FEDAchat - El hilo del buenrollismo

#16443 heh, yo los paso directamente echandolo con su propio difusor.

Si te han dicho q se pone malo o algo asi es fake.

#16443 pero te dedicas a la compra venta de perfumes?

Bueno, aún estoy un poco nervioso por lo sucedido, pero intentaré ser breve e ir al grano.
Veréis, yo vivo en Madrid, concretamente en Callao, pero no soy natural de aquí. Yo nací en Langreo, en Asturias, y me vine hace unos años para aquí, cuando terminé la carrera y me mudé en busca de curro.
Si bien nací en Langreo, estudie el instituto y la universidad en Oviedo. En langreo únicamente estudié el colegio más por empeño de mi madre que por comodidad, puesto que mi padre trabajaba en Oviedo y nosotros seguíamos viviendo en Langreo por cabezonaría de mi madre, que adoraba Langreo y no quería mudarse bajo ningún concepto. Mi padre, abogado, estudió en Madrid y le encantaba la ciudad, y esto influyó en parte para que yo me viniese a Madrid al acabar mis estudios, aunque me hubiese gustado antes.

Él no es asturiano, es natural de Orcera, Jaén. Cuando era pequeño su familia era muy humilde y a duras penas sus padres sabían leer y escribir puesto que abandonaron la escuela muy temprano para ponerse a trabajar. A los 16 mis abuelos se conocieron y a los 18 ya estaban casados y esperando su primer hijo (mi tito). Unos cuantos años y hermanos después llegaría mi padre. En fin, cosas de la época.
Y esto (y hago un breve inciso) siempre me ha parecido algo injusto. Hoy en día vivimos en una época llena de libertades y con cada vez menos deberes. La gente es más y más libre y debe responder a menos y menos tareas y precisamente esto lleva a la decadencia de la sociedad de forma lenta pero inexorable. No puedo sino pensar en sociedades como Roma o Grecia para ver patrones comunes.
Y digo que me parece injusto porque muchas personas seguramente con muchísimo más buen corazón y buenas intenciones que las que la mayoría de gente joven tenemos hoy en día (porque así nos programa la sociedad) tuvieron que conformarse con vidas en su mayoría impuesta.
El primer hombre o mujer del que te enamorabas tenía que ser el de toda la vida, te gustase o no, y el amor no siempre era eterno; tenías que renunciar a tus sueños o a tus estudios de forma más común que hoy en día pues era un capricho o un lujo prácticamente y no una obligación (el ofrecérnosla) como hoy en día.
Pienso en mi abuelo, en mi abuela, incluso en mi padre, que si bien pudo sacarse sus estudios tuvo que sufrir muchísimo más por ello de lo que yo en mi momento y ya ni te digo los chavales de hoy en día.
Tienen becas, los precios son mucho más acordes a lo que puede ganar una familia, los propios grados son muchísimo más accesibles y sencillos de sacar, se dan mil oportunidades...

