Piketty avisa del peligro de la desigualdad económica

Kaiserlau

Eres menos pobre, negro, hoy tienes un telefono. Te cambio tu oro, por estos bonitos espejos.

El tema tambien es ¿como se evalua la pobreza? ¿como se contextualiza y como se realizan las comparativas?

A mi me hace gracia por otro lado, como abren el discurso con el argumento de -"envidia", ciertas personas criticas ante las conclusiones de #1 para luego seguir con un discurso generalista y puramente conservador, ignorando certezas puramente matematicas. Ironicamente liberales.

B

Guapos, refloto que ni Jonathan Tepper ni este enlace les gusta el libro, ni las ideas ni cómo se expresan:
http://www.bloombergview.com/articles/2014-04-20/the-most-important-book-ever-is-all-wrong

Jonathan Tepper ‏@jtepper2 2 h
I’m debating reading Piketty’s book, but at almost 700 pages, I’d rather visit the dentist. Quotes so far are idiotic.

No creo que tengan la visión sesgada por sponsors, ya que los dos trabajan por sí mismos y se han metido con todo lo metible y más. Me extraña que cause tanto asquillo casi de manera absoluta a ciertos economistas.

Ya diréis. Yo de dinero no tengo ni papa xD.

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Kartalon

#62 Un par de cosillas.

1º Me llama la atención como incluso uno de los artículos más críticos (otros artículos menos críticos están ahí enlazados) no pone en duda el riesgo de un incremento exponencial en la desigualdad (único argumento esgrimido en este hilo por los-de-siempre), sino que pone en duda dicho incremento en base a la acumulación de capital.

"Future capital accumulation may or may not increase the capital share of output; it may or may not widen inequality. If it does, that's a bad thing, and governments should act."

2º El mismo artículo peca de lo que critica, de lanzar algunas conclusiones sin que estén muy bien soportadas por la argumentación. Claro, que es una entrada de blog y no una publicación más seria y puede permitirse eso a la hora de lanzar una opinión rápida. Personalmente, cuando tenga tiempo intentaré hacerme con el libro y esperar a publicaciones que respondan de forma más consistente.

PD: Respecto a la visión "sesgada" pues hombre, todo el mundo define una línea concreta con respecto a su anterior trabajo. Y el caso de este artículo no es menos. No hay porque ponerse a buscar 'sponsors' como dices. En cualquier caso no voy a tirar de "ad-hominem" porque no lleva a nada y que haya críticas no deja de ser algo positivo, sobre todo en el caso de un libro que ha recibido tanto peloteo.

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V4MPiR3

#18 Tu aportacion es muy buena y pensaba tener un dialogo contigo hasta llegar aqui:

"Y te diré más, ese es precisamente el motivo del fracaso de todas las ONGs que se limitan a mandar ayuda, o dar dinero. Tu le das 10.000 euros a un mendigo y este vivirá bien, hasta que se le agote el dinero. Le educas, y le enseñas a "aportar", a "crear valor", y vivirá bien toda su vida. En este sentido, "Las ayudas a la pobreza, solo generan pobreza"."

Chico informate antes de decir tonterias porque no son pocas ONG's que dedican el dinero a obtener materiales y materias primas para la siembra y agricultura en paises subdesarrollados entre otras muchas cosas.

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B

#64
Xavier Sala-i-Martí apoya a África y a miles de ONG y está de acuerdo con ese párrafo que criticas. Podrías hablar con él a ver qué te dice. Dar dinero para eximir tu culpa nunca ha funcionado, y recibir dinero por tu condición social hace que esa persona se siente con derecho a ello, y piense que para qué va a trabajar si le llega dinero por ser como es.

Mucha gente de países subdesarrollados se han dejado la voz pidiendo que no les den limosna, que les dejen crear valor por sí mismos. Pero claro, cuando EEUU por ejemplo subvenciona su cereal hasta el punto que comprarlo en otros países sale más barato que sembrar tus campos, la situación no es la más favorable para crear ocupación.

Nunca se critica a una organización no gubernamental per sé, pero sí la acción que facilita. Antes iría a una zona necesita ayudando con mis propias manos que dar dinero a terceros, cuando lo pueden emplear erróneamente o no comulgar con mis ideales, y aparte ya se ha visto que por mucho dinero que des magicamente se pierde siempre un % en el camino.

