La vida es un viaje

Todo en el universo no es más que la Unidad de Dios expresada en la multiplicidad de las cosas. El Uno se expande por emanación en el amanecer del Universo y se contrae en su crepúsculo; el Universo lo constituyen sucesivas emanaciones de Dios progresivamente más degradadas, por alejadas de su fuente original. Dios crea a su Mente o Nous con objeto de poder observarse a sí mismo. El Nous está dividido en el intelectivo o la capacidad de conocer, y lo inteligible u objeto del conocimiento, que son las formas. El Uno dota a todo de Forma otorgándole su facultad de Unidad, que le permite ser algo separado e independiente del resto, les dota de individualidad; el Nous, que intenta conocer el Uno, no lo consigue debido a la simpleza de éste, realizando así múltiples circunloquios en torno a una fuente única, generando así sus propios contenidos. Del Nous procede el Alma del Mundo, una de cuyas partes es la Naturaleza, de la que procede el Alma humana. La multiplicidad de almas humanas forman una supra-alma o Atman. El último escalón es la materia y por tanto es también el más degradado y alejado de Dios. El Tao engendró al Uno, el Uno engendró al Tres y el Tres engendró a los Diez Mil Seres. El Tao engendró al Taiji, el Taiji se dividió en Yin y Yang y a través de la combinación de Yin, Yang y Qi se crearon los Diez Mil Seres, todos los cuales llevan el Yin, el Yang y el Qi o pneuma dentro de sí. La evolución es también un retroceso, pues Dios, contemplándose a sí mismo, atrae el Todo hacía Sí. ¿Cómo se contempla Dios a sí mismo? A través de nosotros. "Los Diez Mil seres pululan y luego vuelven a su raíz. Volver a su raíz es su reposo. Su reposo es su Destino", afirma el Tao Te Ching. Nosotros, a medida que conocemos a Dios, también nos conocemos más a nosotros mismos y viceversa. El microcosmos y el macrocosmos, Así es Arriba como Abajo. "¿Cómo conocemos a la Madre? A través de los seres", afirma Lao-Tsé. Nada bueno hay en la Tierra, nada malo hay en el Cielo, afirma un enunciado hermético. Lo que llamamos el Mal es sólo la "Nada" (ain), la ausencia del Uno. En el conflicto entre lo finito y lo infinito nació el Mal. La historia del Mundo es el plan de Dios, el Logos o li, el despliegue de la Idea Divina en el espacio-tiempo. La vida es un viaje del alma a través de múltiples vidas, durante las cuales adquiere el conocimiento necesario para regresar a su Origen, a Dios. Todo conocimiento es recuerdo, recuerdo del lugar del que procedemos, desde el cual hemos caído; desde el nivel más sutil hemos caído al más grosero (la materia) y recordar nuestra caída es también regresar a nuestro Origen en las esferas.