Guía de recetas de cocina Mediavideras vol.2

-200g de fusilli, farfala, penne o cualquier otro tipo de macarrón con nombre gracioso. O espaguetis. Lo que queráis, al final es lo mismo.
-1/2 cucharadita de pimentón picante
-1 Alegría riojana
-1/2 cucharadita de albahaca
-1/2 cucharadita de perejil
-Sal ó salsa de soja
-Pimienta
-1 Diente de ajo
-Chorizo o carne picada.

Así es como se prepara. No tiene ningún misterio, pero hay que hacer algunas notas:

Lo primero, como os podréis imaginar, es cocer la pasta. Hay varias maneras de preparar este plato, así que depende de lo que queráis tendréis que cocer la pasta más o menos. Una de las maneras es hacer la pasta normalmente para luego sofreírla lo justo como para que coja sabor, y la otra es hacer la pasta un poco más de lo aconsejable (Hasta que se ponga blandurria y se empiece a romper) y luego dejarla en la sartén hasta que parte del agua se vaya y la capa exterior de la pasta quede crujiente y no muy seca. Yo prefiero la segunda manera, pero para gustos colores.

Mientras la pasta se hace, cogemos una tabla de cortar y vamos preparando el resto.

Picamos una alegría riojana muy fino. Entre corte y corte, vamos añadiendo el resto de especias (Pimentón picante, albahaca, pimienta, perejil), un diente de ajo muy picado y un poco de sal (Al ser un plato bastante especiado no es necesario echar mucha. Incluso podéis ahorrárosla si no os sienta bien o tenéis restricciones médicas al respecto. El cambio en el sabor no se nota prácticamente nada), directamente sobre la tabla hasta acabar con un picado rojo bastante fino y relativamente uniforme. Tengo que hacer incapié en lo de fino y relativamente uniforme. No queréis nada de un tamaño superior al de un grano de pólvora en esa mezcla, creedme. Picad hasta que la pasta haya acabado de hacerse aunque lo veáis bien, por si las moscas.

Cuando la pasta esté hecha y tengamos el mejunje preparado, retiramos la cazuela del fuego, y ponemos una sartén (Sin apagar el fuego y sin echar nada a la sartén). Mientras la sartén se calienta, escurrimos la pasta y quitamos toda el agua que podamos. Dejamos el escurridor de lado, y esperamos a que la sartén empiece a humear y se oscurezca un poco.

En ese punto, echamos un chorro de aceite (Suficiente como para crear una capa uniforme, pero poco más) y esperamos a que se caliente. Necesitamos que esté muy, muy caliente, así que no tengáis prisa. Picad la mezcla de especias un poco más. Cuando empecéis a tener miedo de echar algo a la sartén estará lo suficientemente caliente. Echad el chorizo (4 – 6 rodajas finas en mi caso, aunque podéis echar lo que os apetezca) y removed un poco para que el aceite coja color. Cuando las rodajas estén crujientes por fuera, retiradlas con un tenedor o unas pinzas, ponedlas sobre el mejunje de alegría y especias (Dios mío, eso ha sonado a título de novela pastelosa) y esperad a que el aceite vuelva a estar tan caliente como el magma draconiano de la tercera luna de zarael en la nebulosa de goliatum (Esto es, caliente de cojones) mientras picáis un poco más.

Cuando estéis preparados, echad la pasta al aceite. No os preocupéis por las salpicaduras, con 200g hay pasta suficiente como para cubrir todo el fondo de la sartén, impidiendo que salpique. Dadle un par de voltios para que se churrusque la parte de fuera, e inmediatamente después echad el chorizo y el ajilimójili (Wow, no me ha saltado el corrector ortográfico con eso) sobre la pasta. Haced el movimiento sexy (Mover la sartén para que el contenido vaya al extremo opuesto al mango y luego moverla de nuevo para que ese contenido salga volando y aterrice en el centro de la sartén del revés. No conozco el nombre técnico de eso) para que se mezcle todo bien, y devolvedla al fuego. Esperad a que la pasta pierda algo del agua sobrante y a que se endurezca un poco y haced el movimiento sexy de nuevo (Practicadlo, ¡Es básico en un entorno de cocina sexy!). Si en lugar de por la sal habéis optado por la salsa de soja, este es el momento de echar un chorrito y darle un voltio) repetid el proceso por el otro lado, y cuando estéis satisfechos con el resultado (O en su defecto antes de que todo se queme) retirad la sartén del fuego y echadlo todo en un bol grande, ensaladera o fuente para servir.

El resultado, si no os ha salido excesivamente mal, es pasta ligeramente picante sin un sabor definido, más que el de la propia pasta y el del chorizo. Esto es, ni picante avinagrado (Como el del tabasco) ni picante pimentón, como el de la cayena por ejemplo. Sí es cierto que si no habéis picado mucho la alegría y alguien se come un trozo grande no va a notar nada más que pimiento picante, pero si se hace bien no tendréis ninguna queja de los que no soportan uno u otro sabor, aún gustándoles el picante. Eso sí, una vez que el plato esté acabado no echéis nada de nada, porque cualquier cosa que uséis (Tomate, ketchup, salsas varias) tapará completamente el sabor de la pasta y echará el plato a perder. Bueno, no el plato, pero sí la comida. Ya sabéis. Os recomiendo servir con pan. El aceite que se queda en el plato tiene un sabor picante suave muy agradable.

Como anécdota y sugerencia para broma, puedo contar lo que me pasó la primera vez que intenté cocinar este plato. Las alegrías llevaban casi un año guardadas en un bote, y como siempre solemos pensar, ‘Bah, eso ya no pica nada’. Error. No sólo eché 3 alegrías, sino que además añadí 3 cayenas, tabasco, pimentón picante y demás delicias, a poco más de 300 gramos de pasta. El resultado fui yo tragando agua como un condenado bajo el grifo de la cocina aún dos horas después de comerme aquello, y una pérdida bastante curiosa de la sensibilidad en la lengua acompañada de un picor bastante incómodo durante un par de horas más. Y estoy seguro de que si no tuviera el estómago que tengo ahora mismo tendría una úlcera en el estómago impresionante. Lo gracioso del asunto es que aquello picaba tanto que ni siquiera fui capaz de notar el sabor del plato. Me pregunto si estaba bueno…

Por cierto, debería de haber puesto foto, pero tenía mucha hambre. La próxima vez saco una, ¡Lo prometo!

Source: http://achifaifa.wordpress.com/2012/03/16/los-macarrones-flameros/