Concurso de relatos

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Por favor pediria que no postearais en medio de los relatos dadme tiempo a ponerlos todos una vez puestos podeis dar vuestra opinion. Si algun admin ve que postean por medio por favor rogaria encarecidamente que lo borraran. Muchisimas gracias y disfrutad de ellos.

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FINALMENTE AQUI ESTA LA PUNTUACION DE TRES JUECES NO PONDRE RESULTADOS EN NUMEROS SINO QUIENES HAN OBTENIDO LOS PRIMEROS TRES PUESTOS EN LA SUMA TOTAL

La muerte, mi muerte Por BShP RELATO GANADOR

Sin titulo Por Mexicano

3,06 segundos Por 3viL

Tostador

No tardé mucho en darme cuenta de que estaba muerta.
No tardé mucho en darme cuenta de que estaba muerto.
No tardé mucho en darme cuenta de que era mejor así.
La miraba fijamente a los ojos. Unos ojos acristalados, pálidos, casi blancos, completamente abiertos, que parecían ser la puerta a otro mundo. Parecía estar absorta observando cosas que jamás podríamos comprender. Miraba fijamente al cielo con los brazos abiertos, y un papel en la mano.
Cuantas veces habré oído que “no se sabe lo que se tiene, hasta que se pierde.”... Es difícil hacerse a la idea de que todo lo que te rodea, no tiene porque estar ahí. De que cualquier cosa puede desaparecer en cualquier momento, y es entonces cuando también desaparece una parte de ti. Pero somos simples. Soy simple. Y me olvido de las cosas importantes, al igual que todo el mundo.
Pero hay momentos en nuestro camino hacia la muerte que te hacen mirar atrás, y comprendes que has sido feliz, aunque en su moemnto no fueras consciente... El tiempo empaña la memoria, dicen algunos... creo que más bien la limpia.
La felicidad no consiste en tenerlo todo, si no en saber lo que se tiene. Cuantas veces me habré olvidado de esta frase... Pero ya no tiene remedio. Ahora sólo puedo seguir andando, con el amargo alivio de saber que al menos me he percatado de mi extrema estupidez.
Ella entró con los papeles del divorcio en la mano, y fue entonces cuando comprendí que lo había perdido todo. Todo lo que tuve y no quise ver, todo lo que quedaba por llegar... Aunque a diario no me diera cuenta, la necesitaba. Cuantas veces habré llegado borracho a casa... gritando y atizándola hasta saciar mi malestar. Y pensar que ella era lo único que realmente me hacía feliz...
Es como si todos los golpes que le di me fueran devueltos ahora, y noto como se corroen mis entrañas con cada uno de ellos.
Hasta que no vi con mis propios ojos como ella se iba, no comprendí que me arrancaba la vida. Le asesté un puñetazo en la cara. Con todas mis fuerzas. Ella cayó inconsciente y se golpeó con el marco de la ventana en la nuca. Estaba muerta.
La volví a mirar a los ojos. El viento le golpeaba la cara y el papel hacía rato que se había volado de su mano. La abrazaba con fuerza. Me invadía un ambiguo y desconcertante sentimiento. Tristeza y felicidad, que dispares y que similares al mismo tiempo. Indispensables el uno para el otro, pero a la vez antónimos, enemigos, o por lo menos hasta ahora.

  • “No te preocupes, a partir de ahora todo será mejor. Estaremos siempre juntos, te lo juro.” .- Le susurré al oído.
    Agarre su mano inerte y la besé como con la pasión de un joven enamorado. Que agradable era sentir el viento en la cara. Cerré los ojos para sentir transcurrir el tiempo...
    Agridulce, relativo, aplastante e inexpugnable. Cuantos males causas y a su vez cuantos alivias... pero ya te comprendo. Comprendo como funcionas, comprendo que es lo que quieres. Comprendo que si te despistas y cierras los ojos un segundo, puedes haber vivido 15 años de casado y no haberte dado cuenta, y sin embargo puedes vivir una vida entera en 3,06 segundos... 5 pisos de caída libre.

Por 3viL

Tostador

Llueve. Entra la noche en la habitación, hace frío, un frío acogedor que cala hasta mis huesos depurados por la humedad.
Me encuentro sentado en el sofá delante de la pantalla del televisor sin ver nada, sin sentir nada, realmente sin pensar...en absolutamente nada, pero de repente, oigo algo que avanza por el pasillo con tesón, firmeza y rapidez, mi corazón se acelera, me tiemblan las manos, quizás a causa del frió o por el miedo a quién pueda ser a estas horas de la noche quien avanza por mi pasillo para quién sabe que y con que intenciones avanza sin parar con ímpetu y agilidad, estoy atemorizado, una parte de mi quiere saber quién es y cuales son sus intenciones, otra parte de mi quiere esconderse en una esquina en posición fetal y así eludir al destino, lo que pueda pasar, esconderse como aquel niño pequeño que huye de un fantasma creado por su imaginación o por la mera oscuridad que reina mi cuarto, pero, es demasiado tarde los pasos han parado y una sombra extraña a la par que inusual se refleja en la pared, estoy acurrucado en mi sofá abrazándome a mi mismo mirando esa sombra que domina mi habitáculo sin saber que hacer, sin saber que decir, desconcertado por la incertidumbre de lo que está quieto, parado y ausente detrás de mi sofá...De pronto, la sombra se mueve en un alarde de agilidad, da un salto mientras en una milésima de segundo mi sistema nervioso se corrompe y todo mi cuerpo da un vuelco inesperado de estupor y cae al suelo mientras mis ojos intentan vislumbrar que es lo que se abalanza sobre mi...pero mis ojos temerosos se tornan en melancolía cuando descubro que lo que lame mi cara con cierto cariño y amor es Alberto, quien perturba mi sosiego en esta noche tan fría, para tan solo acompañarme.
Estoy tranquilo sentado en el suelo con mi gato negro cual abismo entre mis brazos al que acaricio dulcemente.

Por fin aparece lo que en realidad me perturba, este sentimiento que empieza a acaecer lo que en realidad me atormenta, comienzo a recordar, en concreto recuerdo esa noche...Aquella terraza bañada por la luz de la luna que la inundaba completamente tenuemente robada por las velas que alumbraban suavemente la mesa circular de tosca piedra, pero hermosa, que se encontraba en el centro de la misma, con un mantel de tersa seda roja que la cubría hasta los pies y encima de ésta dos platos de exquisita comida italiana, exitosamente cocinada por el anfitrión, con una botella de vino aparentemente bueno en el centro de la mesa.
A un lado estaba yo, insignificante, pasmado ante ella, como inerte, pero realmente dudando en lo mas íntegro de mi, luchando por saber si es ella o es la luna, que ha bajado a tomar algo de vino.
Lleva un vestido de tirantes largo, aunque no demasiado, hasta la parte superior de las rodillas, liso al tacto y a la vista, rojo, haciendo juego con el ambiente con unos tacones de punta del mismo color que realzan sus piernas cual andares de una sílfide enviada por la Noche para culminar el trabajo, llevaba un colgante de plata de un corazón partido por la mitad, solo había una mitad, ella, jugosos labios que tientan al pecado de la manzana prohibida sutilmente pintados en rojo pasión, nariz nítida, perfecta, ojos indescriptiblemente hermosos pintados superficialmente de negro para realzar, aun mas si cabe, la belleza de esos ojos negros, oscuros tal caos o agujero negro que me sumerge en la profunda y dulce inopia de desearla...

Alberto, mi gato, se va. Vuelvo en mi por un instante y mi corazón se encoge empujado por mi pecho que se cierra al igual que mis pulmones que dejan de funcionar por unos momentos en los que creo que me quedo sin aire, que el mundo cae sobre mi como un enorme yunque, sobre mi cabeza, como si se abriera la tierra y cayera infinitamente, pero atento, hacia el vacío...Y todo esto al ver, sobre la mesa de cristal traslúcido situada frente al sofá, una cadena de fina plata con un colgante que me es, por desgracia, ventura o suerte, muy familiar...Parecido a una media luna encorvado en la parte superior y con una especie de azadas de sierra en la parte derecha y, además con una letra grabada, mas bien una inicial, una “M”...Quien me lo diera o regalara debía de quererme puesto que tal símbolo, implica algo importante.

Estoy despierto, mirando a la pared intentando recordar...que pasó, para llegar a esta situación, van pasando ante mí recuerdos, a saltos temporales, como por ejemplo aquel día en el patio del colegio, mi primer día de colegio, estaba nervioso e inquieto...También recuerdo aquella tarde en la que fui a la farmacia con la intención de pedir un preservativo por primera vez y pasé tal vergüenza que salí de allí corriendo...O aquella noche en la que con ella pasé las 2 mas maravillosas horas de mi vida, además de el día al completo, y aquel amanecer tan bonito que solo alcance a ver en el reflejo de sus ojos...
Mi paz termina...suena la puerta, ¡Pum!, doy un salto aterrador en mi mismo y mi corazón se acelera de golpe, un acogedor frío inunda la habitación de golpe y mis pelos se estremecen cual escarpias a la par que mi piel, y yo, con voz temblorosa y ya recuperándome del susto pregunto en voz alta –¿Quién es? a lo que prosigue un silencio sospechoso...¡Pum!¡Pum! Se repite de nuevo el golpe en la puerta pero esta vez seguido de otro aún mas fuerte que me vuelve a preocupar y poner aún más, si cabe, nervioso. Replico, esta vez mas firme, mi pregunta con la esperanza de esta vez conseguir respuesta -¡¿Quién es?! Pero sigo sin conseguir respuesta alguna...¡Pum!¡Pum!¡Pum! Vuelven a repetirse insistentemente los golpes en la puerta a cada cual mas fuerte y, por desesperación, me levanto y me dirijo a la puerta bruscamente mientras sudores fríos caen y corren por mi piel como miel sobre una tostada caliente, dispongo mi mano sobre el pomo helado de la puerta y con un chirriante susurro la abro y veo, frente a mi, en un escenario oscuro y rielo, una figura de pie en el descansillo cubierta por una túnica, o una gran sábana, negra en la que solo alcanzo a vislumbrar una tez blanca cubierta hasta la nariz y unos labios carnosos, pintados de rojo pasión ensordecedor y sobre su pómulo izquierdo una lágrima helada y sin movimiento aparente, entonces vuelvo a insistir con mi voz retórica pero a la vez temblorosa y susurrante -¿Quién es? A lo que esta vez consigo una respuesta inconclusa que me preocupa y me alerta –Mi nombre ya conoces y mi mensaje aguardas. En ese mismo instante se sube la capucha negra y cuan es mi sorpresa cuando ante mi la descubro a ella...¡Ella! Ha venido a por mi, mi flor de loto, mi amor platónico, la ninfa a la que susurre al oído, la sílfide que me dio calor en las noches frías de invierno, la diosa a la que guardo fidelidad, la mano que cubría mi pecho y sostenía mi lúgubre corazón esta ahora apostada ante mi puerta con la mano tendida hacia mi pecho, siento frío, miedo, ahogo, desesperación, ansiedad, temor, angustia, sollozo, cansancio, decadencia, somnolencia...un sinfín de sentimientos que decaen y abocan a mi cierto final...no era ella...no puedo creer, que fuera ella, no era sino la muerte que tan solo necesitó su imagen para hacerme sentir un último suspiro...por ese amor perdido.