La cosa es que mi padre siempre quiso salir de su pueblo (todo lo contrario a mi madre) y no verse atado al pueblo de su familia toda la vida. De hecho, sé que en parte se arrepiente de haber ido a establecerse con mi madre tantos años en Asturias. Puesto que en su momento estudió en Madrid pero estuvo varios años fuera. Estuvo un año de intercambio estudiando en Berlín y siempre me ha contado cómo le encantó la experiencia y la ciudad.
Dice que ahí tuvo uno de los grandes romances de su vida.
Al llegar, fue a vivir a una residencia de estudiantes y ahí se hizo pronto un grupo de amigos con el cual pasaba siempre el tiempo. Mi padre es una persona muy agradable, simpática y habladora. Por tanto no era difícil con ese carácter y ese magnetismo que la gente se quisiera acercar a él.
Pronto conoció a una chica rubita que también estaba de intercambio, inglesa, y se enamoraron locamente. Me cuenta siempre mi padre cómo estaban totalmente locos el uno por el otro, que fue uno de los mejores años de su vida, cómo planeaban incluso casarse y los nombres que pondrían a sus futuros hijos, que darían la vuelta al mundo juntos...
Y siempre supe que mi padre se arrepiente en parte de estar con mi madre porque siempre se quedó con la espinita de qué habría pasado de seguir con esa chica.
Y hago otro breve inciso aquí que siempre me comió la cabeza: los amores que pudieron ser y no fueron.
En general siempre se dice que debes hacerlo todo porque es mucho mejor morirse sabiendo que fuera bien o no hiciste todo lo que quisiste hacer, que irte con espinas clavadas de cosas que quisiste probar y nunca te atreviste.
Y obviamente, uno de los grandes ejemplos de esto es el amor y los amores que nunca fueron.
¿Hasta qué punto es maduro o realista dejarse llevar por los sentimientos solamente con tal de no quedarse con la sensación de qué habría pasado?
Porque muchas veces uno puede tener simplemente un encoñe de unos días y no va a tirar relaciones, trabajos, estabilidades...más serias únicamente porque se le vaya la olla un par de días.
Pero por otra parte, te arriesgas a quedarte con una espina toda la vida y sobretodo a perderte de algo que te habría cambiado la vida (o no, quién sabe).
Sobretodo lo digo por el ejemplo de mi padre, porque sé que en su cabeza tiene la idea de que todo lo que le habría gustado hacer y no hizo (vivir en grandes ciudades, conocer un montón de sitios y vivir en esos sitios, hacer locuras...) no lo hizo por haber terminado con una persona muy diferente a él y mucho más tranquila que él en ese aspecto.
Y obviamente sé que quiere y ha querido a mi madre, pero también que todas esas cosas ya no va a vivirlas y que siente que de haber seguido con aquella chica inglesa que conoció en alemania, habría experimentado todo ese tipo de cosas.
Quizás se equivoque, por supuesto, pero ahora se irá a la tumba con esa espina y sobretodo habiendo dejado de vivir muchísimas cosas.
Por otro lado, si hubiese elegido esa vida, quizás habría dejado de disfrutar una familia como la que ha tenido y todas las cosas buenas que eso también le ha aportado.
Al final uno ha de elegir un camino quiera o no, por supuesto, y ese camino te hará renunciar a otros, es imposible vivir todos los caminos en una sola vida y tristemente no tenemos más que una para vivir.
Y eso, la verdad, me mete algo de miedo.
Porque en la vida uno no tiene guías ni tutoriales sobre qué hacer y cómo hacerlo. Simplemente te lanzas y vas eligiendo sobre la marcha sin saber si te estás equivocando o si estás tomando la decisión acertada. Y eso, por supuesto, provoca situaciones como las que comento en las que eternamente te estés comiendo la cabeza con lo que "podría haber sido".

En fin, continúo. Tras volver de su año de "erasmus" mi padre conoció a mi madre en Madrid, en el único año de su vida en que no ha vivido en su querida asturias. En ese caso fue por algo muy concreto.
Mi madre, si bien adora asturias y sobretodo Langreo y fue nacida y criada allí, su madre no era natural de allí, sino madrileña, en concreto de Alcalá.
Por cuestiones de salud, ya que mi abuela materna tuvo una caída y se estropeó bastante la cadera (de lo que aún sigue renqueante) mi madre decidió mudarse un par de años a Madrid con ella para cuidarla y ayudarla en todo lo que pudiese.
Mi madre, que es unos años mayor que mi padre, ya había acabado sus estudios (estudió algo relacionado con gestión de hoteles) y encontró un trabajo en Madrid.
Aún así los dos eran bastante jóvenes y salían de fiesta por aquel entonces en la conocida movida madrileña.
Por cierto, esta es una etapa que siempre me ha intrigado del mundo de Madrid.
Me he leído muchos libros, artículos, me he tragado pelis y documentales...y me parece apasionante.
El ambiente que había, la libertad artística, el movimiento en sí. En concreto me pareció siempre súper interesante la historia de Parálisis Permanente y de su vocalista, Eduardo Benavente.
Eduardo comenzó como batería en el grupo de Alaska y los Pegamoides (y se enrollaron por cierto) pero acabó dejando el grupo (en parte porque Alaska se celó de que Eduardo se liase con otra chica del grupo) y fundó su propio grupo (Parálisis Permanente).
La cosa es que este chico murió súper joven, con apenas 20 o 21 años en un accidente de coche mientras volvían de una sala en la que daban un bolo.
Claro, esto supuso dos cosas: la primera es que la figura de Eduardo adquiriese ese nivel de mito que adquieren los artistas al morir especialmente a edades tan jóvenes.
Lo segundo que supuso fue el principio del fin de la movida.
Ya los artistas salieron de la burbuja en la que vivían y vieron que no todo era de color de rosa y que también pasaban cosas muy chungas y poco a poco el movimiento se fue desinflando y debilitando.
Sea como sea, siempre pienso que estaría genial haber vivido esa etapa aquí y haber vivido el movimiento.

