El rincón del SEXO y la LASCIVIA

Pubertad filial

Esa tarde me encontraba solo con mi hermanita de 13 años, yo, de 23 me encontraba en mi cuarto y ella en su habitación hablando por teléfono con su novio, me encontraba demasiado caliente y me masajeaba la polla por encima del pantalón, no tenia nada que hacer ni con quien salir; después de un rato oí como se despedía mi hermana y colgaba el teléfono.

Estaba subiendo las escaleras y se dirigía a su habitación, se acerco a mi puerta y toco.

¿Qué haces flojo? Me pregunto.

Nada, perdiendo un poco el tiempo, y tu. Conteste.

Pues no tengo nada que hacer y me acaban de cancelar los planes, Así que me voy a bañar y después me dedicare a ver televisión. Me comento y salió.

Poco rato después, empecé a escuchar como se metía a su cuarto y salía, para entrar al baño, se abrió la llave de la ducha y entonces me levante, sigilosamente me dirigí hacia el baño y acerque mi oído, ella se estaba desnudando ya que pude escuchar como deslizaba el ziper de su vestido. Luego dirigí mi cabeza a la cerradura de la puerta y coloque mi ojo en la rendija de la cerradura. Efectivamente, ella se encontraba en sostén y bragas. Comenzó a mirarse al espejo, lo cual me permitió verla por un largo rato, traía un juego de algodón blanco que dejaba ver sus muy poco sus partes, pero que se le ceñía a su pequeño cuerpecito estupendamente, la rajada de su prieto culo atrapaba parte de la tela, dejando ver la redondez de su trasero, su vagina se notaba muy claramente y podía apreciar que aun no le habían crecido más de 4 pelos. Sus tetas se notaban pequeñas pero muy firmes y su pezón se pegaba a la tela como queriendo escapar de su prisión. La verdad es que no estaba muy desarrollada para su edad, pero en ese cuerpo infantil se podía empezar a ver la mujercilla que seria en un futuro.

Después de admirarse un rato al espejo, se comenzó a despojar de las pocas prendas que traía puestas, para este entonces yo ya tenia la polla más tiesa que una barra de hierro forjado. Su sostén fue el primero en dejarme ver sus hermosas tetitas que se erguían apuntando hacia el techo con sus aureolas rosadas. Después sus nalgas que a pesar de estar ella bastante delgada, tienen una forma más que exquisita y su vagina ya no la pude ver, porque se introdujo en la bañera y cerro la cortina.

Una idea atravesaba mi mente mientras ella continuaba bañándose, me encamine hacia mi habitación y tome del cajón de mi mesita de noche un frasquito que había comprado para ocasiones especiales, contenía mosca española (un potente afrodisíaco). Me dirigí a su habitación y vertí dos gotas del liquido en el vaso de agua que se encontraba sobre su escritorio.

Rato después me encontraba en mi habitación esperando con impaciencia, escuche cuando ella salió del baño y se metió a su cuarto, poco más tarde salió y se dirigió a la sala. Era tiempo de ver si mi plan había resultado. Caminé hacía su habitación y busque el vaso que ya no se encontraba ahí; baje a la cocina y lo vi en el lavaplatos completamente vació. Se lo había tomado entero.

Era la ahora de poner a funcionar mi estrategia, me acomode en el sofá en donde ella se encontraba y me puse a ver la tele junto con mi hermana, de vez en cuando le hacía comentarios de lo bonita que seria cuando fuese mayor, para ir sondeando el terreno. En un corte comercial me coloque de tras de ella y le comencé a dar un masaje, primero en el cuello, mis manos recorrían sus pequeños hombros y su cuello, blanco como la nieve.

Note que le estaba gustando el masaje y no me detuve, pero si fui avanzando más mis manos por su cuerpo, deslizaba mis manos desde su cuello hasta la mitad de su espalda, ella no decía nada pero me di cuenta de que su respiración se agitaba. En este momento tuve un dilema en mi consciencia, era mi hermana y solo tenia 13 años, pero ya iba demasiado cachondo como para parar.

Acuéstate para que pueda hacerlo mejor. Le dije.