#63
Si vas viendo cualquier cosa, ponlo en el thread :D. Thanks.

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V4MPiR3

#65 mi tía es misionera católica en una de las zonas más subdesarrolladas en la selva brasileña, tengo acceso a sus estados contables, libros de registros y se muy bien dónde van las donaciones de la gente tanto de dinero, zapatos, ropa o jueguetes a su compañía, llegando incluso a costarle su propio dinero el llevar las cosas a aquel país, así que Xavier Sala-i-Martí me puede decir misa, yo se en ese caso perfectamente que lo que reciben se emplea en crear valor añadido y en desarrollarse y es por ello que contribuyo dentro de lo posible en la misma.

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B

#65 #66 Existen organizaciones benéficas y organizaciones benéficas, algunas simplemente hacen las labores de caridad tan contraproducentes de las que habla #65 y otras realizan labores de desarrollo como afirma #66.

B

#66
Pues contribuye. Al final todo se basa en la confianza. Es como el caso de la agricultura ecológica, que la gente se piensa que el sello es godlike y todo se hace en un campo donde ni el virus del resfriado entra. Yo compro ciertos alimentos ecológicos porque un colega curró en ciertas fábricas y vio todo el proceso, pero hay otros que no. Al igual que la gente pasa de sellos y le compra la carne a quien sabe que trata bien al ganado y lo tiene pastando.

Yo nunca daré nada a terceros, aunque lo lleve un amigo cercano mío. Con la pasta no tengo amigos ni tendré. Si confías en tu tía good. Y te sigo recomendando que leas a ese autor. Más que nada que a mí todo el rollo hippy de las ong dudo de ellas en un 80%.

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V4MPiR3

#68 no, si yo también dudo, es más lo poco que puedo contribuir de la manera que sea, contribuyo con la de mi tía, no me fío de las demás, pero que hay organizaciones y organizaciones y si sabes con quién tratas se debería ayudar al desarrollo de esos paises que tanto lo necesitan.

B

Otro que no perderá su tiempo leyendo tal majadería de libro. Cuenta con el ya clásico sesgo de los economistas occidentales, dedicados a escribir libros grandilocuentes sobre las desigualdades en el mundo pero obstinados en atender sólo a la experiencia de sus países.

Como se ha dicho infinitas veces, para medir las desigualdades en el mundo hay que mirar el mundo. Y el mundo no lo componen USA y UK sino varios miles de millones de personas. Mientras el público general no entienda esto, algunos listillos seguirán haciendo su agosto vendiendo estiércol.

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B

#70
¿Puedes ampliar un poco más tu post? Para captar más tu filosofía en la lectura de economía.

Es que soy muy novato.

1
10 días después
D4rk_FuRy

#63 #65 #33 http://georgecooper.org/2014/04/29/does-pikettys-r-g-hold-in-a-low-growth-world/

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Onehit

#6 En caso de que eso sea verdad, qué más da?

Los inventos son para el mundo, da igual que la URSS lo haya inventado. El hecho de que el capitalismo este basado en el consumismo y a su vez los móviles representen una parte de dicho consumismo lo convierte en un elemento capitalista de tipo comprar-tirar-comprar

Antes de hablar por hablar analiza las cosas profundamente

Besis.

#9 Estoy de acuerdo contigo, pero eso no quita que el capitalismo sea inviable a largo plazo. No se puede seguir consumiendo recursos a este ritmo con la cantidad de habitantes que tiene el planeta, hay que ir buscando otra alternativa (que no sea el comunismo ni pollas de esas, sino un sistema basado en los recursos, no en el dinero)

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B

#72 sin ser economista, el tema de tener una cantidad dividiendo que puede llegar a 0 siempre o casi siempre (en modelos predictivos) implica que vas a tener un cierto threshold por debajo del cual tus predicciones no tienen sentido. Si Piketty no lo pone explícito en su texto (e.g.: g > 1%) entonces sí hay un error, en otro caso me parece que el del blog se pasa un poco de oportunista. Además deja r constante mientras decrece g, otro error (aunque si la desigualdad es simplemente r > g entonces de nuevo culpa de Piketty).

