El café: Creación literaria

Beach

me encanta tu texto...a mi siempre me apetece escribir algo pero cuando lo hago no me gusta, o ni siquiera me decido...aysh en fin, que poca iniciativa xD

27 días después
thunder_89

A ver que opinais de este relato (es para un trabajo de literatura :) ) el primer parrafo lo marco el maestro ( No me acuerdo exactamente de que obra dijo que lo habia sacado)

EDIT: Al final cai en que el comienzo es de Kafka "El buitre"

Titulo: Una noche en el infierno, Thunder_89 2008

Genero: Relato

Había un buitre, picándome los pies. Ya había desgarrado las botas y los calcetines, ahora picaba ya la carne de los pies. Siempre picaba, volaba luego inquieto varias veces a mí alrededor y proseguía su trabajo. Pasó un señor por mi lado, miró un rato y preguntó:

-¿Cómo te llamas?

-Gregorio – respondí como si mi estado fuese normal- ¿Y tu?

-¿Importa algo mi nombre?

-La verdad es que no mucho, ¿me podrías ayudar a llegar hasta un hospital?

-Hijo, creo que aun no te has dado cuenta de donde estamos, – replico en un tono enigmático el hombre- ni el mejor medico del mundo podría ayudarte ya.

-¿Por que dices eso?

-Parece que todavía no te has enterado, bueno seré breve, -el extraño personaje se quito la gabardina y pude acertar a ver su torso agujereado- ¿Lo entiendes ahora?

Tras mantener un instante la vista en sus agujeros comencé a recordar, no sabría decir cuanto tiempo había transcurrido, lo ultimo que mis ojos alcanzaron a ver fue el frió y sobrio cañón de la 9mm de Bill, todo parecía empezar a encajar, ese maldito viejo de pelo blanco y sedoso, mirada enigmática y voz angelical se había encargado de silenciarme, siempre me pareció una persona distante, en la que no se podía confiar, y parece que por una vez en la vida acerté, pero el whisky que llevaba en el cuerpo me había hecho olvidar todos mis prejuicios sobre el. Los últimos instantes de mi vida los pase contemplando el resplandor de su arma. ¿Puede haber algo mas triste me pregunte?

Bill era la mano derecha de Gary, un mafioso de poca monta con el que tuve algunos problemas hace unos años, ese fue el motivo por el cual me fui de Georgia y por el cual mis huesos fueron a parar a una sórdida cuneta de Alabama.

Tras terminar de creerme todo lo ocurrido me repuse y me di cuenta de que el extraño personaje no era el único que parecía un coladero, palpe con asombro los boquetes que sobre mi pecho habían hecho las balas de Bill, espante al buitre con un rápido movimiento y me levante con ayuda del extraño hombre.

-A si que este es el cielo – Afirme con un pequeño gesto de desencanto- esperaba algo mas acogedor por parte del Todopoderoso, al fin y al cabo llevo bastantes años sufriendo y solo me queda una eternidad por disfrutar !jejeje¡.

-Gregorio, creo que te confundes, supongo que al igual que yo tú tampoco hiciste meritos suficientes para estar al lado del jefe.

-Parece que conoces esto mejor que yo, a si que tu dirás, ¿Dónde estamos? –Empezaba a estar algo enfurecido y lo último que necesitaba era jugar a las adivinanzas.-

-No puedo afirmarlo a ciencia cierta, pero creo que nos encontramos en el jodido infierno Greg.

-No volveré a repetírtelo, mi nombre es Gregorio, no Greg jodido bastardo.

-Bueno mi querido amigo, seamos realistas, estas muerto que mas da tu nombre. –tras estas duras palabras, que aunque no lo pareciese cayeron sobre mi como si de un jarro de agua fría se tratase, el desconocido levanto su sombrero y al fin pude ver su cara, por el tamaño de sus arrugas podría tener unos cuarenta años, ojos marrones que se acostaban sobre unos prominentes parpados, pelo liso color caoba y una descuida barba de varios días que decoraba su cara dándole un toque inquietante.- Si te sirve de consuelo yo me llamo Earl.

-Encantado Earl, pero creo que ya es suficiente, mientras viví fui un ser asocial y ahora que estoy muerto no creo que sea correcto cambiar mis hábitos.

Earl clavo su mirada en mi, pero no fue suficiente para detenerme, en los 38 largos años que viví nunca me gusto la gente, siempre preferí estar solo, nadie me molestaba y yo no molestaba a nadie, a si que supuse que en el infierno las cosas funcionarían igual.

Levante mi mano y la agite mientras daba media vuelta y partía en sentido contrario al que se encontraba Earl, camine durante varios minutos hasta perder de vista la figura de mi nuevo amigo.

Tras unos minutos de caminata me senté sobre una piedra, no se veía nada en kilómetros a la redonda, siempre ame la soledad y seguiría amándola durante la eternidad de mi vida como muerto, pero si algo me angustio siempre fue la inmensidad, la inmensidad de los océanos, de los desiertos, del cielo y del espacio. Estaba empezando a asustarme la inmensidad del tiempo me aterraba, comenzaba a sentir un pánico que nunca antes había sentido, mi frente empapada en sudor comenzaba a calentarse y mis ojos se estaban enrojeciendo…

Justo en ese momento sonó el despertador y desperté de aquel sueño, me senté en el borde de la cama toque mi frente, y me di cuenta de que todo no había sido fantasía, mi frente seguía empapada en sudor, todo parecía una broma de mal gusto, me enfunde mis zapatillas de andar por casa y como todos los días de mi amarga vida me dirigí hacia el baño y abrí el grifo, contemple expectante hasta que el agua caliente comenzó a correr, empape mi cara, alce la mirada y me mire al espejo. En aquel lúgubre cuarto de baño me di cuenta de que toda mi vida había sido una pesadilla, cada mañana al mirar ese sucio cristal me daba cuenta de que me sobraban 24 horas de cada día y que incluso el peor de mis sueños era mas hermoso que mi monótona y solitaria vida.

Es la primera vez que escribo algo a si que supongo que habre cometido unos cuantos fallos :( espero vuestra critica.

thunder_89

Tan malo es el relato que nadie opina :( ???

7 días después
Filippo

Título:Vallete [Relato]
Autor: Un servidor

Y ahi estaba yo, fumando y conversando con alguien al que acababa de conocer hace pocas semanas y con quien rápidamente decidí ir a vivir. Compartíamos una vida retirada dedicada a la lectura, tanto de artículos jornalísticos como de novelas u obras poéticas. Él hacía varios meses que vivía en esa situación, era un viejo aristócrata que tras haber perdido todos sus bienes tan sólo mantenía aquella vieja casa y una mísera pensión que empeñaba en su afición a la narrativa y algún que otro capricho que raramente tenía. Nuestra relación se limitaba a breves comentarios que criticaban a la actual sociedad y como no, sobre nuestras lecturas.

Corría el año 1889, había llegado a Londres hacía ya varios días por cuestiones de trabajo, me dirigía de camino a mi reunión cuando por casualidad pasé por delante de una antigua librería, y como buen aficionado a la lectura que era no dudé un segundo en entrar, estaba interesado en El anticristo, el nuevo libro que Nietzsche acababa de publicar. Tras entrar en el establecimiento y preguntar por el libro en cuestión me dirigí al lugar que el encargado me indicó, cual fue mi sorpresa cuando observe que el último ejemplar de dicho libro acababa de caer en manos de otro cliente.

  • Disculpe, ¿va a comprar el libro? - pregunté.
  • Si, ¿Por qué?
  • Tengo un gran interés en él y me gustaría comprarlo.
  • No abundan por estas tierras los aficionados a Nietzsche. - respondió.
  • No soy inglés, soy francés. Tan solo estoy de paso.
  • Lleveselo usted pues, en Londres no tendré muchos problemas para encontrarlo.
  • Gracias.

