Bueno ya que estamos contando historias, cuento algo que no suelo contar tampoco a mucha gente...
Tengo 3 hermanos y una hermana melliza, ella y yo somos los más pequeños. Cuando teníamos unos 5 o 6 años, ambos veíamos cosas bastante extrañas por las noches. Siempre jugábamos en casa por la noche cuando todos dormían, y era en ese momento cuando veíamos una especie de sombras, es difícil de explicar, eran como personas hechas de humo negro.
Ahora lo pienso y me da bastante yuyu, pero recuerdo que en esos momentos no nos asustaban absolutamente nada porque por algún motivo lo veíamos como algo normal y natural, como un juego. Recuerdo que estas “sombras” no hacían nada raro en particular, no se les distinguía la cara y iban como flotando a través de los diferentes pisos de la casa. Era como ver a personas haciendo cosas rutinarias pero sin ningún sentido.. recuerdo ver a una como subiendo unas escaleras cuando ahí no habían escaleras.
Muy a menudo jugábamos a seguirlas y comentar lo que hacían. Era habitual verlas como se acercaban a los cuartos y camas del resto de mis hermanos y se reclinaban como a verles dormir. Todo esto seguramente lo hubiese olvidado o hubiese acabado pensando que eran imaginaciones de niño pequeño, pero se que era algo real porque recuerdo perfectamente de ver a una de estas sombras y a la vez ver como mi hermana le seguía con la mirada. Además íbamos ambos describiendo lo que hacían en todo momento.
No fue cosa de una noche sino que estuvimos viéndolas bastante tiempo, de hecho recuerdo perfectamente cuando dejé de verlas. Una noche estaba durmiendo en mi cama sólo, y vi a una de estas sombras entrar por la puerta de mi cuarto (nada del otro mundo, como otras muchas veces) vi como venía hacia mi, pero por primera vez en mi vida sentí miedo de una de estas cosas. Me tape con la sabana la cara y empece a temblar y a sudar de auténtico pavor, y curiosamente después de esa experiencia no volví a ver ninguna más. Mi hermana no recuerda exactamente cuando dejo de verlas pero también dejo de hacerlo.
Ahora tenemos los dos 34 años y seguimos de vez en cuando hablando del tema, y coincidimos en que lo que veíamos era real. No he vuelto a tener ninguna experiencia de ese tipo (y mejor porque me cagaria de miedo xD).