Cuentos,historias.. para reflexionar.

L4Ur1T4

Me encantan estas historias :)
aki pongo una:

Era un samaritano que paseaba trankilamente por la orilla de un rio. Al rato vio ke en la orilla habia un alacrán ahogandose, por lo ke el samaritano se dispuso a sacarlo del agua. Lo agarro de la cola y al sacarlo el alacrán pico al hombre en la mano y de nuevo cayó al agua. El alacrán seguia ahogandose, el samaritano, de nuevo, lo cojio por la cola pero éste le volvio a picar y volvio a caer al agua.
Un hombre ke pasaba por alli y vio lo ke ocurria le dijo "pero hombre, dejelo ahi, no ve ke le va a picar" a lo ke el samaritano respondio "mi naturaleza es ayudar como la del alacran es atacarme si se ve amenazado"
No cambies tu forma de ser por lo ke digan los demas o por como sean los demas ;P

_YaiZa_

La Vasija agrietada.

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor
que deberías recibir."
El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente:
"Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino." Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua
que debía llevar.
El aguador le dijo entonces "Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?.
Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Madre. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza."
Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.
Uno no deja de reír por hacerse viejo, se hace uno viejo por dejar de reír.

TeTu

Yaiza buen trabajo, me los leo todos y algunos realmente son interesantes.

_YaiZa_

Asias :D a mi esque me encantan jeje! :)

aki va otro! :P

<B> La Isla de los Sentimientos [/b]

Erase una vez... Una Isla donde habitaban todos los sentimientos <B> LA ALEGRIA, LA TRISTEZA,LA SABIDURIA [/b] y muchos mas incluyendo <B> EL AMOR [/b]. Un dia, se les fue avisando a los moradores que la isla se iba a hundir. Todos los sentimientos se apresuraron a salir de ella, se metieron en sus barcos y se preparaban a partir, pero <B> EL AMOR [/b] se quedo, porque queria permanecer un rato mas en la Isla que tanto amaba antes de que se hundiese. Cuando por fin, estaba ya casi ahogado, <B> EL AMOR [/b] comenzo a pedir ayuda. En eso venia <B> LA RIQUEZA y EL AMOR [/b] dijo: <B> RIQUEZA [/b] llevame contigo ! No puedo, hay mucho oro y plata en mi barco, no tengo espacio para ti. El le pidio ayuda a <B> LA VANIDAD [/b], que tambien venia pasando.... <B> VANIDAD [/b], por favor ayudame ! Imposible AMOR! No te puedo ayudar <B> AMOR [/b], tu estas mojado y arruinarias mi barco nuevo !! Entonces, el <B> AMOR [/b] le pidio ayuda a la <B> TRISTEZA: TRISTEZA [/b], me dejas ir contigo ? Ay <B>AMOR ! [/b] estoy tan triste que prefiero ir solita... Tambien paso la <B> ALEGRIA [/b], pero ella estaba tan alegre que ni oyo al <B> AMOR [/b] llamar. Desesperado el <B> AMOR [/b], comenzo a llorar, ahi fue cuando una voz le llamo: Ven, <B> AMOR [/b] yo te llevo, era un viejito, pero el <B> AMOR [/b] estaba tan feliz que se le olvido preguntarle su nombre. Al llegar a tierra firme, ella le pregunto a la <B> SABIDURIA. SABIDURIA [/b], quien era el viejito que me trajo aqui ? <B> La SABIDURIA [/b] respondio: Era el <B> TIEMPO. EL TIEMPO ? [/b] Pero, porque el <B> TIEMPO [/b] me quiso traer ? La <B> SABIDURIA [/b] respondio: Porque solo el <B> TIEMPO [/b] es capaz de ayudar y entender a un gran <B> AMOR. [/b]

_YaiZa_

Papá, bebí refresco

Papa, fui a una fiesta y recordé lo que me dijiste, que no bebiera, así que bebí refresco. Realmente me sentía orgullosa por dentro, de la manera que dijiste que sucediera. Papa, no bebí y manejé, aunque los otros dijeron que debería beber otra cosa. Se que hice lo correcto, ya se que siempre tienes la razón. Ahora la fiesta esta acabando, finalmente mientras todos se alejan manejando. Cuando entre en mi automóvil, yo supe que llegaría a casa en un solo pedazo, debido a la manera que me criaste, tan responsable y dulcemente, empecé a alejarme en mi carro, pero cuando llegué al camino otro automóvil no me vió y me pegó como una carga.

Cuando estaba allí en el pavimento, oía al policía decir que el otro tipo estaba ebrio y ahora seré yo quien pagará. Estoy acostada aquí muriendo, deseo que llegues aquí pronto. Como podría pasarme esto a mi, Papá? Mi vida acaba de estallar como un globo. Hay sangre alrededor de mi y la mayoría es mía. Yo oigo que el médico dice, que me moriré en poco tiempo, solo quería decirte algo. Te juro que no bebí! Eran los otros, papá. Los otros no pensaron. El ebrio probablemente estaba en la misma fiesta en la que yo estaba. La unica diferencia es que el bebió y yo no.

Porque estropear mi vida entera? Estoy sintiendo dolores punzantes ahora, dolores igual que un cuchillo. El tipo que me choco, esta caminando, y yo pienso que no es justo, estoy aqui muriendo y todo lo que el puede hacer es mirar. Dile a mis hermanas que no lloren, dile a mamá que sea valiente. Y cuando me vaya al cielo pongan "La Niña de Papá" en mi tumba. Alguien le debería haber dicho, que no bebiera y manejara. Si solo alguien le hubiera dicho, yo todavía estaría viva. Mi respiración esta recortándose papá. Me estoy asustando mucho. Por favor no lloren por mi, Papi. Cuando tu me necesites, siempre estaré allí. Tengo una última pregunta papá, antes de decir adiós. No bebí y manejé, así que...¿ por que soy yo quien muere?

_YaiZa_

Un momento

Un amigo abrió el cajón de la cómoda de su esposa y levantó un pequeño paquete envuelto en papel de seda: "Esto no es un simple paquete, es preciosa lencería". Tiró el papel que lo envolvía y observó la exquisita seda y el encaje. Ella compró esto la primera vez que fuimos a Nueva York, hace 9 años. Nunca lo ha usado. Lo estaba guardando para una "ocasión especial".

Bueno, pensó entonces, creo que esta es la ocasión. Se acercó a la cama y colocó la prenda junto con las demás ropas que iba a llevar a la funeraria. Su esposa acababa de morir. Y volviéndose hacia mí, me dijo: "No guardes nada para una ocasión especial: cada día que vives es una ocasión especial".

Y hoy en día sigo pensando en esas palabras: han cambiado mi vida.

Ahora leo más y limpio menos.

Ahora me siento en la terraza y admiro la vista sin fijarme en las malas hierbas del jardín.