Después de pagar el libro me dirigía a abandonar la tienda cuando oigo a mis espaldas.

  • Perdone caballero, ¿su nombre?
  • Vincent - respondí yo - Vincent Valette

Tras esta breve pausa en el camino, me dirigía hacia el lugar de reunión, me sentía dichoso tras haber tenido tanta suerte en la compra del libro, aún así, no podía sacar de mi cabeza a aquel hombre con quien compartí mis primeras palabras en Londres, no es fácil olvidar a alguien así, una persona muy curiosa y aunque sus ropas no permitían imaginar que clase de persona era, yo, tras esa breve conversación, no tardé en llegar a la conclusión de que seguramente fuese miembro de la nobleza, sus gestos, su bigote y su hablar le delataban, así mismo su interés por la literatura, algo nada común en la época. Hasta el día de hoy había pasado el resto del tiempo preparando la cita que en breves tendría lugar y aún no había tenido tiempo a relacionarme ni a conocer la capital londinense la cual a primera vista parecía más que interesante.
Después de la aburrida aunque exitosa reunión procedí a regresar a mi lugar de alojamiento, el único sitio que me podía permitir con el mísero sueldo que tenía, una vieja posada llena de borrachos y gente de mala vida, nada de esto me preocupaba mientras no interrumpiesen mis horas de descanso y preparación de la empresa que estaba llevando a cabo. Por desgracia, disponía de poco tiempo para dedicarme a mi amada lectura.

Desperté con la primera luz del día, había dormido bien aunque el sitio no fuera a priori el más propicio para mi descanso. Tenía aún un par de días antes de abandonar Londres por lo que decidí conocer la ciudad, algo que como dije, aún no había tenido tiempo de hacer. Por tanto me vestí rápidamente, tomé un vaso de vino y salí a la calle. Me encontraba en la que para muchos era la mejor ciudad del mundo tanto social como económicamente, por desgracia, a mi alrededor no veía nada que justificase esas afirmaciones, solo veía suciedad, mendigos y pese a estar a pleno día muchas, muchas prostitutas. Estas últimas tras los diversos asesinatos cometidos el pasado año por alguien al que llamaban Jack el Destripador comenzaban a ejercer con más cautela, de todos modos, esto no me libraba ni a mi de sus ofertas ni a ellas de mis rechazos. Caminé por East End a ver que había y nada, seguía viendo, como ya dije, prostitutas y mendigos. Continué andando a ver si mejoraba mi suerte y encontraba algun sitio en condiciones donde comer y beber algo. Finalmente tras varios intentos mi suerte cambió y encontré lo que estaba buscando un sitio en el que, al parecer, podía consumir algo y con aparente higiene.
Abrí la puerta con cierta intriga por lo que me podía encontrar dentro y cual fue mi sorpresa cuando, tras mirar a los lados, le encontré a él, si, estaba seguro de que no me equivocaba, una persona así no se olvida fácilmente, su sombrero, su bastón y su capa le delataban, era el londinense aficionado a Nietzsche que había conociodo el día anterior.

  • Tabernero, pan y vino, por favor

No me hizo falta moverme del sitio ya que el hombre no tardo ni un segundo en acudir donde yo estaba.

  • Hombre, Vallete, menuda coincidencia - dijo de camino a mi.
    -Ya ve, me apetecía tomar un trago.
    -No pudo venir usted a mejor sitio -añadió- aqui sirven uno de los mejores vinos de la ciudad y como pudo comprobar, tenemos la suerte de que sea también uno de los lugares más tranquilos, no son bien recibidos los borrachos por estos lares. Y bien, ¿Ha conocido ya la ciudad?

  • No crea... lo que hay de la posada a este lugar

  • ¿Está usted en una posada? -preguntó sorprendido-
    -Si, así es.

  • Debería haberlo dicho usted antes, si quiere tiene sitio en mi casa, una posada no es lugar para alguien como usted. ¿ Le gustaría pasar la noche allí?
    Callé-
    -Venga, no tenga vergüenza -insistió-
    Finalmente y tras su insistencia, accedí a pasar la noche en su casa. Fui a la posada a recoger mis pertenencias e iniciamos una charla de camino a su casa.

  • Disculpe mi mala educación, con tanto lío no le pregunté su nombre -le dije-

  • Jules Weming
    -Un placer señor Weming –respondí riendo-
    -Llámeme Jules –añadió-

Y así, entre breves intercambios de palabras llegamos a su casa, aunque a mí el tiempo se me había pasado muy rápidamente pude observar en un reloj como había pasado cerca de una hora. Anochecía y Londres no era un buen sitio donde estar de noche.

Era una casa espectacular, muy grande, su exterior era de madera y tenía indicios del paso del tiempo, había también numerosas ventanas, el tejado de la casa, aunque con alguna que otra imperfección estaba en perfecta harmonía con el resto del conjunto asimismo, finalizaba en unas espléndidas gárgolas que mantenían el agua alejada de las fachadas del edificio. Tras entrar en ella pude observar su mobiliario entre el que destacaban varios muebles de época así como unos tapices muy logrados.

-Disculpa el desorden -me dijo tras abrir la puerta- he estado un poco ocupado estos últimos días
-No se preocupe - ¡y qué más me daba a mi el desorden! esa casa era espléndida, muy amplia, luminosa, yo no estaba acostumbrado a ese tipo de cosas, tan solo era un mísero asalariado que cobraba cuatro duros, alguien que no se podía prácticamente permitir ningún capricho aún trabajando diez horas al día al cien por cien, eso sí, tenía la suerte de poder viajar aunque por desgracia no por motivos de ocio.

Y así, tras instalarme Jules y yo comenzamos una relación que se limitaba a breves comentarios, aún teniendo los mismos gustos y aunque permanecíamos juntos la mayor parte del día nuestras conversaciones eran muy limitadas y reservadas. Rápidamente tomé una decisión drástica, dejar mi trabajo, ahora tenía la vida que siempre había deseado, sin preocupaciones ni ataduras, no tenía que pagar alojamiento, tan solo mi sustento y era algo que pagábamos a medias entre los dos, así, para mantenerme tan solo tenía que escribir poemas o breves ensayos (algo que siempre me interesó y se me daba bastante bien) y que vendíamos a un periódico de poca monta por una irrisoria cantidad de dinero.

Pasaron varias semanas y uno de tantos días en los que estábamos juntos en el salón a la luz de la chimenea comenzamos a repasar los periódicos del día cuando llegó a mi manos el London Herald, me sorprendió la portada que tenía ante mi, salía la imagen de un callejón oscuro, según ponía el artículo de North End, se podía apreciar un cadáver cubierto con una especie de manta, probablemente para resguardarlo de las curiosas miradas de los transeúntes.

25 de Octubre de 1889

De una forma horrible y brutal ha sido asesinado un hombre negro la madrugada de hoy, hasta el momento de identidad desconocida cuando este caminaba por las calles londinenses de North End, al parecer le asestaron una paliza, le dieron varias puñaladas en el pecho y posteriormente le degollaron. Hipótesis policiales barajan la presencia de más de un asesino por la brutalidad de los actos. El cadáver fue descubierto poco después del suceso por un hombre que se dirigía a su hogar, este tras escuchar gritos “un tanto extraños” se asomó al callejón y vio la dura escena.
La policía ha comenzado sus investigaciones y no han querido dar más información al respecto.

Jules y yo no le dimos, en un principio, la más mínima importancia a lo ocurrido en sí pues era algo común en esta ciudad, lo único que en ese asesinato había algo que no encajaba, algo que me hacía intuir que había algo raro pues no es muy usual que se le diesen a alguien varias puñaladas y para degollarle o viceversa.
A la mañana siguiente y tras haberlo pensado mientras descansaba le comenté a Jules lo extraño del suceso.

