Liberalismo y anarcocapitalismo

holeshow

Sí, ya sé que éramos pocos y parió la abuela, pero creo que es necesario este hilo. Unos empezarán a despotricar como buenos panfleteros, otros se dedicarán a dar manitas y otros pasarán de largo. Pero quizás dos o tres personas se lo lean, quizás, puede que alguno ponga algún link en el que rebatan el artículo, e incluso –ya muy difícil- puede que alguno lo rebata él mismo dando lugar a un bonito debate. O puede que simplemente el hilo se hunda en el olvido ante su vasta densidad.

LIBERALISMO versus ANARCOCAPITALISMO, por Jesús Huerta de Soto

Introducción

El pensamiento liberal teórico y político se encuentra en esta primera década del siglo XXI en una encrucijada de trascendental importancia. Aunque la caída del Muro de Berlín y del socialismo real a partir de 1989 parecieron anunciar “el fin de la historia” (en la tan infeliz como rimbombante expresión de Francis Fukuyama), lo cierto es que hoy, y en muchos aspectos más que nunca, impera por doquier el estatismo y la desmoralización de los amantes de la libertad. Es urgente y se hace preciso, por tanto, un “aggiornamento” del liberalismo, es decir, una profunda revisión y puesta al día del ideario liberal a la luz de los últimos avances de la Ciencia Económica y de la experiencia acumulada en los últimos acontecimientos históricos. El punto de partida fundamental de esta revisión consiste en reconocer que el liberalismo clásico ha fracasado en su intento de limitar el poder del estado y que hoy la ciencia económica está en disposición de explicar el por qué este fracaso era inevitable. A su vez, la teoría dinámica de los procesos de cooperación social impulsados por la empresarialidad que da lugar al orden espontáneo del mercado se generaliza y convierte en todo un análisis del sistema anarcocapitalista de cooperación social que surge como el único sistema verdaderamente viable y compatible con la naturaleza del ser humano.

En el presente artículo se analizan con detalle estas cuestiones junto con una serie de consideraciones complementarias de tipo práctico y de estrategia científica y política. Además, se aprovecha el análisis contenido en el mismo para aclarar determinados malentendidos y errores de interpretación que a menudo suelen plantearse.

El error fatal del liberalismo clásico

El error fatal de los liberales clásicos radica en no haberse dado cuenta de que el programa del ideario liberal es teóricamente imposible pues incorpora dentro de sí mismo la semilla de su propia destrucción, precisamente en la medida en que considera necesaria y acepta la existencia de un estado (aunque sea mínimo) entendido como la agencia monopolista de la coacción institucional.

Por tanto, el gran error de los liberales es de planteamiento: piensan que el liberalismo es un programa de acción política y doctrina económica que tiene por objetivo limitar el poder del estado, pero aceptándolo e incluso considerando necesaria su existencia. Sin embargo, hoy (en la primera década del siglo XXI), la Ciencia Económica ya ha puesto de manifiesto: (a) que el estado no es necesario; (b) que el estatismo (aunque sea mínimo) es teóricamente imposible; y (c) que, dada la naturaleza del ser humano, una vez que existe el estado es imposible limitar su poder. Comentaremos por separado cada uno de estos aspectos.

El Estado como ente innecesario

Desde el punto de vista científico, solo desde el equivocado paradigma del equilibrio puede llegar a pensarse que exista una categoría de “bienes públicos” en los que, por darse los requisitos de oferta conjunta y no rivalidad en el consumo, se justificaría prima facie la existencia de una agencia monopolista de la coacción institucional (estado) que obligara a todos a financiarlos.

Sin embargo, la concepción dinámica del orden espontáneo impulsado por la función empresarial que ha desarrollado la Escuela Austriaca de Economía ha echado por tierra toda esta teoría justificativa del estado: siempre que surge una situación (aparente o real) de “bien público”, i.e. de oferta conjunta y no rivalidad en el consumo, surgen los incentivos necesarios para que el ímpetu de la creatividad empresarial la supere mediante las innovaciones tecnológicas, jurídicas y los descubrimientos empresariales que hacen posible la solución de cualesquiera problemas que pudieran plantearse (siempre y cuando el recurso no sea declarado “público” y se permita el libre ejercicio de la función empresarial y la concomitante apropiación privada de los resultados de cada acto de creatividad empresarial). Así, por ejemplo, el sistema de faros marítimos fue durante mucho tiempo de titularidad y financiación privada en el Reino Unido, lográndose por procedimientos privados (asociaciones de navegantes, precios portuarios, control social espontáneo, etc.) solventar el “problema” de lo que se considera en los libros de texto de economía “estatistas” el caso más típico de “bien público”. Igualmente, en el lejano oeste norteamericano se planteó el problema de la definición y defensa del derecho de propiedad de, por ejemplo, las reses de ganado en amplísimas extensiones de tierra, introduciéndose paulatinamente diversas innovaciones empresariales (“marcaje” de las reses, vigilancia continua por “cow-boys” a caballo armados y, finalmente, el descubrimiento e introducción del alambre de espino que, por primera vez, permitió la separación efectiva de grandes extensiones de tierra a un precio muy asequible) que solucionaron los problemas conforme se iban planteando. Todo este flujo creativo de innovaciones empresariales se habría bloqueado por completo si los recursos hubieran sido declarados “públicos”, excluidos de la propiedad privada y gestionados burocráticamente por una agencia estatal. (Y así, hoy en día, por ejemplo, la mayoría de calles y carreteras están cerradas a la introducción de innumerables innovaciones empresariales – como el cobro de precio por vehículo y hora, la gestión privada de la seguridad, de la polución acústica, etc. – y ello a pesar de que la mayoría ya no plantean problema tecnológico alguno, pues dichos bienes han sido declarados “públicos” imposibilitándose así su privatización y gestión creativa empresarial).