Es-es-esta bien hermanito. Respondió un poco perturbada.

Se recostó en el sofá quedando boca abajo, yo me senté a un lado de ella en la orilla del sillón. Mis manos continuaron recorriendo su espalda y poco a poco avanzaba más hacía sus nalgas. Todo por encima de su larga playera. Ya mis dedos comenzaban a tocar la base de su culito, pero yo quería disfrutar de este momento, así que me retiraba y seguía en otro lado, ahora masajeaba sus costados y pasaba la mano muy cerca de la base de sus tetas y regresaba a la espalda, pero cada vez más hacia las nalgas. De pronto y sin saberlo ya me encontraba acariciando sus nalgas cachondamente, mi mano se colocaba completamente encima de sus cachetes y los masajeaba en círculos, después con mis dedos dibujaba la hendidura de su culito y metía mis dedos en la separación de sus nalgas para acariciar su ano. Era pequeño y prieto.

Ella respiraba agitadamente y separo un poco sus piernas para que yo pudiera meter mejor la mano, podía sentir sus labios vaginales a través de la tela de la playera y sus bragas, los frote unos instantes y regrese a sus nalgas. Me incline y comencé a besarle la nuca, mis labios devoraban gustosos el sabor de la piel blanca de mi hermanita, su melena rubia y larga estaba de lado y con una mano se lo acariciaba mientras la otra seguía ocupada en su escultural trasero. Pronto mi lengua inicio su labor y empezó a lamer esa exquisita piel.

Me levante por un momento y ella se giro boca arriba, sus ojos denotaban el deseo que sentía de ser poseída, tenia la cara totalmente sonrojada, acerque mi boca a la suya y nos besamos como hombre y mujer y no como hermanos, su sabor es delicioso. Mi mano jugaba ahora con su vagina que ya se sentía muy húmeda aun y cuando lo hacía por encima de su playera, uno de mis dedos recorría todo el canal de su coñito. Ella me besaba con gran pasión y me abrazaba fuertemente. Podía sentir sus senos apretarse contra mi pecho, sus peuqeños pezones se erguían maravillosos y también pude sentirlos a pesar de la camiseta.

Ya no pude resistir mas el deseo y mi mano bajo un poco de su coño para tomar el borde de la playera y comenzar a subirla, me retire del beso que nos estábamos dando para poder apreciar su cuerpo mientras lo iba desnudando. Sus cortas y delgadas piernecillas aparecían ante mis ojos, blancas y con formas deliciosas que me ponían cada vez más cachondo, era como una muñeca. Sus infantiles braguitas blancas con ositos fueron quedando a la vista, dejando apreciar su monte de venus, así como también lo muy húmeda que estaba, totalmente empapada. Herm..ma..ni...to... decia. Me miraba a los ojos y entreabría su boca mostrando su lengua húmeda y sus jugosos labios. Continúe subiendo la playera y la deje a la mitad de sus estomago dejando al descubierto su ombligo y me incline a besarla comenzando por los pies, mi lengua degustaba cada rincón de ese cuerpo; subía poco a poco por sus piernas y ella se retorcía de deseo. Llegue hasta su coñito y la comencé a besar por encima de las bragas, luego de ahí hasta su ombligo en donde me detuve para continuar quitándole la camiseta.

Despacio subí la camiseta hasta que sus pequeñas y deliciosas tetas fueron quedando al descubierto, sus rosadas aureolas se coronaban con unos pezones puntiagudos que me exigían ser mamados con suma delicadeza, como si se tratase de un par de bellas frutas jugosas. Continúe subiendo hasta que la prenda salió por su cabeza y la deje únicamente en bragas, unas deliciosas braguitas blancas de algodón que se ceñían a su cuerpo dejando apreciar la rajita de su coño; mi excitación ya era demasiada y rápidamente me quite la camisa que traía puesta. Me dedique por completo a sus hermosos senos, que fui lamiendo y chupando con suma ternura, primero los pezones y luego todo lo demás. Subía por sus montañas de carne y luego deslizaba mi lengua hacia abajo; ella se ponía chinita mientras yo me satisfacía con sus redondas protuberancias. Herm...ma..ni..to.. dijo esta vez ya gimiendo.