-Leíste ayer el London Herald -le pregunté a Jules-
-Si, lo dices por lo del asesinato ¿no?
-En efecto, ¿Cómo lo sabías? –pregunté sorprendido-
-En cuanto leíste el periódico me di cuenta de que hubo algo que te sorprendió no menos que a mi, muy extraño lo sucedido ¿verdad?, aunque, lo que a mi más me sorprende es que el transeúnte oyese gritos y no viera a nadie en el callejón, según parecía no había escapatoria alguna.
Asentí absorto.
-Eso sin olvidarnos también de que el cadáver estaba degollado, ¿Por qué iban a cortarle la cabeza a alguien para después darle unas puñaladas o darle unas puñaladas para después degollarlo? Algo muy raro si.
-De acuerdo contigo. Por cierto, tengo aquí el London Herald de hoy.

26 de Octubre de 1889

La policía sigue sin conseguir información concluyente acerca de lo sucedido la noche del 24 de Octubre. Hemos recibido información de que la víctima se llamaba Marsellus Whitman directivo del comité de inmigrantes de Londres, el fallecido estaba casado y no tenía hijos. Probablemente lo inusual de la hora se deba a una reunión ilegal que tuvo la víctima con los miembros del comité. La reunión según presentes en esta concluyó a la 1 de la madrugada mientras que el asesinato se produjo sobre las tres y media.
La policía sigue investigando el caso.

-¿ Qué crees que hizo el hombre entre la conclusión de la reunión y el asesinato?
-No sé, probablemente hubiera ido a beber. –contesté con lo primero que me vino a la cabeza-.

  • ¿Y si hubiese quedado con alguien? ¿Y si hubiese quedado con su asesino?
  • Anda Jules, no me tomes el pelo.
    -No, en serio, las puñaladas en la parte frontal se las tendría que haber dado alguien con quien tuviera confianza, alguien del que no se esperara algo así. ¿Qué harías si alguien te saca un cuchullo para clavártelo? Escaparías ¿verdad? Y si te lo saco por ejemplo ahora yo, ¿escaparías corriendo?
    -Lo dudo
    -Eso es, probablemente fuese alguien de su confianza.

Mantuvimos a lo largo del día varias charlas sobre el suceso que a los dos no inquietaba, no conseguíamos concebir como podía haber pasado algo así. Finalmente, y viendo que esto iba para largo, decidimos investigar por nuestra cuenta lo sucedido.
Tras prepararnos, nos dirigimos al lugar de los hechos, por suerte, no había ningún curioso, todavía se podían ver restos de sangre en el pavimento. Miramos a los lados y no vimos salida posible para el asesino.

-¿Por dónde pudo haber escapado?-pregunté mientras meditaba posibilidades-
-No sé, es muy extraño que el que encontró el cadáver no viese a nadie.
-¿Y si le arrojaron desde el balcón?
-Pero el testigo no oyó nada. –contestó intentando tirar mi hipótesis-
-El testigo estaría borracho. –contesté respaldando mi idea-
-Buena idea –me dijo finalmente- enterémonos pues de quien vive en estos edificios.

Tras mucho preguntar nos enteramos que vivía un amigo suyo, un trabajador de color llamado Buch MacKenna , probablemente este hubiera quedado con Marsellus para después asesinarlo pero… ¿Por qué?
Cada repuesta que encontrábamos nos llevaba a una nueva pregunta algo que aún ponía el asunto más interesante y así, seguimos investigando en el caso hasta saber, después de muchas preguntas y tras meternos en los bajos fondos de la ciudad, algo más del tal Butch. Según nuestra información trabajaba en una fábrica siderúrgica a las afueras de Londres, no tenía muchos amigos aunque, eso si, muchos enemigos, gente que le odiaba, que decía que era un esquirol y demás. Llegó a nuestro saber también que había venido de Ámerica hace algo más de un año, venía de una explotación de algodón que había cerrado.
Toda esta información que habíamos conseguido no nos había conducido a ninguna parte, con nuestros ánimos mermados seguimos investigando y ampliamos nuestras charlas con sus compañeros de trabajo.
Nos comentaron finalmente que a Butch le habían llamado últimamente varias veces de la directiva de la empresa, esas visitas eran cada vez más usuales y más prolongadas.
-¿Qué piensas Jules? –pregunté decepcionado-
-Pues no sé, quizá esos directivos estuviesen tramando algo.
-¿Y qué podrían estar tramando?
-Acabar con la organización de Marsellus. Piensa que en esa fábrica eran numerosos los inmigrantes asimismo, últimamente hay cierto ambiente de crispación entre los trabajadores, ¿Qué pensarías si te dijese que fueron los directivos quienes mandaron asesinar a Marcellus?
-Pues no me parecería muy raro pero… ¿Por qué Butch iba a hacer algo así?
-La diferencia de razas, lo que está bien visto y lo que no, la gente piensa que los negros son inferiores, la mayoría de los blancos trazan un círculo con gente de su misma condición, y todos creen que por estar ahí ya son algo, creen que consiguiendo entrar en ese circulo lo tienen todo, y Butch creería que matando a Marsellus podría entrar dentro del círculo.

Jules me había dado una explicación muy convincente del asunto, nuestra investigación comenzaba a cobrar sentido, y decidimos ir a ver a Butch.

No nos costó encontrar su casa puesto que ya habíamos recorrido la zona y el edificio en concreto en numerosas ocasiones para obtener información.
Llamamos a la puerta, no contesta nadie. Jules y yo nos miramos e intentamos abrir la puerta, por casualidad no estaba echado el cerrojo.

  • ¡Butch, Butch ¡
    Nadie contestaba, comenzamos a buscar por la casa cuando de repente algo sobresaltó a mi compañero, acudí corriendo y vi el cadáver de Butch. Asustados, Jules y yo nos miramos y salimos de la casa. De pronto algo golpeo a Jules y cayó al suelo luego me tocó a mi.
    Habíamos investigado demasiado.

Tiene algún que otro fallo.

Muchas gracias a los que lo lean

Czhincksx

Acabo de escribirlo ahora mismo.

Título: Regreso a casa
Autor: Czhincksx
Género: Relato muy corto

Allí estaba ella, enferma e impaciente. Haciendo como que veía la tele sin apartar ni un momento la vista de la ventana. Una inoportuna gripe, de las más fuertes que había sufrido en sus 26 años de vida, había impedido que acudiera al aeropuerto a recibir a su marido. Nunca habían estado tanto tiempo separados, y la espera parecía no tener fin. La angustia por no saber si volvería a verlo no la dejaba dormir por las noches. Cada vez que veía una noticia de Afganistán por la televisión un escalofrío recorría su cuerpo.

Por suerte todo eso había terminado. A estas alturas ya tendría que haber aterrizado y debería estar de camino a casa. Su cuñado había ido a recibirle y debería poder ver su coche por la ventana de un momento a otro. En apenas diez minutos se había comido completamente las uñas de la mano derecha y ya se disponía a dar cuenta de las de la izquierda. De pronto se detuvo. Parpadeó un par de veces para despejarse los ojos, que estaba húmedos a causa de la fiebre y acto seguido los guiñó para asegurarse de que el coche que se acercaba era el de su cuñado.