Además, a nivel popular se piensa que el estado es necesario porque se confunde la existencia del mismo (innecesaria) con el carácter imprescindible de muchos de los servicios y recursos que hoy (malamente) oferta (casi siempre so pretexto de su carácter público) con carácter exclusivo. Los seres humanos observan que hoy en día las carreteras, los hospitales, las escuelas, el orden público, etc., son proporcionados en gran (sino en exclusiva) medida por el estado, y como son muy necesarios, concluyen sin más análisis que el estado es también imprescindible. No se dan cuenta de que los recursos citados pueden producirse con mucha más calidad y de forma más eficiente, barata, y conforme con las cambiantes y variadas necesidades de cada persona, a través del orden espontáneo del mercado, la creatividad empresarial y la propiedad privada. Además, caen en la trampa de creer que el estado es también necesario para proteger a los indefensos, pobres y desvalidos (sean “pequeños” accionistas, consumidores de a pie, trabajadores, etc.) sin entender que las supuestas medidas de protección sistemáticamente tienen el efecto, como demuestra la teoría económica, de perjudicar en cada caso precisamente a aquellos a los que se dice proteger, por lo que desaparece también una de las más burdas y manidas justificaciones de la existencia del estado.

Decía Rothbard que el conjunto de los bienes y servicios que actualmente proporciona el estado se dividen, a su vez, en dos subconjuntos: el de aquellos que hay que eliminar y el de aquellos que es preciso privatizar. Es claro que los bienes citados en el párrafo anterior pertenecen al segundo grupo y que la desaparición del estado, lejos de significar la desaparición de carreteras, hospitales, escuelas, orden público, etc., implicaría su provisión, con más abundancia, calidad y a un precio más asequible (siempre en comparación con el coste real que vía impuestos actualmente pagan los ciudadanos). Además, hay que señalar que los casos históricos de caos institucional y desorden público que puedan señalarse (por ejemplo, en muchas ocasiones durante los años previos y durante la Guerra Civil en la Segunda República española, u hoy en día en amplias zonas de Colombia o en Irak) se deben al vacío de provisión de estos bienes creado por los propios estados que ni hacen con un mínimo de eficiencia lo que en teoría deberían hacer según sus propios seguidores, ni dejan hacer al sector privado y empresarial, pues el estado prefiere el desorden (que, además, parece legitimar su presencia coactiva con más intensidad) a su desmantelamiento y privatización a todos los niveles.

Es especialmente importante entender que la definición, adquisición, transmisión, intercambio y defensa de los derechos de propiedad que articulan e impulsan el proceso social, no requieren de una agencia monopolista de la violencia (estado). Y no sólo no la requieren sino que, por el contrario, el estado siempre actúa pisoteando múltiples títulos legítimos de propiedad, defendiéndolos de forma muy deficiente y corrompiendo el comportamiento individual (moral y jurídico) de respeto a los derechos de propiedad privada ajena.

El sistema jurídico es la plasmación evolutiva que integra los principios generales del derecho (especialmente de propiedad) compatibles con la naturaleza del ser humano. El derecho, por tanto, no es lo que el estado decide (democráticamente o no), sino que está ahí, inserto en la naturaleza del ser humano, aunque se descubra y consolide jurisprudencial y, sobre todo, doctrinalmente de forma evolutiva (en este sentido consideramos que el sistema jurídico de tradición romana y continental, por su carácter más abstracto y doctrinal, es muy superior al sistema anglosajón del common law, que surge de un desproporcionado respaldo del estado a las decisiones o fallos judiciales que, a través del “binding case”, introducen en el sistema legal todo tipo de disfunciones provenientes de las circunstancias e intereses particulares que preponderan en cada proceso). El derecho es evolutivo y consuetudinario y, por tanto, es previo e independiente del estado y no requiere para su definición y descubrimiento de ninguna agencia monopolista de la coacción.

Y el estado no sólo no es preciso para definir el derecho. Tampoco lo es para hacerlo valer y defenderlo, y esto debe resultar especialmente obvio en los tiempos actuales, en los que el uso – incluso, paradójicamente, por muchos organismos gubernamentales –de empresas privadas de seguridad, está a la orden del día.

No puede pretenderse que expongamos aquí con detalle cómo funcionaría la provisión privada de los que hoy se consideran como “bienes públicos” (aunque el no saber a priori cómo solucionaría el mercado infinidad de problemas concretos es la objeción ingenua y fácil de aquellos que prefieren el statu quo actual so pretexto de que “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”). De hecho, no pueden conocerse hoy las soluciones empresariales que un ejército de emprendedores daría a los problemas planteados – si se les dejase hacerlo –. Pero lo que hasta los más escépticos han de reconocer es que “lo que hoy ya se sabe” es que el mercado, impulsado por la empresarialidad creativa, funciona y precisamente lo hace en la medida en que el estado no interviene coactivamente en su proceso social. Y que las dificultades y conflictos siempre surgen precisamente allí donde no se deja que se desarrolle libremente el orden espontáneo del mercado. Por eso, los teóricos de la libertad (y con independencia del esfuerzo realizado desde Gustav de Molinari hasta hoy imaginando cómo funcionaría la red anarcocapitalista de agencias privadas de seguridad y defensa patrocinadoras cada una de ellas de sistemas jurídicos más o menos marginalmente alternativos) nunca deben de olvidar que precisamente lo que nos impide conocer cómo sería un futuro sin estado (el carácter creativo de la función empresarial), es lo que nos da la tranquilidad de saber que cualquier problema tenderá a ser superado al dedicarse a su solución todo el esfuerzo y la creatividad de los seres humanos implicados (Kirzner 1985, 168). Ahora bien, gracias a la Ciencia Económica no sólo sabemos que el mercado funciona, también sabemos que el estatismo es teóricamente imposible.