Paso más tiempo con mi familia y amigos y menos tiempo en el trabajo. quiero experiencias para disfrutar, no para sobrevivir.

Ya no guardo nada. Uso mis copas de cristal todos los días.

Me pongo mi abrigo nuevo para ir al supermercado, si así lo decido y me da la gana.

Ya no guardo mi mejor perfume para las fiestas especiales, lo uso cada vez que me provoca hacerlo.

Las frases "algún día..." y " uno de estos días", están desapareciendo de mi vocabulario.

Si vale la pena verlo, escucharlo o hacerlo, quiero verlo, escucharlo o hacerlo ahora. No estoy seguro de lo que habría hecho la esposa de mi amigo si hubiera sabido que no estaría aquí para el mañana que todos tomamos tan a la ligera. Creo que hubiera llamado a sus familiares y amigos cercanos.

A lo mejor, hubiera llamado a algunos antiguos amigos para disculparse y hacer las paces por posibles enojos del pasado.

Me gusta pensar que hubiera ido a comer comida china, su favorita. Son esas cosas dejadas sin hacer, las que me harían enojar si supiera que mis horas están limitadas.

Enojado porque deje de ver a buenos amigos con quienes me iba a poner en contacto "algún día"...

Enojado porque no escribí ciertas cartas que pensaba escribir "uno de estos días".

Enojado y triste porque no les dije a mis hermanos y a mis hijos con suficiente frecuencia, cuanto los amo.

Ahora trato de no retardar, detener o guardar nada que diera risa y alegrias a nuestras vidas.

Y cada mañana me digo a mí mismo que este día es especial, cada hora, cada minuto...es especial, único e irrepetible.

Sagaaa

YaiZa muy buenos los textos!! gracias!

_YaiZa_

<B> Me alegro de que os gusten :D:D

Disika

Estan tos presiosos!!
Yo nuse ninguno..jo!

Seguir asi

Besikos

TeTu

Venga alguno mas que seguro que teneis.... :P

mohikano

LAS 3 REJAS:

El joven discípulo de un filósofo sabio lo visita y le dice:

  • Maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de vos con malevolencia.
  • ¡Esperá! lo interrumpe el filósofo ¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
  • ¿Las tres rejas?
  • Si. La primera es la VERDAD. ¿Estás seguro de que lo que querés decirme es absolutamente cierto?
  • No. Lo oí comentar a unos vecinos.
  • Al menos lo habrás hecho pasar por le segunda reja, que es la BONDAD. ¿Es bueno para alguien lo que me vas a decir?
  • No. en realidad no. Al contrario ...
  • La última reja es la NECESIDAD ¿Es necesario hacerme saber lo que tanto te inquieta?
  • A decir verdad, no.
  • Entonces, dijo el sabio sonriendo, si no es VERDADERO, ni BUENO, ni NECESARIO, sepultémoslo en el olvido.
mohikano

Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa, durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia. Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás, ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna.
A los 70 años Don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo y lleno de recuerdos. Esperaba que su hijo, brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que este apareciera y decidió por primera vez en su vida pedirle un favor a su hijo.
Don Roque tocó la puerta de la casa donde vivía su hijo con su familia.

  • ¡Hola papá! ¡Qué milagro que vienes por aquí!
  • Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo, además estoy cansado y viejo.
  • Pues a nosotros, nos da mucho gusto que vengas a visitarnos, ya sabes que esta es tu casa.
  • Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo. Entonces ¿no te molestaría que me quedara a vivir con ustedes? ¡me siento tan solo!
  • ¿Quedarte a vivir aquí?, sí... claro... pero no se si estarías a gusto. Tú sabes, la casa es chica, mi esposa es muy especial...y luego los niños..
  • Mira hijo, si te causo muchas molestias olvídalo, no te preocupes por mí, alguien me tenderá la mano.
  • No padre no es eso, sólo que... no se me ocurre dónde podrías dormir. No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían... o sólo que no te moleste dormir en el patio...
  • ¿Dormir en el patio? Está bien.
    El hijo de Don Roque llamó a su hijo Luis de 12 años:
  • Dime papá.
  • Mira hijo, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros. Tráele una cobija para que se cubra en la noche.
  • Sí, con gusto papá... ¿y dónde va a dormir?
  • En el patio, no quiere que nos incomodemos por su culpa.
    Luis subió por la cobija, tomó unas tijeras y la cortó en dos partes.
    En ese momento llegó su padre:
  • ¿Qué haces Luis? ¿Por qué cortas la manta de tu abuelo?
  • Sabes papá, estaba pensando...
  • ¿Pensando qué?
  • En guardar la mitad de la cobija para cuando tú seas viejo y vayas a vivir a mi casa.
mohikano

Un científico vivía preocupado con los problemas del mundo y estaba resuelto a encontrar medios para disminuirlos. Pasaba días encerrado en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas. Cierto día, su hijo, de siete años, invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, intentó hacer que el hijo fuera a jugar a otro sitio. Viendo que sería imposible sacarlo de allí, el padre procuró algo para darle al hijo, con el objetivo de distraer su atención... De repente tomó un planisferio de una revista, y, con una tijera, recortó el mapa en varios pedazos. Junto con un rollo de cinta adhesiva, lo entregó al hijo diciendo:

  • "¿A TI TE GUSTAN LOS ROMPECABEZAS? ENTONCES VOY A DARTE EL MUNDO PARA ARREGLAR. AQUI ESTA EL MUNDO TODO ROTO. ¡MIRA SI PUEDES ARREGLARLO BIEN! HAZLO TODO SOLO"
    Calculó que al niño le llevaría días para recomponer el mapa. Algunas horas después, oyó la voz del hijo que le llamaba calmamente:
  • "PADRE, PADRE, YA HE HECHO TODO. ¡CONSEGUI TERMINAR TODO!"
    Al principio el padre no dio crédito a las palabras del hijo. Sería imposible a su edad haber conseguido recomponer un mapa que jamás había visto. Entonces, el científico levantó los ojos de sus anotaciones, seguro que vería un trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus sitios. ¿Cómo sería posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?
  • "TU NO SABIAS COMO ERA EL MUNDO, HIJO MIO. ¿COMO LO CONSEGUISTE?"
  • "...Padre, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando tú quitaste el papel de la revista para recortar, yo vi que del otro lado había la figura de un hombre... Cuando tú me diste el mundo para arreglarlo, yo lo intenté pero no lo conseguí. Fue entonces que me acordé del hombre, di vuelta a los recortes y empecé a arreglar el hombre, que yo sabía cómo era. CUANDO CONSEGUI ARREGLAR EL HOMBRE, DI VUELTA LA HOJA Y ENCONTRE QUE HABIA ARREGLADO EL MUNDO..."
mohikano

RIQUEZA Y POBREZA:

Una vez, un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a un viaje por el campo, con el firme propósito de que viera cuan pobre era la gente del campo que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos.
Estuvieron por espacio de un día y una noche completos en la granja de una familia campesina muy humilde.
Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunta a su hijo:

  • ¿ Que te pareció el viaje?
  • !!Muy lindo papá!!
  • ¿Viste que tan pobre y necesitada puede ser la gente?
  • ¡ Si ¡
  • ¿Y que aprendiste?
  • Vi que nosotros tenemos un perro en casa, y ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, ellos tienen miles de estrellas. Nuestro patio llega hasta el limite de la casa, el de ellos tiene todo el horizonte. Especialmente papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo y rara es la vez que charlan conmigo.
    Al terminar el relato, el padre se quedó mudo...y su hijo agregó:
  • Gracias papá, por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser.
mohikano

EL SAMURAI:

Había una vez un samurai que era de avanzada edad y era conocido como el mejor del pueblo.
Un día, se comentaba de la gran fuerza de un nuevo guerrero joven, quien había matado a muchos de los guerreros mas prestigiosos, y que iba a ir al pueblo para pelear con el gran maestro.
Este, al enterarse de la noticia, aceptó el duelo, porque había escuchado que el joven guerrero hacía enojar a los demás
guerreros, y cuando los guerreros se enojaban él era muy bueno para ver un simple error y ganar la pelea.
Cuando llegó el día, el guerrero comenzo a insultar al viejo samurai de todas maneras e idiomas, pero no lo hizo enojar, y se fue indignado.
El viejo samurai contestó, frente a la vacía pregunta de un alumno, porqué no había peleado; dijo: Si alguien viene con un regalo para ti, y tú no lo aceptas ¿de quien es el regalo?
El alumno contestó: sigue siendo tuyo, porque el otro no lo quizo.
Bueno, dijo el samurai, aplica esto a la actitud que tuvo el joven guerrero, y entenderas el porqué...

mohikano

Trabajo mas que cualquier mortal,
pero masfacilmente porque
lo hago segundo a segundo.
No los quiero hacer todos a la vez.

Nunca me preocupo de lo que hice ayer,
ni de lo que tendre que hacer mañana.

Mi ocupacion es de hoy, aqui y ahora.

Se que si hago lo de hoy bien, no tendre
que molestarme por el pasado ni
preocuparme por el futuro.

Tu que eres persona, si quieres vivir
tan tranquilo y tan feliz como yo, no
trates de vivir toda tu vida, ni echarte
todo el peso de tu trabajo en un solo dia.

Vive ahora, vive el momento.

Haz el trabajo de cada dia en su dia.

Te convenceras, que si se toma tiempo,
siempre hay tiempo para todo.

Hay un modo dificil y un modo facil de
hacer el trabajo que tiene que hacerse.

Si quieres encontrar el modo facil,
mirame a mi.

Nunca me preocupo, nunca me apresuro;
pero nunca me retraso.

Lo que tengo que hacer lo hago.
Es este el secreto.

Infernu

Había una vez..... un chico que nació enfermo
Una enfermedad que no tenia cura.

Con 17 anos y podría morir en cualquier momento............

Siempre vivió en su casa, bajo el cuidado de su madre.

Ya estaba harto y decidió salir solo por una vez.

Le pidió permiso a su madre y ella acepto.

Caminando por su cuadra vio muchas tiendas.

Al pasar por una tienda de música y ver el aparador, noto la presencia de una niña muy tierna de su edad. Fue amor a primera vista.

Abrió la puerta y entro sin mirar nada que no fuera ella.

Acercándose poco a poco, llegó al mostrador donde se encontraba ella. Ella lo miró y le dijo sonriente: "¿Te puedo ayudar en algo?"

Mientras el pensaba que era la sonrisa más hermosa que había visto en toda su vida.

Sintió deseos de besarla en ese mismo instante.

Tartamudeando le dijo: Si, eeehhh, uuuhhh...me gustaría comprar un CD". Sin pensar, tomó el primero que vio y le dio el dinero.

"¿Quieres que te lo envuelva?" - Pregunto la niña sonriendo de nuevo. El respondió que si, moviendo la cabeza; y ella fue al almacén para volver con el paquete envuelto y entregárselo. El lo tomo y salió de la tienda.

Se fue a su casa, y desde ese día en adelante visito la tienda todos los días para comprar un CD.

Siempre se los envolvía la niña para luego llevárselos a su casa y meterlos a su closet.

El era muy tímido para invitarla a salir y aunque trataba, no podía.

Su mamá se entero de esto e intentó animarlo a que se aventara, así que al siguiente día se armo de coraje y se dirigió a la tienda. Como todos los días compro otra vez un CD, y como siempre, ella se fue atrás para envolverlo.

El tomo el CD; y mientras ella no estaba viendo, rápidamente dejo su teléfono en el mostrador y salió corriendo de la tienda......

Ringggg !!! Su mamá contestó:

¿Bueno?", era la niña, pregunto por su hijo; y la madre desconsolada, comenzó a llorar mientras decía:

"?Que, no sabes?...murió ayer".

Hubo un silencio prolongado, excepto los lamentos de su madre.

Más tarde; la mamá entro en el cuarto de su hijo para recordarlo.

Ella decidió empezar por ver su ropa, así que abrió su closet. Para su sorpresa se topo con montones de CD envueltos Ni uno estaba abierto.

Le causo curiosidad ver tantos y no se resistió; tomo uno y se sentó sobre la cama para verlo; al hacer esto, un pequeño pedazo de papel salió de la cajita plástica.

La mamá lo recogio para leerlo y decia:"

Hola!!!, estas super guapo,?quieres salir conmigo?".................... TQM....Sofia.

De tanta emocion, la madre abrio otro y otro pedazos de papel en varios CD; y estos decian lo mismo....

Moraleja:

Asi es la vida, no esperes demasiado para decirle a ese alguien especial lo que sientes. Diselo hoy. Mañana puede ser muy tarde

Enz0

#7 n0 3r3s 4t30 3r3s un pij0 d3 coj*n3s.

Si no lo digo rebiento.

TeTu

mohikano no pares!

_YaiZa_

EL TEMIDO ENEMIGO (Jorge Bucay)

Había una vez, en un reino muy lejano y perdido, un rey al que le gustaba sentirse poderoso. Su deseo de poder no se satisfacía sólo con tenerlo, él, necesitaba además, que todos lo admiraran por ser poderoso, así como la madrastra de Blanca Nieves no le alcanzaba con verse bella, también él necesitaba mirarse en un espejo que le dijera lo poderoso que era.

Él no tenía espejos mágicos, pero contaba con un montón de cortesanos y sirvientes a su alrededor a quienes preguntarle si él, era el más poderoso del reino.

Invariablemente todos le decían lo mismo:

-Alteza, eres muy poderoso, pero tú sabes que el mago tiene un poder que nadie posee: Él, él conoce el futuro.