Fue un impulso. Apenas lo medito el tiempo suficiente para acordarse de que tenía que coger las llaves de casa. Vestida con una bata y unas zapatillas de andar por casa salió al descansillo y empezó a bajar las escaleras que separaban su piso de recién casados del portal. Seguramente el traqueteo debía ser oido en todo el edificio, pero no le importaba, merecía la pena. Tenía que reunirse con él lo antes posible. Uno tras otro bajó los tramos de escalera. Cada vez estaba más cerca de reunirse con su amado. Quizás por la fiebre, quizás por los nervios, no se percató de que se le estaba escurriendo una zapatilla. La siguiente zancada la hizo resbalar. Rodó por las escaleras y quedó tendida en el portal, al pie de la escalera con el cuello roto. Cuando llegó su marido ya era un cadaver.

overking

hombre pues alguno que otro no esta mal..

no es que apunteis para escritores.. pero para pasar el rato... xd

MTX_Anubis

a mí me gustaría recuperar el relato de mahoma bydiox (por si lo lees xD), tú que puedes ver flames, no estaría mal si lo buscaras y me lo pasaras xDDD. Lo perdí del pc y kiva lo tenía en su blog pero su blog murió y con él el relato xD

B

#37 Usando la caché de google? Lo digo porque buscar algo de flames es prácticamente imposible, más que nada porque no hay buscador xD

MTX_Anubis

#38 joder que putada xD

bueno el hilo se llamada "Fue Mahoma el primer metrosexual?" o algo así, además la fecha pues fue unos días después de que kiva viniera a madrid y si no recuerdo mal vino en febrero del año pasado :P

Bueno si algún día no sabes que hacer y te aburres muchos... :D xDDDD

27 días después
josecollants

Pego subidón al thread para comentaros que unos compañeros de mi clase (1º informatica autonoma de madrid) y yo aficionados a la escritura de relatos, historietas, etc. hemos decidido crear un blog donde vamos publicando relatos (entre otras cosas) para que la gente opine en los comentarios. Además todo el mundo que lo desee puede contactar con nosotros para "poner su granito de arena" y publicar algun que otro relato.

Si os interesa, de momento estamos empezando pero actualizaremos con frecuencia :P

Aqui teneis el link:
http://areadesconocida.blogspot.com/

Gracias y feliz lectura ! :P

TuR0K_Vva

Para toda la gente que es socia de Fnac, hay un concurso de microrelatos que por tan solo enviar uno te hacen un vale descuento de 6 euros xD

Solo teneis que hacer un microrelato de 150 palabras como maximo cuyo tema principal sea el libro, y enviarlo adjunto en un mail indicando tmb vuestro nombre, numero de telefono y e-mail a la direccion concursorelato@fnac.es

Bueno, aqui lo teneis mas claro : http://www.fnac.es/especiales/microrrelatos/bases.htm?IdTis=XTC-DAQG-WXYTK-DD-LS3C8-HPCQ

Importante : fin del plazo de envio de relatos 30 de abril

Os animo tmb ha que pongais aqui los relatos que habeis enviado ( si es q alguno envia alguno xD)

Aqui el mio :

El Ser

No tendría que haberlo leído. Ni siquiera debí haberlo encontrado. No debí empezar a buscarlo. Tendría que haberlo olvidado, pero su atracción es fuerte y mi obsesión, enfermiza.

Tras dejar todos mis ahorros y parte de mi salud, conseguí encontrar el Necronomicón en una pequeña biblioteca de Greenwitch, Massachussets.

Allí estaba, parecía esperarme, parecía reírse maliciosamente de mí. Me llamaba. Y no pude resistirme.

Sus conocimientos eran asombrosos y oscuros. Podía conseguir el poder, pero a un precio muy alto. Las tinieblas serían mi escudo y la oscuridad mi espada. Y lo demás, sólo seres luminosos que se postrarían ante mi acero.

Pero no conté con el pago. Algo mucho más oscuro que la oscuridad. Me acechó, me chupo la vida, me absorbió el alma.

No estoy seguro ni siquiera en este psiquiátrico. Piensan que estoy loco pero él me vigila cada noche desde detrás de la ventana

B

#41 Creo que me presentaré... he escrito algo para ese concurso pero no recordaba que fueran 150 palabras (pensaba que serían menos).

josecollants

#41 hay que darse prisilla jejejee

24 días después
_dGr_

Titulo: La Hembra
Autor: Yo
Tipo: Relato Corto

Cierro la puerta con suavidad. Le miro. Un gesto con su mano me invita a sentarme junto a ella. Mis pasos obedecen y me siento, una vez más, en aquel enorme sillón. Es tan cómodo que tras unos segundos reposando mi culo en su cuero, mi mente se empieza a desvanecer.
-¡Oye!, ¡despierta!-
Me había quedado dormido. Que novedad.
Mis rodillas apuntan al techo, a una altura por encima de mis hombros y mi cabeza descansa sobre la parte más alta del respaldo. Mi culo se pierde por la parte trasera del sillón y mi espalda se retuerce. Estoy sentado como si estuviera dentro del cuerpo de mi madre, treinta años atrás.
-¿Que has soñado hoy?- me pregunta Amanda.
Es la típica mujer fatal. Posee un tremendo poder sexual que atrae sin remedio. A mi. Al héroe de la película. Sus pechos pelean el uno con el otro por un espacio en la superfície. Intentan tapar su carnoso cuello, tan suave y frágil y delicado. Hoy lleva una minifalda gris vaquera. La suele llevar los viernes y los lunes. Hoy es jueves. Sus atléticas piernas le nacen del culo como dos tremendas y sexuales columnas de placer que terminan en unos zapatos de tacón de aguja negros.
Imagínate poder estar follando con una columna carnosa durante dos, tres, cuatro días, una semana entera, daba igual. El tiempo no era un problema. Podría estar frotando mi polla contra sus muslos durante tanto tiempo que acabaríamos formando parte el uno del otro.
Sus tetas y su culo. Mi perdición.
Le saludo con la cabeza.
-¿Que has soñado hoy?, dime...-
No lo recuerdo, que quieres que le haga.
Me dice que he de esforzarme, sino no lograremos nada. La misma cantinela de siempre.
Puedes acostarte con una mujer las veces que haga falta sin deciros nada y el polvo de esa noche, siempre será el polvo de tu vida. Despiértate junto a ella a la mañana siguiente y tras su primer <<Buenos días>> todo el encanto de la noche anterior, a la mierda. Odio que hable, pero está tan buena...
Chúpamela.
-¿Cómo?-
¿Por que este tipo de "comos" siempre significan "te voy a partir la cara"?.
Tendrías que haber aceptado. Mi mirada cambia. Mis diminutos ojos se emborronan tras mis encrespadas cejas y mi frente se arruga. Vieja como cuarenta años. La piel se amontona y se pliega sobre ella misma, dibujando surcos de oscuridad a los que llamamos arrugas.
Crema de rosas.
Crema de harina de avena para pieles normales.
Crema de cacahuetes con miel para pieles secas.
Miles y miles de anuncios que te llaman viejo. Miles y miles de anuncios que te incitan a matar y a violar y a extorsionar. Hasta los cojones.
Los músculos de mis brazos se tensan. Apoyados sobre los brazos del sillón tiran hacia arriba mi cuerpo, que se eleva por encima de la super mujer. Me acerco mientras susurra que me detenga. Sigue preguntándose que hago mientras me desabrocho el nudo de la cintura y mis huesudos dedos hacen descender la cremallera de la bragueta de los pantalones.
Los hoyuelos de mis mofletes florecen mientras arrastro la suela de los zapatos por el parqué recien pulido. Me la follo encima de su escritorio. Me la follo en este mismo sofa. Me la follo en el suelo. Por delante y por detras. Estoy aquí de pie junto a ella con mi polla colgando y en mi mente le estoy dando por culo mientras recostamos nuestras rodillas y codos sobre el brillante parqué.
Mi mano abierta se avalanza sobre su cabeza. Mis finos y largos dedos, arrugados por las horas que se pasan bajo el agua quieren acariciar con fogosidad su rubio cabello. Nadie excepto los que trabajamos en las cocinas durante todo el día sabe lo que estropea estar fregando platos y cacharros durante más de 8 horas. Día sí y día también. Ninguna crema arregla eso, créeme.
Es entonces cuando del bolsillo de la pechera emerge un aparato de color negro. Arqueo mi ceja derecha y le digo : -¿Que pretendes hacer con esa máquina de... ?-
Pero no deja que termine mi frase. Mi ceja mantiene ese arco sorprendido bajo el cual, mi ojo, está abierto como un huevo frito en medio de una enorme sartén.
Mi cuerpo se estremece una vez. ¿Que pasa?. Mi mirada se va hacia el techo y caigo de culo sobre el suelo. Tras el estruendo, esa zorra se pone en pie. Ahora le veo las bragas. Son blancas. Lisas. Sonrío. Y cuando todavía estoy tumbado y temblando por la electricidad del electrocutador, dos policías abren la puerta de la consulta.
Una vez más no había dejado que mis manos le tocaran.
El mes pasado tampoco pude follármela, pero al menos no me hizo sacar espuma por la boca.
Una semana en el cuarto oscuro. Ese es el castigo para todos los locos de este psiquiátrico que no respetan las reglas.

