Tiempos (pos)modernos, y la dictadura de la ignorancia

Zerokkk


DISCLAIMER: Este hilo está relacionado con este otro que ha sido popular durante estos días, pero he convertido la respuesta en otro hilo ya que trata el tema desde una perspectiva distinta. No obstante, al lector que no haya visitado el otro hilo, le recomiendo echar un vistazo rápido al otro.

También cabe destacar que esto es opinión propia y que hay partes que pueden ser muy criticables y discutidas. Invito a todo lector que disienta en algo de lo expresado, a corregirme o extender información.

Otra nota: este texto se centra especialmente en la izquierda, aunque la crítica general que veréis aquí se aplica a todas las direcciones de la militancia del espectro político actual. La temática general analiza por qué la izquierda ha comenzado a abandonar el debate y el uso de la razón como prioridades primeras, para centrarse en otros valores que, en mi opinión, la dañan gravemente.


La modernidad y los tiempos de altura


José Ortega y Gasset en "La rebelión de las Masas", definía la modernidad como la época en la que la humanidad decía haber alcanzado una altivez jamás soñada en tiempos anteriores. Cada vez más personas disfrutaban de lujos que antes estaban sólo destinados a unos pocos, y el número de posibilidades de cada ser humano era cada vez mayor. En resumidas cuentas, esta época creía ser el culmen de la humanidad, una suerte de fin de la historia y el nacimiento de una nueva humanidad radicalmente distinta a todas las anteriores. Y es que bien sabido es que la época anterior a la 1ª Guerra Mundial fue definida por una época de bonanza en Occidente, ya estando la revolución industrial bien asentada en dichas sociedades, dotando una serie de facilidades y posibilidades a cada ciudadano que antes eran impensables.

De aquella, nadie se esperaba que el siglo XX fuese a producir un cambio drástico en la sociedad que sería incluso mayor al que se había observado entonces, con el Renacimiento, la revolución industrial, y el hijo de ambas, que parecía ser la modernidad. El tren del progreso occidental, que en aquel entonces parecía imparable, comenzó poco a poco a descarrilarse según la 1ª Guerra Mundial azotó Europa, y los rusos se rebelaban contra el zarismo, uno de los régimenes autoritarios más duros de la historia. El capitalismo se empezó a poner en entredicho según la Gran Depresión atacó a todo Occidente, no sin venir acompañada de una serie de levantamientos fascistas en numerosos países. Y por si fuera poco, el monstruo dormido que se creó con el Tratado de Viena, despertó poco después con la subida de Hitler al poder y la formación del III Reich.

La modernidad estaba en crisis. En una profunda y gigantesca crisis que se veía en lo social, en lo económico, y en lo político. El progreso social que se había realizado hasta entonces, y la relativa paz que vino de la mano, se esfumaron totalmente de la mentalidad occidental según millones de personas fueron aniquiladas en la guerra más brutal de la historia. Las economías de muchos países, en la total y absoluta ruina. Hasta la promesa que venía del Este demostró no ser tan prometedora a fin de cuentas, según Stalin sustituía a Lenin y millones de disidentes morían a base de realizar trabajos forzados en Siberia, así como otros tantos millones de soldados eran enviados a Stalingrado a morir como perros para aguantar el avance de las tropas nazis. Todos aquellos valores de liberté, egalité fraternité que nacieron en el S. XVIII e impregnaron, con mayor o menor eficacia, el tejido social occidental, se vieron arrancados de cuajo de todo cuanto se conocía. La humanidad ya no estaba en esa "gran altura" que se creía que estaba... si es que lo había estado en algún momento.

Muchísimos países aunaron fuerzas para parar a estas bestias que amenazaban aquellos valores modernos sobre los que se asentaban sus respectivas sociedades. Fue entonces cuando apareció la, probablemente, arma que más cambió jamás la humanidad: la bomba atómica. Ésta puso fin a la guerra con Japón, y oficialmente, con toda la segunda guerra mundial. Los japoneses pasaron de tener una voluntad férrea por tomar lo que consideraban suyo, a arrodillarse ante el imparable poder de esta arma. No tenían nada que hacer. El coste de vidas de su población fue tal, que las únicas opciones eran rendirse o morir... y nadie quiere morir, ni siquiera el valiente pueblo japonés.