( En aquel tiempo, alquimistas, filósofos, pensadores, religiosos y místicos eran llamados, genéricamente "magos").

El rey estaba muy celoso del mago del reino pues aquel no sólo tenía fama de ser un hombre muy bueno y generoso, sino que además, el pueblo entero lo amaba, lo admiraba y festejaba que él existiera y viviera allí.

No decían lo mismo del rey.

Quizás porque necesitaba demostrar que era él quien mandaba, el rey no era justo, ni ecuánime, y mucho menos bondadoso.

Un día, cansado de que la gente le contara lo poderoso y querido que era el mago o motivado por esa mezcla de celos y temores que genera la envidia, el rey urdió un plan:

Organizaría una gran fiesta a la cual invitaría al mago y después la cena, pediría la atención de todos. Llamaría al mago al centro del salón y delante de los cortesanos, le preguntaría si era cierto que sabía leer el futuro. El invitado, tendría dos posibilidades: decir que no, defraudando así la admiración de los demás, o decir que sí, confirmando el motivo de su fama. El rey estaba seguro de que escogería la segunda posibilidad. Entonces, le pediría que le dijera la fecha en la que el mago del reino iba a morir. Éste daría una respuesta, un día cualquiera, no importaba cuál. En ese mismo momento, planeaba el rey, sacar su espada y matarlo. Conseguiría con esto dos cosas de un solo golpe: la primera, deshacerse de su enemigo para siempre; la segunda, demostrar que el mago no había podido adelantarse al futuro, y que se había equivocado en su predicción. Se acabaría, en una sola noche. El mago y el mito de sus poderes...

Los preparativos se iniciaron enseguida, y muy pronto el día del festejo llegó...

...Después de la gran cena. El rey hizo pasar al mago al centro y ante le silencio de todos le preguntó:

  • ¿Es cierto que puedes leer el futuro?

  • Un poco – dijo el mago.

  • ¿Y puedes leer tu propio futuro, preguntó el rey?

  • Un poco – dijo el mago.

  • Entonces quiero que me des una prueba - dijo el rey -

¿Qué día morirás?. ¿ Cuál es la fecha de tu muerte?

El mago se sonrió, lo miró a los ojos y no contestó.

  • ¿Qué pasa mago? - dijo el rey sonriente -¿No lo sabes?... ¿no es cierto que puedes ver el futuro?

  • No es eso - dijo el mago - pero lo que sé, no me animo a decírtelo.

  • ¿Cómo que no te animas?- dijo el rey-... Yo soy tu soberano y te ordeno que me lo digas. Debes darte cuenta de que es muy importante para el reino, saber cuando perdemos a sus personajes más eminentes... Contéstame pues, ¿cuándo morirá el mago del reino?

Luego de un tenso silencio, el mago lo miró y dijo:

  • No puedo precisarte la fecha, pero sé que el mago morirá exactamente un día antes que el rey...

Durante unos instantes, el tiempo se congeló. Un murmullo corrió por entre los invitados.

El rey siempre había dicho que no creía en los magos ni en las adivinaciones, pero lo cierto es que no se animó a matar al mago.

Lentamente el soberano bajó los brazos y se quedó en silencio...

Los pensamientos se agolpaban en su cabeza.

Se dio cuenta de que se había equivocado.

Su odio había sido el peor consejero.

  • Alteza, te has puesto pálido. ¿Qué te sucede? – preguntó el invitado.

  • Me siento mal - contestó el monarca – voy a ir a mi cuarto, te agradezco que hayas venido.

Y con un gesto confuso giró en silencio encaminándose a sus habitaciones...

El mago era astuto, había dado la única respuesta que evitaría su muerte.

¿Habría leído su mente?

La predicción no podía ser cierta. Pero... ¿Y si lo fuera?...

Estaba aturdido

Se le ocurrió que sería trágico que le pasara algo al mago camino a su casa.

El rey volvió sobre sus pasos, y dijo en voz alta:

  • Mago, eres famoso en el reino por tu sabiduría, te ruego que pases esta noche en el palacio pues debo consultarte por la mañana sobre algunas decisiones reales.

  • ¡ Majestad!. Será un gran honor... – dijo el invitado con una reverencia.

El rey dio órdenes a sus guardias personales para que acompañaran al mago hasta las habitaciones de huéspedes en el palacio y para que custodiasen su puerta asegurándose de que nada pasara...

Esa noche el soberano no pudo conciliar el sueño. Estuvo muy inquieto pensando qué pasaría si el mago le hubiera caído mal la comida, o si se hubiera hecho daño accidentalmente durante la noche, o si, simplemente, le hubiera llegado su hora.

Bien temprano en la mañana el rey golpeó en las habitaciones de su invitado.

Él nunca en su vida había pensado en consultar ninguna de sus decisiones, pero esta vez, en cuánto el mago lo recibió, hizo la pregunta... necesitaba una excusa.

Y el mago, que era un sabio, le dio una respuesta correcta, creativa y justa.

El rey, casi sin escuchar la respuesta alabó a su huésped por su inteligencia y le pidió que se quedara un día más, supuestamente, para "consultarle" otro asunto... (obviamente, el rey sólo quería asegurarse de que nada le pasara).

El mago – que gozaba de la libertad que sólo conquistan los iluminados – aceptó...

Desde entonces todos los días, por la mañana o por la tarde, el rey iba hasta las habitaciones del mago para consultarlo y lo comprometía para una nueva consulta al día siguiente.

No pasó mucho tiempo antes de que el rey se diera cuenta de que los consejos de su nuevo asesor eran siempre acertados y terminara, casi sin notarlo, teniéndolos en cuenta en cada una de las decisiones.

Pasaron los meses y luego los años.

Y como siempre... estar cerca del que sabe vuelve el que no sabe, más sabio.

Así fue: el rey poco a poco se fue volviendo más y más justo.

Ya no era despótico ni autoritario. Dejó de necesitar sentirse poderoso, y seguramente por ello dejó de necesitar demostrar su poder.

Empezó a aprender que la humildad también podía ser ventajosa empezó a reinar de una manera más sabia y bondadosa.

Y sucedió que su pueblo empezó a quererlo, como nunca lo había querido antes.

El rey ya no iba a ver al mago investigando por su salud, iba realmente para aprender, para compartir una decisión o simplemente para charlar, porque el rey y el mago habían llegado a ser excelentes amigos.

Un día, a más de cuatro años de aquella cena, y sin motivo, el rey recordó.

Recordó aquel plan aquel plan que alguna vez urdió para matar a este su entonces más odiado enemigo

Y sé dio cuenta que no podía seguir manteniendo este secreto sin sentirse un hipócrita.

El rey tomó coraje y fue hasta la habitación del mago. Golpeó la puerta y apenas entró le dijo:

  • Hermano, tengo algo que contarte que me oprime el pecho

  • Dime – dijo el mago – y alivia tu corazón.