<Este hilo estaba perdido en paginas viejas, ¿que sentido tiene que se vuelva a perder y nadie lea nada?. Es estúpido. En fin, cada uno hará las cosas como él crea.>

2 meses después
Deoxys

Título: --pendiente-- no se me ocurre nada, aunque había pensado en "13 horas de sueño"
Autor: Deoxys
Género: ciencia ficción
relato largo

PRÓLOGO

Samy y Max. Desaparecidos en el hospital de SAC0170, el 25 de mayo, hace 21 años. El caso sigue sin resolver. ¿Quién querría secuestrar a unos recién nacidos cualesquiera sin pedir ningún rescate? No tenía ningún sentido. Mientras el expediente impreso de ese incidente se cubre de polvo en un almacén abandonado, un caso similar trae de cabeza al inspector Robert, última esperanza de un cuerpo de policía que apenas da a vasto para contener los disturbios que azotan la ciudad a diario, devastada más por la falta de fondos para mantenerla que por los propios disturbios.

La ciudad, por llamarla de alguna manera, sucumbía al tiempo lentamente, mientras los ciudadanos se afanaban en conservarla con los pocos medios de los que disponían. Edificios que anteriormente se alzaban imponentes en el centro de la ciudad eran ahora montones de escombros que cubrían las calles, y los bloques de pisos eran ahora un amasijo de recuerdos de la generación anterior. El éxodo urbano había convertido a SAC0170 en una auténtica jungla de asfalto, donde las diferentes tribus urbanas luchaban por el control absoluto de los distritos, donde la policía luchaba contra sus propios líderes y donde el toque de queda convertía cada noche la ciudad en un cementerio sin almas.

Nada tenía sentido, pensaba el inspector mientras leía y releía los informes redactados por alguien en cualquier otro despacho, y buceaba en los inmensos servidores donde se almacenaban los datos sobre delincuentes conocidos. Una enorme lista de bandas y organizaciones criminales comenzó a llenar la pantalla a una velocidad alarmante. Dio un largo sorbo al sucedáneo de café que contenía su taza y comenzó a introducir filtros en la base de datos: niño, recién, nacido, secuestro. La lista de grupos seguía siendo demasiado grande para revisarla, así que introdujo algunas etiquetas más: venta, mafia, rescate. Aquello era desesperante. Incluso con esas etiquetas, el número de grupos relacionados en Europa superaba los 50000. Las letras verdes de la pantalla se reflejaban débilmente en la sudorosa frente del inspector, que se encontraba a muy poco de tirar la toalla y cerrar el caso culpando a cualquiera cuyo nombre se encontrara ante sus ojos. Su mente comenzó a divagar por otros departamentos, ciudades, países. ¿Cuántas horas llevaba encerrado en aquel despacho? Somnoliento, se sirvió lo poco que quedaba del líquido marrón que contenía su termo, mientras seguía desplazándose por la lista de criminales, por inercia, como si su mano actuara por cuenta propia. En un intento desesperado por resolver aquel maldito caso y, por que no, en uno de sus golpes de curiosidad y de aburrimiento, añadió una palabra más: Abducción. Para su sorpresa, el número de bandas organizadas se redujo a un solo nombre, parpadeando en el monitor ahora casi vacío: Durandal.

Aún asombrado, cogió el auricular de su interfono y marcó el número del departamento de asuntos paranormales. Al otro lado, un extraño personaje embutido en su traje naranja de protección, rodeado de objetos que harían las delicias de cualquier ufólogo conspiranoico, pensaba en resolver aquella llamada lo antes posible para seguir con sus asuntos. ¿Por qué todo el mundo es tan inoportuno? –pensó Moss, dejando el bisturí en la cabina de desinfección. ¡Como si tuviera la oportunidad de diseccionar lombrices alienígenas todos los días! Salió del recinto de seguridad ya con el ceño fruncido, se lavó las manos como de costumbre, a pesar de no ser necesario, y con el traje enrollado a la cintura cogió el intercomunicador de mala gana.

  • ¿Diga?
  • Moss, soy el inspector Robert, ¿qué sabes de la organización Durandal?
  • ¿Durandal? Hace años que no oigo hablar de ello. ¿Es un caso de secuestro con bebés de por medio?
  • En el clavo, ¿les has cargado algo antes?
  • Fue uno de mis primeros casos, nos lo pasaron tras meses de investigación, nadie sabía qué hacer con él
  • Necesito los detalles, es posible que hayan vuelto a actuar.
  • Espera un momento –dijo Moss tecleando hábilmente en su terminal- Fueron secuestrados Max, ID 218804579059 y Samy, ID 691358501194, bajo extrañas circunstancias, hace 21 años. Estaban aún en la incubadora del hospital esperando a ser devueltos a los padres adoptivos, pero la enfermera encontró las vitrinas vacías. No había rastro de pisadas, ni huellas, ni nada que pudiera ayudar. Estuvieron investigándolo unos 3 o 4 meses, y tras culpar a un delincuente cualquiera por tráfico de menores, el caso se cerró oficialmente.
  • Extraoficialmente tú seguiste investigándolo, ¿no?
  • Exacto, y estuvimos otros tantos meses analizando los datos que habían quedado en la escena del crimen. Lo único que había fuera de lo normal en todo ello era que la parte superior de ambas incubadoras estaba ligeramente deformada
  • ¿Deformada?
  • Sí, uno de los inspectores novatos que rondaba la escena en busca de pistas observó que la tapa de ambas estaba ligeramente curvada hacia abajo, como si hubiera sido sometida a temperaturas muy altas, pero no había comenzado a calcinarse, y las sábanas y la ropa que se encontraban en su interior estaban intactas.
  • ¿Y eso te bastó para decir que fue una abducción?
  • No, nos dimos cuenta de otro detalle investigando a las víctimas: las madres de ambos murieron durante el parto, y los padres de ambos se suicidaron en el intervalo de tiempo entre la muerte de la madre y la desaparición. Es un patrón habitual en las abducciones el buscar personas a las que nadie echará de menos.

