Muere el oso Knut

Berlín está triste. Knut, el oso polar más famoso del mundo, adorado por niños y adultos y convertido en un nuevo símbolo de la ciudad, murió el sábado como una verdadera estrella de Hollywood. De forma trágica y convirtiéndose en leyenda. Su repentina muerte, presenciada por cientos de turistas que visitaban el zoo de la ciudad, ha enlutado al país.
Nunca antes la muerte de un animal había causado tanta conmoción en Alemania. Knut nació hace cuatro años y tuvo que ser alimentado con biberón por su cuidador, Thomas Dörflein, tras ser abandonado por su madre.
La historia de amor entre el osezno polar y Berlín comenzó el 5 de septiembre de 2006, cuando la osa Tosca dio a luz a dos mellizos. Su hermano murió a los cuatro días, pero Knut logro sobrevivir gracias a la atención de Dörflein, que renunció a su vida privada para salvar la vida del primer cachorro nacido en cautiverio en Berlín en los últimos 33 años.
Fue el comienzo de una amistad que emocionó a la ciudad y convirtió a la pareja en auténticas estrellas mediáticas. En los últimos cuatro años, Knut gozó de su fama y el zoológico ingresó decenas de millones de euros extras gracias a su potente poder de atracción. Dörflein, su cuidador, recibía cientos de cartas al día con propuestas de matrimonio y su rostro se hizo habitual en las grandes recepciones oficiales. Era mágico.
Pero la fiesta y la extraordinaria relación entre el oso y su humano terminó de forma trágica, en septiembre de 2008, cuando Dörflein apareció muerto en su vivienda. Dicen los expertos que desde entonces la vida de Knut cambió. Muchos creyeron ver que el oso estaba triste y también hubo quienes justificaron su rechazo a tener pareja en la ausencia de su cuidador.
La leyenda nació definitivamente el sábado a las 15.22 horas. A esa hora, Knut apareció flotando en la gran piscina que presidía el recinto donde vivía. Poco antes, unas 700 personas habían observado cómo el oso daba señales de haber sufrido algo parecido a un ataque epiléptico. «Se sumergió en el agua y segundos después vimos que su cuerpo flotaba», dijo un testigo. El único oso del mundo que posó para la celebre fotógrafa Annie Leibovitz y ocupó la portada de la revista 'Vanity Fair' había muerto ante los ojos aterrados de cientos de visitantes. Hoy le practicarán la autopsia. Knut y Dörflein vuelven a estar juntos.