  • Aquella noche, cuando te invité a cenar y te pregunté sobre tu muerte, yo no quería en realidad saber sobre tu futuro, planeaba matarte y frente a cualquier cosa que me dijeras, porque quería que tu muerte inesperada desmitificara para siempre tu fama de adivino. Te odiaba porque todos te amaban... Estoy tan avergonzado...

  • Aquella noche no me animé a matarte y ahora que somos amigos, y más que amigos, hermanos, me aterra pensar lo que hubiera perdido si lo hubiese hecho.

Hoy he sentido que no puedo seguir ocultándote mi infamia.

Necesité decirte todo esto para que tú me perdones o me desprecies, pero sin ocultamientos.

El mago lo miró y le dijo:

  • Has tardado mucho tiempo en poder decírmelo. Pero de todas maneras, me alegra, me alegra que lo hayas hecho, porque esto es lo único que me permitirá decirte que ya lo sabía. Cuando me hiciste la pregunta y bajaste tu mano sobre el puño de tu espada, fue tan clara tu intención, que no hacía falta adivino para darse cuenta de lo que pensabas hacer, - el mago sonrió y puso su mano en el hombro del rey. – Como justo pago a tu sinceridad, debo decirte que yo también te mentí... Te confieso hoy que inventé esa absurda historia de mi muerte antes de la tuya para darte una lección. Una lección que recién hoy estás en condiciones de aprender, quizás la más importante cosa que yo te haya enseñado nunca.

Vamos por el mundo odiando y rechazando aspectos de los otros y hasta de nosotros mismos que creemos despreciables, amenazantes o inútiles... y sin embargo, si nos damos tiempo, terminaremos dándonos cuenta de lo mucho que nos costaría vivir sin aquellas cosas que en un momento rechazamos.

Tu muerte, querido amigo, llegará justo, justo el día de tu muerte, y ni un minuto antes. Es importante que sepas que yo estoy viejo, y que mi día seguramente se acerca. No hay ninguna razón para pensar que tu partida deba estar atada a la mía. Son nuestras vidas las que se han ligado, no nuestras muertes.

El rey y el mago se abrazaron y festejaron brindando por la confianza que cada uno sentí en esta relación que habían sabido construir juntos...

Cuenta la leyenda... que misteriosamente... esa misma noche... el mago... murió durante el sueño.

El rey se enteró de la mala noticia a la mañana siguiente... y se sintió desolado.

No estaba angustiado por la idea de su propia muerte, había aprendido del mago a desapegarse hasta de su permanencia en el mundo.

Estaba triste, simplemente por la muerte de su amigo.

¿Qué coincidencia extraña había hecho que el rey pudiera contarle esto al mago justo la noche anterior a su muerte?.

Tal vez, tal vez de alguna manera desconocida el mago había hecho que él pudiera decirle esto para quitarle su fantasía de morirse un día después.

Un último acto de amor para librarlo de sus temores de otros tiempos...

Cuentan que el rey se levantó y que con sus propias manos cavó en el jardín, bajo su ventana, una tumba para su amigo, el mago.

Enterró allí su cuerpo y el resto del día se quedó al lado del montículo de tierra, llorando como se llora ante la pérdida de los seres queridos.

Y recién entrada la noche, el rey volvió a su habitación.

Cuenta la leyenda... que esa misma noche... veinticuatro horas después de la muerte del mago, el rey murió en su lecho mientras dormía... quizás de casualidad... quizás de dolor... quizás para confirmar la última enseñanza del maestro.

E

#36 IBA A PONER ESA MISMA, ESTÁ GUAPA.
Seguir y porfavor que no baje este thread

El_Espia

Viernes, 13 de diciembre de 2002; 09:30 horas de la mañana. Mi marido ya se había marchado a trabajar, como de costumbre. Mi hijo Oscar también había salido camino del instituto, aunque los viernes termina las clases a las 14:30 horas. Yo estaba sentada frente a la mesa de la cocina removiendo el humeante café con leche del desayuno, en bata y con los pelos alborotados de la cama. Después confeccioné la lista de la compra mientras me fumaba el primer cigarrillo del día. Me duché, me arreglé, me vestí informalmente y salí al mercado.

Cuando regresé a casa con la compra serían las 13:30 horas del mediodía. Subí en el ascensor hasta la octava planta, donde se encuentra mi domicilio. Al salir de la cabina del ascensor, en el rellano de la escalera, me encontré con un chico de la edad de mi hijo, que parecía esperar a alguien. Cuando me vio introducir la llave en la cerradura de la puerta de mi piso, se dirigió a mí preguntándome si allí vivía Oscar. Yo le respondí que era mi hijo. Entonces se presentó educadamente, me dijo que se llamaba Eduardo, y me contó que era amigo de Oscar y que habían quedado para comer juntos ese día. Entonces le expliqué que su amigo estaba en la facultad y que no vendría hasta las 14:45 horas aproximadamente. El chico, algo contrariado, me dijo que pensaba que Oscar no tenía clases los viernes. Como apenas quedaba una hora y cuarto para que mi hijo regresara, le invité a que le esperara en casa tomando una coca-cola. Tras un ligero titubeo Eduardo aceptó mi invitación.

Abrí la puerta de la casa, le acompañé hasta el salón y le serví una coca-cola y unas patatas fritas. Luego me disculpé para ir a ponerme ropa más cómoda mientras él se tomaba aquel aperitivo. Sin caer en la cuenta de que Eduardo, a pesar de su edad adolescente, era ya un hombre, me vestí como habitualmente suelo estar en casa, es decir, me quité la ropa y me enfundé una bata ajustada sobre las prendas interiores. Después me recogí el pelo en una coleta y me lavé la cara para quitarme el maquillaje.

Nuevamente entré en el salón y me volví a disculpar, ya que tenía que preparar cosas de la casa. Eduardo con una sonrisa encantadora me dijo que no me preocupara por él, que esperaría allí a Oscar sin molestarme. Le agradecí sus palabras y me dirigí a la cocina para fregar los cacharros del desayuno. Mientras fregaba repasé mentalmente el aspecto de aquel chico. Era moreno, con el pelo muy corto por los laterales y terminando en una especie de cresta engominada en su parte superior, como lo solían llevar los chicos jóvenes del barrio. Tenía los ojos marrones, casi negros, bastante bonitos por cierto. En el lóbulo de su oreja derecha lucía un pendiente consistente en un pequeño aro plateado. Era bastante alto y muy delgado. Vestía un pantalón vaquero ajustado bastante raído, una camiseta negra, calcetines blancos y deportivas negras. Como se había remangado la camiseta, pude observar que llevaba tatuado el dibujo de una sirena en su antebrazo izquierdo. En definitiva, Eduardo no era muy distinto a cualquier chico del barrio de su edad, incluyendo a mi hijo Oscar.