El inspector entornó los ojos, maldiciendo con toda su alma aquel departamento. ¿Aliens? ¿Abducciones? Por amor de dios…

  • Ya, bueno, envíame los informes. ¿Qué puedes decirme de Durandal? Según la base de datos, ellos fueron los culpables oficiales del secuestro. ¿Quiénes son, dónde y cómo actúan? ¿quién es su líder?
  • No lo sé.
  • ¿Cómo que no lo sabes? –bramó el inspector, deseando acabar esa conversación para encender un cigarrillo.
  • Durandal es el nombre que le dimos al culpable de ese crimen, alienígena o no, ya que los datos recogidos en la escena no daban el apoyo suficiente para culpar a nadie. Esperando que un caso así se pudiera volver a repetir, le asignamos ese nombre, archivamos el caso como no resuelto, y añadimos el nombre de Durandal a la lista de criminales
  • Bueno, gracias de todas formas –dijo el inspector, algo más calmado-, buscaré esos datos que me has mencionado en la escena del crimen, investiga tú también algo sobre el tema.
  • Descuida, lo haré, aunque tengo el presentimiento de que no volveremos a oír nada parecido hasta dentro de otros 21 años.
  • Muy observador. Por cierto, ¿Y hace 42 años? ¿Existe un caso similar hace 42 años? Podríamos descubrir un patrón si pudiéramos estudiar casos similares en el pasado.
  • Y sería buena idea si hace 30 y pico años un loco no se hubiera dedicado a detonar PEMs y bombas de hidrógeno por todo el mundo, destruyendo gran parte del soporte informático. Escucha, Robert, relájate y no pienses demasiado sobre ello, dentro de algunos meses echarán la culpa a cualquier vagabundo, nos pasarán el caso y lo archivaremos como no resuelto, Tienes trabajo más importante que hacer
  • Disfrutas con esto, ¿verdad? –masculló Robert.
  • Por supuesto, a pesar de las constantes interrupciones –dijo con un tono sarcástico que sacaba de quicio a Robert. Somos los únicos que podemos dejar los casos sin resolver sin dar ninguna explicación a los jefes –Dijo Moss entre risas.
  • Deberías tomártelo más en serio, con los casos ten raros que están sucediendo estos días, hasta yo estoy empezando a creer en platillos volantes.
  • Tómate un descanso, Robert, lo necesitas más que nadie en tu departamento. Le comentaré al jefe que me pase tus casos, y ya veré que puedo hacer
  • Gracias, Moss, te debo una.
  • De nada, ya nos veremos.

Robert colgó el auricular, cogió su abrigo, apuró su taza de pseudo café y Salió de su despacho dispuesto a no volver en unos días, mientras Moss volvía a enfundarse su traje, deseando volver con su amada lombriz alienígena, y mientras la palabra Durandal seguía parpadeando en su monitor, aún encendido.

Así estaba la situación: mafias que traficaban con órganos, que prostituían niños, que los vendían como esclavos o que simplemente exigían un rescate impagable. Eran el fruto del caos creado tras la III guerra mundial: 17 años de caos bélico habían arruinado el mundo, convirtiéndolo en un meollo de infraestructuras apenas sostenidas por la débil red llamada Internet, pinchada, espiada y registrada hasta la saciedad, donde las pocas lagunas de libertad cambiaban de forma y ubicación en lapsos ínfimos de tiempo, y donde los pocos resquicios de determinación como individuo son eliminados en minutos. Los casos de secuestro eran frecuentes, pero no aquellos como el acaecido hace 21 años en el hospital de SAC0170, porque aquellos dos bebés no se encontraban a kilómetros de su lugar de nacimiento, sino a millones de años luz, en un complejo destinado a educarles como humanos perfectos lejos de su hogar, que la raza denominada Durandal utilizaba para experimentar con seres humanos de cientos de planetas a lo largo de todo el universo.

CONTINUARÁ

B

#45 Si no son cosas excesivamente tochas, adelante. Si lo son, mejor cuelga un doc y pon el enlace.

Deoxys

lo iré poniendo por partes. cuando termine un capítulo o una parte completa, lo pondré en un DOC y lo colgaré

3 meses después
thunder_89

Titulo: Miradas
Autor: Pablo B. (yo xD)
Genero: Narración/Relato

Sujetaba con firmeza la polvorienta caja de zapatos, la dejo sobre la cama y se asomo por la ventana. El cielo grisáceo la ayudo a recordar, pensó en la fría tarde de diciembre en la que sus miradas se cruzaron por última vez. La luz de un trueno la hizo volver en si, se apresuro a levantar la tapa de la caja. No hubo ninguna sorpresa, sus cartas seguían amontonadas, manoseadas y arrugadas en la misma posición que las dejo la última vez.

Abrió su paquete de tabaco y encendió un cigarro, mientras saboreaba el denso humo imagino por un instante sus ojos marrones, su pelo castaño y sus labios, esos labios que decoraban el rostro con el que tantas noches había soñado.

Lucy se puso unos pantalones y tomo del armario un jersey verde, apago su cigarro y noto como al ponerse el jersey este le apretaba mas que de costumbre. Había ganado algunos kilos últimamente pero eso no la preocupaba, estaba segura de que el también habría cambiado quien no lo haría después de diez años, se dijo a si misma para convencerse de que no jugaba con desventaja.

Salio a la calle y su pelo rubio se agito al ritmo del viento, como de costumbre se coloco sus gafas de sol y comenzó a acelerar su marcha. Su paso parecía fundirse con el vaivén de las hojas secas empujadas por el aire. Giro a la derecha y a lo lejos pudo ver su figura, el estaba de espaldas y como si el destino le tocase el hombre este se giro. Sus miradas se cruzaron como había ocurrido años atrás.

— Hola Lucy
— Ho…ho — Titubeo por un instante — Hola

Estaba segura de que era el.

1 mes después
thunder_89

Titulo:El camino de la amargura
Autor:Pablo B.
Genero:Narracion/Relato

Siempre hablaba de perder el control, de aferrarse a ese reducto de felicidad que se le concede al ser humano desde que tiene uso de razón, en el fondo, como todos, el también era un romántico. Le conocían como Brompton, no pasaría de los 27 años y su mirada llevaba perdida demasiado tiempo, tanto tiempo que era imposible recordar expresión alguna en sus ojos.

A todos les pareció extraño encontrarlo colgado de una cuerda en el techo de su salón, pero realmente no fue nada raro. Se preocuparon de saber que pensaba una vez incinerado, ironías del destino, ahora todos creían que era un genio, en vida nunca paso de ser aquel vecino silencioso, o el chico distraído que caminaba por la acera de enfrente, lo único que les llamo la atención fueron sus ojeras y el fuerte olor a alcohol que desprendía su aliento.

Le gustaba deambular por las calles, escuchar música por los cascos de su mp3 y fijarse en las cosas, era difícil no cruzárselo por el barrio y encontrarlo mirando un árbol, una señal de trafico o la inmensidad del cielo. Tampoco era difícil verle acompañado de su cerveza sentado en un banco, no era la típica persona que esperabas encontrar un lunes a las 10 de la mañana en un parque bebiendo, pero el ya nos tenia acostumbrados. Nunca supimos si tenia padres o hermanos, jamás nos hablo de ningún familiar o amigo y a pesar de su romanticismo rara vez se fijaba en alguna mujer. En definitiva, Brompton era un ser exótico, de esos que es difícil encontrar en cualquier gran jungla urbana.

Cuando le conocí me dijo que venia de un sitio pequeño y le pregunte que buscaba en la gran ciudad.

  • La felicidad, - Respondió al tiempo que expulsaba el humo de un cigarro - Solo busco encontrar el camino que me lleve de nuevo a su lado.

Esas palabras me dieron que pensar, al principio creí que simplemente era un borracho gilipollas, pero con el paso de los días acabe cogiendole cariño y dándome cuenta que aquel chico de mirada vacía era algo mas que un alcohólico pseudo-hedonista.

Pese a ser una persona poco propensa al dialogo, conseguí arrancarle algunas palabras, tampoco era difícil hacerle hablar, si sabias como, claro. Descubrí que mi nuevo amigo bebía más de lo que hablaba cuando entraba a los bares, y hablaba más de lo que bebía cuando le echaban de ellos. A si que un día armado de paciencia y dinero en la cartera le invite a dar una vuelta, cuando note que la fatiga comenzaba a hacer mella aproveche su punto mas débil y le propuse pasar a tomar algo en un bar cercano. Una vez dentro de aquel antro nos sentamos en una mesa algo alejada de la gente, pedimos un par de cervezas frías y comencé el interrogatorio:

  • Ya llevas unos meses por aquí y todavía no me has contado de donde eres.

