Minecraft: Historias para no dormir

guilles

#30 ami lo del diamante tambine me a pasado, y para eso lo mejor es quitar todos los materiales que hay al lado del diamante asegurar el perimetro y luego picar xD

Hobbes

También es una putada picar el techo y que te caiga una torre de gravilla.

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Lyra

A mi una vez no me cayo una torre de gravilla, me cayo una playa entera xD epic fail! XD

Angelixion

#33 eso a mi me paso el otro día pero con un biome de desierto enorme, que había un montón de cuevas con el techo de arena rompí 1 y callo todo....

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Hobbes

#34 La verdad es que verte en esa situacion debe ser una putada, yo en ese caso me haría una pequeña habitación del pánico, que ya me ha llovido algún que otro derrumbe.

helicon

Yo cada vez que veo cuevas con techo arenoso lo derrumbo queriendo. Es la hostia luego asomarte y ver como ha quedado todo xD

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qu4ker

#36 +1

Y con el truco de la antorcha se saca la arena/gravilla en nada.

Kayder

Es la hora fría que precede al alba y es hora de ponerse a trabajar. Cojo mis herramientas y me dispongo a subir a la azotea, donde después de desforestar la zona me propongo construír un vivero para poder tener autosuficiencia de madera. Unos cuantos esqueletos me esperan al otro lado de la puerta, paciencia, pronto morirán. Con el primer rayo de sol comienzan a arder y regresan a su descanso eterno...hasta el anochecer. No veo creepers, extraño, pero tras inspeccionar la zona parcialmente amurallada la declaro segura, comienza la tarea.

Una noche puede parecer eterna, pero las preciadas horas de luz transcurren en un suspiro.

La noche cae, debo volver a las zonas seguras y ocuparme de la ampliación del complejo, recoger la cosecha de los invernaderos y forjar nuevas herramientas, pero me queda tan poco para acabar que decido terminar el trabajo. La zona está parcialmente iluminada y el riesgo no parece alto.
Me acerco al manantial, un cubo más y el estanque estará terminado, y es entonces cuando los veo, un creeper a escasa distancia, y un esqueleto que me tiene al alcance de su arco que comienza a disparar las mortíferas saetas; el proyectil impacta en mi armadura y me hace retroceder, la puerta hacia mi salvación se encuentra ahora entre el creeper y yo. Solamente me queda una opción, una acción desesperada, la vida o la muerte.
Me doy la vuelta y salto al vacío, intentando en la caída meterme en el curso de la catarata y amortiguar así mi caída, y lo consigo, pero apenas rozo la corriente de agua, miro hacia arriba y veo a mi enemigo saltar, aún a sabiendas que la caída lo mataría. Intento salir del agua, pero ésta me frena, el creeper cae encima de mí, oigo el susurro de la muerte y nada más.

Me despierto, aún es de noche, medianoche a juzgar por la luna, el paisaje nevado de mi alrededor es apenas reconocible bajo un manto de sombras débilmente atenuado por el brillo de la luna. Corro peligro, estoy desarmado, sin armadura ni herramientas, así que me dispongo a volver a casa, lo primero será atravesar nadando un pequeño estrecho entre la nieve y el bosque.
Una vez recorrí este camino para llegar a mi asentamiento, la distancia no era excesivamente larga, pero atravesar de noche un bosque situado en el fondo de un valle, cuando sientes la presencia de criaturas que no puedes ver es otra historia.
Oigo pisadas en la hierba, me detengo, no son mis pasos, algo se acerca. Me doy la vuelta, solamente es un cerdo, me giro, y enfrente de mi veo salir de entre los árboles un creeper que se acerca, doy un salto y consigo alejarme antes de que se inmole, pero aún me sigue.

Sigo corriendo y llego a un pequeño acantilado, lo suficientemente alto para herirme pero no matarme, el creeper se aproxima, ahora son dos. Al igual que en la otra ocasión será un salto de vida o muerte, pero no me queda otra opción y decido saltar.
Aterrizo, me encuentro herido, pero puedo seguir, mis enemigos también saltan pero esta vez no hay agua que me ralentice y consigo alejarme de ellos. Debo estar cerca de casa, y mientras pienso esto veo las brillantes luces del invernadero colgante situado en la cara este de la montaña, y las puertas que me conducirán a la zona trasera del complejo, una zona segura.
Veo a dos esqueletos y un zombie en el camino hacia las puertas, estoy fatigado, pero el tiempo apremia, con suerte los objetos perdidos aún no habrán desaparecido, y además estoy tan cerca...
Corro hacia ellos, el zombie se adelanta y me ofrece un improvisado escudo contra las flechas de los esqueletos, una de las cuales acaba con él. Paso por al lado de uno de los esqueletos, una flecha me alcanza, pero la del otro esqueleto impacta con su compañero, esquivo el resto de proyectiles hasta que por fin llego a las puertas y entro, estoy a salvo.