Por qué el estatismo es teóricamente imposible

La teoría económica de la Escuela Austriaca sobre la imposibilidad del socialismo se generaliza (Huerta de Soto 1992, 151-153) y convierte en toda una teoría sobre la imposibilidad del estatismo, entendido como el intento de organizar cualquier parcela de la vida en sociedad mediante los mandatos coactivos de intervención, regulación y control procedentes del órgano monopolista de la agresión institucional (estado). Y es imposible que el estado cumpla sus objetivos coordinadores en cualquier parcela del proceso de cooperación social en que pretenda intervenir, incluyendo especialmente los ámbitos del dinero y la banca (Huerta de Soto, 1998), del descubrimiento del derecho, de la impartición de Justicia y del orden público (entendido como la prevención, represión y sanción de los actos criminales), por los siguientes cuatro motivos:

(a) Por el enorme volumen de información que necesitaría para ello y que sólo se encuentra de forma dispersa o diseminada en los millones de personas que cada día participan en el proceso social.
(b) Dado el carácter predominantemente tácito y no articulable (y, por tanto, no transmisible de forma inequívoca) de la información que necesitaría el órgano de intervención para dar un contenido coordinador a sus mandatos.
(c) Porque la información que se utiliza a nivel social no está “dada” sino que cambia continuamente como consecuencia de la creatividad humana, siendo obviamente imposible transmitir hoy una información que sólo será creada mañana y que es la que necesita el órgano de intervención estatal para que mañana pueda lograr sus objetivos; y

(d) Sobre todo porque el carácter coactivo de los mandatos del estado, y en la medida en que sean cumplidos e incidan con éxito en el cuerpo social, bloquea la actividad empresarial de creación de esa información que es precisamente la que necesita como “agua de mayo” la organización estatal de intervención para dar un contenido coordinador (y no desajustador) a sus propios mandatos.

Además de ser teóricamente imposible, el estatismo genera toda una serie de efectos distorsionadores periféricos muy dañinos: fomento de la irresponsabilidad (al no conocer el estado el coste real de su intervención actúa de forma irresponsable); destrucción del medio ambiente cuando éste es declarado bien público y se impide su privatización; corrupción de los conceptos tradicionales de Ley y Justicia que pasan a ser sustituidos por los de mandato y justicia “social” (Hayek 2006, 25-357); corrupción mimética del comportamiento individual que cada vez se hace más agresivo y respeta menos la moral y el derecho.

Este análisis nos permite concluir también que si en la actualidad determinadas sociedades prosperan ello no es por el estado sino, precisamente, a pesar de él (Rodríguez Braun, 1999), pues todavía muchos seres humanos conservan la inercia del comportamiento pautado sometido a leyes en sentido material, siguen existiendo parcelas de mayor libertad relativa y el estado suele ser muy ineficiente a la hora de imponer sus forzosamente torpes y ciegos mandatos. Además, incluso hasta los incrementos más marginales de libertad generan notables impulsos de prosperidad, lo que ilustra hasta qué punto podría avanzar la civilización si pudiera desembarazarse de la rémora del estatismo.

Finalmente, ya hemos comentado el espejismo que afecta a todos aquellos que identifican al estado con la provisión de los bienes (“públicos”) que hoy (costosa y malamente) proporciona, concluyendo erróneamente que la desaparición del estado implicaría necesariamente la desaparición de sus preciados servicios, y ello en un entorno de continuo adoctrinamiento político a todos los niveles (y, especialmente, a
través del sistema educativo que ningún estado, por razones obvias, quiere dejar de controlar), de imposición totalitaria de los criterios “políticamente correctos”, y de racionalización autocomplaciente del statu quo por parte de una mayoría que se niega a ver lo obvio: que el estado no es sino una entelequia constituida por una minoría para vivir a costa de los demás, a los que primero explota, luego corrompe y después compra con recursos ajenos (impuestos) “favores” políticos de todo tipo.

La imposibilidad de limitar el poder del estado: su carácter “letal” en combinación con la naturaleza del ser humano

Una vez que existe el estado es imposible limitar la expansión de su poder. Es cierto que, como indica Hoppe, determinadas formas políticas (como la monarquía absoluta, en la que el Rey-propietario será ceteris paribus más cuidadoso a largo plazo para “no matar a la gallina de los huevos de oro”) tenderán a expansionar su poder e intervenir algo menos que otras (como la democracia, en la que no existen incentivos efectivos para que alguien se preocupe por lo que acaezca más allá de las próximas elecciones). También es cierto que, en determinadas circunstancias históricas, ha dado la impresión de que la marea intervencionista se había, hasta cierto punto, contenido. Pero el análisis histórico es incontrovertible: el estado no ha dejado de crecer (Hoppe, 2004). Y no ha dejado de crecer porque la mezcla del estado, como institución monopolista de la violencia, con la naturaleza humana es “explosiva”. El estado impulsa y atrae como un imán de fuerza irresistible las pasiones, vicios y facetas más perversas de la naturaleza del ser humano que intenta, por un lado, evadirse a sus mandatos y, por otro, aprovecharse del poder monopolista del estado todo lo que pueda. Además, y especialmente en los entornos democráticos, el efecto combinado de la acción de los grupos privilegiados de interés, los fenómenos de miopía gubernamental y “compra de votos”, el carácter megalómano de los políticos y la irresponsabilidad y ceguera de las burocracias generan un cóctel peligrosamente inestable y explosivo, continuamente zarandeado por crisis sociales, económicas y políticas que, paradójicamente, son siempre utilizadas por los políticos y “líderes” sociales para justificar ulteriores dosis de intervención que, en vez de solucionar, crean y agravan aún más los problemas.