Por OrODeTh

Tostador

Camino sobre mis pasos. Uno tras otro, día tras día. Deshago todo el camino. Vuelvo sobre mis pasos tardíos. Camino. No puedo dejar de pensar en ello. Qué estupidez.

Veo la oscuridad, la luz… Veo y no veo. Quizá esté dentro de un sueño. Un momento… ¿anoche me desperté? Sé que caminé, pero… ¿estaba despierto? Simplemente camino y camino.

En este pasaje -en este camino mío-, oscuridad y tibieza amalgamados, temblores, sueños, lamentos… todo aquello que quise y quiero.

Y las dudas que desaparecen, que dejan de retumbar en los tímpanos, de golpear mis ya cansados oídos.

Camino en la oscuridad, en la soledad, en la vida. Camino sin camino ni ruta, pero sé que debo seguir hacia delante. No puedo parar. No debo parar.

Y avanzo, recuerdo, prosigo… Y me extingo, levito y me río.

Y en un instante aparecen las caricias, los besos, todo el dolor y el llanto. Resurgen en mí todas aquellas formas, expresiones, sensaciones… los mil y un amores -desamores-. Y todos los caminos -momentos malvividos- confluyen aquí y ahora.

Y ya no oigo mis pasos, sino todos aquellos de los que me precedieron y todos los que un día lo harán. Ya no escucho mis pensamientos: sus palabras salen por mis mudos labios.

Y es obvio que toda esta vida -oscura y vital- ha sido sólo mía y, a veces, sólo nuestra. Y acaba en sombra, en luz… poco probable que únicamente en nada. No lo sé, lo ignoro tanto como antes. Apenas un instante por delante, un leve paso un poco más allá. Azul.

Por bydiox

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-Corre
-¿Qué?
-¡¡Corre!!
Por algún motivo que desconozco mis piernas empiezan a reaccionar y la adrenalina que yacía dormida en mi interior hace presa de mí, con el único objetivo de abandonar aquella habitación cuanto antes. El olor que desprende aquel cuerpo ha penetrado mis fosas nasales, sumiéndome en un terrible mareo. Todo me da vueltas, pero esa voz se alza de nuevo de entre todo aquel entuerto y siento que he de obedecerla.
-¡¡Corre!!
Sacudo mi cabeza cual perro embarrado sacudiéndose ferozmente y me asomo por una pequeña ventana que esta rota. Un par de crujidos suenan bajo mis zapatos cuando estoy junto a ella y me bastan para entender que esa ha sido mi entrada.
Aun con varios pequeños trozos de cristal clavados en las suelas de mis zapatos, me encaramo sobre aquella obertura. Mi gabardina patalea furiosa a causa de aquellas gélidas y endemoniadas ráfagas de viento cual latigazos del demonio. Desde las profundidades de aquellas calles, en una de las ventanas de un edificio, se dibuja una silueta con forma de demonio, oscura, oteando el horizonte en busca de una salida. Sin apenas inclinar la cabeza mis ojos avistan el asfalto. No esta muy alto, quizás a diez o quince metros sobre el pavimento. Aún en cuclillas, de un leve movimiento, me dejo caer por la fachada hasta que mis fuertes piernas impactan sobre la acera. Mi caída es rápida y limpia. Mis poderosos muslos realizan su trabajo con solvencia y emprendo una rabiosa carrera hacia cualquier lugar lejos de allí.
-¡¡Corre!!
-¡Eso hago joder!
Mis grandes zancadas me llevan de forma fugaz hacia algún lugar cercano a la lejanía de la nada. Oigo voces que susurran a mi paso, pero se pierden rápidamente bajo el escándalo que propicia el impacto de mi calzado sobre aquel suelo. Haces de luz me ciegan y me persiguen intermitentemente, son los malditos vehículos que recorren las calles a esas tardías horas.
Siento como mis pulmones se llenan por completo rápidamente para, acto seguido, vaciarse a la misma velocidad. He emprendido una carrera sin saber el porque, pero se que debo seguir corriendo, no puedo detenerme.
-¡Corre!
Aquella voz insiste y yo obedezco. Se trata de algún tipo de simbiosis entre dos seres que buscan ayuda ajena para conseguir un bien común. Sigo corriendo.
Los callejones se estrechan a mi paso, e infinidad de olores y ruidos, más que sonidos, se entrecruzan en mi mente para producir un cóctel nada agradable que acaba por exteriorizarse de forma repentina.
Mi estómago se vacía de golpe después de un intenso dolor que se clava en la boca del mismo, mientras respiro profundamente. Apoyo mi brazo derecho sobre una pared de ladrillos, mientras restos de algún líquido siguen descendiendo por mis labios para acabar desparramados sobre el suelo.
-¡¡Corre!!
Mi corazón se envalentona y después de un sobreesfuerzo, consigue bombear con la suficiente fuerza como para que mi cuerpo siga su furiosa carrera hacia la nada. La manga derecha de la gabardina se restriega por mi boca y con un feroz latigazo del brazo, dejo los restos en el suelo. Sigo sin detenerme.
El mareo parece haber disminuido y mis pasos se vuelven rápidos y firmes, menos ruidosos. De repente, un foco de luz me envuelve desde el cielo. Es cegador y completamente molesto en este estado. Miro a mi alrededor y busco una salida a tanta claridad. A lo lejos, justo al otro lado de la calzada hay una puerta medio abierta, justo lo que busco. Totalmente enfurecido despego varios metros de aquella posición y me abalanzo sobre la entrada de aquel portal. Apenas veinte metros se convierten en un suspiro y mis poco más de cien quilogramos pasan factura a la maltrecha puerta y esta cede a mi potencia, quebrándose cuando la embisto e impacta contra el suelo. El sonido es ensordecedor y consigue sumirme aun más en una extraña confusión.
Mi nerviosismo va en aumento. No se porque estoy corriendo ni porque huyo de aquel helicóptero. Ni siquiera se porque aquel trasto me había fijado con aquel poderoso foco durante aquellos fugaces segundos. Rápidamente doy cuenta de cuantas escaleras se elevan frente a mí y me detengo en el primer piso, siento una extraña sensación. Parece que la búsqueda no ha finalizado, pues intermitentes fogonazos luminosos se cruzan entre cuantas ventanas me encuentro a mi paso.
-Que cojones… -
Un cansancio completamente ilógico me enreda entre sus cuerdas y caigo de rodillas en la suelo de la primera planta, mientras dejo escapar un agudo quejido. No siento mi brazo izquierdo, y el derecho se apoya de nuevo en la pared que tengo enfrente, justo debajo del interruptor de la luz, supongo.
Mi respiración se entrecorta y el mareo hace cuenta de mí de nuevo. Tengo ganas de devolver, pero se que no me queda ya nada que echar. El brazo de apoyo empieza a temblarme y un sudor frío recorre ahora mi frente, me estoy quedando sin fuerzas y la inconsciencia viene a mí como algo inevitable.
Con un último esfuerzo consigo girar mi cuerpo sobre mis rodillas para que mi espalda quede apoyada en la pared.
Unas punzadas en la parte superior izquierda de mi pecho aparecen cuando me acomodo por completo, por lo que dirijo mi mirada hacia allí torpemente. Incluso mi cuello empieza a vacilar, fruto de aquel conjunto de sinsentidos, estoy demasiado débil.
-¡Corre!-
-¿…?-
Ya ni siquiera tengo fuerzas para responder a esa jodida voz. Mentalmente visualizo mi cara con una ceja arqueada, observando al emisor de la estúpida palabra, sorprendido, esperando una respuesta a mi vacía pregunta.
-¿Como puedo correr con una bala en el pecho y la tensión por los suelos?, que corra tu padre, joder- me desahogo mientras una estúpida sonrisa se dibuja en mi rostro.
En cuanto empiezo a reír, una dolorosa tos me hace escupir sangre demasiado sólida y oscura como para que resulte algo medianamente bueno de todo esto.
La mirada se me emborronaba y un extraño y leve zumbido se hace dueño de aquella planta, mientras mi boca, ahora totalmente seca, deja escapar los últimos hilos de sangre proveniente de mi esófago.
-¡Muévete!-
-¡No!, me voy a quedar aquí quietecito, descansando…-
Las últimas palabras de aquella frase suenan como susurros, contrastando con el “No” tan furioso que he esputado, encabronado con esa jodida voz.
-Debes salir de aquí, ahora-
Un fuerte suspiro emana de mis pulmones, seguido de un agudo dolor y un fuerte quejido, fruto de la ira que me esta inundando. Esa voz me esta poniendo muy de los nervios.
Y aquí estoy yo, sentado en el suelo del primer piso de algún bloque de mala muerte, justo en el centro de algún recóndito barrio escondido en una ciudad lejana a cualquier otra lo suficientemente importante como para recordar su nombre, con una bala en el pecho, un cuerpo entero de policías buscándome y el cuerpo destrozado.
-Esto es vida, coño- digo con ironía.
El equipo de asalto no tarda en hacer acto de presencia rodeándome por doquier, sin ninguna otra salida que la que ellos elijan para mi. Son una decena de tipos encapuchados, dotados de cascos, gafas de visión nocturna, rifles de asalto y el resto del arsenal que graban mis ojos en sus retinas mientras paso mi mirada por todos y cada uno de ellos.
-Hubiese preferido seguir acompañado de aquel zumbido ensordecedor, la verdad… - susurro sin fuerzas, con la mirada entrecerrada, dirigida a los pies de aquellos hombres que únicamente hacían su trabajo.
-Os… os noto algo cabreados… chicos –
Una sonrisa se dibuja en mi cara para borrarse rápidamente. Los miembros del cuerpo de élite se apartan a ambos lados de las escaleras para dar paso a la peor de mis pesadillas, al hijo de puta más grande que ha parido nunca madre.
-Vaya, vaya, vaya. – dice mientras, tras una pausa, se enciende un cigarrillo.
No le he visto la cara, pero su voz es inconfundible, lo reconozco, es El.
-Si… yo también me alegro de verte, querido. – digo, mientras mis mandíbulas se marcan abruptamente a ambos lados de mi cara.
Este tipo había acabado con todo lo que yo amaba. Cada vez que yo hacía mi trabajo, el me lo pagaba saltándose las leyes del suyo y matando a un pedacito de mi vida, cualquier cosa con la que hubiese estado en contacto.
En 1987, en mi primer encargo, procuro hacerse cargo de mi madre, dando buena cuenta de ella tras la macabra matanza que dispense tras un talón de poco más de cuatro millones de dólares. Eso no me afectó mucho, mi madre no valía tanto. Fue una zorra desde mi nacimiento hasta el día de su juicio final. Incluso tras eso, el inspector empezó a caerme simpático. Si, eran otros tiempos. Que recuerdos…
-¡Eh!, ¡imbécil!, te estoy hablando. – grita aquél energúmeno haciéndome salir de mis cavilaciones. – Sabes que de esta no escaparas, ¿verdad? –
-¡Oh!, vamos, déjate de parafernalia y mátame ya, coño.-
-¿Qué te mate ya?. Si, claro, y me pierdo el disfrute que resultaría verte sufrir, ¿verdad?, ni de coña Slasher –
Si, así me llamo yo, o al menos eso creo recordar en estos momentos, no estoy del todo seguro.
-¿No crees ser lo suficientemente valiente como para impartir tu propia justicia, mariconazo?- digo entre tosidos y quejidos, escupiendo sangre y manchándome la ropa, a la vez que mi mirada se eleva titubeante hacia sus ojos.
Se quita las gafas de sol, de poco más de cien dólares, y se acuclilla con uno de sus pies puestos entre mis piernas. Todo el humo de la última calada emborrona su rostro, pero su voz sigue clara e inconfundible.
-No me creo un dios, estúpido. –dice con rostro de incompresión.
-Ah, ¿no? ,¿Acaso no es él el primero en impartir su propia justicia?.
Empiezo a notar un leve cosquilleo procedente del agujero que ha dejado la bala al entrar en mi cuerpo, destrozando carne y vísceras. No le queda mucho tiempo a mi abanico de estupideces y vaciladas sin sentido.
-Yo no imparto mi propia justicia, amigo mío, métetelo en esa cabeza de mierda ya de una puta vez, joder. – Su dedo índice toca fuertemente mi frente varias veces, intentando acompasar esos gestos con sus palabras. – Tú te saltas las normas, rompes las leyes, matas gente. Yo, únicamente cumplo la ley que ha sido impuesta por el sistema.
Una sorda carcajada emana de mi interior al escuchar aquellas palabras mientras el inspector pone cara de no entender nada.
-¿Por qué mataste a mi madre, a mi esposa y a mis hijas pues?, ¿Por qué acabaste con todo lo que yo quería, amaba, o con lo que estaba directamente relacionado? No eres el más adecuado para impartir sermones sobre como dispensar muerte de forma legal, créeme. –
-No entiendes nada, ¡estúpido! – grita tirando el cigarrillo al suelo, aún encendido. – ¿Crees que las personas con las que acabaste no tenían marido, mujer, hijos… alguien querido?, ¿De verdad eres tan desgraciado cómo para pensar que no existía vida más allá de tus actos?. ¿Cuántas muertes?, ¿Cuántas familias destrozadas, eh?¡dime!, ¿Cuánto dolor has generado en los últimos casi veinte años, hijo de puta?-
El silencio se hace en la escena. Aún quedan un par de encapuchados apuntándome, pues los demás parecen haberse relajado, dispuestos a generar su propia voluntad si se me ocurriese hacer un solo movimiento en falso. Ya no noto mi cuerpo, pero si siento como me empiezo a desmayar, falto de vida, lleno de malas cargas. Siento que me muero.
-Es complicado . Una vez empiezas, es muy difícil… casi imposible, salir. Yo he estado trabajando para alguien muy poderoso, más de lo que te imaginas. Ser tan bueno en algo tiene este tipo de consecuencias, que trabajas para el mejor.-
-¡Claro que es posible salir, joder!, ¿Quién puede haber tan poderoso como para temer volver a hacer el bien?. ¡¡Necesito un nombre!! – escucho de lejos mientras mis ojos se cierran lenta pero pesadamente.
Me empiezo a desvanecer. Todo es oscuridad. Momentos antes de perder la conciencia por completo creo oír gritos desesperados que reclaman un cuerpo médico de inmediato. Por fin experimentaré lo que con tanto ahínco he estado impartiendo sin temor durante tanto tiempo. La bala que salió de aquel helicóptero ha hecho su efecto, acabar con la vida del asesino a sueldo más buscado de las últimas dos décadas.

