Después de 6 meses en Madrid se ve que he perdido mis poderes canarios de resistencia al sol. Al volver en agosto e ir de sobrado a la playa pasando de ponerme crema, fue tal la insolación que cogí que me pasé dos noches sin dormir.
Ahora, una semana después, esto.
En la primera foto son los brazos de mi novia. Que sí, que tengo.