Seguramente la solución esté en algo tipo A*g > r > g

edit: O quizás precisamente es de lo que se queja Piketty, de que si mantienes r cuando decrece g puedes llegar a situaciones extremas. Ya digo que de economía poco todavía xD

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ReEpER

#9 el problema que para equiparar eso, exagerando, lo que se ha hecho, es que el que vivia con 1.25 ahora vive con 2, dado que el que vivia con 4 ahora vive con 3.25. El que tenia 1000, ahora tiene 1400.

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Tr1p4s

#73 Lo de los recursos y la cantidad de gente viviendo lleva siendo el sofisma mas longevo de la historia económica.

Malthus pronosticó cerca del 1798 que con la producción de alimentos y recursos con el aumento exponencial de la población no duraría ni hasta 1890, no quiero comentarte la cantidad de población que somos ahora comparados con 1798 y la cantidad de recursos económicos.

Además por si no entiendes la primera lección de la economía es la escasez nunca hay suficiente de algo para satisfacer a todos y si lo hubiera entonces no sería considerado un bien económico.

#75 ¿Y eso lo sacas de ...?

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Tr1p4s

Si según Piketty es verdad que r > g ¿qué defensa queda de la estafa piramidal de las pensiones públicas?

Menudo arma de doble filo blanden algunos: Si me quejo de las desigualdades por la explicación de Piketty a la vez estoy aceptando que el nivel de renta de las pensiones privadas son mas altas que las del sistema de reparto.

Onehit

#76 Hay suficientes recursos para todos los habitantes del planeta ahora mismo, otra cosa es que sea viable a largo plazo y que estén distribuidos adecuadamente.

Me da igual que haya recursos hasta el 2500 o el año que sea, mi punto es que el sistema debería ser sustentable y no lo es, es decir, que podamos vivir de por vida del planeta.
Los recursos de la tierra son finitos y tenemos un sistema económico que se basa en fabricar productos indefinidamente, no tiene sentido

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ReEpER

#76 lo saco de ver como la clase media se ha empobrecido, y las grandes fortunas se han hecho mas grandes. No hace falta leerlo de ningun medio especializado, simplemente tener criterio, y ver el dia a dia de mucha gente :P

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SirPsycoSexy

Por lo que estoy viendo, Thomas Piketty no es más que al versión del siglo XXI de Henry George.

Plan to read.

Esto me recuerda a una entrada de Kurgman de hace relativamente nada. ¿Es la redistribución una forma optima de crecimiento? Algunos economistas del IMF ya han escrito algo al respecto.

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VENTURIN

El problema de la desigualdad es que si gobiernan los ricos, está se genera de forma que tu te empobreces para que ellos puedan aumentar su tren de vida.

Un ejemplo claro es la austeridad, asfixio a los pobres bajandoles el sueldo, subiendo el IVA y quitando ayudas, y mientras al rico le bajo los impuestos y le doy ayudas

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Tr1p4s

#78 Los recursos aunque sean finitos los vamos reciclando y economizando los que hay, te repito que ese pensamiento era el gente totalmente antisocial (Malthus propuso matar a los mendigos y mucha parte de la población) y desfasado.

Siempre será "el final del mundo" para algunos agoreros.

#79 Es decir que te inventas lo que te da la gana en función de tus prejuicios, si crees que el caso de España es extrapolable a todo el mundo es que no has conocido mundo.

#81 El juego de suma cero solo es posible en la política del estado no en la del mercado por lo tanto eso de que "para que ellos se hagan ricos tu tienes que ser pobre" solo es posible con los impuestos.

Si hay austeridad no hay ayudas, ni subida del IVA, ni bajadas de sueldo... por lo tanto no es austeridad lo que tu llamas.

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ReEpER

#82 para empezar no estoy en españa ahora.

Eithel

Ah, ¿pero que hay desigualdad?

Tr1p4s

Refloto para aportar mas datos sobre el tema:

Voz Populi

Piketty destroza a Marx y a Keynes

Una de las ideas más generalizadas en la literatura anticapitalista es que las economías de libre mercado padecen la maldición de la “ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia”: a saber, que conforme el capital va acumulándose, su tasa de retorno va reduciéndose (pues se asumen rendimientos decrecientes de la inversión en capital), de manera que finalmente ésta terminaría desapareciendo y todo incentivo para la nueva inversión se extinguiría.