El estado se ha convertido en el “ídolo” al que todos recurren y adoran. La estatolatría es, sin duda alguna, la más grave y peligrosa enfermedad social de nuestro tiempo. Se nos educa para creer que todos los problemas pueden y deben ser detectados a tiempo y solucionados por el estado. Nuestro destino depende del estado y los políticos que lo controlan deben garantizarnos todo lo que exija nuestro bienestar. El ser humano permanece inmaduro y se rebela contra su propia naturaleza creativa (que hace ineludiblemente incierto su futuro). Exige una bola de cristal que le asegure no sólo conocer lo que va a pasar sino además que cualesquiera problemas que surjan le serán solucionados. Esta “infantilización” de las masas se fomenta de forma deliberada por los políticos y líderes sociales pues así justifican públicamente su existencia y aseguran su popularidad, situación de predominio y capacidad de control. Además una legión de intelectuales, profesores e ingenieros sociales se suman a esta arrogante borrachera del poder.

Ni siquiera las iglesias y denominaciones religiosas más respetables han sido capaces de diagnosticar que la estatolatría es hoy en día la principal amenaza al ser humano libre, moral y responsable; que el estado es un ídolo falso de inmenso poder al que todos adoran y que no consiente que los seres humanos se liberen de su control ni tengan lealtades morales o religiosas ajenas a las que él mismo pueda dominar. Es más, ha logrado algo que a priori podría parecer imposible: distraer sinuosa y sistemáticamente a la ciudadanía de que él es el verdadero origen de los conflictos y males sociales, creando por doquier “cabezas de turco” (el “capitalismo”, el ánimo de lucro, la propiedad privada) a las que culpar de los problemas y dirigir la ira popular, así como las condenas más serias y rotundas de los propios líderes morales y religiosos, casi ninguno de los cuales se ha dado cuenta del engaño ni atrevido hasta ahora a denunciar que la estatolatría es la principal amenaza en el presente siglo a la religión, a la moral y, por tanto, a la civilización humana.

Así como la caída del Muro de Berlín en 1989 fue la mejor ilustración histórica del teorema de la imposibilidad del socialismo, el fracaso mayúsculo de los teóricos y políticos liberales a la hora de limitar el poder del estado ilustra a la perfección el teorema de la imposibilidad del estatismo y, en concreto, que el estado-liberal es en sí mismo contradictorio (por encarnar un estado-coactivo aunque sea “limitado”) y teóricamente imposible (pues aceptada la existencia del estado es imposible limitar el crecimiento de su poder). En suma, que el “estado de derecho” es un ideal imposible y una contradicción en los términos tan flagrante como la que supondría referirse a “la nieve caliente, a una puta virgen, a un esqueleto obeso, o a un cuadrado circular” (Jasay 1990, 35), o como en la que caen los “ingenieros sociales” y economistas neoclásicos cuando se refieren a un “mercado perfecto” o al denominado “modelo de competencia perfecta” (Huerta de Soto 2007, 347-348).

El anarcocapitalismo como único sistema posible de cooperación social verdaderamente compatible con la naturaleza del ser humano
Conclusión: implicaciones revolucionarias del nuevo paradigma
Apéndice gráfico y breve comentario sobre la tradición anarquista española
5
H

¿Eres tu tr1pas?

3
reci0

Me he leido los cinco primeros parrafos pero es que no puedo continuar, lo siento, se que es una falta de respeto no leerme todo el tocho antes de postear pero es que las bases ya son erróneas en mi opinión, desde un principio justifica el sistema por la supuesta naturaleza del hombre y cual esa naturaleza según el liberalismo?, porque no la veo reflejada, solo veo que lo usa como un dogma fijo y que no hace falta explicarlo. Intentare seguir leyendolo pero me es difícil.
Tampoco entiendo como ataca al Estado sin saber su origen, no puedes decir que es innecesario sino se sabe porque esta ahí.
También decir que usa demasiado lo de "ciencia" yo soy estudiante de historia y considero que es una ciencia, pero una ciencia social, por lo que tienen un método científico para desarrollarla pero tiene un carácter humano que hay que tener en cuenta, en este post se pretende que la economía no sea algo humano, no se tiene en consideración que la economía la realizan humanos que tienen pensamientos no es solo sumas y restas, por lo que el valor de "ciencia" como si fuera matemáticas no me parece correcto. Además como decía mi profesora de economía "la economía es la ciencia que estudia lo pasado", coño como la historia.

2 2 respuestas
B

Bases inventadas + anarcocapitalismo = escribir un comentario de repulsa

holeshow

Qué éxito ha tenido el hilo xDD.

#3 Para mí la historia no es ciencia de verdad, en cuanto a que no tiene carácter predictivo. Y también soy estudiante de historia, fíjate tú. Pero bueno, no entremos en debates epistemológicos que no nos llevan a ningún lado.

turanga

Entro pensando en leerlo, veo el nombre del señor y recuerdo su mítico video. No me lo puedo tomar en serio, lo siento.

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Tr1p4s

#1 Hace años que me leí este ensayo de el profesor Huerta de Soto y de la problemática del liberalismo en la defensa de un estado aunque sea mínimo (minarquismo) porque siempre puede llegar a convertirse en lo gigantesco que es ahora y que mejor ejemplo que EEUU que empezó siendo así y mira lo que se ha convertido.