Mi cuerpo pasa a un segundo plano, mientras un extraño hormigueo, procedente de la nada, me embriaga. Un zumbido en la parte inferior del estómago empieza a apretar con fuerza, pero no siento dolor, únicamente una gran presión. Jamás había sentido algo así, tan real como inexistente, tan verdadero como increíble. Un balanceo mece mi esencia mientras la oscuridad me lleva, como el oleaje caprichoso conduce una maltrecha barca hacia la deriva, sin rumbo.
De pronto todo se detiene. Parece ser que he llegado a algún lugar, aunque no consigo ver dónde.
¿Qué sentido tiene todo esto? Estoy muerto, ¿Por qué dar mas rodeos? Que se acabe esto pronto, por favor.
Como si una fuerte presencia me llamase, siento como me desplazo a una velocidad increíble hacia delante, o lo que en terreno físico sería hacia en esa dirección. Nuevamente se hace la luz, vuelvo a verlo todo, pero algo ha cambiado.
No estoy en mi cuerpo, pues este yace inerte en el mismo sitio donde había perdido la consciencia. El mismo equipo de policías revolotea a mi alrededor. A mi… no. Ahora ya no es mío, ahora estoy muerto. ¿No?
El inspector trota escaleras abajo, supongo que en busca de ayuda, y es que el pobre hombre no había conseguido la información que buscaba, y ya era demasiado tarde para obtener lo que anhelaba, el nombre de mi jefe. Desde aquí arriba se ve todo mucho mejor. Ya no hay dolor.
No tengo miedo a saber lo que me espera, pues aunque seguramente el cielo sea un lugar lejano al de donde debe ser destinada mi corrupta alma, una eternidad sufriendo las torturas de las vidas que he arrebatado me parece un precio justo por el que pagar. Si… no me importa.

Por dGr

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  • ¿Qué día es hoy?
  • Miércoles
  • No, de número.
  • Ah... Veintitrés

La sala oscurecía acompañada de los últimos rayos de luz que indagaban en el sudor de mi frente. Las líneas diagonales de la poca luz que quedaba acariciaban las cortinas que ondeaban suavemente por la tímida brisa que cerraba la tarde. El pasamontañas en esa época del año era más que excesivo.

  • Parece mentira, el otoño ya ha pasado.
  • Es mi estación preferida.
  • Pues debes ser el único.
  • ¿No eres de esos que les gusta estar callados y hacerse el duro, verdad?
  • ¿Tienes hijos, Gabriel?
  • ¿Ablandarás tu corazón y me perdonaras la vida si te lo digo ¿verdad que no?
  • No, ese no es mi trabajo.

Se quedó callado, en sus ojos se podía ver como la conversación le iba eliminando lentamente el miedo que había sentido en un principio. Contestó al cabo de un rato.

  • Tengo una niña. Once añitos recién cumplidos, se llama Adriana. Su madre nos abandonó a ella y a mi cuatro años después de que ella naciera.
  • Cuanta insensibilidad...
  • No creas, - se detuvo a reflexionar - yo hubiese hecho lo mismo. Como marido era horrible y por mucho que me esforzase no podía mantenerlas a las dos. De hecho sigo sin poder dar a mi hija el futuro que se merece. Así que un buen día de otoño me desperté al lado de una nota que ocupaba su lugar en la cama. Nunca he vuelto a saber de ella.
  • ¿Una nota de desp...- sabia que no era cosa mía e hizo bien en cambiar de tema.-
  • ¿Cuánto pides a esa gente para que no me mates?
  • Nada... ochocientos mil euros para pasar el apuro. Si te digo la verdad, si pudiese preferiría pedir que me dejasen en paz.
  • Dudo mucho que tengan en mente pagar eso a cambio de que no me maten a mi, supongo que tu también lo sabrás.
  • Por tu bien mejor que estés equivocado.

Me dolía de verdad la realidad de sus palabras. Las luces de las sirenas habían sustituido la luz tenue de la tarde al caer la noche. Miré de encontrar alguna salida que me pudiese sacar de aquella maldita habitación, pero tan solo di un paso y la bala de algún francotirador cruzó mi brazo, rozándolo y dejando un fuerte rasguño. Me incorporé tan rápido como pude y quedé sorprendido al ver que, a pesar de que mi pistola había caído al suelo, él ni se había movido.

  • ¿Bien, y ahora... qué hacemos?
  • No lo sé... – decía yo mientras miraba mi herida -
  • ¿Por que no te quitas el pasamontañas? Ya que más da si como mínimo uno de los dos morirá. – suspiró como si ahora fuese él el que controlase la situación.-
  • Claro... Escucha, no pienso matarte, aun cuando intenten rescatarte. Así que levántate y lárgate de aquí, siento haberte metido en todo esto. Adriana tendrá hoy un regalo al llegar a casa. Venga...

Pasaron dos minutos hasta que dijo algo, ni siquiera se movió, lo que me indicaba que por alguna u otra razón no pensaba irse. Como él dijo, y sin motivo que pueda llegar a contar me quité el pasamontañas y lo dejé en el suelo. Ese hombre estaba realmente llegando a mis límites.

  • Da la sensación de que temes a la muerte...
  • Sabes, no tendré una hija esperando que llegue a casa, pero yo también tengo sueños... Mi sitio está en... – vacilé – Tarragona, allí pienso montar un pequeño bar cerca de la costa y atenderé a los clientes habituales mientras el mar... El mar baña lentamente la orilla.
  • Así que, tu sueño contra el mío ¿no?
  • Es imposible que yo salga vivo de aquí, eres tu el que tiene que rezar para ver crecer a Adriana, ahora que has decidido tentar tu suerte, cosa que sigo sin entender...
  • Miseria ese es el futuro que le espera si regreso. Mi muerte al menos haría que el Estado la mantuviera. No puedo presumir de haber hecho muchas cosas por los demás y me arrepiento de eso. Así que el mejor destino que puedo darle es mi muerte. Acepta que mejor rehén no podría haberte tocado, ni siquiera tendrás que sentirte culpable.

En todo el tiempo que llevábamos allí, esa fue la respuesta más firme que dio. Con un rostro contundente y una mirada segura de si misma, terminó la frase cerrando los ojos, quedándose pensativo como si algo inevitable estuviera a punto de suceder y él fuese el culpable. Realmente estaba hablando con alguien que había pasado del temor a la serenidad.