El sofisma adquirió especial relevancia a partir de Marx, quien le dedicó la parte III del tomo 3 de El Capital. Según el alemán: “Es una necesidad lógica de la naturaleza del modo capitalista de producción que, conforme vaya desarrollándose, la tasa de plusvalía media del conjunto de la economía se exprese en una tasa de ganancia decreciente”. Para Marx, la acumulación de capital en forma de medios de producción modifica la “composición orgánica del capital”, haciendo que la masa de plusvalor creada a través de la explotación del trabajo se vaya volviendo relativamente más pequeña con respecto al capital total. Esto, a su vez, provocaría la incapacidad del sistema económico para reabsorber todas las mercancías producidas (debido al insuficiente poder adquisitivo de los trabajadores) y, por tanto, la incapacidad del capital para seguir reproduciéndose y acumulándose: es decir, las crisis serían consecuencia de las “contradicciones internas” del capitalismo.

Décadas más tarde, esta misma teoría fue reavivada John Maynard Keynes, para quien la acumulación de capital provocaba una inexorable tendencia hacia la reducción de la “eficiencia marginal del capital”. De acuerdo con el inglés, la acumulación de nuevos bienes de capital reduce la rentabilidad de los existentes (más competencia para vender unos productos llevan a menos márgenes de beneficio). Para Keynes, si la tasa de ganancia no había desaparecido por completo ya en su época es porque el atesoramiento de dinero frenaba el proceso de acumulación de capital cuando éste se volvería demasiado poco rentable para los capitalistas. Es decir, el atesoramiento permitía volver el capital disponible artificialmente escaso: “Estoy convencido de que la demanda de capital se halla terminantemente limitada en el sentido de que no sería difícil incrementar el stock de capital hasta un punto en que su eficiencia marginal disminuyera hasta un guarismo muy reducido (…) Lo anterior significaría la eutanasia del rentista y, consiguientemente, la eutanasia de ese poder de opresión acumulativo del que goza el capitalista al explotar el valor de un capital artificialmente escaso”. Era justamente la caída y la volatilidad de la tasa de retorno del capital por debajo del tipo de interés del dinero (ocasionada tanto por la constante acumulación de capital como por las expectativas fluctuantes) lo que, en opinión de Keynes, provocaba las crisis capitalistas por infrainversión.

Pero, ¿realmente el capitalismo adolece de una tasa de ganancia decreciente? Nada mejor que consultar al economista de moda: Thomas Piketty y su libro Capital en el siglo XXI.

El sorprendente rescate del capitalismo a manos de Piketty

Como ya he comentado en otras ocasiones, la mejor parte del libro de Piketty es, con mucha diferencia, la diversidad y riqueza de datos históricos que proporciona. Su interpretación de los mismos es mucho más discutible, pero esa es otra cuestión a tratar en otro momento. Pues bien, a este respecto, el magnum opus de este economista francés arroja dos series de datos que nos servirán para responder a la pregunta anterior.

Primero, ¿cuánto ha aumentado la acumulación de capital en los últimos dos siglos? Combinando a Angus Maddison con Piketty, es fácil calcular que el capital total de Inglaterra (descontando inflación) se ha multiplicado en 115 veces desde 1700 y en 35 desde 1820. Una tendencia similar se observa en Francia: 68 veces desde 1700 y 37 desde 1820. Semejante explosión de capital debería haber hundido las tasas de retorno del capital según Marx y Keynes, ¿no? Pues no.

Justamente, y en segundo lugar, Piketty también nos ofrece una estimación de la tasa media de ganancia en Inglaterra y Francia desde finales del s. XIX y finales del s. XIX y, lejos de observase una tendencia a la reducción de la tasa de ganancia, lo que se aprecia es una marcada estabilidad de la misma en un rango que oscila entre el 4% y el 5% en Inglaterra y el 4% y el 6% en Francia.

