Tengo una pregunta para weed

Tochomosca

El tío de mi abuelo es el sobrino de mi padre, si tú eres mi padre y yo soy tú, quien es mi padre?

2 respuestas
B

#31 seguramente Lord Emotional

B

¿De donde cojones salen los padrastros? (los de los dedos, claro)

B

Ol3ad4 de mensajes ocultos en cuanto me levante j3j3 me lo veo venir

ramaGZ

¿Y si w00t nunca se fue a Punta Cana?

1
Shatterz

2
Ismelldrama

Que los sucesos que cuenta sean reales, o no lo sean, es superfluo, pues el tema expuesto puede reunir todos aquellos elementos que cada cual pueda pensar que son necesarios para una buena historia.
No sé por qué este tema no es muy conocido, pero para el que tenga la suerte de encontrarlo, que lo lea, que hable de el, porque merece ser tratado como algo grande, como merecen serlo todas las obras de arte, y nos encontramos claramente ante una.
No obstante, es un tema para ser tratado con suavidad, con tiempo y gusto, y nunca mejor dicho.

B

#31 Emotional.

1
R3D4N

Esto es un agujero negro de creatividad!!

Igual que mi comentario!!!

ya puedo ser del club??

Devilpower

+1 Esta cara se me ha quedado al leer #1 y #2

kerm4n

#1 Lógica aplastante

1
Mansanet

menudo pollo

A

Tio, si los animales no hacen guerras, entonces ¿Quienes son los verdaderos animales?

1 1 respuesta
drakew0w

#43 Los animales existen?

Porque el boli bic tiene tapón si igual no se seca?

1 respuesta
R3D4N

#44 para q no pintes/manches sin querer?

2
Birras_cs

Algunos os liais muchos cuando es evidente:
El cristianismo en España tiene una larga historia: casi dos mil años, según la leyenda que remonta sus orígenes a la evangelización de la Península Ibérica, en el mismo siglo I, por el apóstol Santiago el Mayor (vinculado a las historias de la Virgen del Pilar de Zaragoza y del milagroso transporte de su cadáver hasta Compostela), y por San Pablo, cuyo viaje a Hispania es improbable, pero de quien al menos consta su voluntad expresa de emprenderlo:

Saldré para España, pasando por vuestra ciudad, y sé que mi ida ahí cuenta con la plena bendición de Cristo.
Epístola a los Romanos. 15,28

Tras haber sido impuesto como religión oficial en el último siglo del Imperio romano, el cristianismo sufrió las vicisitudes de una prolongada Edad Media, que comenzó experimentando la segregación entre el arrianismo que traían los invasores germánicos y el catolicismo de los hispanorromanos (hasta la conversión de Recaredo en 586), para pasar a enfrentarse con el Islam en la Reconquista, periodo que presenció tanto la tolerancia como los intentos de erradicación entre religiones alternativamente dominantes.

La conformación de los reinos que terminaron reuniéndose en la Monarquía Católica o Monarquía Hispánica del Antiguo Régimen se hizo en gran medida a través de la construcción de una personalidad fuertemente religiosa, representativa del dominio social del grupo que se identificaba a sí mismo con el concepto étnicamente excluyente de cristiano viejo, y que desembocó en lo que ha podido llamarse política de "máximo religioso" de los Reyes Católicos,1 incluyendo la creación de la Inquisición española, la expulsión de los judíos y el bautismo forzoso de los moriscos, así como una fuerte reforma institucional del clero, a cargo del cardenal Cisneros. La Iglesia española de la Edad Moderna fue desde entonces un mecanismo disciplinado y al servicio de la monarquía y los estamentos privilegiados, poco accesible a las innovaciones de la Reforma luterana, que sólo alcanzó a círculos minoritarios (algunos, incluso con poca relación con el luteranismo, como los alumbrados), con lo que los conflictos religiosos de España no fueron comparables a los que desgarraron Francia, Inglaterra , Alemania o Hungría en esa misma época. España, garantizado el consenso interior en materia religiosa gracias al férreo control social, fue un firme bastión del catolicismo romano, que los reyes de la Casa de Austria reclamaban defender en sus guerras exteriores en Europa (frente a luteranos o anglicanos, aunque a veces llegaran a enfrentarse a la católica Francia o a los mismísimos Estados Pontificios), en el Mediterráneo (frente a los turcos) y en la colonización de América (justificada como evangelización, no sin reflexiones en contra, como la de Bartolomé de las Casas).

