Señores: estamos condenados.
Este post puede ser considerado chorra y en la semana nazi casi un suicidio, pero piensen detenidamente acerca de la siguiente tontería quebra-cabezas:
Sacamos aquellas tablas tan antiguas como las de multiplicar y en las que vienen descrita la ley de Dios en forma de mandamientos (y al decir Dios no nos referimos a Chuck Norris, por mucha aberración que parezca -y tampoco a Mapache, aunque sea la antítesis a Dios-) y nos detenemos en el quinto mandamiento (con premio si lo decimos de otra manera): NO MATARÁS.
Desde pequeñitos hemos formulado tan tonta pregunta a catecúmenos, curas, monjas o vírgenes hasta la boda y siempre nos han respondido que no se ha de matar a los hijos de Dios, que vienen a ser los hombres (y mujeres, sin sexismo ni acrimonía). "¿Y los animales que son?" - pregunta más que común. "Hijos de la naturaleza". Y aquellos que buscan cosquillas y no se contentan con tan vana respuesta también preguntan: "¿Y quién creo la naturaleza?" - "Dios". 2+2 = blanco y en botella. Pero no. Si matas a un hombre es pecado y vas a los infiernos etcétera y etcétera, pero si matas a una mosca, un gato o una trucha (y no nos referimos a hombres plumosos), no. Olé ahí los huevos de la doctrina católica y de todas aquellas que la imitan. Eso sí, hay auténticos zambergos de la naturaleza en forma de hombres y matarlos sigue siendo pecado, cuando hay primates más inteligentes que estos.
Pero igualmente punible es la actitud de aquellos que defienden los derechos y vida de los animales y sólo se centren en los "grandes". Es decir, si se mata a un toro, fatal. Si se mata a un perro, fatal. Y no sólo matar sino también maltratar. Pero luego, estos mismos son los primeros que cogen el spray para matar hordas de hormigas, ponen la pastilla nocturna esa para matar mosquitos o ven una mosca volando alrededor y ya amenazan con cazarla, con éxito. Animales de primera y de segunda división.
Pero rizamos más el rizo y, volviendo a la Biblia y al análisis de la misma por Steve Wells, y descubrimos que Dios, en aquellos que se cuenta en la misma, mata más que el diablo (Satán). Concretamente, en el transcurso de la Biblia, Dios se carga a más de dos millones de personas mientras que Satán a apenas diez. Esto tiene menos credibilidad que la autoría de una canción de Britney Spears, pero puestos a tocar los cojones, allá vamos. (http://dwindlinginunbelief.blogspot.com/2006/08/who-has-killed-more-satan-or-god.html)
Pero lo que sí es indudable es que si la naturaleza fue creada por Dios (y que se atrevan a rebatirlo), Dios en cada terremoto o huracán se carga a miles y miles de personas, sin contar epidemias, etc.
Lo que nos lleva a la conclusión de que cierto ente de poder incomensurable es un cabrón (Si es que existe.). Y que, si hay que fiarse del Mandamiento, entonces hay que fiarse a la de todas todas, por lo que todos hemos matado alguna vez aunque sea a un insecto, así que, por lo tanto, NOS VAMOS TODOS AL INFIERNO.
PD. A partir de mañana vuelvo a ser normal, lo juro :$.