El racionalismo como mecanismo destructivo


La razón, esa herramienta que había jugado un importante papel en la construcción de los valores occidentales, también había alimentado el progreso tecnológico de los nazis que les ayudó a sobreponerse al resto de naciones, ganar de forma aplastante prácticamente cualquier batalla durante los inicios de la guerra, y a matar a aproximadamente, 11 millones de personas. Los bombardeos americanos sobre ciudades alemanas y japonesas, con material militar puntero, también se ayudaron de las ventajas de la ciencia y la tecnología para sembrar destrucción, y la explosión de las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki, con el pretexto de acabar con la guerra y así salvar más vidas, supuso el mayor sacrificio moral que jamás hemos visto. La frase de Oppenheimer, "Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos" hizo ver lo endeble de dicha justificación. Y es que, ocasionar la muerte de cientos de miles de personas en un chasquido, no es algo precisamente fácil de digerir.

El fin de la segunda guerra mundial, y pasar al período de Guerra Fría entre USA y la URSS, evidenció una serie de verdades incómodas que finalmente, mató a la idea de que el ser humano había alcanzado esa "altura de los tiempos" que se creía: las innumerables muertes por no ser de una raza determinada, el colapso de la bonanza capitalista, el alzamiento de la tiranía en el único sistema que parecía prometedor, el intolerable malgasto de vidas realizado durante la guerra, el sacrificio de cientos de miles de personas por ponerle fin... ¿a dónde nos había llevado el raciocinio, sino a actuar como medio de mejorar las armas y herramientas que los tiranos utilizaban para sembrar el mal?

«Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie», decía Theodor Adorno, uno de los filósofos de esta época que junto a Derrida, empezaron a promover un pensamiento que llamaba a liberar a la humanidad de sus cadenas, aprendiendo de autores como Marx o Freud. La idea de esta denominada "teoría crítica", pese a que tiene muchas distintas denominaciones, podría resumirse que busca liberar a los seres humanos de sistemas potencialmente opresivos y causantes de muchísimas víctimas, como había demostrado haber hecho el capitalismo, los regímenes autoritaros, y hasta el Estado en sí.


La llegada del posmodernismo

Michel Foucault, posterior a estos autores, siguió su trabajo y empezó a presentar ideas derivadas del marxismo que hacían ver que los seres humanos, estamos constantemente ejerciendo "relaciones de poder" los unos con los otros. También fue un claro defensor del constructivismo: que todo concepto que tenemos es una construcción mental.

Estas ideas, cogieron fuerza con rapidez en todo Occidente, y pronto se vieron combustionadas por los hallazgos en mecánica cuántica, e inspiradas por una repulsión hacia todo mecanismo que pudiese ejercer algún tipo de opresión. Pronto se radicalizó el término de constructivismo hacia posturas ontológicas que defendían un constructivismo fuerte (que defiende que nada existe; sólo son construcciones sociales). La idea de que no tenía sentido hablar de una realidad objetiva. La -evidentemente contradictoria- idea de que la ciencia era un mecanismo de opresión del Estado contra la población, y de que el raciocinio era, exclusivamente, una construcción. Una cuidadosamente diseñada para mantener al pueblo oprimido, y perpetuar las relaciones de poder existentes en aquel entonces.

Primero con Adorno y la escuela de Frankfurt, y luego con Foucault, y todavía más aún con la malinterpretación de todos éstos, surgió de entre las cenizas una especie de lema no escrito, pero bien presente en la sociedad. Un lema que clamaba libertad, un lema que quería evitar que volviésemos a caer en los errores de inicios del S. XX, un lema que quería desatar toda cadena posible: "nada es verdad, todo está permitido". Estas palabras, supuestamente pronunciadas por Hassan-i Sabbah hace ya más de un milenio y que a alguno le sonará por Assasins Creed, dejaban entrever que los cimientos de toda sociedad son frágiles, y se sustentan sobre una serie de normas que ésta misma se imponía.

Con el posmodernismo tocando a nuestra puerta, cada regla supone un mecanismo de opresión, y por tanto, un posible vector de opresión de aquellas personas privilegiadas, contra las que no. La opresión que la burguesía ejercía sobre el proletariado, y contra la que Marx luchó activamente a través de sus reflexiones, se vieron de pronto impregnadas en todos y cada uno de los aspectos de la sociedad. La razón, pese a que inicialmente formaba parte de los métodos de la Teoría Crítica para liberar a la humanidad de sus ataduras, mantuvo su inercial denominación de "destructiva", ya que el recuerdo del siglo XX sigue vivo hasta nuestros días. Es por ello que pasó a un segundo plano de importancia, y otros valores como la compasión, y la búsqueda de la igualdad y fin de opresión de unos colectivos hacia otros, tomaron el relevo.