La cosa es que en esa etapa mis padres salían mucho y acabaron conociéndose y enamorándose, mi padre olvidó momentáneamente a aquella chica inglesa y tras ese año y tras acabar mi padre la carrera, se casaron y decidieron irse a vivir juntos.
Mi madre convenció a mi padre de irse a vivir a Asturias y si bien no era una idea que atrajese en exceso a mi padre, aceptó más que nada por el amor intenso que tenía con mi madre y pensó que antes o después pues acabarían yéndose de allí.
Bastante equivocado estaba mi padre, porque solo un par de años después nací yo y mi madre lo convenció no solo de quedarse en asturias sino de mudarse a Langreo, puesto que quería que yo creciera donde ella creció y ella era bastante mandona.
Así pues, nací y crecí allí aunque cuando fui a entrar al instituto mi padre convenció a mi padre de mudarse a Oviedo, al menos una ciudad algo más grande dentro de asturias, para que yo fuese a un mejor instituto y ya que él tenía allí su despacho y le era más cómodo.
Así, mi adolescencia la pasé en Oviedo, una ciudad que para mí era otro mundo comparada con Langreo y en la que pasé muy buenos momentos pero que poco a poco se me fue quedando pequeña, en parte porque yo siempre tuve unas aspiraciones altas y sentida poco a poco que la ciudad se me iba quedando pequeña, y también en parte por las ideas que mi padre me contaba que había tenido de joven y cómo me hablaba de su año en Berlín y sus años en Madrid y de todos esos viajes que nunca hizo.
En parte sentí que tenía que vivir por él lo que él nunca vivió en parte por "culpa" mía.
Era una cierta forma de hacerle honra.

Así pues, en cuanto acabé el instituto, con ayuda por supuesto de mis padres y de ciertos ahorrillos que tenía de haber currado todos los veranos, me lancé a estudiar en Madrid. De eso hace ya unos cuantos años.
La verdad que mis primeros años en Madrid fueron geniales, en concreto me gustaría contaros una historieta que tuve en mi tercer año de carrera, cuando también decidí marcharme a estudiar con una beca, en mi caso a Londres.
Londres es una ciudad que siempre me había llamado la atención y como no se me daba mal el inglés y me hablaban muy bien de ella, decidí lanzarme a la aventura, pensando en lo que vivió mi padre en Berlín y en que además mejoraría mi inglés y quién sabe si incluso en algún futuro me iría a vivir allí porque la ciudad me gustase.
Allí compartía piso con un chaval, Miguel, un griego que también estaba becado y que era sinceramente la persona más desastre que yo he conocido en mi vida y que hizo que mi año en Londres desde luego no sea fácil de olvidar.
Eso sí, es el tío más cachondo del mundo, no paré de reírme con él.
La cosa es que Miguel al poco tiempo se echó una novia yonki que siempre pululaba por Candem y que iba puesta de todo cualquier martes al mediodía.
La yonki creo que vivía de okupa con otro grupo de chavales igual de yonkis y tirados que ella, por lo cual aprovechaba para pasar en nuestra casa el mayor tiempo posible.
A mí me daba bastante igual porque soy una persona bastante despreocupada y bastante enrollada por lo cual no suponía un problema para mí.
Además la chica, pese a ser una yonki y estar algo tiradilla, era maja y tenía buena conversación, mucho más de lo que yo pensé en principio.
Sin embargo, poco a poco la situación fue cambiando a peor porque empecé a darme cuenta de que la chica nos robaba cosas en casa.
Empezó siendo comida. De repente faltaba un paquete de pan, o jamón york de la nevera, alguna bebida, o alguna botellita de vino...eran tonterías sin mucha importancia pero ya empecé a tener la mosca detrás de la oreja.
Después, si dejabas alguna moneda o algún billete por alguna mesa, de repente desaparecía.
Así poco a poco hasta que yo me enfadé y decidí poner un candado en mi habitación.
La cosa no fue a mejor y yo intenté hablar con Miguel pero no se lo tomó muy bien, de hecho se cabreó conmigo por lo cual no volví a sacar el tema, sencillamente fui a mi bola sin dejar nada por casa y dejando siempre cerrada mi habitación por si las moscas.
Todo siguió como siempre hasta que un día Miguel me llama llorando diciendo si puedo ir a casa y obviamente había pasado lo que tenía que pasar: la yonki le había robado el ordenador, una tele que tenía en su cuarto, las tarjetas de crédito y todos los ahorros que tenía por casa (unas 2000 libras en efectivo).
Canceló rápido las tarjetas pero aún así la yonki se gastó 400 o 500 libras prácticamente en un par de horas antes de que Miguel se dise cuenta del tinglao.
Me pidió perdón por no haberme hecho caso antes pero ya no había vuelta atrás.

