A mí no me gusta el pimiento, pero vivir pelado y haber encontrado platos buenos con pimiento ha hecho que le pierda casi todo el respeto. De igual forma desde que vivo solo me he vuelto adicto al ajo, molido y crudo con pan, y hasta me gusta frito cuando antes lo repudiaba.
Si queréis abrir fronteras y madurar gastronómicamente, ya sabéis. Pasar hambre y/o encontrar platos que os gusten con gran parte de lo que no os gusta. A no ser que tengáis un trauma con dicho ingrediente, es sencillo solucionarlo. Y probando varias veces, que esto es como algunos generos musicales que hace falta escuchar varias veces para que entre bien y te mole.
Por cierto, tortilla sin cebolla>con cebolla. Pero con cebolla también está buena. Y así con la pizza y la piña y etc, cuando vas madurando en el sabor te dejas de gilipolleces y peleas de sin/con.