:: Ida de olla :: relato corto :: x'D

_dGr_

Cuatrocientos Catorce yacía sentado en su cómodo y apestoso sofá. Aunque tenía la mirada perdida en aquél viejo y triste televisor, cualquiera que le hubiese visto habría apostado a que permanecía dormido por completo, pues ningún estímulo exterior hacía volver en sí a aquella uniforme figura. Apenas tenía dia y medio de vida y ya se sentía seco, deshidratado por el tremendo calor que tenía que soportar él y el grupo revolucionario al que pertenecía desde que nació y tomó consciencia de sí mismo junto con todo lo que le rodeaba.

Aquella figura impavida dió un salto y su indiferente rostro se tornó en una cara desencajada de pánico cuando otra figura había estado intentando llamarle la atención durante un tiempo.

-¡Eh... es la hora joder! - gritó Trescientos Doce.
-¿Qué hora...? - respondió a su vociferante compañero mientras intentaba volver por completo al estado de vigília.
-¿Como que qué hora... estas tonto o que?. Deprisa... vamos.

Aquella figura hizo un gesto con el brazo que indicó a Cuatrocientos Catorce que le acompañara. Quizás fuese porque aún permanecía aturdido pero se sorprendió al ver como su compañero había cerrado la puerta después de hacerle una señal con su extremidad. Se levantó lento y torpe. Notó como al curvarse, trozos de su cuerpo se desprendian y sucumbían a la fuerza de la gravedad para terminar esparcidos por el suelo. Se miró y vió como su cuerpo se secaba por momentos. Entonces volvió su mirada hacía la puerta que momentos atrás había abierto aquel extraño personaje y se acercó a ella. Caminaba de forma renqueante y a cada paso que daba podía distinguir con mayor facilidad un rumor, cada vez más próximo, que se estaba formando fuera de aquella habitación. A medida que se acercaba a aquella puerta el sonido era cada vez más inequívoco. Abrió la puerta y como si de un río oscuro se tratase Cuatrocientos Catorce vió pasar a infinidad de figuras muy parecidas a él, algunas más altas, otras mas gruesas, corriendo a toda velocidad hacia un mismo destino.

-¿Qué demonios ocurre? - se dijo a sí mismo mientras alargaba su cabeza intentando visualizar el final de aquella brutal estampida.

Como empujado por alguna fuerza inexplicable se adentró en aquella marea implacable y mortal. La energía que le había llevado a seguir ahora la misma dirección que sus prójimos era la misma que le había arrancado una de sus extremidades superiores. Tan fuerte fue la embestida que quedó malherido. Aquella masa cada vez mas uniforme de personages seguía de forma fija una dirección y destino a una velocidad endiablada. Cuatrocientos Catorce apenas tocaba el suelo y asustado miraba a un lado y a otro intentando buscar un sitio a salvo de aquellos salvajes. Casi sin darse cuenta toda aquella inmensa y oscura plaga había alcanzado su destino. Cuatrocientos catorce cayó al suelo tan pronto como todo el mundo paró de correr. Se levantó y miró a su alrededor. Todo el mundo le parecía tan familiar pero tan distante y desconocido a la vez que los nervios se apoderaron de él nuevamente y cayó de nuevo al suelo, aturdido. En aquél mismo instante una voz poderosa e imperativa se pronunció por encima de todo aquel murmullo.