  • Ya sabes, no soy de ningún sitio en concreto, -Contesto de manera algo enigmática- durante un tiempo viví allí, luego por hache, como se suele decir no he parado la pata.

-Pero en algún sitio habrás nacido ¿No?

  • Supongo que si, como todo el mundo. Pero no es algo que te deba interesar por ahora.

Parecía ponerse a la defensiva a si que aguante el tipo. Fumamos un par de cigarros y cruzamos algunas palabras sobre el partido del sábado. Si quería sacar algo mas de información tendría que tenerle entretenido, pedí otra ronda. Con las dos cervezas sobre la mesa y el camarero mirando intrigado desde la barra trate de seguir descubriendo cosas acerca de este inusual ser:

  • Bueno, y eso de que buscas la felicidad… ¿A que se debe?

  • No se, es algo que en el fondo buscamos todos, algunos aspiran a tener un gran coche y una casa bonita, otros la encuentran sin buscarla siquiera y luego estoy yo, que todavía no se ni por donde comenzar la búsqueda.

-Interesante. No es un tema que yo me suela plantear a menudo, pero tu, ¿Qué crees que es la felicidad?

  • Realmente no creo que sea nada concreto, como se suele decir son esos pequeños momentos llenos de magia que te hacen sentir especial, pero bueno si quieres algo mas definido, soy de los que piensan que la felicidad esta en el amor.

-¿Y eso? - Pregunte sorprendido.-

  • Tampoco es que sea una persona llena de experiencias, pero amigo mío, si alguna vez he podido saborear los labios de la felicidad estos estaban encarnados en los de una mujer.

Baje la mirada y le di el ultimo trago a la cerveza, se estaba haciendo tarde y me di cuenta de que mi felicidad estaba esperando en casa con la cena preparada a si que me despedí de Brompton y salí de aquel bar.

A los dos días supe lo de su suicidio, y me entere de que esa misma tarde tirarían sus cenizas en un parque próximo a mi casa, a si que agarre mi chaqueta y baje para despedirme. Cuando llegue una chica rubia con la misma mirada perdida sostenía una urna con lo que quedaba de mi amigo. Después supe que la felicidad también le andaba buscando a el, pero llego tarde.

3 meses después
Ivlas

Título: Por decidir... xD
Autor: Salvador Luna
Género: Pretendo que sea novela xD

Aqui os dejo un extracto de mi novela, a ver qué os parece.
Aún está en construcción, y aunque no pretendo que sea gran cosa, lo dejo aqui para que le echéis un ojo :D.

Abrí los ojos, y contemplé la habitación en la que me encontraba. Era la habitación de un hospital, sin duda. Alrededor de la cama en la que estaba había multitud de aparatos electrónicos, un par de goteros, y algunos muebles con bandejas repletas de instrumentos quirúrgicos. Una luz cegadora atravesaba la ventana e inundaba la habitación, dándole un aire cálido y apaciguador.
De pronto tuve conciencia de lo dolorido que estaba; sentía mi cabeza a punto de estallar y vi que una gruesa escayola rodeaba mi muñeca izquierda.

-¿Hola? -Pregunté en voz alta, con la esperanza de que mi voz fuera escuchada por alguien.
A los pocos segundos, una enfermera llegó corriendo a la habitación y con gestos de alivio me dijo:
-Que alegría verlo despierto señor Derek, llamaré al doctor Estudillo enseguida -y desapareció por donde había venido sin que me diera tiempo a asimilar lo que había oído. Miré a ambos lados en busca de alguien más, pero la cama que había tras la cortina de mi izquierda se encontraba vacía.

Pasados unos minutos, entró la enfermera seguida de un médico - lo deduje por su bata blanca, su fonendo colgado del cuello, y ese aire tan característico que poseen los que han estudiado el arte de Esculapio.
-Buenos días señor Derek, ¿cómo se encuentra? -su voz era agradable, e inspiraba confianza y tranquilidad. Se me quedó mirando fijamente, como quien espera que suceda algo inesperado, y la verdad, ese gesto no me gustó mucho-.
-¿Me habla a ...? -no tuve valor para acabar la frase. Un frío intenso recorrió mi espalda y paralizó mis músculos. Seguidamente, un miedo indescifrable se apoderó de mí, y en mi cabeza brotó un torrente de preguntas que invadió mi templanza. No recordaba llamarme Derek...-.

Edit
MTX_Anubis

Lo escribí un día que iba muy borracho hace ya unos cuantos meses y me pareció una genialidad. No lo volví a leer y ahora que lo hago he de decir que me parece una auténtica mierda xD

Título: No tiene
Género: Dímelo tú xD

Estoy en un viaje al fin de la noche, Vader me acompaña en mi fantasía para otra ocasión mientras miro por la ventanilla del autobús. Veo a un cartero con pinta de factótum que viaja por la senda del perdedor, quizás vaya a Hollywood o quizás haya quedado con algunas mujeres. Para al lado de un bar llamado Barfly y allí hay un hombre con pinta de esperar a la primavera (¿verdad, Bandini?) que le hace preguntas al polvo. Sigo en mi viaje, ahora estoy pasando por una residencia donde una hermosa niña llena de iluminaciones recoge flores del mal, quizás las recoja para hacer un mural que cuente la historia de las Vivians o quizás sea ella una vivian.

Sweetie Pie acaba de pasar por aquí destrozando la historia de mi vida y ha dejado tras de sí un hombre barbudo con pinta de perro que sólo tiene un cayado y una túnica, este hombre insulta a otro que se hace llamar Setarcós. El príncipe aparece de la nada y gracias a un maquiavélico plan, Setarcós se suicida. Siempre hay víctimas; trata de no ser tú y, por supuesto, nunca olvides esto último. El príncipe olvida la última regla y un ferviente creyente, que dice que Dios ha muerto y que, además, quiere follarse a su hermana, lo apuñala por la espalda. Este el oficio de vivir y pienso que estoy leyendo unas memorias del subsuelo. El idiota, por quien doblan las campanas a base de cabezazos, está moribundo y al final de la calle veo una fortaleza digital que contiene el código de no sé qué italiano, Vader me pregunta por el color de mi sangre y yo creo que he perdido el rumbo. Si mi viaje me lleva ahí es que ese autobús no es el mío, me pongo en el camino dejando sin conocer un mundo sin fin lleno de pilares de la tierra que son todos iguales y visto uno, visto todos. Sigo en el camino pero acaba aburriendo, encuentro a un hombre sentado que tiene pinta de Yonqui, no me cae muy bien de buenas a primeras. Le pregunto dónde estamos y me responde que en la edad de hierro, le pregunto que hace ahí y me dice que está esperando a los bárbaros. Me indica la dirección donde se encuentran esos bárbaros, parecen estar cerca de San Petersburgo y sigo en esa dirección, aquellos paisajes me gustan más pero mi cabeza sigue perdida, ese maldito yo me está matando. En fin, son las etapas del camino de la vida y he de aguantarlo, es mi crimen y castigo.

Pienso en escribir un diario de las estrellas o en acudir a algún congreso de futurología para saber qué cojones me deparará el futuro. Al final sólo me queda el pensamiento de cómo serán las técnicas de masturbación entre bátman y robin. Lo peor es que las descubrí mientras viajaba por el trópico de cáncer y el de capricornio.

thunder_89

#50 Mola bastante, me has dejado intrigado xD cuando tengas algo mas subelo a ver :)

#51 Es una putisima locura, no es malo, simplemente es una locura xD

Atena

Titulo: Gota de Agua
Autor: Atena
Genero:...por definir?