Su respiración y sus gemidos contribuían a que mi propia excitación aumentara, mi polla quería escapar de su prisión y yo por mi parte no podía liberarla, ya que me encontraba muy ocupado lamiendo las tetitas de mi hermana. Pero ella fue la que tomo la iniciativa en ese aspecto y con una de sus manos bajó el cierre de mi pantalón, para después sacar mi largo pene con gran facilidad y maestría. Su mano comenzó a moverse de arriba abajo por el tronco de mi falo, que se inflamaba cada vez más, su delicada mano de vez en cuando me apretaba y yo sentía que iba a explotar de un momento a otro. Tenia la mirada perdida, sonrojada y con un sudor por el cuerpo que hacia denotar lo muy excitada que estaba. Que zorra es con 13 años, pensé en ese momento. Es como si siempre hubiese anhelado mi rabo.

Una de mis manos busco su coño que comencé a frotar por encima de sus bragas, la sensación de suavidad y calor que emanaba de sus partes sexuales era exquisita, no podía contenerme pero luche para que esta posesión durase lo mas posible; así que continué frotando solo por encima de las bragas y sucedió, su entrepierna se humedeció aún más, nunca había visto una mujer ( en este caso niña ) tan mojada.

Hasta este entonces fue que me puse de pie y ella se incorporo sentándose en la orilla del sillón, llevo sus manos a mi pantalón y los desabrocho, la prenda cayo al piso y mi erecto pene quedo al desnudo junto con todo mi ser. Ella lo siguió acariciando con sus manitas y con uno de sus dedos tomo una gota del "lubricante" que escurría de mi miembro. Lo llevo a su boca y mirándome con sus inocentes ojitos azules y lo chupo como si se tratara del último caramelo en la tierra. Luego poso sus labios sobre la cabeza de mi verga y muy despacio fue devorando mi barra de carne, la calidez de su boca fue bien recibida por mi herramienta que palpitaba de tanta excitación. Ella no paraba de gemir, le encantaba comer mi polla.

La felación que me estaba haciendo era fenomenal, nunca ninguna de mis novias me había hecho algo parecido. De su boca entraba y salía mi tubo de carne además de que ejercía la presión necesaria para que pudiese ponerse al rojo vivo y no quitaba sus ojos de los míos, como tratando de adivinar cuando era el momento justo para detenerse. Y justo cuando ya me iba a venir se detuvo.

Ahora es tu turno hermanito. Me dijo avergonzada separándose de mi pene y poniéndose de pie.

Por supuesto, será todo un placer hacértelo. Conteste acercándome a ella.

Cuando estaba justo frente a mi hermana la comencé a besar ardientemente en la boca, nuestras lenguas se enredaban y se lamían como si ese néctar fuera necesario para vivir. Mis manos se encontraban acariciando su espalda y su cabello. Fui deslizando mi boca por su cuello, y ahí me detuve por unos instantes chupando como si fuese un vampiro. Después me fui deslizando más abajo hasta llegar a sus senos y besar y lamer sus pezones. Poco a poco me dirigí hacia abajo y después de pasar por su ombligo me encontré con sus braguitas blancas y húmedas. Mis manos masajeaban su culito, entonces las coloque en sus costados y muy lentamente fui descubriendo su chochito, no tenia a penas vellos se podía ver ahora libre de su cubierta, su olor emano libremente y pude disfrutar de esta vista como nunca antes en la vida. Los labios de su vagina afloraron mostrándose espléndidos y deseosos de amor. Pose mis labios sobre ellos y los comencé a lamer, a besar y a chupar con el deseo más exaltado que nunca, tenia un sabor juvenil y virginal; ella gemía y se retorcía, no dejaba de llamarme hermanito, mis manos se aferraban a su culito y uno de mis dedos entraba y salida de su pequeño ano, mi lengua se introducía dentro de su coñito lo más hondo posible. Jugaba con su clítoris y me bebía sus fluidos que escapaban de su interior.

