La pasada noche fue algo dura. Entre una cosa y otra llegué a mi casa a eso de la una del mediodía del sábado, y tras comer algo me fui a dormir.
No sé cuántas horas habrían pasado, pero de repente me vi inmerso en un sueño en el cual participaban un amigo y un conocido. Mi amigo, totalmente desnudo, me instaba a que le penetrara analmente, y luego entraba en juego un conocido (al cual siempre hemos creído que le gustaban los tíos, sospecha acentuada por las palmadas en el culo que repartía alegremente cuando se ponía un poco ciego) que, envidioso de vernos, se ponía en total disposición para lo que quisiéramos hacerle.
Por cosas de los sueños, y esos cambios de escena característicos donde nada resulta extraño, me vi corriendo hacia una plaza, en la cual, sentado en un monumento, me masturbé compulsivamente ante la atenta mirada de una niña de unos ocho años y su hermano que ya debía tener cerca de catorce, quien intentaba arrastrar a la petrificada infanta.
Justo en el momento cumbre, acerqué una peluca pelirroja a mi pene para eyacular caudalosamente entre sus cabellos rizados, al tiempo que me despertaba empapado en mi propio semen.
¿Qué significado creéis que puede tener, según las teorías freudianas sobre la interpretación de los sueños?