Los principios liberales entran en una especie de contradicción en cuanto a la defensa del estado (y me incluyo), yo no defiendo el estado como ente coercitivo monopolístico pero creo que pasar de una sociedad colectivizada con un gran peso del estado al anarcocapitalismo sería un paso muy arriesgado, se debe avanzar progresivamente hacia este cambio sin perder la fuente de derechos estatales.

Los liberales creemos (bueno mejor no hablo por los demás si no por mi mismo) que si hay que defender un estado mínimo (como mal necesario) debería ser el que tengan unas instituciones básicas que defiendan el capitalismo, los derechos y libertades.

Yo personalmente creo que antes de llegar a la anarquía primero se debe probar el liberalismo de verdad y entonces a partir de ahí yo me replantearía seriamente mi posición.

1 1 respuesta
Tr1p4s

#3 No hace falta que lo jures que hayas puesto a leer y a los 2 minutos hayas parado, me imagino como cuando un religioso creacionista abre un libro sobre Darwin xd.

desde un principio justifica el sistema por la supuesta naturaleza del hombre y cual esa naturaleza según el liberalismo?

Y es normal que no te enteres porque no te enteras de nada.

La naturaleza del hombre, lo que le distingue de los demás seres vivos es que es un ser cognitivo e intelectivo y el sistema que mas respeta y se basa en esta naturaleza humana es el capitalismo que como tampoco te has enterado viene de caput {cabeza}, es decir lo que el hombre utiliza para desarrollar en este sistema, su propia visión y mejor herramienta, la razón.

En la concepción de ciencia a la economía es porque es la ciencia social por excelencia que estudia la interacción de todos los seres humanos y las ideas que en el se dan, por eso es tan inexacta y compleja porque es un estudio dinámico con la mayor cantidad de variables y cambiantes inimaginables.

Por eso la economía jamás se podrá planificar, jamás se podrá adquirir toda la información de las cambiantes en una mente.

5 1 respuesta
M0E

#8 Metes una cantidad de paja tremenda, entras al trapo y sabes que no coincidimos en muchísimas cosas. Pero ése reply q te acabas de marcar es bastante bueno, espero q la gente lo lea.

1 1 respuesta
Tr1p4s

#9 Intento meter la menos posible pero cuando la gente no hace mas que desviar el sentido de la temática me lío a hablar y me pierdo.

Es cierto que entro al trapo a todas pero es un gran problema mío que cuando leo una burrada, una mentira y/o una tergiversación no me puedo quedar parado, las injusticias son lo que mas me molesta.

No se si realmente coincidimos o no en muchas cosas, mi intención no es ni hacer amigos, ni caer bien a la gente ni nada por el estilo solo defender mi postura y la razón.

Y respecto a el post que acabas de citarme harán como todos, no se lo leerán empezar a tergiversar o el que me haga un reply me insultará y los 40 "similares" (vamos a llamarlos así) aplaudirán con las orejas.

Llevo muchos años aquí metido y se lo que pasa.

PD: ¿Qué opinas de #1?

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davidgsanpab

Puf, me interesa un huevo pero leerme todo eso... Lo intentaré a la noche más despierto xD

urrako

Falacias: definir unilateralmente lo que es natural al ser humano y las inferencias correspondientes y negar rotudamente la capacidad de desarrollar modelos predictivos sobre la economía. Cuando dejemos de partir de mentiras igual se puede empezar a razonar.

11 1 respuesta
Tr1p4s

#12 ¿Es mentira que lo que diferencia al ser humano de los demás seres vivos sea su función cognitiva e intelectiva?

¿Crees de verdad que la información que pueden a llegar a generar cientos-miles-millones de personas son capaces de absorber, predecir y actuar por una mente o grupo de personas?

Los hay arrogantes y luego lo estás tu.

3 1 respuesta
reci0

#7 Siento comunicarte algunas cosas, el origen etimológico de Capitalismo no es Caput, sino Capital. Latín tu no has dado por lo visto. Que lo quieras adornar para que cuadre más con tu ideal vale, pero no es real, pregúntale a cualquier lingüista, caput viene a dar cabeza pero de ahí a capitalismo hay un rato. En mi opinión te has colado.
Entonces si aceptamos lo que tu has puesto seria el capitalismo y no el liberalismo lo más apto para el ser humano.
Y que pasa con el ser humano neolítico, eran idénticos a nosotros geneticamente, ellos no tenían capitalismo de ningún tipo y con la creación de los primeros estados tienes un "capitalismo". Así que la base del capitalismo es el estado ya que el estado se nutre de la propiedad privada....
#15 Por eso he puesto entre comillas capitalismo, porque no es un capitalismo hasta la edad moderna. Obviamente la economía feudal no es capitalismo, repito por eso lo puse entre comillas. Si tu también has dado historia sabras el origen del Estado y el origen del Estado moderno y las contracciones y expansiones de este, con esto tendrias que saber que es actualmente imposible eliminar el estado, se puede sustituir por un "cooperativismo" pero seguiría siendo un estado.

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holeshow

#14 Tío, no. Mira, sé que has dado historia y sabrás de ella todo lo que quieras, pero te fallan los sistemas. Lo del neolítico era una economía natural, no capitalismo, al igual que en la alta edad media. El capitalismo es moderno.

En el colegio deberían enseñar la diferencia entre capitalismo, economía natural, mercantilismo y derivados.

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urrako

#13 Niego que el constructo moral y político que tú propones sea lo más natural al hombre. Igual que niego que algún otro lo pueda ser. Arrogar a cualquier construcción ideológica el papel de única y verdadera es absurdo.