Después de fregar los cacharros me dispuse a hacer el cuarto de baño. Me encontraba agachada sobre la bañera cuando de pronto vi el reflejo de Eduardo en el espejo. El corazón me dio un vuelco ocasionado por la visión inesperada del chaval. Él se disculpó amablemente, argumentando que tenía muchas ganas de orinar. Yo asentí con la cabeza y me dispuse a recoger el bote de lejía para salir y dejarle el baño libre, pero Eduardo, sin esperar a que lo hiciera, se bajó la cremallera de su bragueta, se sacó el pene y comenzó a mear como si nada. Turbada por la situación no me atreví a moverme del sitio, ya que para abandonar el cuarto de baño tenía que pasar por detrás de Eduardo a escasos centímetros. Entonces, sin querer, los ojos se me fueron hacia el pene del muchacho. Lo tenía bastante largo y gordo pese a su estado de flacidez. También pude observar que su glande se mostraba totalmente descapullado. Cuando retiré los ojos de su miembro me percaté de que Eduardo se había dado cuenta de que le estaba mirando el pene, y me sonrió pícaramente, a lo que yo respondí poniéndome colorada como un tomate.

Cuando el chaval terminó de mear, se la sacudió varias veces y en lugar de guardársela en su bragueta, se la dejó fuera colgando. Luego, mirándome a los ojos directamente, me preguntó que si quería probar su polla. Aquellas palabras hicieron que un hormigueo, mezcla de miedo, vergüenza y excitación, recorriera todo mi cuerpo. Me quedé varios segundos sin reaccionar, mirándole a la cara pero sin verle. Luego un desconocido y brutal impulso provocó que me arrodillara frente a Eduardo y metiera aquel trozo blando de carne en mi boca, sin mediar palabra alguna.

En un tiempo record el pene del muchacho se puso duro como una piedra. Si ya me había parecido grande antes, ahora era descomunal. Debía medir más de veinte centímetros y su capullo se veía terso e hinchado como un globo. No sé ni como, ni porqué, pero el caso es que se la estaba chupando sin parar.

Al rato, Eduardo me cogió por los hombros para que me incorporara del suelo. Al hacerlo la polla del chaval se salió de mi boca acompañada de un borbotón de mi propia saliva. Cuando finalmente me puse de pié, me agarró la cara con ambas manos y comenzó a besarme en la boca con una habilidad impropia de su edad. Su lengua exploraba mis encías como una serpiente nerviosa y sus dulces y jóvenes labios acariciaban suavemente los míos. Luego, sin dejar de besarme, me abrió la bata, me desabrochó el sujetador y comenzó a acariciar mis tetas. Irrefrenablemente mis pezones se pusieron duros como pitones. Después comenzó a lamerme los pechos y a mordisquear mis pezones. Yo me estaba derritiendo de placer. Una de sus manos, abandonó mis tetas y fue resbalando por mi tripita. Hábilmente la introdujo bajo mis bragas y comenzó a acariciar mi ya húmedo coño. Presa de la excitación le agarré la polla y empecé a masturbarle lentamente.

Eduardo se sentó sobre la tapa del water, me quitó las bragas y la bata, me cogió por ambas manos y me condujo hasta colocarme a horcajadas sobre él. Con una de sus manos apuntó su rabo entre mis labios vaginales hasta introducirme el glande. Luego me fue sentando lentamente hasta que sus huevos hicieron tope en mis nalgas. Parecía mentira que mi vagina pudiera engullir su descomunal miembro, pero lo cierto es que sin el más mínimo dolor me la había metido entera. Comenzó a estrujarme las tetas y a retorcerme con delicadeza los pezones al mismo tiempo que me besaba en la boca con su particular destreza. Yo por mi parte apoyé los pies en el suelo, me sujeté con fuerza en sus brazos y comencé a cabalgarle. En cada movimiento de ascensión su glande se salía casi por completo de mi vagina, mientras que cuando procedía al descenso se me clavaba profundamente. Aquel bombeo extraordinario, aderezado con sus besos de tornillo y su masaje en mis tetas provocó lo inevitable: Un orgasmo como hacía tiempo que no había gozado.

Mi cuerpo se retorcía de placer con aquel pilar de hormigón trepanándome el coño. Su lengua ahora recorría mis pezones y sus dedos masajeaban mi clítoris al mismo tiempo. Notaba como mi vagina cada vez se abría más y más. Ni que decir tiene que el segundo orgasmo no se hizo esperar. Fue de mayor intensidad que el primero, aunque un poco más corto. Nuestros cuerpos estaban cubiertos de sudor y nuestras lenguas se entrelazaban frenéticamente intercambiando saliva.

Cuando Eduardo se aseguró que mi segundo orgasmo había finalizado me retiró de encima de él, se levantó del water, se quitó toda la ropa excepto los calcetines blancos y, cogiéndome de la mano me pidió que le llevara al dormitorio. Yo obedecí ebria de excitación y lo conduje hasta la cama. Me colocó a cuatro patas sobre la cama. Él se situó, de rodillas, por detrás de mí. Me abrió las nalgas con sus manos y me la metió en el coño sin siquiera apuntarla antes. Y es que la tenía tan dura que ella sola se abría paso entre mis piernas. Luego me agarró por las tetas y comenzó a follarme a un ritmo frenético. En menos de dos minutos encadené tres orgasmos seguidos que me hicieron gritar de placer. Yo tenía el chocho tan mojado y dilatado que su polla entraba y salía a una velocidad endiablada.

Minutos más tarde Eduardo volvió a sacármela, cerciorándose antes de ello de que había terminado de correrme. Me tumbó sobre la cama, boca arriba, y recostándose entre mis piernas comenzó a comerme el coño.

Su lengua me recorría la vagina por completo. En cada pasada comenzaba por el clítoris y terminaba prácticamente en mi ano. Luego movía la punta de su lengua dibujando círculos sobre mi clítoris. Aquello me hizo ver el firmamento. Mi cuerpo rebotaba sobre la cama en espasmos de placer mientras que de mi garganta salían sollozos cada vez más fuertes, hasta el punto de temer que los vecinos me oyeran. Su lengua seguía su recorrido incansable provocando que mi coño segregara una gran cantidad de flujo. Pero eso no parecía importarle ya que incluso me succionaba de vez en cuando el coño con sus labios para tragárselo todo. Decía que no había sabor más exquisito que el flujo de una hembra en celo.

El reloj de la mesilla indicaban las 14:30 horas. Oscar estaba a punto de llegar y no podía permitir que fuera espectador de aquella singular orgía, así que puse en antecedentes a Eduardo para que fuera terminando. El muchacho dejó de lamerme el coño, se recostó encima de mi cuerpo y me la volvió a clavar. Luego empezó a follarme otra vez mientras volvía a chuparme las tetas. El crío jodía como los ángeles. En cada embestida parecía que su polla se me iba a salir por la boca. Entonces empezó a venirme un nuevo orgasmo. Eduardo se percató de ello y aumento su velocidad al máximo, al tiempo que su lengua penetraba en mi boca hasta casi rozarme la campanilla. Aquel orgasmo fue tan brutal, intenso y prolongado, que estuve a punto de desvanecerme de placer. Cuando mi último orgasmo concluyó, el muchacho me la sacó del chocho y, avanzando en cuclillas hasta mi cara, me la metió en la boca y eyaculó como un toro de lidia.