No nos engañemos; ya en el siglo XIX había movimientos progresistas que perseguían estos fines. Como bien sabido es, la propia revolución francesa iba por esos derroteros (pese a que pronto se corrompió). Nietzsche criticó estas conductas dado el hecho de que estos valores limitaban el crecimiento del individuo, por la contra tratando de igualar todos los estratos de la sociedad, y abogó por una visión más crítica de toda creencia, incluidas las religiosas y éticas, que eran las más impregnadas e intocables dentro de la sociedad. Él mismo decía en El Anticristo que la brutal importancia que se le daba a estos valores, no era más que una herencia clara del cristianismo, y que estaban destinados a perpetuar la condición del humano decadént, a justificar la moral del esclavo, alejada del vitalismo que según él, la vida debería seguir, y que encontraba mejor perseguido en las enseñanzas budistas.

Pero todo su pensamiento fue brutalmente vilipendiado en los países nórdicos después de la 2ª GM, dado el hecho de que al parecer, el propio Hitler había basado su pensamiento en la literatura de Nietzsche. A día de hoy sabemos que malinterpretó al autor alemán de una forma grotesca, pero eso no parece ser hecho suficiente como para que se tengan en cuenta sus -en mi opinión, más que necesarias- críticas hacia la aplicacióin radical de los valores progresistas... o de cualquier valor en sí. Dada esta situación, este olvido del pasado, y los recientes hechos en Europa, el racionalismo como doctrina filosófica siguió enterrado, viéndose en una prioridad mucho menor de la que estarían estos otros valores morales que comentaba antes. No importaba si algo era cierto o no; lo importante era si era justo o no. Lo único importante era acabar con las relaciones de poder, ¡incluso si para ello había que abandonar la razón!

Con esta situación a la vista, gran parte de la intención que perseguía la Teoría Crítica se esfumó (su propósito de usar la razón para estudiar la sociedad). Los valores éticos que promovían este movimiento fueron poco a poco permitiendo menos crítica, y se transformaron en una especie de doctrina que poca o nula crítica merecían. La izquierda social, el progresismo, movimiento que antes se basaba en motivos objetivos y racionales para facilitar la vida a todo el mundo, comenzó poco a poco a abandonar el uso de la razón y a sustituirla por la ciega creencia de que sus valores éticos no debían ser cuestionados.


Historia reciente y encendimiento de la "mecha" de la ignorancia

A lo largo de estos últimos siglos, la derecha social (y hasta económica) vio perdidas innumerables batallas frente a la izquierda. Esta última, enarbolando el uso de la razón a lo largo de largo de la historia, produjo muchos grandes argumentos que justificaban con creces la aplicación de la tolerancia, la igualdad, y una mejor situación general para todo el mundo. Llevada por la razón y una actitud innovadora, fue arrinconando cada vez más a la derecha, conservadora y pragmática. Considero que la segunda mitad del S. XX tuvo un buen panorama político izquierdista que logró muchos avances sociales de los que podemos sentirnos orgullosos.

El ideario social de izquierdas se conservó simple, no tuvo que enfrentar grandes problemas intelectuales, y avanzó su paso con facilidad a lo largo de casi toda la geografía política del globo. Las ideas que la izquierda defendió hasta la última década, no distaban mucho de las iniciales, construidas a través de la razón, por lo que su fuerza estaba más que justificada. Eventualmente, problemas como el racismo, el machismo o la homofobia, fueron menguando a nivel político, según se aprobaban leyes que aseguraban garantías para todos los colectivos por igual en muchos países, algo que todavía está sucediendo a día de hoy.

Pero un mundo sin enemigos, es un mundo aburrido. O algo así debieron pensar quienes encendieron la mecha de la discordia. El mundo volvió a ver la oscura naturaleza humana (¿o de la vida en general?) con el atentado del 11S, ya fuera por motivos religiosos o por intereses del gigante americano, así como la radicalización islámica (que muchos teorizan que viene de ello) que siguió, así como la gran crisis económica que nos azotó en 2008 empeoró drásticamente nuestro estilo de vida, y de nuevo la gran sombra oscura de la sociedad humana como conjunto, nos azotó a todos.

