De regalo un poema.
olor a caballo.
vienes a mi senda como monzón
inundas mis manos
con reciclajes
yo busco peces entre las piedras
me eluden como mi sistema nervioso
ha caído el último sello
y los pestilentes demonios vociferan sonetos
me adelanto a mirar por las oquedades del tirador
esta noche brindaremos con mis meados.
no voy a postularme a presidente
mantendré mis intereses más allá de la historia
he destrozado el embrague de mi mente
el asiento del alma tiene su Damocles
ahora recompongo con imbecilidades
mi histérica fuga hacia la nada.
he pellizcado los cristales del ser
son espejo y son la tapa
de la profundidad.
En este lado campa el sentido
abajo.
El silencio.
Todos aquellos integrantes del ejercito de la realidad
tienen en su cabeza mi amenaza
No me violen con sus enhiestos principios
estamos transidos del final.