Lo que yo crea sobre las posibildiades predictivas no importa. La ciencia no actúa según creencias. Y ya no es ciencia, es epistemología, teoría del conocimiento incluso, si no puedo falsar algo no puedo darlo por bueno (ni por malo). Si se desconoce el límite del conocimiento humano y el desarrollo de la matemática y la psicología (y todas las otras disciplinas que puedan tomar parte en el estudio económico), no puedo dar por hecho que nunca se llegará a dar la posibildidad de predecir el comportamiento humano. No se trata de creer o no en que será posible, se trata de que no se puede afirmar ni negar dicha posibilidad.

Pero bueno, para entender estas cosas hay que tener algo de bagaje y no ser un inculto.

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Tr1p4s

#14 ¿Y de donde te crees que viene capital? xdddd. Eres un grande macho.... mas ignorancia no puedes rezumar.... llevarás 10 años metiendo mierda al capitalismo y no sabes ni de que viene.

El término capital (del latín caput, cabeza)

Y que pasa con el ser humano neolítico, eran idénticos a nosotros geneticamente, ellos no tenían capitalismo de ningún tipo y con la creación de los primeros estados tienes un "capitalismo".

Porque esas sociedades eran primitivas, es mas ni siquiera usaban el comercio de una manera importante (fíjate que el trueque fue mucho después) y la evolución de la economía que ha habido a lo largo de la historia.

Así que la base del capitalismo es el estado ya que el estado se nutre de la propiedad privada....

Vaya somera tontería por dios, el estado no crea ningún capital ni nada, este es exógeno al estado y surge a pesar de el porque te repito que se basa en la mente humana y nuestra capacidad de razonar es contraria a la violencia que ejerce el estado, es un oximoron.

Pero que el estado se nutra de la propiedad privada no significa que el capitalismo sea posible al estado si no que el estado como parásito que es chupa del capitalismo y de la propiedad privada.

Pero bueno está bien que llegues a esos conceptos y veas que sin la propiedad privada el estado no hace nada, todo lo que usa el estado primero debe haber sido generado por las personas, es decir por la propiedad privada el estado solo se la roba como ladrón que es.

#16 No es ninguna construcción moral es mas yo nunca hablo de moralidad porque ni te importa a ti ni a nadie, hablo de natural no porque sea divino o mágico si no porque es la base del ser humano.

Pero bueno viendo de ti que desdeñas el segundo derecho mas básico del ser humano (y casi incluso el primero) que se puede esperar de tus respuestas.

Y tienes valor de llamarme inculto xd.

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urrako

#17 Pero ¿qué tiene que ver lo que yo piense para que seamos rigurosos acerca de hablar sobre gnoseología? Es que no lo entiendo. Luego vas llorando de que te insultan y desvían los temas...

Y sí, te llamo inculto porque tú estás dando sentencias que no son correctas. No critico tus ideas, sino la posición y naturaleza que crees que tienen ya que eso implica asumir cosas que no son verdad.

Y otra vez sí, todo es moral, ya que andas con el latín a vueltas mírate lo que significa de verdad. Todo es moral porque desde el momento en que existe pensamiento existe moralidad. Cuando tú das unas reglas para comportarse como sociedad estás desarrollando una moral. La propiedad privada y la ausencia de injerencia estatal son elementos morales en tanto atañen a las costumbres y relaciones del hombre consigo mismo y con los demás. Y por su propia naturaleza a un producto del pensamiento darle una posición hegémonica en cuanto a inherencia es absurdo.

Y último sí, sí te llamo inculto, a cada post lo demuestras.

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SirPsycoSexy

Uf, no tengo tiempo ahora pero si no lo hago esta noche mañana me lo leo y respondo. Pero para empezar una error garrafal que le encuentro a señor Huerta de Soto ,sin entrar a discutir su condición liberal libertario o anarcocapitalista, es su antirealismo científico -bueno, tanto suyo como todos los austriacos- en comulgar que la praxeología es la única metodología usable en las ciencias sociales. Cuando en realidad de no tener no tiene nada de científico.

Mario Bunge, uno de los filósofos más reconocidos de estas últimas décadas defensor tanto del realismo científico como de la llamada filosofía exacta, escribió un articulo buenísimo llamado "Realismo y antirealismo en las ciencias sociales" que coge tanto a Von misses -uno de los primeros de la escuela austriaca en citar la praxeología- como a Hayek y Milton (aunque no se fija únicamente en estos autores y su metodología, solamente los comenta en una parte de su artículo) y destroza su pseudobjetivismo con una sencillez y delicadez absoluta, argumentando -de forma bastante efectiva- que sus modelos y contribuciones, lejos de juzgar si son más acertados o no, son diseños totalmente arbitrarios que se dedican a hacer predicciones que pretenden ser verdades introducidas en hipotéticos casos descontextualizados que no tienen uso pragmático por lo que no se pueden establecer leyes. En conclusión sus modelos y argumentos no pueden esgrimirse en un debate científico social que pretenda ser más o menos objetivo (incluso le mete bastante cizaña al “objetivismo” Ayn Rand).

Dejando esto de lado, yo qué estudio ciencias políticas he estudiado las distintas escuelas que utilizan metodologías distintas a la hora de estudiar las ciencias sociales y desde cualquiera de ellas (desde su visión me refiero) podría criticar duramente la praxeología que como ya he dicho, fuera de si sus contribuciones son más o menos acertadas, son totalmente arbitrarias y subjetivas. Y la verdad es que me aprece bastante fuerta, aún más cuando el mismo Von Misses hace uso de las contribuciones de Weber (padre de las ceincias sociales y el objetivismo) pero a la vez huye de su metodología científica y se queda solo con el famoso tipo ideal weberiano.

Este es el principal problema de los austriacos -no digo liberales porque muchos liberales académicos huyen de esta metodología totalmente subjetiva dentro de las ciencias sociales-, se encasillan demasiado en su praxeología.