Es verdad que Piketty admite que la tasa de ganancia podría haber decrecido muy “ligeramente” en el siglo XX con respecto al siglo XIX, pero lo cierto es que el motivo de esta caída no se debe a la menor rentabilidad de las empresas, sino a que el mix de composición del stock agregado de capital ha variado en los últimos dos siglos. Durante el s. XIX, cuando se aprecia una tasa de ganancia ligeramente superior a la actual (en torno al 5% en Inglaterra y al 6% en Francia), el stock de capital de Inglaterra estaba compuesto por capitales empresariales en un porcentaje de entre el 60% y el 70% (en Francia, de entre el 30% y el 40%), por tierras de labranza entre un 30% y un 20% (en Francia, entre un 60% y un 45%), y por viviendas en un 10% (en Francia, entre 10% y 15%): es decir, el 85%-90% del capital nacional era capital productivo. En la actualidad, en ambos países el capital nacional está constituido en más de un 50% por el capital inmobiliario en forma de viviendas familiares, cuyo retorno y riesgo son inferiores al del capital productivo (ya sea empresarial o agrario). El mix de capital cambia y su tasa de retorno media también.

Por consiguiente, en realidad no ha habido ninguna reducción real de la tasa de ganancias pese a la gigantesca acumulación de capital que se ha producido desde entonces (no en vano, todo el libro de Piketty se articula en torno a esa idea: que la tasa de retorno del capital tiende a mantenerse por encima de la tasa de crecimiento natural de la economía). La evidencia empírica ilustra que Marx y Keynes se equivocaban pero, ¿por qué lo hacían?

La tasa de ganancia no decrece en el capitalismo

La idea de que la tasa de ganancias decrece se basa en una premisa equivocada: a saber, que la tasa de ganancias depende de la productividad marginal del capital y que los retornos del capital son marginalmente decrecientes (Piketty, de hecho, sigue siendo rehén de este error a pesar de mostrar empíricamente su inconsistencia). A este respecto, le debemos a la Escuela de Cambridge (neorricardianos y postkeynesianos) haber colocado académicamente contra las cuerdas a los defensores de la idea de que la tasa de ganancia depende de la productividad marginal del capital (Samuelson y Solow, especialmente). Su argumento fue muy sencillo: el capital no es un factor productivo, sino el valor monetario de un factor productivo (o de una combinación de factores productivos), de manera que, como sabe cualquier estudiante de finanzas, para calcular el valor monetario de ese factor productivo será menester descontar sus rentas futuras esperadas al tipo de interés de mercado. ¿Cómo puedes, pues, el capital determinar el tipo de interés (que en equilibrio coincide con la tasa de ganancia) cuando el capital está determinado por ese tipo de interés?

En efecto, la teoría de la productividad marginal del interés cae en un cul-de-sac, pues la definición de capital requiere de un tipo de interés determinado exógenamente al sistema productivo o, como mucho, codeterminado (ese es uno de los puntos que acertadamente James Galbraith le reprocha a Piketty: no haber entendido las implicaciones de la Controversia del Capital). Ante esta situación existen dos alternativas: o seguir a la Escuela de Cambridge en su concepción pre-moderna del interés (el llamado surplus approach) o admitir que el interés es un fenómeno derivado de las preferencias subjetivas y marginales de los agentes económicos a propósito del tiempo, el riesgo y la liquidez. Este último enfoque es el que adopta la Escuela Austriaca.

Así las cosas, el valor del capital de una economía es, simplemente, el valor presente de las rentas netas futuras de sus factores productivos (es decir, el valor que resulta de descontar esas rentas por la preferencia temporal y la aversión al riesgo de los ahorradores marginales). Eso implica que, salvo cambios bruscos en la impaciencia y en la cobardía de los ahorradores, la tasa media de retorno sufrirá escasas variaciones (y, a su vez, ello implica que la relación entre el valor del capital y el PIB dependerá de la contribución relativa del factor trabajo a la generación del PIB: lo cual, por cierto, resuelve todo el acertijo pikettyano). Por ejemplo, si el valor de la producción a un año de un factor productivo es 100 y el tipo de descuento del 10%, su valor actual será 90,9; si fuera 200, su valor actual sería de 181,8; si fuera 50, sería de 45,5. Es decir, sea cual sea su producción física (y el valor monetario de esa producción), el valor actual del factor productivo es un 10% inferior al su producción dentro de un año y, por tanto, su tasa de retorno se mantiene constante en el 10% haya mucho capital o muy poco capital.