Creo que esta sensación de desamparo y falta de seguridad, unida a la aparición de Internet, y profundamente conectada a una crisis existencial que lleva sufriendo Occidente desde que gran parte del mismo abandonó las religiones, provocó una nueva "búsqueda de la utopía" por parte de la izquierda. Una especie de nueva "teoría crítica" a modo de solución de todos y cada uno de los problemas de la sociedad, pero esta vez, extrapolando el trabajo de los autores posmodernistas, y en especial medida Foucault, a todos los estratos de la sociedad. Esta vez había que acabar con todas y cada una de las opresiones existentes.

Pero una peligrosa semilla acechaba: la izquierda política, pese a recientemente victoriosa, tenía una nueva fundamentación ideológica que requería de un complicado ejercicio de interpretación. Los pensamientos posmodernistas eran peligrosamente desvirtuables si no se posicionaban en unas condiciones determinadas, y éstos salieron a la luz en cuanto estos nuevos problemas emergían en el mundo. La primera respuesta fue evidente: según se conocieron las evidencias de que el atentado del 11S se habría podido amañar, el capitalismo volvió a ser brutalmente atacado por parte de la izquierda. En las primeras redes sociales y foros, no era extraño ver una especie de "unión" por parte de gran parte de la gente, en contra del imperante sistema económico y sus excesos, ya más que evidentes en aquel entonces.


La muerte de la esperanza, y la victoria del odio

La crisis del 2008 y el constante aumento de popularidad de las redes sociales y otros "medios de opinión", produjo que esta constante crítica hacia el capitalismo siguiera vigente hasta nuestros días. Una sociedad en desidia, desesperanzada consigo misma, cuyas críticas llevaban décadas perdiendo fuerza al alejarse del raciocinio, cada vez daban menos y menos frutos en su lucha contra un sistema que llevaba un siglo demostrando ser disfuncional.

De pronto, tenemos una población con la misma crisis existencial que lleva asolando Europa un siglo, pero con ideas mucho más endebles, con una idea totalmente desvirtuada de la razón, y con premisas incuestionables. Es el perfecto caldo de cultivo para que el odio campe a sus anchas, escudándose en una extremadamente relativista moral que se autojustifica rompiendo cadenas cuya existencia es casi exclusivamente subjetiva. Si bien el posmodernismo había impregnado el pensamiento progresista a lo largo ya de varias décadas, ahora se daban las condiciones para que éste se rebelase por completo, reclamando un cambio tan profundo, como... indefinido.

Hemos podido ver a lo largo de estos últimos años cómo la economía mundial fue poco a poco mejorando, pero así como este problema se acababa, el progresismo tenía que buscar otros nuevos. El dinero y la bonanza (muy) poco a poco fueron volviendo, pero el odio no se iba. La desidia seguía ahí, y había que buscar un nuevo objeto de revolución, una nueva causa por la cual luchar, un nuevo saliente al que agarrarse para evitar caer en el abismo que suponía la profunda crisis existencial e ideológica a la que nos enfrentábamos.

Poco a poco las luchas progresistas que venían respaldadas por la izquierda racional, se transformaron en luchas que ya no atacaban hacia una desigualdad objetiva y potencialmente problemática para la sociedad, sino que simplemente parecían contener algún tipo de ofensa contra un colectivo históricamente oprimido. Las ideas de Marx se aplicaron ya no a clases económicas claramente diferenciadas en cuanto a privilegios, sino a cualquier tipo de colectivo en la sociedad, colocando en una posición moral superior a la víctima. Con el sutil dato de que dicha condición de víctima, depende de juicios subjetivos.


Síntesis: la dictadura de la ignorancia

Al final, tenemos a una derecha arraigada en valores antiguos, poco innovadora, con miedo de lo que pueda suceder en el mundo dada su difícil situación. Y a una izquierda que, lejos de centrarse en atacar problemas reales de la sociedad, se centra en destilar el odio de cada individuo hacia causas justificadas por la moral propia. Ambos grupos pecan de lo mismo: haber olvidado el uso del raciocinio, del debate sosegado, de la búsqueda de un ideario fuerte y con razones de peso que contenga soluciones a aquellos problemas que denuncian.

... y luego está Internet y las redes sociales. De alguna manera, tenemos a la inmensa mayoría de la población, simplemente odiando. Es tan rocambolesca la polarización social a la que se está llegando por el bajo nivel dialéctico de ambos bandos, que sus argumentarios empiezan a parecerse peligrosamente. La derecha se está radicalizando en su odio contra el progresismo y las ideas igualitaristas, mientras que la izquierda cada vez se centra más en la raza, sexo o sexualidad del invididuo para validar su discurso.