El dinero llegó a mi cuenta pero no había salida, así que le puse el cañón en la boca y me dispuse a apretar el gatillo que acabaría con nuestras vidas. Mantuve la posición unos segundos y aunque tenía la intención de hacerlo, bajé el arma.

  • Parece que al final te has salvado, ahora seré un hombre rico pero muerto. No todo el mundo puede cumplir su sueño.

El secuestrador dio un paso en falso dándose al descubierto. El ojo del francotirador avistó la cabeza de su blanco, cubierta de lana negra, recibió la orden y disparó. El rostro del sujeto, abatido, con una brecha entre ceja y ceja y lágrimas empapando el pasamontañas, yacía en las baldosas de la habitación. Mientras el rehén, cubierto por una manta, regresaba a su hogar a pié entre el ruido de las sirenas, rechazando todo tipo de asistencia sanitaria, a pesar de su herida en el brazo.

Recordaba, en la soledad de sus pasos, esa última escena en que Gabriel se levantó de repente, le quitó el arma de las manos y lo sentaba en la silla de un empujón mientras lo apuntaba a la cara.

  • Ochocientos mil euros serán suficientes. Confío que cuidaras de nuestros sueños. Dile a Adriana que la quiero, y que se abrigue mucho, dicen que en Tarragona refresca por las noches.

Gabriel recogió el pasamontañas y se lo puso, dio un paso voluntario hacia atrás dándose a descubrir mientras su ex-carcelero soltaba un grito de desesperación.

Por LiTuS_IV

Tostador

-Esto ya no funciona… se acabó

Fue lo único que oí de los labios de quien quería borrar dos años de mi vida.

Mi dirijo a mi casa, despacio.. me pesan las piernas y siento un dolor extraño detrás de mis ojos, como si algo quisiese salir. ¡Ah! ¡Ahí está!... mis lágrimas. No hago ruido, salen solas… allá ellas si quieren estar aquí fuera.

Llego a casa, oigo gritos… otra vez papá. Me acerco a su cuarto y veo a mi madre con una mano en la cara y más lágrimas en los ojos. Jamás las entenderé. Beso a mi madre en la frente y ese que dice ser mi padre grita algo, y yo sólo escucho un susurro antes de abrir la puerta de la calle.

Voy al parque donde están mis amigas

‘Ei’ – me dicen

‘Me ha dejado Juanjo’

‘¿Estás bien?’ pregunta una indiferente

‘Creo que sí’

‘Vale’ y siguen a lo suyo.

Me voy, sin más, camino sin un rumbo fijo. En mis rumbos fijos no hay nada que me haga sentir mejor. Porque siento algo ¿no? Hoy no estoy segura… Lloro, pero no grito. No río, pero tampoco me enfurezco. Sólo siento movilidad a mi alrededor y una tranquilidad asustadiza. ¿Tendré miedo? Puede, no estoy segura. Sí, es eso, inseguridad, va a ser eso, estoy segura… pues ya no. En fin, voy a hacerlo. Vuelvo a casa después de caminar durante horas. Él está sentado enfrente de la caja boba. Me ve, frunce el ceño y grita:

‘Has suspendido cuatro. Es que eres tonta. Te vas a poner a trabajar aunque sea poniendo el culo.’

Cierro la puerta de mi cuarto y él golpea:

‘Sal ahora mismo’

Salgo y me pega una bofetada, pero no duele. Sigo tranquila y cada vez quiero hacerlo con más ganas.

Me voy a la cocina y le dejo gritando. Mi madre vuelve a llorar y yo a sentir ese dolor detrás de los ojos. Salid, ved lo que es este mundo. Tienen ganas, caen con fuerza, aunque alguna muere en mis labios.

‘Ya sabes como es tu padre’

‘Lo sé mamá, te quiero’

‘Y yo a ti nena, mucho’

Me da un abrazo… me siento como Judas, culpable por lo que voy a hacer, pero con el convencimiento de hacerlo.

Mi padre se ha tranquilizado y mi madre se ha ido a la cama. Bien, es la hora.

Voy al baño y me miro al espejo. Pienso, hay algo que me queda por hacer. ¿Escribir una nota? Sí, es más poético. Enciendo un cigarro…¡ay! ¡Dulce veneno! Escribo, ¿qué pongo? Fácil… la verdad.

    “No puedo más. Lo siento. Os quiero. Susana”

Escueto pero sincero.

Me miro al espejo mientras me acabo el cigarrillo. ¿Qué ves? Me pregunta mi conciencia. ‘Nada’ digo en voz alta. Unos ojos sin vida y un cuerpo inerte, sólo eso. Una última calada y le apago. Abro un cajón, ahí está, la cuchilla de mi padre, afilada y reluciente. La cuida como oro en paño. Sonrío… ésta va a ser mi pequeña venganza. Extiendo la mano izquierda y acerco la cuchilla… está fría… consuela. Desde el inicio de la muñeca, poco a poco, hasta donde desaparecen las venas. Ahora el otro brazo… bien… así… ya está. Me vuelvo a mirar en el espejo. La sangre cae al lavabo. Me tiemblan las piernas, será mejor que me siente. Caigo al suelo, me miro los brazos y siento la sangre caer. Que sensación tan extraña,me recuerda a cuando me metí la primera raya, después del subidón me sentí así, como si fuera a morir… qué ironico. Me pesan los ojos, estoy cansada… me tumbo pero intento mantener los ojos abiertos. Me acuerdo de cuando mi padre y mi madre eran felices, cuando se besaban… yo era muy pequeña. Se me caen los párpados. Ahora me acuerdo de mis 14 años, cuando por fin hice amigas y me sentí feliz… ¿feliz? Bonita palabra. Creo que está llegando. Veo a Juanjo, y oigo sus ‘te quieros’, y cuando hacíamos el amor, y siento sus abrazos y sus ojos mirándome con dulzura. Ahora hay oscuridad, he cerrado los ojos. Es el fin. Oigo golpes… golpes… y susurros.

Por AroWiNg

Tostador

Los llantos se oían por toda la sala, las voces de todas las personas allí sonaban apagadas, otras enajenadas, o incluso muchas veces entrecortadas y vibrantes. El espectáculo era realmente grotesco…¿Era acaso un teatro? ¿Estaba alguien representando algún tipo de obra dramática?

Andrés comprendía el sentimiento de tristeza que embargaba a todos los asistentes, pero por otro lado no le encontraba ningún tipo de sentido a esa “reunión”, ¿acaso ayudara a los más allegados a superar el bache?
No creo en absoluto que una masa de personas con sentimientos, por lo menos en ese momento, incontrolables, puedan dar apoyo, consejo o bien una grata compañía.

La moral, ¿Qué es la moral? En ese momento todos carecían de dicha definición. Unos se la habían dejado en casa cuando se pusieron sus ropas mas apagadas, otras cuando se reunieron con el resto para hacer el tributo a la tristeza, el caso es que todos y cada uno de los asistentes estaban allí con el mismo fin.

Apurando hasta la última calada de su cigarro entra decidido hasta donde se encuentra Oscar, este ultimo con ojos acuosos, rostro enrojecido, moquina incontenible…

-Hola ¿que tal estas?
-No muy bien la verdad
-Lo suponía…¿podrías acompañarme cinco minutos a fuera? Aquí el ambiente esta demasiado cargado.
-De acuerdo, te sigo.

Un poco mas alejados de la multitud, caminan juntos, Oscar de vez en cuando mira de reojo, pensando en que se le estará pasando por la cabeza a su amigo, su mejor amigo.

-¿Qué haces aquí Oscar?
-¿Tu que crees?
-Que pregunta más absurda la mía, me supongo que estés aquí, al igual que todos tus familiares y amigos auto lamentándose y empapándoos el hombro mutuamente.
-Mas o menos

Andrés pensaba que estar ahí, no era la mejor forma de recuperarse de la caída, que lo único que podría pasar es agravar el sentimiento de desazón de su amigo y los allegados de este.

Sin ningún tipo de prolegómeno este pidió atención a su amigo y empezó a contarle una historia triste y dolorosa, incidiendo en todos y cada uno de los detalles, hurgando en la herida constantemente.
Oscar no daba crédito a lo que estaba oyendo, si el tenia ya bastante con lo suyo, además de eso, tenia que oír mas calamidades.

Nada mas terminar la historia dio un enorme suspiro, y casi sin detenerse empezó a contarle otra, con mas detalles, más argumentada, pero esta vez, aunque muy similar a la de su amigo, con otro punto de vista menos pesimista, con mas humor…

Era la de un chico valiente que motivado de alguna forma consigue, por así decirlo triunfar en la vida; Con el tema de los estudios, va pasando los cursos holgadamente, no solo consiguiendo el mismo una enorme satisfacción, si no también demostrando a todos los que le rodean que vale mucho.
Con su madre y su hermano entabla un cariño enorme, algo mucho más entrañable de lo que anteriormente se podría imaginar.
Lo vio de otra forma totalmente distinta de la que muchas veces, por desgracia lo suele ver la gente…
La historia terminaba, con un protagonista ya jubilado, con nietos, felizmente casado, con buena salud, etc.

-Bueno Oscar, ¿que te parece la historia?
-¿Cuál de ellas? Es que hay dos.
-Bueno, ahí dos historias, básicamente tratan de lo mismo, ¿con cual te quedarías?
-Pues evidentemente me quedaba con la segunda historia, ¿no?
-A simple vista y escuchando lo que has oído, todo el mundo se quedaría con la segunda historia, ya que parecen la misma pero con distintos finales, con distintas formas de ver la vida. Lo que quería decirte es que tú podrías ser perfectamente ese chico, en tu mano está.