Claro que quizá entonces la cuestión pase a ser: ¿la creación mediante inversión de nuevos factores productivos reduce su productividad marginal física? Y la respuesta es que no necesariamente: recordemos que la ley de los rendimientos marginales decrecientes se refiere a que incrementando el uso de un factor productivo, manteniendo los restantes constantes, la productividad de ese factor se va reduciendo. Pero, a menos que veamos todo bien de capital como sustitutivo de otro bien de capital (y no, no son homogéneos: 1.000 cafeteras no son una locomotora), no existe constancia de factores en la creación de nuevos bienes de capital y, por tanto, no hay necesidad de retornos decrecientes. Esto es algo que entendió muy bien el economista austriaco Ludwig Lachmann en su esencial obra Capital and its Structure: el valor de los bienes de capital depende de las estructuras que conformen, de manera que la creación de estructuras sinérgicas más complejas de bienes de capital puede incrementar la productividad de todos los bienes de capital aun cuando la tecnología no mejore. Por ejemplo, construir una central eléctrica para abastecer a una empresa no sale a cuenta: construir una central eléctrica una vez se hayan creado miles de empresas, sí sale a cuenta. La acumulación de bienes de capital tiende a generar nuevas oportunidades para acumular nuevos bienes de capital complementarios.

En definitiva, valiéndonos de la teoría económica, ya podíamos señalar desde hacía décadas que Marx y Keynes estaban completamente errados. Piketty nos ha proporcionado las evidencias para constatar su error desde un punto de vista histórico. Y eso, claro, siempre habrá que agradecérselo al economista francés.

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14 días después
D4rk_FuRy

le está cayendo mierda a piketty de lo lindo, es lo que tiene hacer bad science

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ferayear

#86 Es lo que pasa cuando te inventas los datos, haces sesgo de selección a intencionadamente y cocinas las estadísticas usando métodos diferentes para cada caso.

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rackinck

Puede ser que tengáis razón, pero también puede ser que no. Cuando tratas semejante volumen de datos tienes que tratarlos sí o sí, pero obviamente dicho tratamiento tiene que estar justificado y explicitado:

In conclusion, the only real issue is why Piketty adjusted the data for several years differently, whether it is explained in the files, whether that explanation is reasonable, and if it is not explained, whether he can provide one. Out of the three "classes" of issues raised by FT, only the second has some validity. So far.

Y lo dice el ex-jefe del departamento de investigación del Banco Mundial y el mayor experto en desigualdad económica, que tiene que tratar con esta clase de datos día sí día también.

http://brankomi.wix.com/inequality

PD: lo importante en el libro de Picketty son dos cosas: primero, los datos. Si su tratamiento es legítimo suponen una base de datos muy buena para trabajar, y ya sólo por eso es un hito, y este para mí es el factor más importante; y el segundo, la teoría. Esto es lo que menos me convence, ya que al contrario de con libros como Why Nations Fail no parece tener muchos papers (fragmentados, claro, sino no necesitas 700 páginas de libro xD) que mantengan la misma base argumental con otros datos. De ahí que en su momento dijera que lo importante de este libro no es el libro per se, sino que son ideas que dan lugar a mucha investigación posterior y avances en el campo, bien sea a favor o en contra de la tesis inicial.

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Kartalon

A Piketty problem?

THIS morning, the Financial Times leads with a striking allegation: "Capital in the Twenty-First Century", the bestselling analysis of inequality by economist Thomas Piketty, is fundamentally flawed thanks to errors in the data backing the book. The story is based on work done by Chris Giles, economics editor of the paper. He writes that his interest in the data's veracity was piqued by an apparent large disparity in the figure for the concentration of wealth ownership in Britain used by Mr Piketty and that reported by Britain's Office for National Statistics. In a companion blog post, Mr Giles lays out the charges and concludes, "The conclusions of Capital in the 21st century do not appear to be backed by the book’s own sources." A damning statement, if true.

Mr Giles's analysis is impressive, and one certainly hopes that further work by Mr Giles, Mr Piketty or others will clarify whether mistakes have been made, how they came to be introduced and what their effects are. Based on the information Mr Giles has provided so far, however, the analysis does not seem to support many of the allegations made by the FT, or the conclusion that the book's argument is wrong.