-¡Silencio todos! - gritó una figura alta y gruesa que se postraba en lo alto del centro de la plaza.
-A todos y cada uno de los que en este momento estais aquí escuchándome se os ha encomendado el honor y el placer de defender a nuestra raza en un ataque masivo sin precedentes. Como todos sabréis, son veinte los meses que se lleva planeando la forma de hacer nuestro el planeta Tierra y de la mano de nuestros más expertos entendidos en el tema nos ha llegado una resolución viable y definitiva. No será fácil alcanzar tal meta, pues los humanos rigen este mundo con gran estupidez, dureza y desproporción, vamos, que luchamos contra aunténticos locos, por lo que debemos esperar una respuesta a nuestros ataques de igual o mayor desproporción. Recordad que ellos disfrutan haciendo el mal, destruyendo este mundo y haciendose ricos con esas consecuencias. Por todo esto y más razones que de decirlas ahora solo demorarian nuestra partida en su dia decidimos hacerles frente y derrotarlos de una vez por todas.
Hoy es ese dia, el dia en el que este mundo volvera a respirar aire limpio y renovado, el dia en el que nuestra raza será la que riga con sabiduría este planeta tan maravilloso pero tan maltratado. Los humanos no merecen otro destino que el que les tenemos preparado, creedme cuando os digo que son una plaga y deben ser destruidas como tal, sin demora ni miramientos. Cada segundo que pasa es un segundo mas que quitan de vida a este maravilloso mundo con lo que ellos llaman tecnologia, que no hace otra cosa que absorber la energia de este planeta y canalizarla atraves de sus ciudades, fabricas y demás instalaciones para su propio uso y disfrute.
Amigos... creedme de veras cuando os digo que los humanos son lo más estupido que haya pisado este hermoso planeta y que por ello y por la tortura a la que estan sometiendo a lo que ellos denominan La Tierra deben ser castigados de forma implacable y sin temor, sin temor a destrozar una civilización que solo piensa en si misma y no se da cuenta de que con ello lo unico que logra es destruir todo lo que le rodea de una forma tan estupida como eficaz y rapida. Hace millones de años, cuando esta civilización no existia, cuando nisiquiera la naturaleza tenia en mente una evolución que llegase a crear tal desproposito el mundo era un lugar realmente precioso. Todo era tan hermoso... los cielos resplandecian azules y blancos, la tierra que hoy esta cultivada por construcciones de hormigon, ladrillos y piedra era entonces un lugar fertil, frondoso y lleno de las riquezas más insospechadas hoy por estos estupidos insensatos a los que llamamos humanos.
La naturaleza se equivoco al dar cabida a una especie como a la que hoy vamos a destruir, pero no se lo hemos de tener en cuenta. Era relativamente joven y estaba cansada de ver como animales irracionales pululaban por su suelo. Ella sabe que fue un error crear tal evolución y ahora esta arrepentida, por eso nos pide ayuda, nuestros psiquicos estuvieron en contacto con ella y fue una petición de corazón, esta sufriendo y quiere dejar de hacerlo, apartir de ahora y para siempre. Sabe que nosotros no seremos como lo que ahora reina sus lomos y por eso va a dejar que nos quedemos en ella sin ningún temor por ser destruida o maltratada de nuevo. Ella se curará cuando esto ocurra, su capa de ozono se reestablecera, creara volcanes, maremotos, terremotos y ciclones para destruir toda creación artistica y metropolitana de estos indeseables bipedos y con ello volverá a ser la de antes. Llevará un tiempo la curación total pero le prometimos que esperariamos, nunca la abandonaremos y por eso mismo, porque no hemos de dejarla a su suerte contra esa plaga hemos de luchar con todas nuestras fuerzas y derrotar al mayor enemigo de nuestro tiempo, a los humanos.

Lejos de aquella zona de reunión, en un piso pequeño y centrico, una figura humana se distinguía dentro de su cuarto de baño. Tenía en las manos un periodico e indudablemente estaba haciendo de vientre. Cuando aquel hombre expulsó su oscura extensión de su interior sintió un alivio propio de la libertad. ¡Plop! creyó escuchar. Fue a cojer papel higiénico para limpiarse pero se llevó una desagradable sorpresa cuando no lo encontró donde debería estar.

-¡María! - gritó aquel hombre - ¡Traeme papel de water coño, que no queda!
-Ya voy cariño - respondió una voz dulce.

Aquella mujer se acercó al cuarto de baño y le extendió un rollo blanco al hombre que aun sentado en la taza maldecía al papel higienico por no estar donde le tocaba.

-La próxima vez, cariño, fijate si queda antes de ponerte a giñar, que esta vez porque estaba yo en casa que si no... - terminó aquella dulce mujer mientras se dirigia a la cocina.

Aquel hombre se disponia a limpiarse el trasero cuando notó un mordisco en una de sus nalgas. Inmediatamente se levantó y mirando con cara de asombro el interior de la taza de water vió como el trozo de mierda que había cagado en aquel momento se movía como si estuviese poseida por el diablo.

-¿Que cojones? - murmuró aquél hombre con los pantalones bajados aún.

Inmediatamente y con miedo a que aquel trozo oscuro de defecación volviese a atacarle estiró de la cadena viendo como se perdía por las tuberías su enemigo momentaneo.

Aquella reunión estaba apunto de acabarse. El discurso del Rey Mojón, también conocido como Uno estaba llegando a su fin cuando de forma repentina y al unísono, todos los que acontecían dirigieron sus miradas hacia una tubería principal. Era un ruido espantoso y cada vez estaba más cerca. Al cabo de un momento todos pudieron asociar el ruido que se les echaba encima a un final triste de aquella reunión y posiblemente a todo lo que habían conseguido hasta entonces.

El rey de las mierdas, en aquel momento impavido y helado por la situación no tuvo muchas palabras para dedicar a sus congéneres en ese desastroso momento.

-Lo siento - dijo fugazmente mientras todo aquella intersección de tuberías se inundaba y destrozaba para acabar con el sueño que un día tuvo nuestra querida Tierra.

Los humanos seguirían reinando este mundo con gran estupidez y soberbia y al cabo de unos pocos centenares de años lograrían destruirlo completamente llevándose ellos mismos a la más terrible destrucción.

Nah, espero k no os haya aburrido mucho xDDD

Atte.

Lagwagon

Comprate una rana y enseñala a coser.

ROTO

si kieres k alguien se lo lea te recomiendo k lo postees en un foro de literatura,,,

_dGr_

#2 xDDDDDDDD

#3 Sabias palabras, o eso parece d=_=b.

PD: Josdepú!!

Potoko

#2, pero mejor q sea un sapo

OvErAkTiVe

es bastante malo, pero bueno sigue asi y mejora

A

menos mal que dice corto...

he leido hasta el primer punto y no he seguido

PajarracO

#7

"Cuatrocientos Catorce yacía sentado en su cómodo y apestoso sofá."

Cuidao no te dejes la vista...

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