En ambos casos, estamos profundamente jodidos. Ningún lado quiere debatir, ningún lado está dispuesto a hacer concesiones, ningún lado intenta echar mano de la razón para encontrar ya no sólo soluciones, sino problemas reales.

Y aquí me tenéis, alguien de izquierdas, pero totalmente disidente de la corriente actual. Tampoco considero que haya hecho un viraje a la derecha, porque no me parece bien favorecer los profundos niveles de desigualdad a los que ha llegado la sociedad. No quiero tratar a nadie diferente por nada que no sea una creencia voluntaria suya. Sólo quiero que todos convivamos en armonía y cada individuo pueda realizar su vida sin que el resto de la sociedad le pare los pies, y siempre respetando a los demás individuos de ésta. Y creo que la razón, principio de toda ética (diría Kant), es también el primer paso para analizar y resolver aquellas problemáticas que nos alejan de esa visión.

Al final, tenemos a un grueso nada desdeñable de la sociedad, que suelta su poco trabajada opinión sobre cada cosa que sucede, y éstas por supuesto terminan afectando a los partidos a los que se afilian, ya que o se adaptan a su nicho poblacional, o caen en el olvido por falta de votos. Es cierto, las masas hemos terminado gobernando, pero a través de la ignorancia y sin premiar en absoluto el cuestionamiento de las cosas.

Volviendo a citar al bueno de Ortega y Gasset, os diré una cosa a todos: si hay un mal que debemos tratar de eliminar de la sociedad ahora mismo, antes que ninguno otro, éste es la hemiplejía moral que tanta, tanta gente comparte a día de hoy.


Quiero aclarar que hay partes de este texto con las que estoy más de acuerdo que otras, que hay cosas que no me gusta cómo he explicado, y que hay partes en las cuales mi conocimiento es profundametne humilde. Agradeceré muchísimo toda crítica y corrección sobre las cosas dichas, así que por favor, no os cortéis un pelo.

Espero que al menos disfrutáseis de la reflexión, tanto como yo lo hago escribiéndola y compartiéndola con vosotros. Sé que todavía se puede madurar, precisar y en definitiva, mejorar muchísimo, pero bueno.

Un saludo.

88
1 comentario moderado
B

No podrías haber escrito esto en mejor momento (para mí). Llevo unos días reflexionando sobre todo esto, sobre el pensamiento individual y colectivo, sobre la forma de interpretarlo y sobre la propia existencia de la humanidad (que he llegado a la conclusión de que no le queda mucho). No he estudiado filosofía ni política. Pero siempre me ha interesado el tema y hace poco decidí dedicar mi tiempo libre a estudiarlo.
Me gustaría poder expresar mi opinión y mi mensaje, porque creo que es bastante importante por los tiempos que corren. Pero considero que me falta léxico, poder de redacción, de pensamiento (o como se le llame) y de preparación en estos campos y ámbitos, y que no voy a poder expresarlo con la claridad que debería y sobretodo, que me gustaría.
De todas maneras intentaré no rendirme y seguir alimentando mi mente. Este mensaje era solo para mostrar conformidad contigo y con tu forma de pensar, me identifico en muchas cosas. Y también para agradecer que siga existiendo gente con inquietudes diferentes a las de la gran mayoría, ya que las últimas tienen los ojos vendados con la basura de las redes sociales y demás factores que nos privan de la necesidad de pensar con claridad.
Gracias.

7 1 respuesta
M

Vaya, lo cierto es que no esperaba coincidir tanto con el hipocentro de lo que has expuesto, muy especialmente en el trazado que ha recorrido la izquierda desde su defensa del raciocinio, las ideas y la educación como herramientas de transformación de la sociedad hasta el sectarismo del año actual y sus axiomas a todas luces absurdos.

Personalmente, creo que el núcleo del problema reside en los valores, y todo lo demás orbita alrededor. En el momento en el que se adquiere un nivel de vida que te permite despreocuparte por los mayores problemas históricos de la humanidad (alimentación, lugar para dormir, obtención de calor, enfermedades), empieza una cierta relajación; que va a más cuando las herramientas de ocio que tenemos a nuestro alrededor nos sobrepasan y en un intento de abarcarlas todas dejamos de lado lo más importante, que es cultivar la propia mente, sentarse a reflexionar y a establecer unas conclusiones propias que siempre deberían de estar abiertas a futuras modificaciones. Si no hay una serie de valores que permitan construir al individuo, el individuo va a ser defectuoso, y el declive del cristianismo no ha traido nuevos valores a los que aferrarse, cada cuál ha de buscar los suyos propios y mucha gente se queda por el camino.