There are four important questions raised by the FT's work. First, which data are wrong? Second, how did errors in the work, if they are errors, come to be introduced? Third, how do the errors affect the specific points made in the relevant chapters? And fourth, how do the errors affect the fundamental conclusions of the book?

Start with the first question. "Capital" is a sprawling book based on an enormous pile of reference material and data. Much of the data was collected by Mr Piketty and other economists in a series of published papers that have since been used to create the World Top Incomes Database. None of this work appears to be at issue. Rather, Mr Giles focuses on wealth inequality, to which Mr Piketty turns in Chapter 10 of his book. Mr Piketty has not published nearly as much research on the question of wealth inequality, and it seems that much of the analysis in Chapter 10 was done specifically for the book, based on others' research. Mr Piketty's wealth-inequality analysis certainly matters as a component of the book's argument, but it is not accurate to say, as Mr Giles does, that the results in Chapter 10 constitute the "central theme" of the book.

Are the data wrong? Mr Giles identifies discrepancies between source material cited by Mr Piketty and the figures that appear in the book. He identifies cases in which Mr Piketty appears to have chosen to use data from one source when another would have made more sense. Further, the calculations in Mr Piketty's spreadsheets (which have been available online since the book's publication) seem to include adjustments in the data that are not adequately explained, and some figures for which Mr Giles cannot find a documented source. Finally, Mr Piketty has made choices concerning weighting of data used in averages, and assigning of data from one year (1935, for example) to another (1930) when such assignments seem unnecessary or inadvisable.

It is not easy to verify whether the data are in fact wrong. There are a couple of cases where it looks as though a transcription error has been made (where Mr Piketty may have grabbed a figure from one line in a chart rather than another), but one cannot be certain. There are other examples where adjustments have been made to the data that are difficult to parse out. But as Mr Giles allows, the data sources underlying the book are often sketchy and rarely perfectly comparable; any analysis would require tweaks to the data (though one would, of course, like those tweaks to be explained and documented in detail). As economist Justin Wolfers writes in the New York Times, "it’s not yet clear whether the cause is obvious errors as pointed out by the newspaper, or judgment calls where perhaps the professional economist deserves the benefit of the doubt."

The second question concerns how such errors came to be made, if errors they are. As mentioned, transcription mistakes are one possibility. But while some of the data and adjustments in the spreadsheets lack adequate documentation, Mr Giles does not have the evidence to justify the implication that figures are drawn "from thin air". Data fabrication is a serious charge to make, and I am surprised Mr Giles would allege it without clearer proof.

The third question is the one many readers will find most relevant: how do the data change the picture? Mr Giles examines the figures on wealth concentration in four countries: Britain, France, Sweden and America, as well as the European average. For France and Sweden the picture is most clear: there are some differences in Mr Giles's work and Mr Piketty's but the trends are basically unchanged. For America, the outcome of the analysis is relatively muddy (based in part on the fact that the source data themselves are harder to parse, according to Mr Giles). The trend for the top 1% share does not seem to be affected. For the top 10% it is harder to say; here is a chart Mr Giles produces:

Mr Giles reckons data presented by other economists show a gentler rise in inequality, which is a fair criticism, but it is not obvious that Mr Piketty has made any glaring error. The British case is the hardest to gauge. Here is another of Mr Giles's charts:

Mr Giles writes that the gap "appears to be the result of swapping between data sources, not following the source notes, misinterpreting the more recent data and exaggerating increases in wealth inequality." The FT has published a response letter from Mr Piketty (who was told of the analysis on Thursday) but it does not address specific allegations. It is a challenge to understand what might have happened without more explanation from Mr Piketty. For the moment, Mr Giles's work suggests that a mistake has been made in the Britain analysis, and that as a result of that mistake the level of wealth inequality is overstated. It is less clear that Mr Piketty's analysis has overstated the recent trend toward rising inequality, as Mr Giles suggests.

Finally, Mr Giles argues that if one uses a Britain series of his own construction and uses a Europe average weighted by population rather than a simple average, the trend toward rising wealth inequality across Europe flattens out. Without more clarity on the Britain question it is hard to judge this claim. It is not obvious that weighting by population is a better choice than alternatives (like weighting by GDP). A broader point concerns whether an average of Britain, France, and Sweden should be represented as "Europe", but that of course is the way Mr Piketty presented the data in the first place.