Por soulripper

Tostador

Y entonces me di cuenta de todo lo que habia perdido en un instante. Tan rápido, tan fácil. Simplemente tuve que usar la vieja navaja que mi abuelo me regaló; aquella con la que tantas cacerias habia compartido.
Mi vida pasó ante mis ojos, mientras yacía en la bañera, en un último y sangriento baño. Tuve miedo, ¿qué vendría ahora? ¿Sería cierto eso de la vida después de la muerte? Nunca habia creido en ninguna iglesia, ni en ningún dios, pero ahora deseaba fervientemente poder creer que ese no era el final. Un instante después de haber abierto mis muñecas con ese maldito puñal, ya estaba arrepentido, aunque al instante siguiente la calma me volvió a invadir, era consciente de lo que había hecho y porqué. Sentí sueño; entré en un trance, recordando viejos tiempos, recordando mis últimas horas, mirando en el futuro, en lo que allí había tirado. La melancolía me invadió.
Siempre había sido un cobarde. Mi padre me enseñó que lo mejor era no luchar, que yo era simplemente un observador. Que las cosas ocurrirían y yo no podría cambiarlas. Era por eso que nunca tuve la suficiente valentía como para enamorarme de nadie. El amor te hacía sufrir, decían. Si no quieres que tu alma se rompa, no la tengas. Ah, pero eso no era tan fácil. Siempre había sido un romántico. Aún recuerdo aquella chica en el instituto. Era perfecta, aunque no era su fisico lo que me atraía de ella. Simplemente eramos almas gemelas, ella me comprendía perfectamente y yo la comprendía a ella. Bueno, dejó de comprenderme cuando decidí dejar los estudios y empezar a trabajar. Creo que mi vida ha sido sólo eso, un cúmulo de decisiones erroneas. Cuando mi "mejor amigo" me dijo que había pasado una noche magnifica con ella, simplemente le creí. No me atreví a contrastarlo preguntandole a ella. ¿Y si era cierto? Ella pensaría que yo estaba celoso y que me gustaba. Y me gustaba más que nada en el mundo, pero si mi amigo no me mintió ya era demasiado tarde. Y era otra persona la que me gustaba, más bien otra imagen de una misma persona. Porque ahora entiendo que el amor se basa en eso. En que imagen tienes de la persona a la que amas, una imagen de perfección. Pero nadie es perfecto, todos tenemos nuestros fallos. No existen las almas gemelas.
Y eso debería haberlo sabido antes de conocer a la persona con la que he pasado estas últimas horas, pues he vuelto a caer en el mismo error de ignorar algunas cosas, y exagerar otras. La mente humana es compleja, y la mia estaba en un momento delicado. Durante meses he estado pensando que mi vida no tenía ningún valor, que no tenía sentido vivir. De lunes a viernes estaba trabajando, un trabajo que para nada me llenaba, simplemente necesitaba ese dinero para vivir. El sabado ya cambiaba la cosa. O más bien el domingo. Cuando me levantaba con un terrible dolor de cabeza y me ponía a pensar en lo que había hecho la noche anterior. Y me deprimía, ¿por qué no podría ser una persona normal? ¿Por qué mis amigos me parecían tan sumamente aburridos y monótonos? Ellos se divertían y se reían mucho, y yo también reía. Pero los domingos... Los domingos veía que la noche anterior había sido otro noche vacía más. Aunque me levantase acompañado en algún hotel o piso ajeno, tampoco eso me llenaba. Mi alma seguía vacía como siempre. Presa de un recuerdo que nunca llegó a ser real.
Pero hoy, hoy ha sido distinto. Nuestro día diferente, como lo bautizamos antes de que empezase, ha sido realmente increible. Y ahora que miro unas horas atrás, recuerdo que no ha sido nada especial. Creía que cuando me enamorase haría cosas increibles, iría a lugares a los que nunca había ido, y eso ha sido solo en parte cierto. Nunca un cafe a mitad de mañana en el bar de siempre ha sido tan increible, tan lleno de... De ella. Después el paseo por el parque, al que iba todos los días a correr. Nunca había estado en ese lugar, lleno de hermosos árboles de amarillentas hojas, vencidas por el otoño y gorriones piando, dando la bienvenida a ese nuevo día... Ah, si... Un estupendo día. Ha sido magnifico y por fin mi vida ha cobrado algún sentido. O lo había cobrado hasta que leí la carta que ella dejó junto a mi mesilla. Arma homicida.
"Primero decirte que estas han sido las mejores horas de mi vida, y siempre te querré." Comenzaba la susodicha. "Ha sido increible el tiempo que hemos pasado juntos y no quiero que se estropee. Hay muchas cosas de mi que no sabes, y sé que lo único que conseguiría quedandome junto a ti sería destrozar tu vida. Nunca me lo perdonaría. No estropearé este día. Esta carta es lo último que vas a saber de mi, y lo último que yo sabré de ti. Pero como ya te he dicho siempre te llevaré bien en mi interior, y un pedacito de mi alma se queda contigo. Hasta siempre, mi amor." Rompí a llorar mientras la leía. No podía creer lo que me había hecho, quedandose o no, había destrozado mi vida. Sentí ira, durante horas los muebles de la casa sufrieron de ella. Cuando mis puños ya me dolían casi tanto como mi alma paré. Me senté entre los restos de lo que debía ser mi armario y me puse a pensar. Entonces me invadió la inseguridad. Seguramente ella me había tomado el pelo como yo había hecho tantas veces con otras... No se cuanto tiempo estuve así, solo que cuando anocheció otro pensamiento inundó mi mente. El de que ella estaba en lo cierto, seguramente ese día era tan maravilloso por ser único. Si a partir de entonces todos los días hubieran sido iguales, la monotonía habría acabado con nosotros, y habriamos acabado odiandonos. Una tremenda calma me invadió, recordé su mirada, la que nunca volvería a ver. Recordé su fragancia, única, como ella misma. Entonces lo ví claro. Este era el fin, el fin para el que vivía, lleno de romanticismo y melancolía; y el fin de mi existencia, puesto que si continuaba solo encontraría dolor.
Así es como termina todo, tan rápido y sencillo. Un baño de sangre horrible para otros, hermoso para mi. No podía haber sido de otra forma.

Por BShP

Tostador

El chico despierta, está sentado en un viejo parque, lo ocupan algunos columpios, bancos de piedra, un tobogán, dos antiguas fuentes y un viejo y majestuoso roble, un manto marrón y naranja cubre el suelo, algunas nubes tapan el sol de mediodía, hace algo de frío, creo que es noviembre, el otoño ha despeluchado los árboles, huele a fuego de leña, el aroma de las castañas asadas devuelve al chico la consciencia, hay una guapa chica de pelo negro sentada a su lado, sonríe y le habla:

-Hola, Adam.

Recuerda haberla visto hace mucho, aunque no sabe dónde exactamente, quizás en una vieja fiesta de instituto, quizás en el autobús de vuelta a casa, el caso es que le es familiar, y ya sea por su bonita sonrisa, o por sus bonitos ojos rasgados, se siente inmediatamente unido a ella, por eso, le contesta con toda naturalidad.

-Buenos días, ¿llevas esperando mucho tiempo?

-No, solo ha sido un momento- Ella no deja de sonreír.

El chico se estiró en el banco, bostezó y otra sonrisa igual a la de ella cubrió su rostro.

-Entonces, supongo que no hay ningún problema.

-Supongo.

Dos chiquillos entraban por la gran puerta del parque, corrieron hacia los columpios y sus gritos y risas llegaron hasta donde ellos se hallaban sentados, la pareja no les quitaba el ojo de encima, a Adam se le humedecieron un poco los ojos, ahora lo recuerda todo.

-No deberíamos haber venido aquí.

-Estamos donde me pediste.

-Quizá no debí pedírtelo.

-Es aquí donde quieres estar.

-Pero aquí también es donde más duele.

-Por eso, ¿Dónde la conociste?

-Allí

Adam señaló hacia los chiquillos, el niño empujaba a su pequeña amiga subida en el columpio, ella reía y reía y reía, y quería tocar el cielo, y todos estamos seguros de que lo hizo.
La chica se levantó del banco, sonriendo pero un poco enfadada.

-¡Qué envidia, Adam, colúmpiame a mí también!

Él se levantó y empezó a impulsarla en el viejo columpio con alegría, los niños no les prestaban atención alguna, siguieron con sus juegos y sus risas, que se mezclaron con las de ellos.
Al rato entró un grupo de chicas jóvenes al parque, cinco minutos después, entraba otro grupo, todo chicos, la chica de pelo negro parecía contrariada.
No sé por qué siempre os ha dado tanta vergüenza mezclaros, ¿no sabíais que perdíais el tiempo?

Supongo que era por la educación, vieja y estirada, por el qué dirán, y porque a las viejas del pueblo les gusta mucho darle a la lengua.

Pero perdéis el tiempo, ya te lo he dicho, ¿qué puñeta debería importaros el qué dirán?

-A mí no me metas en el mismo saco, observa.

Adam sacó un paquete de cigarrillos, encendió uno para él, y le ofreció otro a la chica.

-Quita, quita, no sabes el trabajo que me da esa porquería.

Al cabo del rato uno de los chicos se separó de su grupo, acompañado por las bravatas de sus amigos y algunas risas, fue hacia el banco donde ya le esperaba otra chica, miraba hacia el suelo, un poco nerviosa, a Adam pareció iluminársele la cara.

-No podrías creerte lo guapa que era, bueno, que es.

La chica de pelo negro como la noche sonreía y le contestó rapidamente,

-Lo creo, lo llevas escrito en la cara.

Adam no le quitaba los ojos de encima a la pareja del banco, quería levantarse y caminar hacia ellos, pero sabía que no serviría de nada, de repente, su graciosa y pequeña acompañante agachó la cara y la tristeza junto con algo de envidia parecieron invadirle.

-¿Por qué has querido que te recordara esto?

Esto no hacía falta que me lo recordaras, lo tengo clavado en el centro del cerebro, supongo que la elección fue pura nostalgia.

-Tanta nostalgia no es buena.

Adam no contestó, seguía mirando a la pareja, y ahora sí, algunas lágrimas mojaron las hojas secas, en el banco a lo lejos, la pareja se besaba tiernamente, aunque eran primerizos, parecían no tener prisa por aprender, besos entrecortados y risas mezclados con las lágrimas de Adam, éste pareció recordar algo de repente.

-¿Cómo ha quedado el coche de mi padre?

-Adam, no seas estúpido, está en el fondo del barranco, contigo dentro, ¿Qué importa eso?

-¿Y qué fue de la pareja de la moto?

-Están en el hospital, juntos, vivirán.

-Supongo que entonces ha valido la pena.

La chica no habló, miraba hacia los dos enamorados.

-No sabes la envidia que me dais, hacéis tan buena pareja.

-La verdad, creo que ya he visto bastante- parecía cansado.

-¿Crees que te faltó algo por hacer?

-Nada importante, ya has visto lo que valía la pena ver.

-Te creo, vámonos.

-Espera, espera, ¿Cómo tengo que llamar a Dios?

-No voy a llevarte a ver a ningún dios, no estamos de turismo, ¿Para qué querías verlo?

Adam levantó el puño amenazadoramente y pronunció con una sonrisa,

-¡Para ajustarle las cuentas!

Los dos rieron con la broma, a mí no me hizo mucha gracia la verdad.

-Espero que tardes muchísimo en traerme a Sara, Muerte.

-Yo también lo espero, Adam, hasta entonces, cuídate.

La pareja de enamorados no pareció notar cómo se esfumaban las dos figuras del lejano banco, los chiquillos seguían riendo y jugando,

así seguirían siempre.