Interminables borbotones de leche condensada me inundaban la garganta al mismo tiempo que Eduardo se retorcía de placer. Su glande seguía vomitando semen sin parar, por lo que no tuve más remedio que ir tragándomelo todo. Luego sus chorros comenzaron a perder fuerza y volumen, pero, aún así, yo seguía tragando y tragando. Cuando finalmente vació sus huevos en mi estómago le limpié con mi lengua los restos de lefa que le colgaban del capullo.

Antes de levantarse de encima de mí, me dijo que nunca una mujer se había tragado su semen y que le había vuelto loco de placer. Yo le dije que, confesión por confesión, jamás ningún tío me había follado como él. Nos besamos durante unos segundos más y luego nos vestimos y nos sentamos en el salón, fumando un cigarrillo, mientras llegaba Oscar.

_YaiZa_

#82 Perdona!! pero este post abla de "Cuentos,historias.. para reflexionar" no de relatos eroticos. Si quieres contar relatos eroticos abre otro post, mas que nada por respeto.

Traf

Erasé una vez un humilde pescador que habitaba en un pequeño pueblo. Todas las mañanas muy temprano salia con su pequeño bote de madera a pescar una cierta cantidad de pescado, que posteriormente vendia a una pescaderia de un muy buen amigo suyo.

Una mañana de suerte, termino de pescar pronto y volvio al puerto donde se sento a descansar fumandose una pipa admirando el mar.
Dio la casualidad de que el empresario con más exito de la región pasara por alli, y al verlo sentado se le acerco y le pregunto como era posible que ya hubiera terminado con lo temprano que era.

  • Ya tengo suficiente pescador por hoy - le respondio el pescador

  • ¿Pero no te das cuenta de que si hubieses continuado pescando habrias obtenido muchas más piezas, y que al venderlas sacarias más beneficios? - le dijo el empresario

  • ¿Y para que quiero yo más dinero?

  • Pues con esos beneficios podrias comprarte una nueva red con la que podrias atrapar muchos más peces, lo que te daria a su vez más beneficios. Y ahorrando un poco podrias comprarte un nuevo bote con el que poder llegar a mejores zonas de pesca donde volverian a aumentar tus ingresos. Poco a poco podrias construir tu propia flota pesquera con lo que ganarias un monton de dinero.

  • ¿Y para que quiero yo más dinero? - le volvio a preguntar

  • Con tanto dinero ya solo te quedaria sentarte y disfrutar de la vida - argumento el empresario

  • ¿Y que te crees que estoy haciendo ahora?

minovi19

me necanta^^ este post es de lo mejorciko...

XenomorpH

Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente, que todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey cantando y tarareando alegres canciones. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre.

Un día el rey lo mandó a llamar. -le dijo-

¿Cuál es el secreto de tu alegría? No hay ningún secreto, Alteza.

              No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira. 

              No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto. 

¿Por qué está siempre alegre y feliz? ¿eh? ¿por qué?

              Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además su Alteza me  premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, 

              ¿cómo no estar feliz? 

              Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar -dijo el rey-.. Nadie 

              puede ser feliz por esas razones que has dado. 

              Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando... 

              Vete, ¡vete antes de que llame al verdugo! 

              El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación.. El rey estaba como loco. No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y ,alimentándose de las sobras de los                cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana. 

¿Por qué él es feliz? Ah, Majestad, lo que sucede es que él está fuera del círculo. ¿Fuera del círculo? Así es.

¿Y eso es lo que lo hace feliz? No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz. A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz. Así es.

¿Y cómo salió? ¡Nunca entró!

¿Qué círculo es ese? El círculo del 99.

 Verdaderamente, no te entiendo nada -dijo el Rey-. 

              La única manera para que entiendas, sería mostrártelo en los hechos. ¿Cómo? Haciendo entrar a tu paje en el círculo. Eso, ¡obliguémoslo a entrar! 

              No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo. Entonces habrá que engañarlo. 

              No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solo en el círculo. 

              ¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad? Si, se dará cuenta. 

Entonces no entrará. No lo podrá evitar.

              ¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir? 

              Tal cual. Majestad, ¿estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo? Sí 

Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. 99!

              ¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso? 

              Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche. Hasta la noche. Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron 

              hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. Allí alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hmbre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía: "Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste". 

              Luego ató la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeó y volvió a esconderse. Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban desde detrás de unas matas lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados de la puerta y entró a su hogar. 

              El rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena. El sirviente ingresó presuroso a su hogar y con su brazo arrojó al piso todo lo que había sobre la mesa, dejando sólo la vela. Se sentó y vació el contenido de la bolsa... Sus ojos no podían creer lo que veían. ¡Era una montaña de monedas de oro! El, que nunca había tocado una de estas monedas, tenia hoy una montaña de ellas. El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacía brillar a la luz de la vela, las juntaba y desparramaba, hacía pilas de monedas. Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. 

             Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, seis.... y  mientras sumaba 10, 20, 30, 40, 50, 60....hasta que formó la última pila: ¡9 monedas! 

              Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más. Luego el piso y finalmente la bolsa. «No puede ser», pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja. 

              Me robaron -gritó- ¡me robaron! 

              Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, vació sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que 

              había 99 monedas de oro "sólo 99". -99 monedas es mucho dinero- pensó. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un número completo -pensaba- Cien es un número completo pero noventa y nueve, no. 

              El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus, por el 

              que se asomaban los dientes. El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña. Luego tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos. 

¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien?

              Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico. 

              Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario. «Doce años es mucho tiempo», pensó. Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y él mismo, después de todo, él terminaba su tarea en palacio a las cinco de la 

              tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello. 

Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en

siete años reuniría el dinero. ¡Era demasiado tiempo!

              Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender... vender... vender... 

              Estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno? ¿Para qué más de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien. El rey y el sabio, volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99... 

              Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas. 

¿Qué te pasa?- preguntó el rey de buen modo. Nada me pasa, nada me pasa.

Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.

              Hago mi trabajo, ¿no? ¿Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también? 

              No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor. 

Todos nosotros hemos sido educados en esta estúpida ideología: Siempre nos

              falta algo para estar completos, y sólo completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto, nos enseñaron, la felicidad deberá esperar a completar lo que falta... Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca se puede gozar de la vida. 

