Metroid: Other M

Un primer contacto con la nueva, peliculera historia de Samus. Ya destriparemos hasta sus recuerdos, pero hay mucho que destacar a primera vista-jugada de Metroid Other M.

Las mejores escenas CG que has visto en Wii desde Super Smash Bros. Brawl no son el único añadido cinematográfico a la serie, faltaría más. El estilo se lleva a la forma de jugar y de ver, con una cámara a priori muy estudiada que vuelve loco cada ángulo previsible. Si Samus corre por un pasillo, la vista puede angularse, retroceder o meterse dentro de su visor. Y si estás viendo una de esas películas, la siguiente toma puede sorprenderte con una perspectiva a lo Resident Evil 4 pero más baja, a la espalda de la heroína, y reproducida con el motor del juego. El detalle en estas tomas es absoluto.

Intro y escenas inciden mucho en los sentimientos de la cazarrecompensas. De nuevo, los tocaremos en futuros textos en profundidad por su importancia. Pero vayamos a la acción, cuyo sistema es con lo que nos quedamos de calle como sorpresa del evento.

Parece que la mezcla con Ninja Gaiden funcionará. Del juego insignia de Tecmo vienen los saltos de rebote contra la pared, auténticos calcos (más accesibles que los complicadísimos de Super Metroid). O los movimientos de esquiva pulsando la cruceta justo cuando el ataque rival va a impactar: saltos en cámara lenta para machacar con un disparo al caer, patadas en la boca para zafarse... un repertorio que de momento no se hace repetitivo.

Jugando con el mando horizontal recuerda a los tiempos de SNES, no sólo por la postura. Corretear disparando por doquier queda algo robótico, con ese sabor clásico al limpiar la pantalla. Pero enseguida se despliegan ideas para innovar en la mecánica. Por ejemplo, una estancia de plataformas laterales descubre un nuevo plano en profundidad, o una esquina deriva en uno de esos cambios de cámara radicales: de correr de lado a de frente, ahora pudiendo descubrir, por ejemplo, un hueco que esconde un Tanque de Energía de esos que se ven pero aún no se tocan. Una combinación entre ayer y hoy, que en diseño de niveles, por suerte, ya sabe mucho a las aventuras 2D.

Y aún no hemos hablado de cambiar el mando. Un detalle con clase es cuando se pone en vertical: la heroína hace lo mismo con su brazo y recarga salud en lo que se conoce como "concentración". Luego está la primera persona, activada en cualquier momento con apuntar a la pantalla.

Aquí entra en escena un Metroid Prime momentáneo. Se pueden hacer escáneres rápidos de objetos clave, que a diferencia de los de Prime hacen un zoom exagerado y veloz a la textura en cuestión, ahora en gran detalle. Y por supuesto disparar. Los misiles dependen de esta vista, y primero habrá que colocar a Samus en el sitio apropiado en tercera persona. Escoger el momento preciso para esos impactos de misil o charge beam es una novedad a la que hay que acostumbrarse, pero que en 15 minutos ya formaba parte de nuestros reflejos.

Corre, dispara, apunta bien, siente la tensión con esa cámara tan dinámica. Por suerte, el primer contacto con la jugabilidad inventada para este episodio sólo deja ganas de más, y será primordial que siga sobresaliendo ante las magníficas películas. Que ver sea el complemento y no jugar.

La batalla con el primer jefe es la obligatoria recopilación de movimientos aprendidos (salvo las bombas en morfosfera, aún desactivadas). Un combate progresivo en el que el quisquilloso del General Adam va permitiendo el uso de nuevas armas, ideal para practicar. Primero, disparo machacón con el láser normal, rodeando a esa especie de babosa morada. Pronto, cuando queda claro que no es efectivo, los soldados de la Federación reciben el OK para usar el rayo de hielo, congelar las extremidades del bicho y dejar vía libre a Samus para reventarlas con los misiles en primera persona. El ciclo se cierra con las esquivas a cámara lenta o los QTE provocados. El salto sobre la criatura activa uno en el que la cazarrecompensas corre hasta su cabeza y la encañona para quitarle energía a golpes.

Cuando el único miembro vivo es el ojo, éste acaba cayendo al suelo y el final llega con un disparo en primera persona a la esfera ocular, que intenta volver a su fuente. ¡Splash! Al final, Samus ha venido de perlas a la Federación, a pesar del amigo Adam. Una pena que no nos dejen exprimir algo más la demo, lo que no quita que guardemos muchas más notas para contar...