultar la miseria y la situación del ejército e intentaba dar ánimos a su familia:

[i]Querida Irena, te escribo estas pocas líneaspara recordarte lo mucho que te echo de menos, aquí tan lejos de nuestro hogar, te ruego que le digas a Leonard lo mucho que le quiero y que cuando acaba todo esto nos volveremos a ver. No pasa un solo día que no piense en vosotros y en el día en que nos encontremos. Yo estoy bien, como bien y me cuido por lo que no puedo quejarme. ¡Hasta siempre querida!

Erhard.
[/i]

Guardó el texto en el sobre con la dirección y se guardó la carta en el bolsillo interior para entregarla al día siguiente a primera hora. Sabía que no había escrito la verdad, pero si escribía alguna cosa alarmante podría crear preocupación o que sería censurada.

Los dos días siguientes no cambiaron mucho, la relativa monotonía de los anteriores de explosiones e intercambios de disparos era la melodía habitual, y la nieve y el terrible frío el terrible trasfondo de la acción. Los soldados se enfrentaban constantemente con el hambre, la ración de comida había menguado y debían ingeniárselas para conseguir más comida, en la 57ª compañía de fusileros no denunciaron las bajas sufridas en los últimos días para poder recibir la comida de sus compañeros fallecidos. En cambio otros se aventuraban a buscar comida en los cuerpos de los soldados rusos o directamente desertaban.
Erhard notaba desde hacía días como se le hinchaban los pies debido al frío, ningún soldado se libraba de los estragos del congelamiento, por si fuera poco, algunas compañías no habían recibido el uniforme de invierno, la 57ª había tenido suerte y los pudo recibir, pero no eran suficientes. Erhard se preparó un par de guantes de lana más, al igual que varios calcetines gruesos que consiguió a cambio de tabaco, sabía que sin resguardarse bien del frío moriría; la escasez de combustible y leña impedía calentarse en mitad de la estepa nevada.

El 10 de enero empezó el ataque soviético tan esperado, durante casi una hora las tropas alemanas se vieron acosadas por el intensísimo fuego, el bombardeo era brutal. Los misiles Katiuska sobrevolaban el cielo, dejando nubes de humo detrás de ellos. El caos era total, los soldados de la 57ª compañía se refugiaron en el búnker con la esperanza de no ser alcanzados de pleno por ningún impacto. El ruido era atronador, en el cielo se podían ver estelas de humo negro, la oscuridad era reemplazada momentáneamente por el fogonazo de las detonaciones. Tras una larga hora, el intenso bombardeo cesó, durante un rato los soldados permanecieron confusos, aturdidos como estaban no se fiaban de la tregua recibida. Pronto el teniente Marcus retomó el mando y movilizó a toda la compañía.

–¡Vamos rápido la infantería no tardará en venir, hay que prepararse!

Todo el mundo salió a las trincheras, con el fusil y las metralletas listas, las municiones eran escasas, pero debían hacer frente al enemigo en la medida de lo posible. Entre el denso humo, la visión al salir de los búnkeres era espantosa; cráteres por doquier, cuerpos de soldados desmenuzados, blindados destruidos o inutilizados. Entre tanto caos, los oficiales intentaban establecer el orden, incluso a punta de pistola.
La infantería alemana disparaba desde sus trincheras a las tropas soviéticas que se acercaban sin tregua, pero era tal la despreocupación de los oficiales pos sus tropas que las bajas eran numerosas, pero eso no parecía importar. El teniente Marcus disparaba con su MG-42 apoyada en el hombro, mientras intentaba levantar la voz sobre el ruido infernal dando órdenes a los soldados. Erhard disparaba a los blancos seguros con su Gewehr. La primera ofensiva fue rechazada, pero en las siguientes oleadas de ataques, la infantería rusa se apoyaba de los tanques T-34, que ni tan siquiera los morteros atravesaban el blindaje. El avance era inevitable, los cañonazos destruían todas las defensas ya debilitadas. Erhard sabía que no había victoria posible.

–¡Señor tenemos que salir de aquí!

–Nuestro deber es quedarnos hasta el final. –gritaba el tniente Marcus para hacerse oír entre el ruido ensordecedor – ¡Moriremos como héroes de nuestra patria!

–Esto es un suicidio!

–¡Le ordeno que…–el teniente no pudo acabar la frase al ser alcanzado de pleno en el pecho por una ráfaga de una ametralladora soviética.