              Pero qué pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así, de golpe, que nuestras 99 monedas son el cien por ciento del tesoro, que no nos falta nada, que nadie se quedó con lo nuestro, que nada tiene de más redondo cien que noventa y nueve, que todo es sólo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros para que jalemos del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados. Una trampa para que nunca dejemos de empujar y que todo siga igual... ¿Cuántas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de nuestros tesoros tal como están? .
jessi_heavy

Cuenta una antigua fábula hindú, que habían tres hombres muy sabios, buscadores del “Sagrado Elefante Blanco”, el cual no era simplemente un mito para ellos, sino un verdadero ejemplar viviente de la más elevada Divinidad, pues Él representaba la “VERDAD MÁS EXALTADA”. Eran tres insaciables peregrinos, embarcados en la más noble exploración de los Misterios Universales. Tres ancianos, venerables, inquietos como los niños, y con una mente capaz de abarcar lo inesperado, lo nuevo, lo trascendental. Los tres tenían una peculiaridad física y es que eran ciegos de nacimiento, pero para ellos eso no era ningún obstáculo que les impidiese continuar su búsqueda sagrada, ya que como es sabido, son los ojos muchas veces los que nublan y ciegan la realidad. – Porque para los ojos físicos todo son apariencias, pero para el sabio que reconoce esto, mira con los ojos de alma, con los ojos de la intuición. Cuando así se mira las apariencias se desvanecen y la esencia queda desnuda, nada queda oculto a los ojos del Alma.
Tras buscar por varias ciudades, exhaustos llegaron a un poblado sencillo donde un anciano lugareño, amablemente, les indicó dónde, según decían los antiguos sabios del poblado, podían encontrarlo. Estaban ya, ciertamente, muy cerca, y con decisión y firmeza, henchidos de alegría se introdujeron en el interior de la selva. Anduvieron durante toda la mañana y como eran ciegos agudizaron al máximo sus otros sentidos. Cayo la tarde y los tres estaban exhaustos, pero seguían buscando con entusiasmo, entusiasmo digno de los verdaderos buscadores, y ¡por fin!, los tres oyeron y hasta olieron la inmanente presencia del Grande y “Sagrado Elefante Blanco”. Profundamente emocionados, y como si de un relámpago se tratase los tres ancianos salieron corriendo a Su místico encuentro, ¡hasta los árboles se apartaban por compasión al verlos venir!. Había llegado el momento, el mágico encuentro entre lo buscado y el buscador, entre lo profundamente invocado y la respuesta de una evocación divina, a la altura del tesón y la perseverancia mantenida durante años, incluso vidas... Uno de los ancianos se agarró fuertemente a la trompa del elefante cayendo de inmediato en profundo éxtasis, otro con los brazos completamente abiertos se abrazo con poderosísima fuerza a una de las patas del paquidermo y, el tercero se aferró amorosamente a una de Sus grandes orejas, ya que el elefante sagrado estaba placidamente tumbado sobre unas hojas.
Cada uno de ellos experimento, sin lugar a dudas, un sin fin de emociones, de experiencias, de sensaciones, tanto internas como externas, y cuando ya se habían colmado por la bendición del Sagrado Elefante, se marcharon, eso sí profundamente transformados. Regresaron a la aldea y en una de las chozas los tres en la intimidad relataron y compartieron sus experiencias. Pero algo extraño empezó a ocurrir, empezaron a elevar sus voces y hasta a discutir sobre la “Verdad”. El que experimento la trompa del elefante dijo: la Verdad (que era la representación del Sagrado Elefante Blanco) es larga, rugosa y flexible; el ciego anciano que experimento con la pata del elefante dijo: eso no es la verdad, la “Verdad” es dura, mediana, como un grueso tronco de árbol; el tercer anciano que experimento la oreja del paquidermo, indignado por tantas blasfemias dijo: la “Verdad” es fina, amplia y se mueve con el viento. Los tres, aunque sabios y hermosas personas, no se entendían, no se comprendían y decidieron marcharse cada uno por su lado.
Cada uno por su camino, viajaron por muchos países, haciendo de su capa un sayo, y difundiendo su verdad. Crearon tres grandes religiones y fue rápida su expansión. Esto fue posible porque tocaron la “VERDAD” y la predicaron honestamente por todo el mundo desde el corazón. Los tres buscadores, habían llegado a encontrar la Divinidad, pero no percibieron su amplitud, sino que se limitaron a experimentar una parte, no el Todo, por lo tanto, aunque sinceros en su búsqueda y en su servicio, herraron en su propia limitación mental.

De esta maravillosa y simbólica historia se pueden desprender innumerables conclusiones, todas ellas posiblemente validas. Para aquel que es un iniciado, percibirá rápidamente que muchos de los problemas actuales tienen que ver con el desarrollo de esta fábula, siendo también la solución posible, mediante el despliegue natural de nuestra inteligencia y de nuestro amor, hacia todos los asuntos de nuestra vida humana, si aplicamos correctamente las siguientes conclusiones prácticas.

_YaiZa_

LA MIRADA DEL AMOR

El rey estaba enamorado de Sabrina: una mujer de baja condición a la que el rey había hecho su última esposa.

Una tarde, mientras el rey estaba de cacería, llegó un mensajero para avisar que la madre de Sabina estaba enferma. Pese a que existía la prohibición de usar el carruaje personal del rey (falta que era pagada con la cabeza), Sabrina subió al carruaje y corrió junto a su madre.

A su regreso, el rey fue informado de la situación.

-¿No es maravillosa?-dijo-Esto es verdaderamente amor filial. No le importó su vida para cuidar a su madre!! Es maravillosa!

Cierto día, mientras Sabrina estaba sentada en el jardín del palacio comiendo fruta, llegó el rey. La princesa lo saludó y luego le dio un mordisco al último durazno que quedaba en la canasta.

-¡Parecen ricos!-dijo el rey.

-Lo son- dijo la princesa y alargando la mano le cedió a su amado el último durazno.

-¡Cuánto me ama!-comentó después el rey-, Renunció a su propio placer, para darme el último durazno de la canasta.¿no es fantástica?

Pasaron algunos años y vaya a saber por qué, el amor y la pasión desaparecieron del corazón del rey.

Sentado con su amigo más confidente, le decía:

-Nunca se portó como una reina…¿acaso no desafió mi investidura usando mi carruaje? Es más, recuerdo que un día me dio a comer una fruta mordida

_YaiZa_

EL VERDADERO VALOR DEL ANILLO

Un joven concurrió a un sabio en busca de ayuda.

  • Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar maestro?. ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

  • ¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mis propios problemas. Quizás después... Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

  • E... encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas-.

  • Bien -asintió el maestro-. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó: Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo para pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, así que rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.

¡Cuánto hubiese deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y su ayuda.

  • Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

  • ¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

  • Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

  • ¿¿¿¿58 monedas???? -exclamó el joven-.

  • Sí, -replicó el joyero-. Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente...

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

  • Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

YuRKiTa

#47 muy bonita :D

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