The fourth question is whether the book's conclusions are called into question by Mr Giles's analysis. If the work that has been presented by Mr Giles represents the full extent of the problems, then the answer is a definitive no, for three reasons. First, the book rests on much more than wealth-inequality figures. Second, the differences in the wealth-inequality figures are, with the exception of Britain, too minor to alter the picture. And third, as Mr Piketty notes in his response, Chapter 10 is not the only analysis of wealth inequality out there, and forthcoming work by other economists (some conclusions of which can be seen here) suggests that Mr Piketty's figures actually understate the true extent of growth in the concentration of wealth.

However, given the questions that have been raised it would be inappropriate to say anything definitive. One hopes there will be an additional response from Mr Piketty. There will no doubt be efforts by other scholars to dig into Mr Piketty's figures; Scott Winship, a scholar at the Manhattan Institute who disputes Mr Piketty's overarching narrative about inequality wrote on Twitter last night:

And of course, it will take future research to show whether the broad strokes of Mr Piketty's book are correct or not. But that was true before the FT analysis was published as well.

Now, the academic debate is a different thing from the judgment reached in the court of public opinion. There was an outbreak of gloating across the wires the moment the Financial Times story went live. The book has plenty of critics (many of which never spent much time wrestling with the book's arguments in the first place), and many of which reached gleefully for word that Mr Piketty's work might not be perfect. One suspects that in a public back-and-forth that has often failed to hew particularly closely to the substance of the book, this will become an excuse for many to write the book off, and for others a piece of ammo to fire at ideological opponents.

In that way, and in many others, this does look quite a lot like the Reinhart-Rogoff contretemps, to which Mr Giles draws a parallel. The errors identified in their spreadsheet turned out to be far more embarrassing to the authors than a threat to their work. The attack on the Reinhart-Rogoff analysis showed that the authors had made a mistake in the figures that led them to identify a "discontinuity" in growth rates when public debt reaches a 90% of GDP threshold. But the analysis by economists at the University of Massachusetts, Amherst actually reinforced the finding that growth rates tended to be slower when debt levels were higher. The UMass work did nothing to undermine the broad dataset that rested beneath the 90% work (and beneath their book, and many other pieces of research). Subsequent analyses have turned up a discontinuity at various thresholds (though other papers have not). And at any rate the key debate, over causation, is mostly unresolved. But none of that mattered when the news broke. Partisans took to their bunkers to lob bombs at each other, the truth of the matter be damned.

It would be unfortunate were that to happen in this case, but it almost certainly will, and indeed it has already begun. But it's worth looking at the bright side. In this case, the economist in question put his data and calculations online from the outset. That allowed an industrious journalist to take a closer look at the analysis. The truth will out for those who care to look for it, and the process will—hopefully—improve incentives for everyone involved. Academics will learn that putting data online is not enough; the work should be carefully documented if allegations of impropriety are to be avoided. And the FT will sell a lot of copies of today's paper, demonstrating that careful data analysis can be good for business. And in time, it will be clear enough whether Mr Piketty is the prophet some reckon or something else.

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Kartalon

Si bien es cierto que hay que hacer un análisis completo del trabajo de Piketty (tan cierto como para cualquier publicación), cada "review" debe basar sus alegaciones en el análisis y no en concepciones previas ideológicas como hacen muchos.

Esperemos que un análisis apropiado desde la academia (y no los desbarres habituales de muchos) ayude a exponer los errores que contenga el trabajo de Piketty.

#86 Te refieres a "bad science" en base a artículos como el citado por #85 que ofrece conclusiones bestiales de la nada. A tope.

#87 Joder, casi nada, supongo que no te has leído el libro pero no he visto ninguna de las reviews serias del mismo acusar de todo lo que dices al libro. Los grandes medios analizando los errores que se han podido cometer y no se les ha ocurrido que alguien en MediaVida ya los había encontrado todos xD

Me quedo con una cita del artículo que he puesto de The Economist: "Now, the academic debate is a different thing from the judgment reached in the court of public opinion."

Está claro que a muchos el debate académico os la pela por completo xD

Edit: Respuesta de Krugman a Giles en NYT, Is Piketty All Wrong?. Menos completa que la de The Economist (y es Krugman, inb4 ad-hominem), pero puede que a alguien le interese.

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