En cambio sí se produjeron fortísimos debates, como el que se dio en torno al erasmismo, vinculado a la resistencia a la modernización en las órdenes religiosas.2 Durante el siglo XVI se suscitó un movimiento reformista de carácter místico en el que se implicaron con no pocos enfrentamientos los carmelitas Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz; también en el contexto de la Contrarreforma fundó San Ignacio de Loyola la muy influyente Compañía de Jesús. La complaciente imagen de una España "más papista que el Papa", o "martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma",3 cuyas ciudades se disputaban la primacía en el fervor mariano (votos asuncionista y concepcionista), tuvo su caricatura en la Leyenda Negra que fijó el estereotipo del español como adusto, cruel, intolerante y supersticioso. La mayoritaria identificación de lo español con la versión más rancia del catolicismo, o la minoritaria resistencia a ello, empapó buena parte de la mentalidad y la literatura española: siglos más tarde, Valle Inclán plasmó en tres adjetivos el retrato de ese eterno y quijotesco hidalgo español, el Marqués de Bradomín como "feo, católico y sentimental".4 Con la caída del absolutismo y la abolición de la Inquisición en el siglo XIX se produce también la aparición de las primeras comunidades protestantes en España, que en principio son sólo toleradas con severas restricciones para la práctica de su culto.

La crisis del Antiguo Régimen, rematado por la Guerra Carlista, destruyó las bases económicas y el monopolio ideológico e intelectual del clero, así como buena parte del consenso social existente hasta entonces, pudiéndose hablar a partir de la Edad Contemporánea de Dos Españas que tenían en la oposición anticlericalismo/catolicismo integrista una de las grietas separadoras que las condujeron a una Guerra Civil. Esta fue justificada como cruzada por el clero, víctima de una violentísima represión en la retaguardia republicana (que se ha llegado a calificar de persecución religiosa recordada desde el pontificado de Juan Pablo II con canonizaciones multitudinarias).

Para el primer franquismo, el nacionalcatolicismo fue una de sus principales señas de identidad, además de componer los "católicos" una de las familias en que Franco se apoyaba en el ejercicio de su poder. Tras el Concilio Vaticano II, la jerarquía católica aparece dividida entre una orientación progresista y otra conservadora (sin que esa diferencia, como la que también existe entre una orientación centralista y otra más cercana a los nacionalismos periféricos le impida mantener la unidad estrechamente coordinada y controlada desde el papado). Simultáneamente, las comunidades cristianas de base se alinean claramente con la oposición al franquismo. La Transición supuso la plena libertad religiosa según la Constitución de 1978, que no obstante reconoce la peculiar condición de la Iglesia Católica, protegida en cuestiones relativas a la financiación y la enseñanza (conciertos educativos y asignatura de religión), lo que ha dado origen, ya en plena democracia, a algunos enfrentamientos con movilizaciones masivas. Otras cuestiones que separan a la Conferencia Episcopal de los sucesivos gobiernos han sido asuntos relacionados con la moral, como el divorcio, el aborto o el matrimonio homosexual.

No han sido tanto las conversiones sino la reciente incorporación a la sociedad española de numerosos contingentes de inmigrantes lo que ha ampliado la presencia de confesiones cristianas no católicas, sin conflictos significativos, además de aportar una numerosa población musulmana de más problemática integración. Pero el mayor desafío a la personalidad cristiana de España es la secularización de la sociedad,5 creciente desde el desarrollismo del franquismo final. Si son significativas las encuestas de práctica religiosa, el cambio social del último medio siglo ha sido mucho más agresivo que la frase de Manuel Azaña en 1931: España ha dejado de ser católica. Sin embargo, la pervivencia de las tradicionales manifestaciones multitudinarias de religiosidad popular, vertebradoras de la identidad local de la práctica totalidad de pueblos y regiones españolas, y de nuevas instituciones con presencia social decisiva (Cáritas, colegios religiosos, medios de comunicación como la COPE...) siguen haciendo del cristianismo, en su versión católica, el principal referente ideológico y social; incomparablemente más importante, en términos cuantitativos, que partidos políticos, sindicatos o movimientos culturales como la música o el deporte.

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PiTiFiNi

Quien coño es weed?

A

#46

2
Porteroo
CWind

Las manzanas como se acuestan para tener manzanas?

1 respuesta
B

#50

1
Johnata

Me llamo Ana y voy a sacar a mi marido de la cárcel, a lo prison break pero mas cutre

elo4000

que opinais de la masturbacion de los moluscos en alta mar?

1 respuesta
Nedaim

#53 Que son unos depravados y van a ir todos al infierno

xq no me ella no me qiere?

1 respuesta
B

#54 La culpa es de los padres, por vestirlas como putas.

¿Por qué la gente es esclava?

¿Y por qué no tiene pito el tren de Dora la exploradora?

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dambala

#55 La 2ª es fácil , porque la madre de #1 es

De paso lanzo una cuestión que me tortura....

Si una lesbiana se mira en el espejo , se puede poner cachonda consigo misma ? (suponiendo que esté buena claro)

1 respuesta
CWind

#56 Claro, es mas, intentará hacer la tijera consigo misma

1
fuNN

Me gusta la hipocresía de la gente, "hablemos de porros no pasa nada, somos modernos!"
"Que has consumido cristal? sal de aquí yonki!"

Cs_AoK

Aqui sólo se podría postear si vas tó fumao!

B

Porque todos los que se chocaron contra mi coche eran hombres.

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