Conté tres corridas de mi hermana y me detuve. ¿Seria por culpa de la mosca española que estuviera tan cachonda? Me puse de pie y la volví a besar pero la fui empujando hacia el sillón, ella comprendió lo que le insinuaba y se fue recostando, quedé yo encima de ella y nos seguíamos besando con gran pasión.

Mi polla rozaba la entrada de su coñito, entonces ya no pude más, metí una mano por debajo de mi cuerpo y tome mi falo, lo coloque en la entrada de su estrecha cueva y lo comencé a introducir despacio, poco a poco su vagina fue engullendo la totalidad de mi pene, se sentía tan estrecho y caliente, pensaba que me iba a correr solo de meterla. Una vez dentro y muy despacio empezamos con el vaivén, clásico ritual del amor.

Te quiero hermanito, te quiero mucho. Me dijo mirándome a los ojos, tenia mirada enamorada, como si fuera a hacer todo lo que le pidiese, fuera lo que fuera.

Yo también hermanita, siempre te he querido. Contesté.

Continuamos así por varios minutos y después cambiamos de posición, yo me acosté y ella se monto en mi moviendo sus caderas para satisfacerse sola. Su cuerpo se movía con gran velocidad y su vagina aprisionaba mi pene de un modo fantástico, podía verlo entrar y salir de ella todo húmedo por nuestros fluidos. Sus pequeñas tetas rebotaban de arriba hacia abajo mientras ella se incrustaba en mi instrumento; sus gemidos podían escucharse por toda la casa y mi respiración también no podía acelerarse más. La agarré fuerte de la cintura y la giré, acto seguido se la metí bruscamente dejándola a cuatro patas. ¿Quizás me habia pasado? Pero no. Sus gemidos aumentaron aún más, tenia una voz dulce e infantil, podría masturbarme solo escuchando su linda voz. Desde ese punto de vista se veía diminuta, mi polla era casi más grande que su cuerpo. Mientras me la follaba ferozmente le metía el dedo meñique por su estrecho culo, lo que hacia que ella enloqueciera de placer.

La mire a los ojos cuando ya estaba apunto de venirme y entonces ella me hizo una señal con su cabeza que comprendí inmediatamente, ella también, estaba a punto de correrse, así que me contuve por un instante hasta que ella me dio el si y nos venimos juntos entre gemidos y gritos. Mi pene se hincho a su máximo y explote bañándole las entrañas, mientras que de ella manaban grandes cantidades de jugo vaginal que mojo todo mi pene y comenzó a escurrir por mis huevos y nalgas.

Córrete más dentro de tu hermanita. Gemía y gritaba mi hermana mientras me miraba como si nunca hubiera roto un plato.

Es todo tuyo y solo tuyo. Le decía yo.

Ella cayo sobre el sofá, me acerqué a sus labios y nos dimos otro beso largo y profundo. Mis manos recorrían desde su espalda hasta sus nalgas y mi polla aun dentro de ella seguía moviéndose después de el que posiblemente hubiese sido el mejor orgasmo de mi vida.

Quedamos totalmente exhaustos y por aproximadamente media hora solo nos dormimos, estábamos abrazados cuando despertamos y ella me miraba, yo me le quede viendo y acerque mi boca a la suya, nos dimos un beso saboreando mutuamente nuestras lenguas. Esa pequeña boca era todo lo que quería en ese momento.

Hermanito, quiero que sigas haciéndomelo para siempre. Me dijo mientras me acariciaba el paquete.

Eres mía y solo mía, no dejaré que te sientas sola nunca. Le dije al tiempo que la besaba.

#483 Dime que no va, de lo que pienso que va. Que creo que no quiero leermelo

#483 Okey, entonces paso de leermelo. No es mi estilo jajaja

No he podido evitar pensar en

El autor está un peliiín enfermo...

Mucho enfermo pero luego seguro que acaba con una decena de manitas mínimo xD

#497 De acuerdo totalmente, con 13 años... por poco actúa así, es bastante surrealista xDDD

Tachadme de enfermo, pero me ha puesto cachondo.

Si tuviese la calidad literaria de #241, hubiese sido sublime.