Y hago un pequeño inciso con este tema: la gente a la que el amor la ciega totalmente.
Creo que todos hemos tenido algún o alguna colega al cual se le ha ido la cabeza, se ha encerrado en una persona, se ha alejado del resto y no ha visto la toxicidad que esa persona le estaba impregnando.
No solo algo tan obvio como el ejemplo que pongo en el que una persona estaba literalmente robando a la otra y la otra se negaba a verlo porque estaba encoñada, hay casos en los que una pareja decide aislar a la otra, alejarle de sus amigos, cambiarle físicamente, sus gustos, su forma de vestir, sus costumbres...
Yo nunca me he visto en una de esas pero por la forma de ser que tengo creo que nunca aceptaría algo así. Por mucho que quiera o que esté enamorado de una persona, si una persona me obligase o me llenase de algo así, si fuese así de tóxica, yo sencillamente seguiría mi camino.
Pero claro, es muy fácil hablar desde la posición de la persona que soy, pero cada quien tiene su carácter y cada quien ve las cosas de una forma determinada.
Yo entiendo que hay personas con un carácter más endeble o que tienen más miedo a estar solas y por ende se dejan mangonear más fácilmente y tragan prácticamente con lo que sea con tal de tener a alguien al lado, pero llega un punto que me parece sencillamente incomprensible que esas personas no quieran ver la realidad como es.

La cosa es que acabé la carrera, me puse a currar y entre unas cosas y otras tengo un buen curro y cierta estabilidad por lo cual me puedo permitir vivir en una zona céntrica como es Callao en una ciudad como Madrid.
Me gustaría contaros alguna historia más de mis años aquí pero no me quiero enrollar, que al final se me hace largo el post.
La cosa es que de unos meses para acá sobretodo, el tema con los menas en pleno centro se ha puesto cada vez peor.
El único finde en el que no se les vio fue cuando andaban los nazis sueltos por madrid liándola, ya que los menas son bastante cagones y no querían ese enfrentamiento.
Pero aparte de eso, está la cosa bastante descontrolada.
Campan a sus anchas, roban lo que quieran y donde quieran, van en grupitos bastante grandes y se sienten y se saben intocables.
Son menores y si alguien les da una paliza el problema es para él, además de que estos tienen cero miedo de matar o apuñalar a alguien y dejarle malherido porque saben que no irán a la cárcel y de los centros de menores se escapan sin el menor de los problemas. Además, van drogadísimos de cosas bastante deleznables y ni se enteran de lo que hacen ni de con quién lo hacen ni apenas sienten nada.

Así, todo esto lleva a la situación de anoche.
Quedé con un colega para ir a tomar unas copas y poco antes de llegar donde nos íbamos a encontrar con el resto del grupo, aparecen un grupito de 5 menas de un portal, uno se va directo a por mi colega y el otro a por mí. Mi primera reacción fue soltarle una hostia al que me intentó increpar pero vi a otros 3 con la mano en el bolsillo y supe que llevarían navajas y que 2 contra 5 íbamos a acabar mal. Por suerte, el grupo nuestro de colegas estaba en un estanco al lado comprando tabaco, salieron y nos vieron y vinieron corriendo, en ese momento solté un bofetón al chaval que tenía en frente y cogí a mi colega para apartarle del otro por si hacían algo.
Corriendo, los otros 3 vinieron a por nosotros, pero nuestros colegas ya estaban ahí y se achantaron, menos al que solté el bofetón que volvió con una navaja en la mano pero le metí un puñetazo directamente que se echó para atrás y creo que le rompí algo porque tengo la mano fatal.
Entonces, sin darme cuenta, uno de los otros me tiró una botella y me abrió la cabeza.
Tras eso, todos salieron corriendo y gritándonos cosas en moro.
Nosotros al hospital, 4 puntos y pusimos la denuncia pero lo que es peor es que seguramente sean menores y si nos denuncian llevemos nosotros las de perder (yo en este caso).
Y es esto lo que me parece injusto.
Hay un grupo de delincuentes en toda españa que son intocables, que hacen lo que quieren y de los cuales ni siquiera te puedes defender ya que o te llevas una puñalada o una denuncia en la que el propio delincuente saldrá ganando.

No entiendo a los políticos que no hacen nada al respecto pero cada vez tengo más claro que será la propia sociedad la que acabará cogiendo el toro por los cuernos y que esto no acabará bien, ni para los políticos, ni para la sociedad pero ni mucho menos para los menas.

En fin, ¿qué pensáis vosotros? ¿Habríais actuado de otra manera?
Yo es que creo que si te dejas achantar por esta gente estás jodido porque te cogen la matrícula y te mangonean cuando quieran.

#16452

lo que deberíamos tener: afrofuturismo
lo que tenemos: enanos negros