Y esto lo digo porque el otro día me dio por mirar clases del señor Huerta de Soto, y no para de repetir su praxeología y comete el error FATAL de intentar realizar ciencias sociales diciendo que el empirismo no sirve para nada en las ciencias sociales, haciendo alusión que es de uso exclusivamente en ciencias naturales.

Bueno, sobre #1 ya me lo leeré cuando pueda ahora tengo que irme que estoy ocupado. Además, estoy realizando una tesina sobre el liberalismo político, y me gustaría una vez la acabe hacer una comparación entre similitudes y diferencias entre el anarquismo y el liberalismo libertario o anarcocapitalismo.

A quien le interese material sobre el anarcocapitalismo leed sobre Robert Nozick y al austriaco Murray Rothbard. (Aunque me gustaría decir, que el mismo liberalismo libertario y sus aportaciones crean controversia dentro de la escuela austriaca, pero no me quiero liar porque esto daría material para un libro entero más que para un thread de un foro).

PD: Por cierto, a quien le interese tengo en un pdf el articulo de Mario Bunge, si a alguien le pica la curiosidad se lo puedo pasar.

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Tr1p4s

#18 Paso de tus tonterías del moralismo porque no tienen ni una sola argumentación razonable, no voy a perder el tiempo con tan somera estupidez.... volviendo a lo que te decía antes.

Te he hecho unas preguntas muy simples las vuelva a hacer para que no te desvíes como siempre de las cagadas.

¿Es mentira que la esencia, naturaleza (el adjetivo que quieras usar) del ser humano es su función cognitiva e intelectiva?

¿Crees que se puede organizar la economía algo que es totalmente inexacto y que tiene una cantidad inimaginable de variables y cambiantes que ninguna persona puede llegar a absorber de una forma generalizada?

Respuestas simples y concisas nada de irte por las ramas, urrogante.

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Fascaso

Se me hace un tanto molesto el artículo, sobre todo por el uso abusivo de la palabra ciencia, y por tener la verdad absoluta en cuanto a la naturaleza del ser humano.
Por poner un ejemplo, considero al ser humano avaricioso, de forma que si la sanidad estuviese en manos privadas no veo como nos la podríamos costear todos, ya sean indigentes minusválidos, gente que no puede hacer valer sus capacidades y que no tienes capital privado.

Tiene un tufillo a verdad absoluta, con frases como "utópico e ingenuo". Es increible la capacidad que tiene de poner al anarcocapitalísmo" como fin de toda evolución correcta. Incluso en el gráfico pasa del comunismo libertario al anarcocapitalismo.

"La progresiva desaparición de los estados y su paulatina sustitución por un entramado dinámico de agencias privadas" Una de las frases más relevantes de todo el texto, y que me parece que hay que analizar bien. Pues no esconde todo lo que con 50 lineas a intentado esconder, la palabra sustitución.
Honestamente me da pánico esta teoría tal como esta expresada tiene una prepotencia y una omnisciencia. Omite toda posibilidad de la sobreexplotación de los recursos, del abuso de poder, de los monopolios. No me gustaría vivir en una sociedad en la que el 100% de la electricidad sea controlada por un pequeño grupo de personas, pues estas personas seran literalmente intocables.

De todas formas me ha gustado bastante la crítica que hace en ciertos puntos al estado, pero como ya e comentado tira para atrás mucho la arrogancia(o al menos eso me parece a mi) del texto en sí.

#22 Que cachondo mental, pensé que no hacía falta explicarlo si lees toda la frase. Sustitución del estado por agencias(empresas) privadas. Que como ya e dicho no me parece mucho mejor.
Y e no me parece mal que digas sustitución del estado por el anarcocapitalismo, pero por la anarquía como que esta un poco fuera de lugar.

2 1 respuesta
Tr1p4s

#21 Una de las frases más relevantes de todo el texto, y que me parece que hay que analizar bien. Pues no esconde todo lo que con 50 lineas a intentado esconder, la palabra sustitución.

Que hacha es ocultando la sustitución del estado por la anarquía en un ensayo llamado:

LIBERALISMO versus ANARCOCAPITALISMO

#21 Te vuelvo a repetir LIBERALISMO VERSUS ANARCOCAPITALISMO ¿Hola? Llamando a la tierra.

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urrako

#20 Te lo estoy diciendo y no lo entiendes. Eres una persona muy limitada.

Acepto que una de las cararterísticas biológicas distintivas del ser humano es su capacidad de razonar. Lo que no acepto es que de esto se infiera que la propiedad privada y todo el rollo que te sueltas sea por tanto lo más natural.

Te lo dije antes y te lo vuelvo a decir. No se puede creer ni dejar de creer en algo que desconoces. Ahora mismo no hay herramientas para predecir efectivamente la economía, pero eso no significa que en un futuro se puedan (o no) desarrollar. Es una pregunta sobre la que carece de sentido dar una respuesta. Por tanto mi respuesta es no lo sé y quien piense que sí o que no se podrá miente.

Luego me llamas arrogante cuando precisamente soy yo quien desde posturas de razonamiento filosófico se está manteniendo escéptico respecto a ciertas sentencias que haces... Qué curioso el lenguaje xD

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PrinceValium

A mi me parece bien.

Tr1p4s

#23 ¿Aceptas que el derecho básico del hombre sea el derecho a su vida?

No es creer en nada, no intentes vestirlo de moralidad porque no lo es es simplemente una racionamiento lógico-deductivo que si somos seres cognitivos por lo tanto tenemos derecho a nuestra propia vida.

2 respuestas
urrako

#25 Abstente de usar conmigo esa mayeútica cutre.