Con todo mi cariño (y una sensación mas difícil de explicar) a Sara, y a Neil Gaiman.

Por Mexicano

Tostador

Oscuro atardecer que en mi mente se reflejaba y a mas ver que me llamaba.

Me desvanecía, mi ojos se nublaban, y por culpa de una dama mi corazón se ha atormentaba, y ahora trabaja para matarme, vida ya consumada, lo que queda en mi interior es un trama y un complejo sentimiento de lo que siento muy adentro, firme pero lentamente, moría, y nadie me salvara hoy, somos muchos entre muchos y nadie se fijara en mi, ni el ser mas próximo ni el mas lejano de mi.

Y ahora me ven, con los ojos abierto de par en par, que mi corazón se muere lentamente y mi mente es cada vez mas frágil, ya se va…

Hasta puedo ver a las almas en pena… vagando con total libertad, sabiendo que algo queda por pasar, están como yo, entre sol y sombra, entre penumbra y desilusión..

No ves lo que yo si, almas caminando, chocando entre si, el viento las arrastra menudo frenesí!

Las veo, me miran, pelos de punta, caminan, a mi lado están, no se van, con los ojos abiertos de par en par, me miran, mi corazón se estremece, hoy no dejo de notar, un peculiar sentido de mal estar, a mi lado están, me miran, no dejan de mirar, los veo, me ven, caminan junto al viento, almas al son del aire, almas un tanto peculiar, me miran! los veo.. con los ojos abiertos de par en par.

La noche aun no ha caído pero siguen sin parar, el viento les arrastra su voluntad, voluntad perdida en el mas allá, vagan con el aire sin saber a donde van, algo ha quedado por hacer, algo ha quedado a mitad, sueños in acabados, hoy no se van del todo al mas allá..

Caminan, los veo, con los ojos de par en par, con la mirada de tristeza sin saber a donde van, caminan y yo con las lagrimas saltadas, les veo y hago como si no viese nada, no podré ocuparme de los problemas de todos, vagan sin saber a donde van, con la mano en el corazón, pensando que algo aun quedo, que las puertas de san pedro tienen cerradas, y entre los vivos no les queda nada..

Caminan, Los veo, con los ojos de par en par, mirando a un lado y a otro sin saber a donde van...

Caminan.... los veo..... ahora me han visto... saben que estoy aquí.... me preguntan al oído desde lejos hablándome con la mirada.... con los ojos abiertos de par en par, y oigo voces en mis oídos que no me dejan terminar de morir en paz...

Por mis ojos se escurren gotas de sangre, hoy el sol no se ha alzado, es un día triste, como mi sonrisa, en mi gesto se delata mi amargura, hoy tengo palabras para describir el dolor, es intenso y abundante, la calma no me llega, mis suspiros se aceleran, me pongo nervioso y anoto lo que pienso, todo es muy lento, como si el tiempo se parase y se centrase en mi, en mi dolor y mi desahogo, en mi fría mente, en mi lugar, un lugar donde resido y quedo solo, aislado de el daño que me puedas causar, aislado de ti, a solas con un mal estar sin fin…

Todo lo que hagamos en esta vida tendrá su eco en la eternidad, y yo ya he visto esos caballeros con cuernos, eso quiere decir que esto va mal?

Que no lo hice del todo bien, y en el cielo no hay lugar para mi, tumbado en el sofá medio muerto me pongo a pensar, que si mi corazón llegara a pararse del todo, a donde iría yo cuando me fuese de este lugar.

No quiero quedarme como ellos, no quiero caminar con el viento, sin libertad, pensando que algo hice mal… o quizás no sea eso, quizás algo me ha quedado por terminar, algo que deje a mitad, y el sentimiento es un pesar para mi, demasiado grande, me pregunto si a caso no fui amable en esta vida?

  • No lo fuiste del todo.
    ¿A caso lo hice todo mal?
  • No del todo.
    Cual es el problema?
  • La confianza siega arrastra al hombre a la perdición.
    ¿Estas diciendo que fue mi culpa el confiar en otra persona?
  • No siempre las personas son causante de un problema, esta vez lo eres tu mismo.

Estoy pensando a comenzar mi locura, hablo con lo mas profundo de mi ser, y pienso si estoy loco, o si un genio se va a desvanecer.

De todo modos, la muerte va alzando sus brazos, acechando y esperando el momento, a mi lado esta, sabiendo que de hoy no pasare, y que el mañana no tendré presente, por mi cara lagrimas amargas, que traen consigo una desilusión, una vida con temor, a veces queremos morir, hoy pregúntate, que hay después de la muerte, a mi no me espera el cielo, lo cambiaria todo, pero me dejaron el corazón chafado y lo tiraron por el lavabo, ahora solo queda esperar, como ya he dicho el se para poco a poco sin mas.

Tantas cosas cambiaria, tantas cosas por descubrir, descubrimiento no querido que para mi ha de ser un destino, y al filo de de convertirme en recuerdo, me acuerdo de lo que yo te decía, que el trato de la vida, todo es filosofía.

Que si algún día lo haces mal, te aseguro que lo pagaras.
Y que la sangre de tus venas pedirá ¡Misericordia!

Ellos se cierran, hablo de mis ojos, quisiera que alguien me dijera despierta, despierta !
háblame y mírame a la cara, que te parece todo ? has encontrado el significado de la vida ?
Dime, cuéntame, que ha pasado hoy ? puedes oír a los duendes ?
Las hadas existen, tu solo finge que no están, ellas estarán a tu lado.
Soñaste que había hadas madrinas ? no es un sueño, cada persona tiene su hada madrina…

Pues mi hada hoy no quiere salvarme, hoy mi acompañante es ella, ¿Quién? La muerte. A mi lado esta, esperando como ya dije ella no tiene prisa en llevarme ya.

Sueño marchito por un desengaño, el creer que yo iba a ir volando hasta el cielo, y veo que todo es mas oscuro de lo que pensábamos.
No me queda un amanecer por ver, si no una larga noche que pasar, junto a ella, mirándome, incluso me atrevería a hablarle, seguro que sabe que la veo, y nadie viene a ayudarme, estoy solo…muriendo lentamente.

Ya casi no puedo hablar con mi interior, pero oigo unas pocas palabras que dicen..

Hoy no, hoy no…. Despierta!

Por EnTeOmEgA

Tostador

Aquella noche había caminado mucho. No sabía nunca a donde se
dirigía. Se lo preguntaba a las hierbas al anochecer, cuando se despertaba, o a las rocas, o directamente cerraba los ojos y caminaba, y cuando los abría el mundo le ofrecía una senda por la que seguir.
Cada noche era distinta, jamás caminó dos veces el mismo sendero.
Pero eso no parecía importarle.
Desde hacía meses caminaba por un terreno desolado. Un paisaje aterradoramente bello, que le despertaba curiosidad y seguridad al mismo tiempo...
Montañas y rocas de un color indefinido, bosques inmensos de un verde tan oscuro que podía llegar a creerse que era negro.
Particularmente uno de ellos le pareció más acogedor, y se instaló allí para meditar durante el día.
Se sentó en un claro del grandioso bosque. Para cualquier persona, a esas horas de la noche, sería un lugar aterrador, pero la particularísima visión de la belleza y la serenidad de Solo lo
convertían en el lugar perfecto.
El alba comenzaba a sentirse en el aire. Solo también lo sintió.
Cerró los ojos.
Adentró su alma en las raíces del extraño bosque.
Y a sus oídos llegaron gritos de angustia y dolor.
El bosque atronó sus oídos con lamentos extraídos de las peores pesadillas imaginables.
-Porqué?
Luchó con el espíritu de cada brizna de hierba, de cada árbol...
Y a todos repitió la misma pregunta...
El bosque no respondió.
La sombra de la duda.
En el alma de Solo esa duda germinó y echo raíces.
No pararía hasta descubrir el motivo...
El bosque había pretendido algo... ¿ Asustarle ?
Durante noches enteras admiró la belleza de aquel lugar.
Parecía un bosque escapado de una pesadilla, pero estaba en flor,
las plantas estaban vivas...
Lo hermoso es una mezcla de lo aterrador y lo bello...- pensó
Porqué le parecía hermoso? Lo estuvo dudando unos instantes...
No supo responderse. De todos modos... ¿ acaso
él, como poeta que era, debía encontrar razones y lógica en la belleza ? !!Eso iba en
contra de su modo de vida!!
Simplemente aquel lugar era digno de ser considerado uno de los
lugares más hermosos que conocía y punto. Le daba igual que el bosque le gritara a su alma.
Su sentido estético estaba exaltado, el lugar era perfecto... Observó durante unos segundos las pequeñas estrellas en su muñeca, abrió los ojos...
Se encomendó a los dioses del recuerdo y empuñó su pluma plateada.
Verso vibrante, como le gustaba llamarla, dibujó retazos de belleza
sobre un trozo de papel blanco...
De fondo, relucía la imagen de lo imborrable... Y pensando de nuevo
en ella se durmió.

La luna acariciaba lentamente las mejillas de Solo, invitándole a que olvidara sus sueños...
Agitando las brumas que aletargaban aún su cabeza, las refrescó con el fantástico efecto
que las luces provocaban entre las hojas de aquel extraño entorno.
Completamente despierto, envuelto entre las luces y las sombras de la noche de aquel bosque,
se internó en la espesura dispuesto a saber lo que necesitaba sobre aquel lugar.
Un sonoro murmullo de agua orientó sus pasos dentro del sombrío bosque,
llegando así hasta el origen de un pequeño pero brioso manantial que surgía entre las rocas milenarias, yendo a morir a sus pies,
cristalizando en forma de sonidos claros y transparentes la respiración que Solo contenía mientras observaba aquella maravilla.
Aquellas rocas no eran simplemente trozos de piedra sin recuerdos como las que conoció durante
su largo viaje...
En lo más hondo de su ser, aquellas piedras entonaban viejas historias, cantos de desesperación,
hablaban de lágrimas infinitas, de seres condenados...
Estaban llenas de dolor.
Un dolor que Solo no conocía.
Deshizo sus ojos observando cada grieta de aquellas piedras colocadas de forma caprichosa,
como si fuera lo último que quedaba de lo que un día fuera un hermoso templete,
perdido en la inmensidad oscura y sobrecogedora de la soledad...
Soledad que emanaba de aquel bosque, de árboles terribles, pero bellos a las negras pupilas de Solo.
Derramó algunas lágrimas encima de aquellas piedras, invadido por la tristeza que las bañaba y las envolvía