Y por supuesto que la política no es una excepción. Las ideologías se construyen desde las ideas, y jamás debería de suceder a la inversa... y hoy en día, sucede. Los jóvenes suelen adquirir el pack completo de la ideología en cuestión y después buscan formas absurdas y enrevesadas de defender esas ideas con las que se supone deben casar.

Para mí, el desenlace de todo esto va a ser algo bastante horrible para la humanidad en su conjunto. El odio es como la materia, no desaparece, sólo mueve el punto de mira de un sitio a otro.

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Alatriste

#3 no hace falta poder expresarlo para sentirlo, como bien dices, a todos nos da por pensar algo que podemos no ser capaces de plasmar en palabras pero que por si solo, ese atisbo de pensamiento puede sustentar nuestra opinión en base a nuestra experiencia .
Solo hay que ser un usuario “pasivo” en las redes sociales para ver que estas dejan a la televisión en mantilla, tanta gente con la capacidad de recibir y transmitir información debería ser algo maravilloso, y sin embargo es una extensión de la calle, donde la gente da su opinión sin fundamento en base a sentimientos como si estos fueran realidades físicas y cuantificables, no me malinterpretéis, estoy a favor de que cualquiera pueda decir lo que le de la gana (se llame cassandra o rober) pero que una opinión tenga el mismo (o más) valor que un hecho porque esté basada en un sentir es un paso atrás terrible para la humanidad, los sentimientos, como la religión no deberían mezclarse en ciencia ni en política.
Con respecto a #1 he leído a varios de los autores que mencionas (sobretodo en sus reflexiones sobre estética) y el problema que tiene la filosofía “contemporánea” es que abarca campos tan amplios y subjetivos que se puede usar para defender una postura y la contraria, aún así es un texto interesante y ameno de leer. Gracias.

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Hipnos

El problema es que la ciencia no interesa cuando dice verdades incómodas. Y la economía tampoco.

Entonces claro, tienes gente que defiende barbaridades porque creen que es lo que más les beneficia.

Los idearios surgen de argumentos emocionales y no existe ningún hilo argumental por debajo. Hay una crisis de valores y de mente crítica muy seria.

10 1 respuesta
Pezpala

Es una muy buena reflexión sobre la evolución del pensamiento social en el último siglo y como se han prostituido ciertos valores a lo largo de los años. Es interesante analizar en que se han convertido las corrientes políticas actuales, donde una gran parte de la población desprecia a los políticos que vota y el argumento clásico es: "buscar el mal menor".

Si bien es cierto que -ya desde el siglo XVII- siempre hemos destacado por tener (salvo excepciones) unos gobernantes de poca monta, es obvio señalar que el ideario político actual está prostituido. Ahora lo que se busca es satisfacer el pensamiento de una sociedad intelectualmente más pobre, una sociedad que fija sus intereses en instagram, salvame deluxe, mhyv, el chiringuito,... El nivel de debate debate hay que rebajarlo a ese nivel. Ya no se analiza el programa político de un partido, ahora lo que se pone en la balanza es si pepito se ha comprado una casa o si menganito se ha sacado un master.

Desde mi punto de vista solo hay una solución a esta crisis social y pasa por la educación.

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m4andg4

Magnífico, condensa muy bien conceptos e ideas que llevo tiempo trabajando pero que ni en un millón de años podría exponer así de bien.

B

Coincido, superficial y pedante

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Lexor

como nada puedes hacer al menos ponte comodo y disfruta de la caida

B

Los que sois conscientes de este avance posmodernista que no deja más que arenas movedizas en lo intelectual, existencial y moral, ¿a quién leéis o escucháis?

1 2 respuestas
D

Como siempre ha pasado, existe pesimismo hacia el futuro y predomina la creencia de que todo tiempo pasado fue mejor. Sinceramente, creo que el postmodernismo aporta cosas interesantes y positivas en muchos campos, y por alguna razon se le otorgan automaticamente connotaciones negativas, muchas veces por personas que ni siquiera saben de que va la pelicula. Ademas, la mayoria de corrientes ideologicas siguen siendo mayormente modernas, y en menor medida postmodernas.