No voy a seguir con el tema porque veo que no comprendes el trasfondo de lo que digo. Lo que yo crea o deje de creer sobre el ser humano es trivial.

#28 xDDDDDD Mira, ni lo voy a corregir, que quede para la posteridad mi ignominia.

7 1 respuesta
Tr1p4s

#26 Es una simple pregunta para dejar de hecho toda tu pomposa retórica tirada por los suelos, que por eso no respondes.

Pero tranquilo que negar la propiedad privada desde casita con tu ordenador, tu conexión a Internet y todas tus comodidades queda fetén.

Lo que tu creas o no creas del ser humano es trivial, pero dices que no existe la propiedad privada, tiene mucha lógica.

Kartalon

Sólo quiero decir, que aunque las respuestas de urrako están llenas de "win", me parece fatal que alguien que modera el foro de libros escriba "mayeútica" en #25 . Dimisión.

Y hasta aquí mi pequeño inciso.

1 respuesta
Tr1p4s

Bueno dejando de lado que en el siglo XXI haya gente que niegue del simple hecho tan tan básico de que el ser humano es un ser que en esencia es cognitivo y que por ese hecho tiene responsabilidad y derecho sobre sus actos y sobre el fruto de su trabajo, sigamos con el tema de Liberalismo vs anarcocapitalismo.

Pongo una intervención de Francisco Capella

En términos generales se dice que los liberales defienden el capitalismo, el mercado libre y los derechos individuales frente al poder coactivo del estado; que son contrarios a la redistribución de riqueza, al intervencionismo de la política económica, a las subvenciones a los grupos de interés, a las barreras arancelarias proteccionistas que dificultan el comercio internacional, y la ingeniería social colectivista; que quieren más sociedad, más iniciativa empresarial y menos estado.

Definir así el liberalismo es problemático y en realidad arbitrario (aunque muchos aspectos bien entendidos resultan ser correctos). Es imposible determinar de forma objetiva qué tipo de estado y en qué cantidad es aceptable para alguien que se considera liberal: depende de preferencias subjetivas y no de verdades contrastables. No es adecuado intentar definir la sociedad libre en función de las características que posea su estado. El proceso correcto es el inverso, definir el estado como concepto más complejo en función de la libertad individual como concepto más básico. Aunque pueda parecer una afirmación exageradamente tajante y radical, sólo existe una forma de liberalismo bien fundamentada (con principios axiomáticos sólidos), lógica (consecuente, consistente, sin contradicciones) y de acuerdo con la naturaleza del ser humano y de la realidad en la que vive: el liberalismo que entiende la libertad como el respeto al derecho de propiedad privada, y que se basa en el principio ético de no agresión o no iniciación del uso de la fuerza.

Los potenciales conflictos entre propietarios y la posible existencia de delincuentes hace necesarios servicios de policía, defensa y justicia. Un minarquista defiende un estado mínimo estrictamente limitado cuyas únicas funciones son las de policía, defensa y justicia. El estado tiene el monopolio del uso sistemático de la fuerza sobre unos súbditos y un territorio o jurisdicción, tiene el poder y la autoridad exclusivos para mandar y hacer cumplir reglas de comportamiento social.

El problema del minarquismo es creer que el monopolio de la violencia puede ser eficiente, no corromperse, y que su poder puede mantenerse estable y limitado por los ciudadanos. El estado es ineficiente: no existe competencia y no se permite a los ciudadanos prescindir de sus servicios. Una jerarquía coactiva genera fuertes incentivos para su propio crecimiento a costa de los gobernados. En los peores casos se llega hasta el totalitarismo. Un estado mínimo no defiende el derecho de propiedad sino que lo viola sistemáticamente al no permitir a cada persona decidir cómo resolver pacíficamente sus problemas de seguridad y protección. Los mecanismos democráticos no resuelven estos problemas, y en algunos casos los agravan. Además la extensión territorial del estado es arbitraria y suele ser resultado de hechos históricos violentos como guerras y conquistas.

El mejor estado es efectivamente aquel que menos gobierna: el que no gobierna nada en absoluto. El anarquismo es autogobierno y supone la defensa radical y consecuente de la libertad. El anarcocapitalismo o sistema de ley policéntrica mediante jurisdicciones competitivas es una organización social espontánea, autónoma, no coactiva, un orden voluntario cooperativo basado en la ética objetiva y universal de la libertad y la justicia rectamente entendida como el derecho individual de propiedad privada. El anarquismo no significa caos, desorden o salvajismo, sino simplemente ausencia de estado monopólico. El anarquismo liberal implica la abolición de todas las formas de estado por innecesarias, peligrosas e indeseables. No es un anarquismo comunista o anarcocomunismo, sistema inviable en el cual no se reconoce el derecho de propiedad. Existen instituciones, leyes y agencias de seguridad, pero no son impuestas mediante la violencia. Se trata de una heterarquía o estructura de red, y no una jerarquía o estructura de árbol. Anarquismo y mercado no son contradictorios: propiedad y estado sí que son incompatibles.

2
Tr1p4s

Adjunto esta gran intervención de Carlos Rodriguez Braun sobre la teórica función del estado y lo que en realidad es, con un ejemplo práctico:

Para los demagogos de turno expondré que lo que intenta decir con este ejemplo es que el estado se erige como una excusa de ayuda al desabastecido, marginal y mas indefenso ciudadano pero en la práctica para nada es así es un gran leviatan que para seguir manteniéndose crea mas problemas de los que solventa y lo mejor de todo es que los problemas que decía servir justamente siguen pasando.

Ir en contra del estado es ir en contra del mayor pensamiento único, que cuando piensas igual que todos los demás de hecho no estás pensando.

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