en un abrazo eternamente ignorado, pero no por ello menos doloroso.
¿Qué mano puso allí aquellas rocas?
De alguna forma, Solo quiso compartir su dolor.
Sus lágrimas no florecerían allí, pero eso no le importaba.
Sin apenas darse cuenta, un frío intenso recorrió los huesos de Solo...
Qué sucedía allí?
El dolor de no saber hacía mella en el espíritu de Solo.
Pero reconoció en aquel frío la respiración de la muerte.
¿La muerte? No, -pensó. No puede ser.
La parca danzaba a su alrededor, él lo notaba...
El silencio sepulcral que sigue a la muerte se hizo sentir, durante un tiempo que Solo no pudo medir.
Ni siquiera oía su respiración...
No sentía miedo, pero lo atormentaba el saber que cosas más grandes que su propia comprensión jugueteaban con él.
Sentado entre las hojas muertas, entonó un canto, suave al principio, firme y potente al final, lleno de luz y hermosura.
Acababa de desafiar a la muerte.
El silencio se hizo aún mas pesado y espeso...
De pronto, el agua dejó de manar, las hierbas se secaron, los árboles se encogieron sobre sí mismos con un sordo lamento...
La muerte demostraba su poder.
Solo seguía cantando, sentado entre la hojarasca seca, observando las estrellas desde un pequeño claro, ignorando lo que sucedía a su alrededor.
Poco a poco, los colores también iban muriéndose, dejando a Solo en un sobrecogedor escenario de grises y negros.
Pero cerró los ojos.
El seguía cantando, desafiando con sus notas el poder de la muerte.
La luz de las estrellas también se fue extinguiendo, mientras que unas espesas nubes negras ocultaban a la luna.
La oscuridad, mas densa y terrible de lo que ningún humano ha imaginado jamás, lo invadía todo.
Pero Solo vivía en la oscuridad, y eso no lo asustaba.

Dejó de cantar.
No por voluntad propia, claro. Los sonidos que emitía su garganta morían en el aire, sin llegar siquiera a sus propios oídos.
Pero en su fuero interno, siguió con aquella canción que enfurecía a la muerte.
Absurdamente, abrió los ojos.
O eso creyó, porque no vio absolutamente nada.
La muerte había acabado incluso con la luz más ínfima que pueda captar el ojo humano.
Había envuelto a Solo en un manto inmensamente oscuro.
Pero, dentro del pecho de Solo, una débil y titilante chispa de luz blanca, rebelde como la voluntad de su portador, nacía como un último y definitivo desafío.
Dentro de las estrellas de su muñeca también nacieron unas débiles luces, cuyos colores jugueteaban en aquella extraña oscuridad.
Pero enfrentada a las luces, una nube, negra, inmensa, flotaba en el aire.
La presencia era cada vez más clara.
Un terrible rugido surcó el silencio, aturdiendo los dormidos oídos de Solo.
-¿Quién eres tú, maldito descarado, que no temes a la muerte?
Con una voz distorsionada que no reconoció como suya, respondió:
-Soy el que canta y camina entre las sombras.
-¿Porqué me desafías?
-Sólo deseo saber... solo busco respuestas.
-No parece muy sabio tentar al destino y a la muerte...
-Aun así... Nada puedes contra mí, acabas de verlo.
-JAJAJA! Infeliz! Mi poder abarca mucho más allá de donde tu conocimiento llega. Tarde aprenderás que el poder de la muerte y del dolor es más grande que tú. YO SOY EL FIN! SOY CADA LÁGRIMA, CADA CADÁVER, SOY ATEMPORAL, SOY EL VACÍO, SOY TU INEXORABLE DESTINO! !!!NO PUEDES HUIR DE MÍ!!!
-No puedes destruir ni mi alma ni mi espíritu, vieja necia...
-Puedo destruir tu mente... !!!!!!Y tu corazón joven estúpido!!!!!!
Solo cayó entonces en la cuenta... Una lágrima nació de sus negras pupilas, mientras que su pecho temblaba de una manera desconocida para él ...
La muerte podía destruir la única razón de su vida... Y sintió que por su estupidez alguien iba a sufrif, y no podría hacer nada...
Absolutamente nada.

Por KraK-PPD

Tostador

Ella pasea entre nosotros. A veces nos la cruzamos y la miramos a los ojos, llenos de vida vacía. Se alimenta de nuestros sueños e ilusiones, absorbiendo cada instante de felicidad y transformándolos en la nada en tan sólo unos segundos. Entonces te conviertes en un recuerdo con fecha de caducidad...

Un día más... Una música monótona suena en el despertador. Intenta no escucharla, pero le cala en el sueño como el goteo incesante de una cañería rota. Con esfuerzo levanta el brazo casi inerte, y lo deja caer sobre el botón que le librará del perezoso despertar. Cinco minutos más... Esa mañana prefiere no amanecer. Sabe que la consciencia le hará más daño, pequeñas punzadas en el corazón que lo desangran. La noche anterior fue triste, intensa, bonita, dulce, excitante, amarga... Demasiadas sensaciones para haberlas asimilado en una noche de escasas horas.

Buceando en su mente, recuerda con trazos difuminados qué le ha llevado a despertar nuevamente...

			***	***	***

Él y ella, tumbados en la cama, bajo las sábanas suaves y blancas, recuerdos de tiempos felices, se abrazan como amantes recientes y temblorosos. A contraluz, él mira el dibujo perfecto de su perfil y siente el deseo. La cara oculta de la luna incrustada en sus pupilas hace que un escalofrío casi eléctrico recorra su espalda. Mezcla sus dedos con su pelo e inhala con ansia el aroma que desprende. Déjame que te transporte a mi estado de perfección… Siente como una paz desconocida hasta ahora inunda cada pequeña porción de aire que respira. Atrápame…

Con movimiento lento ella despega sus labios, y un sonido casi imperceptible, más tenue y oscuro que un dulce susurro, se desprende de lo único que posee, su pensamiento.

  • Aún no…

Para la yema de sus dedos sobre su ombligo desnudo y desea viajar al centro de su vientre. Lo ha escuchado, pero prefiere no ser consciente. Tanto tiempo deseando este momento y ahora que estaba tan cerca me privas de él… Hipnotizado, casi extasiado, viaja por sus entrañas y regresa el dolor. Ese mismo dolor que le corta la respiración y ni siquiera le deja llorar. ¿Qué injusticia, no crees? Sólo quiero que los recuerdos se escapen a través de las lágrimas…

Ella parece carente de sentimientos, quizás haya absorbido tantos que esté vacía. Pareces tan hermosa… Él se abandona de nuevo a la sensación de poseerla en un intento frustrado de recuperar el control, pero ella es fría y parece no percibir las inmensas ganas que él tiene de seguir a su lado de por vida. O de por muerte… Cierra los ojos y pega la nariz a su cuello, y con toda la dulzura de la melancolía la besa suavemente. Por favor, no me dejes aquí…

Su pecho se eleva en la soledad compartida de la habitación, y una vez más deja escapar un leve sonido que más parece un llanto, pero helado como la nieve casi cristalina que cuidadosamente se estrella contra la ventana.

  • Lo siento, pero no es el momento. Aún no…

¿Sabes lo qué es sentirse muerto estando vivo? No puedo, no quiero continuar así…

  • No hay nada que puedas enseñarme, esa es mi condena…

Vencido, se aparta de su lado y desliza la mirada por la oscuridad. Ella parece recobrar vida, y como siempre, con un movimiento muy lento, casi imperceptible, se vuelve hacia él y fija sus ojos llenos de nada en su mirada perdida. Se adivina una tímida sonrisa en su cara, y por unos instantes parece casi humana. Eres demasiado bonita para serlo… Se acerca con cuidado y él siente su aliento cálido sobre sus labios. Ojalá el tiempo se parase, lástima que el dios Cronos siempre juegue en nuestra contra… Un beso desconocido le transporta por unos instantes a algún lugar muy lejano y, sin darse cuenta cae en un sueño dulce y profundo. Cree sentir que una voz respira en su oído.

  • Pocos pueden decir que hayan sobrevivido a un beso de la Muerte…

En la mesilla de noche una botella de Coñac, treinta inviernos de ansiolíticos y olor a soledad. Duerme…

			***	***	***

Abre los ojos alterado y una punzada le arranca del estado comatoso en el que había sucumbido al recordar. Sólo tenía un deseo, morir, pero el intenso dolor le asegura que permanece en este maldito mundo que tanto odia. Es tan cobarde que ni siquiera ha tenido valor para quitarse lo único de lo que es dueño, su vida. O quizás no. Quizás sea algo que ya tampoco le pertenece, algo ajeno a él, como todo lo demás que le rodea.

Con dificultad deja que el nuevo día se cuele por sus pupilas. Un tímido rayo de sol acaricia su mejilla con un suave calor. Abre los ojos pesadamente, las sábanas son de plomo y su cuerpo parece pegado al colchón. No tiene ganas de empezar el nuevo día, que se presenta similar al anterior. Cinco minutos más... Entreabre los ojos y ve los números rojos del despertador algo borrosos. Agudiza su mirada y sus labios desprenden un suspiro profundo. Llega tarde... Siente el frío del suelo bajo sus pies descalzos mientras camina hacia el cuarto de baño. Con movimientos lentos, se desnuda y se cuela entre las cortinas de la ducha. El agua sale muy caliente. Nota como el chorro casi le quema la piel, pero es una sensación agradable. Frota sus ojos intentando dar los buenos días a la mañana. Pero la sonrisa que esboza no resulta muy convincente. Se viste sin ganas, y con toda la lentitud de unas prisas apáticas, se dispone a salir.

Se funde entre la multitud que agobia a la cuidad. Un día más... Yo no quería esto... Como un autómata se dirige hacia un lugar que no importa. Ya nada importa... De pronto un chasquido en su cabeza le transporta. Ella. No consigue apartarla de su mente. ¿Por qué? Ella, por alguna extraña razón que no alcanza a entender le ha dado otra oportunidad. No ha querido elevarle en un vuelo eterno a su lado. Aún no...

Hace tiempo que se acostumbró a pensar en negro, pero hay algo que se le escapa. Ella ha estado durmiendo a mi lado, me ha amado una noche casi infinita y ha decidido alejarse de mi. La Muerte me ha regalado otra oportunidad para intentar ser feliz y sentirme completo. Intenta sentirse afortunado ante la realidad que experimenta y camina firmemente, como si una energía renovada estuviese irradiando a través de cada poro de su piel. Siente un cosquilleo extraño y agradable. Parece que un millón de mariposas revolotean en su estómago y siente la necesidad de aspirar con fuerza para llenar sus pulmones de vida.

Pero ese beso... Evoca la sensación perfecta de ese beso anhelando de nuevo que sea real. Por más que lo intenta no logra que deje de ocupar la mayor parte de su pensamiento, y quizás su deseo... Lo aparta. Mirada al frente. Decide que no quiere ser estatua de sal. Hay algo maravilloso reservado para mí, si no... ¿por qué? Olvida para ganar la batalla del desprecio al pasado, y sueña luchando contra el presente.