Por suerte en el invernadero tengo un baúl con panes y armas, rápidamente cojo unos cuantos panes y una espada, me curo y me dirijo precipitadamente hacia las estancias inferiores. El amanecer debe estar próximo, espero que no sea demasiado tarde. Atravieso la puerta principal y a escasos metros veo mis preciados objetos en la desembocadura del canal, afortunadamete despejada de enemigos, los recojo y regreso a casa.
Ha sido un día muy largo...

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neil90

Omg pedazo meseta.. Mola. Y la historia también.

iosp

#38 buena historia.
Y, menuda meseta xD una parecida tengo yo en mi mapa principal.
Lo que hice, fue vaciarla casi al completo por una cara, y hacer practicable la cima. Algun dia emplazare algo en ella.

Hobbes

Madre de dios, la verdad es que se ha pegado un currazo, yo vivo en una llanura boscosa, donde meterle fuego a unas hojas es trabajo de alto riesgo.

13 días después
potokuz

Era noche cerrada. La luna en todo su esplendor iluminaba creepers y esqueletos alrededor de mi esmirriada chabola venida a menos.

Yo, como todos, dedico la noche a explorar con ahínco las entrañas de la madre tierra porque, además de parecerme divertido, los mejores materiales están ahí.

Antes de continuar matizaré que al no ser yo perro viejo, ya que llevo 2 días jugando a esto, me pareció en su momento que construir mi casucha en una paradisíaca playa que se encuentra cerca de una enorme montaña de arena, era la mejor opción pues hay madera, piedra y sobre todo agua cerca. Esa fue mi perdición, os lo aseguro.

Bien, como iba diciendo, durante la noche normalmente me convierto en Gimly y cavo pico y pico y cavo. Tengo una red de túneles y galerías bastante maja que llega hasta los mismísimos cimientos del infierno, donde el material es tan duro que no hay forma de romperlo y la lava gobierna el lugar. No entraré en detalles sobre lo que me costó traspasar una de esas galerías con una bonita jaula de hierro con fuego dentro que no para de spawnear zombies, ni la cantidad de cerdos que he tenido que asesinar vilmente. Sólo diré que llegué hasta abajo y encontré obsidian.

Feliz de mi quise volver a casa y, bueno, no diré que me perdí porque sería restarme culpa. Lo que realmente ocurrió fue que me pareció de lo más curioso hacer una escalera de caracol desde los pilares de la tierra -Ken Follet estaría orgulloso de mi- hasta la superficie en sentido puramente vertical, y aquí es donde realmente comienza mi hazaña.

Piqué, cavé y piqué. Tuve que volver varias veces a través de la red de túneles hasta mi choza a por más picos, palas, comida y demás. Seguí picando. Me acribillaron esqueletos, me explotaron creepers, me intentaron sorber los sesos un puñado de zombies y seguí picando. Y al fin, llegué a la arena. Mi escalera tiene una anchura de 3x3, por lo que en medio queda un hueco libre. Calculé que no podía quedarme mucho para llegar a la superficie un par de líneas de bloques antes de encontrar la arena. Me equivocaba. Piqué el bloque central de la escalera y comenzó a caer arena. Hasta abajo, sí señor. Cayó arena para fabricar trescientas playas. Suficiente arena para cubrir de cristal todo el océano. Había tanta arena que por un momento creí estar jugando al Fallout 3 en medio del desierto.

Ni una puta gota de agua.

Una idea horrible se forjó en mi mente. Bajé toda la escalera atravesando cuevas descubiertas un rato atrás, subí por la red de túneles digna del alcantarillado de New York, llegué a mi humilde morada y abrí la puerta -no tengo ni una sola ventana-. Era de noche. Esperé a que se hiciera de día. Al amanecer salí y corrí campo a través hasta la enorme y gigatrónica montaña de arena en la que spawneé la primera vez que entré al juego. Salté, brinqué, cavé, seguí saltando. Al llegar a la cima confirmé mi teoría. Había un agujero de 1x1 prácticamente en el centro de la cima al que evidentemente me asomé. No se veía nada, todo estaba oscuro.

Quería hacer una gran escalera desde el fondo hasta el nivel del mar. Había hecho un agujero desde el fondo hasta la montaña más alta. La avaricia rompe el saco.

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iosp

#42 xDDDD.

A todos nos ha pasado algo parecido, al menos, no estabas debajo de esa montaña de arena, y no te cayo encima, da gracias de que no fuera asi, porque ese desperfecto, siempre puedes arreglarlo, aunque, le restaras encanto al lugar.

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