Por otra parte, en cuanto a la discriminacion, el cambio era necesario para adaptarse a los tiempos modernos. Ya no existen contratos donde se determine que alguien es un esclavo propiedad de otra persona, ni tampoco leyes que digan que los negros deben sentarse atras en el autobus. Pero esto no quiere decir que no exista la discriminacion, el racismo, el machismo, la homofobia... Y que siguen existiendo lo sabemos precisamente gracias al uso de la razon, partiendo de las experiencias de muchas personas y verificando esta experiencias con el uso de las diferentes ciencias... la psicologia, la sociologia, la biologia, la antropologia, la estadistica. Que diferencia todo esto a las luchas ya existentes en la primera mitad del siglo XX? Probablemente hoy dia haya mas medios e informacion para justificarlo todo con mas razocinio que hace 100 años, cuando la desigualdad era mas evidente.

Que vivimos en una sociedad profundamente sectaria esta claro, aunque tampoco sabria decir si mas o menos que antes, ya que vivir en la epoca de la informacion y la comunicacion nos da acceso a cosas que antes no podriamos ver. Si internet hace a la gente mas sectaria o solo visibiliza a la gente que ya era sectaria seria una cuestion interesante a tratar.

En cualquier caso enhorabuena por el texto, te lo has currado.

2 respuestas
M

#12 Las conquistas de derechos no son cosa del espectro postmoderno de este siglo, llevan produciéndose muchísimos años. Hace muchísimas décadas que se aprobó el sufragio femenino, países que tumbaron la presencia de la religión en la sociedad como la URSS cuando metió mano en Kazajistán, la despenalización de la homosexualidad vino en Holanda en 1811 y en Luxemburgo en 1795, países que consiguieron hacer que las diferencias culturales quedasen en un segundo plano como Francia...

Es decir, el camino de la conquista de derechos ya estaba trazado, se hacía hincapié en los nexos de unión entre seres humanos y no en las diferencias. El racionalismo y también el empirismo estaban permitiendo un avance que ahora se ha diluido porque el foco se pone sobre las diferencias, y esto únicamente puede hacer aflorar el odio porque el ser humano es así.

En el momento en que conviertes a todos los hombres en delincuentes potenciales, creas odio. En el momento en que la gente se queja de que no haya ningún negro en la gala de los óscar, se crea odio. Cuando un monólogo sobre gitanos revoluciona un país porque parece ser que son intocables, creas odio.

Es así. Países como la URSS comprendieron esto y lograron una igualdad social jamás vista anteriormente sin necesidad de recurrir a victimismos y a pirámides de superioridad moral. Hoy en día el camino es a todas luces erróneo, y tener a Trump en EEUU o a Salvini en Italia no es más que el comienzo de algo que vamos a ir viendo crecer en los próximos años.

11 2 respuestas
B

El posmodernismo a abandona la racionalidad porque no puede vencer en la realidad, por lo que combate en la ficción, por eso, por ejemplo, buscan modificar el lenguaje, cosa que no cambiará la realidad material del oprimido.

El comunismo, siendo materialista en ve de racionalista, es otra víctima de esta rama filosófica, pero es cuestión aparte.

A lo que voy, es que los elementos posmodernos son subjetivos, abandonado la razón o la materialidad para sus análisis.

4 3 respuestas
D

#13 Ya desde las teorias modernas se hacia hincapie en las diferencias para explicar la realidad. Ademas es que es de cajon: cuando dos cosas son iguales no hay conflicto, este aparece cuando una tiene la posibilidad de imponerse sobre la otra, y para que esto ocurra deben ser diferentes. Esto es el estructuralismo, y viene del siglo IX (Marx).

El problema que creo que señalas tu no es el trasfondo en si sino la forma del discurso. No es lo mismo decir que todos los empresarios son explotadores potenciales que decir que ser empresario te otorga una posicion de poder. Y es cierto, es un hecho que todos conocemos y que nunca se entiende como una criminalizacion del empresario. Potencialidad significa que se dan las circustancias que te permiten hacer algo, no que lo vayas a hacer. Del mismo modo esta claro que el hecho de ser hombre da potencialidad para cometer una violacion, ya que se reunen una serie de caracteristicas particulares que hacen mas facil que eso ocurra por el hecho de ser hombre. No significa que lo vayas a hacer, significa que si no fueras hombre seria mucho mas dificil que lo hicieras. Que es muy fuerte decirlo asi? Sin duda alguna, y no aporta nada, pero el trasfondo es cierto y eso no debemos olvidarlo porque es precisamente a lo que hemos llegado a partir del raciocinio, y es la base que nos permite entender el problema y atajarlo. Lo que no puedes hacer es negar la razon porque te incomoda ni usar esta para generar odio contra un colectivo, y ambas cosas ocurren porque ambos bandos malinterpretan el argumento.