Por un momento Erhard se quedó parado, como poseído por el miedo, mientras las balas silbaban por encima de su cabeza, la sangre del teniente muerto le manchaba la cara pero parecía no estorbarle. De nuevo Dan le sacó del aturdimiento, no podía oír muy bien lo que le decía, tan solo veía como vocalizaba, pero se dejó llevar al ser arrastrado fuera de la trinchera, donde seguían disparando varios camaradas. La situación era crítica, a unas decenas de metros estaban los tanques T-34 disparando contra la infantería, los fusileros siberianos ya habían asaltado varios puestos avanzados y tropas enteras se batían en retirada.

– ¡Vamos retiraos, esto está perdido! –vociferó, pero apenas había dicho esto, un cañonazo impactó en las trincheras que acababa de abandonar, varios compañeros yacían en el suelo sin algún miembro o completamente destrozados.

Dan y Erhard decidieron salir de allí, junto con centenares de hombres más. Con suerte conseguirían subir en algún camión o un semioruga con suficiente combustible como para llevarles hacía el este, a Pitomnik o Gumrak, donde con suerte podrían coger un avión que les evacuara. Por si fuera poco, comenzó a nevar, con un viento helado que se colaba entre la ropa, no sería un viaje fácil. Correr era difícil por culpa de la espesura de la nieve y el dolor que sentían en los pies, pero el sentido común les obligaba a no pararse ni a concederse una pausa. Después de dejar atrás una zona llena de cráteres y edificios derrumbados se encontraron en una pequeña bajada, la visión de lo que se encontraron les animó, pues unos jeeps y camiones repletos de oficiales y algunos soldados comenzaban a partir, pero pronto volvió la desesperación, un avión soviético sobrevoló el lugar bombardeando a los primeros vehículos que se pusieron en marcha, Erhard no se lo pensó y bajó por la cuesta, Don se quedó un rato inmóvil, como esperando una explosión que hiciera volar los jeeps. Cuando Don parecía que iba a seguir los pasos de Erhard, se desplomó sobre la nieve con un leve quejido. Pronto erhard descubrió lo que ocurría al ver la nieve manchada de sangre, habían alcanzado en la pierna y en la espalda al camarada austriaco.

PD: Si encontrais algún error, tanto ortográfico como histórico, decirmelo y edito.
PD2: Es mi primer relato, no seais duros
PD3: Sé que es largo no hacen falta comentarios como "estas que me lo leo" "resumen" y tal ;)

Abro paraguas ;S

Tostador

Me gusta. Cada uno tenemos una manera diferente de expresarnos, y todos cometemos algun error, yo suelo hacerlo a menudo eso no es lo importante, lo importante es que esta bien construida, solo lo dicho, pulir alguna que otra cosilla que vendra con el tiempo, y para ser la primera vez esta muy bien, felicidades

A parte me gusta mucho el tema ;), enga un saludo

Ashewon

P0rp0c0 me lo leo todo.

Lova

esperando 2º parte :P

4rafa4

toy kon #4 esperando la 2º xDD

ReyDeReyes

estas que me lo leo, resumen y tal

C

algun dia me lo leere..xD osea hoy por la noxe

Mexicano

#1, unos humildes consejos:

  • escribe sobre algo menos tipico, la 2ww esta muy vista, o si quieres seguir escribiendo sobre ella, ya sea porque te guste el contexto historico, o el tema belico, escribelo de una forma menos sobada.

  • Si quieres que nos identifiquemos mas con el protagonista, escribelo en primera persona, no sabes lo que gana el texto en credibilidad y emotismo.

Por lo demas, no esta mal escrito, saludos!

welesaculo

el k la palma es Dan o Don?,es k hay ambas versiones,nada mas k eso,aora k la palmo ya no importara pero mola mas Dan,como el teniente de Forrest Gump. xDDD
Mu wapo el relato

21aMo

k krees k me lo he leido???
pd:no
pd1:resumirlo xfi asias:D:D:D

_web0_

buen argumento pero ...de ke va ?xD

MACRO

#8 pero no esta tan visto desde el bando nazi no?

nero-sik

No hagas resumen ni nada que la gente sino quiere leerselo que no se lo lean no te jode putos crios de mierda...

Esta muy bien ;) a ver cuando haces la 2º.

Al menos varias de los post de mierda de off-topic que ponen 4 payasos.

Mexicano

#12, que diferencia hay entre los dos?

saludos

Pakazo

#9 Dan es el compañero, el Don es un río :P

Mexicano ya lo había pensado, pero al ser mi primer relato quería provarlo en 3ª persona a ver que tal XD

Gracias por los consejos, tanto a Mexicano como a Tostador ^!

josepginer

Como van a leerlo #3 y #10 si no saben.

Usuarios habituales

  • josepginer
  • Pakazo
  • Mexicano
  • nero-sik
  • 21aMo
  • chumaca
  • 4rafa4