Rarete que abra un bar en lugar de trabajar en empresas que vendan armas, de consejero en Iberdrola o en cualquier chiringuito (no de los de playa que es lo que le pega ahora).
Encima tiene que pagar la hipoteca, que ya podría haber hecho como la Ayuso o el Abascal y pagar la mansión a tocateja.
Desde luego muy listo no ha sido, le dieron fuerte en la cabeza las cloacas.