Soy una gota de agua.

Nací como gota del cubito que formaban mis padres. Fluyo y resbalo por cualquier superficie.

Los hielos antiguos dicen que en el cuarto de hora que ha sido este ultimo siglo ha cambiado todo, que las gotas ya no somos como antes, que andamos contaminadas y nos gusta poco encontrar la otra gota que quiera formar hielo con nosotros. Hablan del cambio climático y de que los jóvenes ya no nos preocupamos más que de divertirnos, ya sabes, fluyendo y evaporándonos y, así, recorriendo todo el planeta.

He sido una gota “salá” en las costas del mar Mediterráneo, una gota profunda en la Fosa de las Marianas, una gota elevada cayendo de cualquier nube como agua de Mayo, una gota deseada en cualquier oasis del Sahara…

Sin embargo, ahora resbalo por la espalda de una mujer, mientras un hombre observa mi caída. No la toca, solo mira mientras sus pupilas se dilatan, brilla una luz en ellas que, creo mi reflejo, y aun así parece tener vida propia.

Me enseñoreo dibujando curvas caprichosas en una espalda solo mía.

Él me caza entre las yemas de sus dedos, me observa y sus ojos brillan más. Ella se gira, acaricia sus labios con los dedos de él.

Me absorbe en su boca…

Caigo, giro, todo es rojo…

Sin querer paso a formar parte de algo más grande, más complejo…

En cada molécula de mi ser empiezo a notar como una energía me recorre, me aturde, me arrastra y me inspira.

Mi ser vibra de deseo.

Siendo agua necesito apagar una llama y no lo entiendo, me dejo llevar, no necesito saber que es, porque es tan natural como el hecho de existir.

Salgo de este cuerpo evaporándome de deseo en plena vorágine de energía, fluidos y sensaciones.

Comprendo y siento que quiero formar hielo con otra gota, sentir cada parte de su H2O, cada uno de sus minerales, sodio, magnesio…

Volver a sentir esa energía llamada deseo recorriendo mi ser y el suyo y atraparla en una eternidad.

thunder_89

#53 Interesante :)

Supongo que muchos ya lo conocereis, pero aqui os dejo un enlace con casi todos los concursos a nivel nacional (y algunos en el extranjero) tanto de narrativa como de poesia y teatro.

Concursos literarios

7 meses después
Deoxys

esto está un poco bastante muerto... pero quería preguntar una cosa. Estoy con un capítulo en el que TODO son diálogos, y no consigo que me quede bien, todo suena muy forzado y artificial. Si alguien pudiera decirme algun consejo o algo para que los dialogos no me queden tan mal, se lo agradecería

Atena

Lo que yo suelo hacer es imaginar que realmente tengo esa conversación con alguien, seguro que en tu entorno tienes a alguien que tiene un caracter que encaja con un personaje y tu te sientes identificado con el otro. ¿Qué os diriais?

15 días después
M

Bueno, os dejo mi ultimo texto por aquí para que me deis vuestra opinión al respecto

Título:Pasa.

Y soy plenamente consciente de ello, pasan los dias, pasa noviembre y de momento no encuentro algo digno que volver a escribir, es demasiado deprimente que mis momentos de inspiracion (por así llamarlos) sean con la moral por los suelos.
Sí, pasa el tiempo, tiempo que es mi vida, que no vuelve cuando se ha ido, pero aun asi no encuentro la dichosa manera de poder tener el tiempo en mis manos, de pararlo cuando fuera necesario, de volverlo atrás otras tantas veces... La verdad es que si he de odiar algo, te odio a ti maldito tiempo, que vivo contigo, por ti, por tus insaciables ansias de arrebatarme cada minuto de mis dias sin darme una sola oportunidad de cambiar algo.

Haces de mis malos momentos una eternidad y de aquellos que merecen la pena ser salvados, me los arrebatas sin miramientos, no hay comparación... Pensaba que la vida se componía de algo parecido a un "quid pro quo", tanto que das, tanto que recibes, pero es angustioso ver la realidad y darte cuenta de que contigo las cosas no funcionan así... Dos minutos de completa felicidad, de esa que desearías poder saborear cada segundo y luego una eternidad de sufrimiento inconmensurable... Ciertamente, que intercambio tan desagradable.

Pararte un día, tenerte, sentirte, saborearte a mi antojo... Verte y decirte "no importa, estoy bien"... Sonreirte, mirarte a los ojos, notar tu mano y simplemente escuchar "venga, dime la verdad".

Pero pasa, todo pasa... Y ni siquiera yo soy capaz de pararlo.

1 mes después
KIIM

Título: La amistad existe, sin término medio.
Género: Valoración
Autor: Yo :D

  Comenzaré diciendo que pensé que este tema me venía demasiado grande. Pero no, me he dado cuenta de que no. Es más, creo que soy un individuo experimentado en la materia y que, aunque seguramente no aclare nada, daré mi punto de vista, que no es poco.

  ¿Amistad entre chicos y chicas? Basándome en la experiencia puedo afirmar que, por una parte, es una estupidez hacerse esta pregunta pero... ¿qué demonios?; todavía me acuerdo de todas aquellas chicas que dijeron ser mis amigas y sin embargo, yo no pensaba lo mismo. Hace ya muchos años que este tópico viene dando quebraderos de cabeza, y parece que una y otra vez se cumple la regla, pero no siempre es así. La amistad entre chicos y chicas existe sin término medio y, a continuación voy a explicar qué quiero decir con esto.  El primer paso para comenzar una relación amorosa, de amistad, de cortesía o de cualquier tipo es entablar una conversación agradable, tener temas en común de los que hablar, personas en común a las que despotricar, experiencias personales que contar, etc. Los hombres, como buenos caballeros que somos les brindamos con un sinfín de diálogo, con una amplia sonrisa y sin ningún tipo de segundas intenciones... ¡Mentira! Si la chica nos atrae, desde el primer momento en que entablamos una conversación, entonces se vuelve agradable, entonces nos esforzamos por encontrar temas en común de los que hablar, entonces despotricamos a la persona que ella menos soporta, y entonces, le contamos las experiencias personales que mas le puedan interesar. Termina la conversación y ella está más que satisfecha con el resultado; ¡ha conocido un nuevo amigo! Mientras que nosotros por el contrario no. No hemos conocido a una amiga, sino a una chica, con todo lo que ello conlleva. Sin embargo, si la chica no nos cae en gracia, ni nos esforzamos para conocerla, a no ser que... sea la amiga de la que realmente nos cautiva.

  Por otro lado están las verdaderas amigas, esas chicas que siempre han estado a tu lado para lo bueno y para lo malo, a las que les contaste tus secretos mejor guardados, confiaste en ellas e hiciste caso de todos sus consejos; pero? ¿Cómo las conocimos? ¿Qué ha ocurrido? Pues ahora que me lo planteo... ¡Son las amigas del instituto de toda la vida! O también... ¡Son las novias de nuestros amigos! Y cómo no, ¡son las hijas de los amigos de nuestros padres! ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Existe entonces la amistad entre chicos y chicas? Como dije nada más comenzar, sí; existe. Pero sin término medio. 

  Para terminar diré que comprendo tres alternativas: O somos simples conocidos que no profundizamos por que no interesa a ninguna de las dos partes, o somos un futuro lío o dos futuros enamorados, o somos dos personas que por fruto del azar y de los caprichosos caminos del destino, nos convertimos en verdaderos amigos. Yo soy de los que creen que nunca llegaremos a entendernos al cien por cien entre hombres y mujeres, y que la amistad, tanto entre chicos como entre chicas, y simultáneamente llega sin quererlo, sin pensarlo, como obra del porvenir.

Posdata: La amistad entre el hombre y la mujer acaba cuando empieza, es decir, nunca.

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