Pero, ese beso...

Por VeSpErTiNe

Tostador

Todo estaba empezando a desmoronarse , las ultimas noticias no eran buenas , otro bosque se había quemado , y ya iban 13 en la ultima semana , las temperaturas habían subido 10 grados en apenas 5 años , la situación había pasado de alarmante a normal en poco tiempo , ya nadie se extrañaba.
La gente solo se limitaba a sobrevivir , los inviernos eran cada vez mas calidos , hasta tal punto que en algunos lugares ya no existía la estación de la navidad ; muchos se mudaron a los lugares mas fríos del mundo pero ni por asomo eran lo que fueron en antaño.
Lo mas sensato era vivir en las montañas , a parte de porque el nivel del mar había subido en un par de metros por el inicio del deshielo masivo de los polos , también porque el clima era un poco mas estable , ya que las temperaturas al menos eran un tanto constantes oscilando entre los 20 y 40 grados a lo largo del año , no como en otros lugares como por ejemplo en África , donde bajar de los 40 grados era una utopía , de hecho ya nadie vivía allí , había sido desalojada hace mucho , algunos pudieron marchar y proseguir con su supervivencia y otros simplemente perecieron en sus tierras.
Los animales no habían corrido mayor suerte , las aves fueron las mas afortunadas , pudiendo cambiar sus rutas migratorias hacia lugares mas fríos , sin embargo la mayoría de los mamíferos se extinguieron , quizás ni se dieran cuenta o quizás lo sabían desde hace mas tiempo que nosotros y solo se limitaron a vivir con dignidad lo que les quedaba de vida , quizás les había llegado su hora.

  • Que indica el parte metereologico hoy ? Le pregunté
  • Creo que hoy hará un día muy soleado . Respondió Christian

Christian era un amigo que trabajaba en los partes oficiales del estado , ya que las emisión de informativos en los medios había sido totalmente suprimida , obtener cualquier información se limitaba solo en dos vías , escuchar informativos piratas o tener algún contacto en lo que supuestamente era el gobierno.

  • Que gracioso , me refería a las temperaturas , ya sé que siempre hace sol.
  • Pues lo de siempre . 25 grados , es la temperatura normal en primavera.

Primavera … Le llamábamos así , por recordar viejos tiempos , porque cualquier semejanza con la época de las alergias era casualidad.
Antes de que la situación se agravara tanto ya se notaron indicios de que algo iba mal , recuerdo cuando era niño , los campos verde radiante , y los jardines impregnados de los infinitos pigmentos que vestían a las flores , pero aquello fue hace mucho , solo podías recordar o alimentarte de fotografías , que debían ser guardadas con gran astucia para que la guardia oficial no te las quitará .
Porque ese es otro tema , el extremo control y represión que los gobiernos habían tomado contra la población , cualquier vestigio del mundo antes de las catástrofes que ocupaban lugar en la situación actual , era requisado para según los pocos boletines oficiales , crear un arca común donde albergar todo el conocimiento en caso de una catástrofe aun mayor.
Eso solo ocurría en los lugares controlados por el frente común mundial , había otros lugares donde se habían creado comunas y donde nadie mandaba , pero no eran del todo seguras , además aquí aun conocía a gente y de momento comía todos los días.

3 años mas tarde …

Me encuentro dando tumbos de un sitio a otro , no estoy mucho tiempo en ninguno , porque tampoco hay nada que hacer , intento trabajar en algo en los inviernos , que es cuando aun se pueden obtener algunos alimentos , pero la verdad es que tampoco hay apenas trabajo , no hace falta , los aspectos tecnológicos son dirigidos prácticamente por máquinas , como el suministro de agua a las casas , obtenida del mar y convertida en dulce obviamente , ya que el acceso directamente al agua dulce era un privilegio que nadie se podía permitir.

Y fue en uno de esos tumbos donde presencie una escena que me impactó de manera que marcaría el resto de mi vida.
Estaba yo buscando por el campamento central algo en lo que ayudar para matar el tiempo cuando vi. a una niña paseando con su madre , fue al pasar a su lado cuando escuché un esbozo de su conversación , fue cuando escuché la frase , el momento exacto.

  • Mamá , porque ya solo llueve en la ducha ?

La madre dibujó una ligera sonrisa en su cara , mientras una lagrima descendía a través de su mejilla , no supo responderle.

Y desde ese día a menudo pienso como hemos llegado a esta situación , antes pensaba que estábamos matando a la Tierra pero no es así , llegué a la conclusión , de que la Tierra murió hace mucho , exactamente en el momento cuando nosotros aparecimos , los seres humanos , o en concreto el homo sapiens sapiens , somos como gusanos comiéndose un cadáver putrefacto , y ahora simplemente se nos ha acabado el cadáver , aunque supongo que podremos seguir comiendo en otro planeta.

Por v0rTeX

Tostador

El muchacho se sentía feliz. Hoy era su día. Su gran día. El día para el que
tanto tiempo se había preparado, para el que tanto tiempo había dedicado,
para el que tanto tiempo se había concienciado.
No tenía miedo, era su misión, su objetivo. No tenía que tener miedo a la
muerte. “La muerte es algo natural y muchas veces, necesario ” le habían
repetido una y otra vez sus instructores. “La muerte es el camino hacia un
nuevo y mejor mundo, donde nos espera la felicidad absoluta, y si la muerte
es por una buena causa, con mas razón aun”
Las palabras le resonaban una y otra vez en su mente y le producían una
agradable sensación..
Desde que tenia uso de razón, le habían inculcado esos valores y ahora a sus
17 años de edad, los tenia profundamente arraigados en su ser.

Se puso una sudadera, unos vaqueros y cogió su mochila. Su semblante
irradiaba felicidad por todas partes. Era un muchacho feliz, inmensamente
feliz.
.
Ayer se despidió de su familia, que orgullosa lo había abrazado, besado y
deseado suerte.
Todo iba bien, ya quedaba poco para la culminación. Su familia y amigos se
sentirían muy orgullosos de él y esto lo complacía enormemente.

Salió a la calle y se dirigió a la parada de autobús que estaba enfrente del
apartamento donde había pasado los últimos días.

El autobús de la línea 3 que le conduciría al centro apareció por la
esquina y la emoción se apodero del muchacho que no pudo si no dejar escapar
una pequeña sonrisa.
Subió al autobús y se sentó en el primer asiento que vio libre , impaciente.

La gente, andaba ensimismada en sus asuntos, distraídas. La señora que tenia
sentada al lado leía el periódico del día y una pareja de novios, se besaba
en el asiento de delante.

Era un dia perfectamente normal, sin embargo el trafico era fluido y el
autobús freno en la parada del centro antes de lo previsto.

“Ya falta poco”.- Pensaba.- “Ya pronto estaré al lado del Alá , que me
acogerá como a un hijo en su reino“.

Bajo rápidamente del autobús y se dirigió a la plaza central, mas
concretamente al centro de ésta , donde se detuvo unos instantes.

La gente paseaba a su alrededor sin conocer su fatal destino.

“La muerte es la puerta hacia un mundo mejor. Esto es por una buena causa.
La Guerra no a hecho nada mas q comenzar y los guerreros de Ala se lo haran
pagar caro a los infieles.”.- Pensó.
En su semblante se dibujó una sonrisa.

“Clic”

A 100 metros de allí , Abdel Rashîd , oyo un ruido atronador y sintió un
golpe en la espalda que le hizo caer de bruces contra el asfalto. Aturdido ,
quedo tendido en el suelo , incapaz de levantarse.
Los oidos le pitaban y estaba totalmente desorientado. “¿ Que es lo que
habia pasado?”

Las ideas se le fueron aclarando poco a poco y los gritos de dolor , de
llanto y de gente pidiendo ayuda lo envolvieron.

Un suicida acababa de explotar en medio de la plaza dejando a su alrededor
decenas de victimas.

A lo lejos se oían ya las primeras sirenas.

Abdel se incorporó y miro a su alrededor : el panorama era desolador.
Parecía que el mismo infierno se habia reflejado en aquella plaza.

La muerte habia pasado fugaz y furtivamente por alli. Pero la muerte no es
solo algo fisico. La muerte del alma tambien existe . Pregúntarselo a
aquellos que hayan perdido a algun ser querido. Muertos en vida que
vagabundean por nuestro mundo buscando un sentido que darle a su
existencia.Un sentido que jamas lograran encontrar.

Tambaleándose , Abdel Rashìd intento ayudar a las personas que aun seguían
con vida . Pero , nunca , nunca lograria entender a aquellas personas
capaces de quitar vidas sin sentido , asesinos despiadados con mil caras que
actual en cualquier lugar sin respeto a la vida, sin miedo a la muerte.

Por tur0k_vva

Tostador

Bueno aqui os dejo eso. Ahora por favor respetuosamente dar vuestra opinion, pensar antes que nada que los autores lo han trabajado y duro. Merecen el respeto de esta comunidad. Un saludo y buena suerte a todos

OrODeTh

Estan muy bien trabajadas todas pero me quedo con #4 y #7 ( Bydiox y Arowing )

TuR0K_Vva

Leyendo :)

_

leyendo.. xDD es larguito e xDD

Powerslave

Ya me lei la de 3,06 seg.A ver las demas...

T

Post-it ;)

BShP

Hago una pausa después de leer unos cuantos. Me han gustado mucho todos hasta ahora, sin duda los jueces lo tendreis dificil para ver cual es el mejor de ellos ;) Buen trabajo, chic@s!

EDIT:

Terminé, en general me han gustado bastante, aunque el tema principal es la muerte, los temas son variados y se abarca desde distintos puntos de vista. Recomiendo la lectura de todos ellos, aunque yo ya tengo mis favoritos... :P

_Nala_

leyendolos...

VeSpErTiNe

Terminé de leerlos... Hay algunos que me han gustado muchos, en general, balance positivo!! Aunque igual que BShP tengo mis favoritos...

Espero que disfrutéis de ellos :)

_dGr_

¿Cual es el premio de consolacion?
x'DDD

Vaya unos relatos, no sabia que habia tanto pr0 suelto >_<.

Suerte y que gane el mejor

v0rTeX

Que ha pasado #26 ?

Tostador

theBerzerker encima no te hagas el victima, si quieres ser gracioso hay circos. Si querias participar haberlo dicho y te hubieramos hecho un hueco. Pero no era eso lo que tu querias, verdad? entonces no hables de tratos, cuando aqui la norma es el respeto.

BShP

Venga que si #29, ya hiciste la gracia. Dejalo ya y vuelve a tu recodo con gente que te comprenda.

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