Y paises como la URSS no son precisamente ningun ejemplo a seguir en cuanto a libertades civiles, ademas de que precisamente era un pais en el que se hacia uso del estructuralismo basado en la diferencia para lograr la igualdad (lucha de clases, proletarios y burgueses), aunque obviamente fue mal entendido y dio lugar a autoritarismos injustificables.

1 respuesta
carbonara

No es un mal resumen, pero para entender el triunfo de la ideología posmoderna hay que mencionar el fin de las identidades colectivas y el triunfo del individualismo; así como la nueva etapa del capitalismo, que centra sus fuerzas en la estética por encima de otras facetas del producto. No se ha abandonado la razón, de hecho está hoy más presente que nunca en el pensamiento "de derechas"; es la izquierda quien ha preferido seguirle el juego a las nuevas tendencias de corte mercantilista y caer por completo en su tela de araña, tela que los mismos pensadores de izquierdas tejieron (con Mayo del 68 a la cabeza).

Los movimientos nacionalistas actuales (llamados "de extrema derecha") han decidido apostar por un discurso completamente opuesto al posmodernista y ahí radica su éxito y sus raíces en la izquierda más tradicional. Mientras la izquierda defiende las distintas etiquetas que conforman al individuo y se centran en lo que diferencia a cada uno; los nuevos nacionalismos recuperan las categorías colectivas y centran el discurso en las etiquetas colectivas dejando de lado los matices. Esto hace que puedan aunar gentes de muy diversa procedencia social, económica e incluso racial en la defensa de aquello que les une, la nación. Olvidándose de los matices alcanzan a un mayor número de personas hartas de ver como cada poco tiempo surge un nuevo "colectivo" que se siente oprimido por alguna soplapollez (esta semana han sido los gitanos, hace un poco más los manteros, cada año los homosexuales salen con la matraca el Día del Orgullo,...) y levantan un nuevo "muro" que divide a la ciudadanía.

Ese es el punto donde la izquierda ha caído por completo, mil y un colectivos que buscan sus propios intereses mirando más por sus miembros que por el conjunto. Todo esto reforzado por un mercado que rentabiliza todos estos impulsos de pertenencia y que pone el acento en la diferencia, creando una mayor sensación de aislamiento cuando uno no se encuentra con los de su "tribu". De ese modo continúa fragmentándose una sociedad que resulta cada vez más individualista y en la que la identificación con el vecino es cada ve menor, rompiéndose así la solidaridad entre ciudadanos. Mientras la izquierda defienda identidades cada vez más individualizadas y permita que este giro hacia la individualidad total se acentúe más difícil le va a ser imponerse en los aspectos materiales de la sociedad (políticas de corte económico y social, principalmente). La izquierda piensa que ganó la batalla cultural, y la realidad es que solo están echando leña a la locomotora neoliberal.

11 2 respuestas
Frave

No quiero tratar a nadie diferente por nada que no sea una creencia voluntaria suya. Sólo quiero que todos convivamos en harmonia armonía y cada individuo pueda realizar su vida sin que el resto de la sociedad le pare los pies, y siempre respetando a los demás individuos de ésta. Y creo que la razón, principio de toda ética (diría Kant), es también el primer paso para analizar y resolver aquellas problemáticas que nos alejan de esa visión.

Bienvenido al pensamiento liberal libertario.

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A
#1Zerokkk:

ocasionar la muerte de cientos de miles de personas en un chasquido, no es algo precisamente fácil de digerir.

A no ? Yo mas bien lo llamaría compasión.

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Misantropia

La eterna pugna entre lo viejo que no acaba de morir y lo nuevo intentando abrirse paso. El tiempo dirá. De todas formas me parece que el vaciamiento ideológico y el menosprecio para con la posmodernidad no es de recibo ¿es el twitero progre medio el que se erige como representación de la izquierda en nuestros sesudos análisis? Hay mucha gente escribiendo desde la posmodernidad y no son precisamente ignorantes.

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M

#15 Sí, pero es que la URSS lo polarizó de tal forma en proletarios y burgueses que aquello que pretendía diferenciar se convirtió en un elemento de unión colosal, porque dejaba a un lado de la ecuación a más del 99% de la población.

Perseguir el racismo o la homofobia es fantástico, pero es que aquél famoso 'venceréis pero no convenceréis' de Unamuno encaja perfectamente con lo que está sucediendo. Esta batalla la está librando una izquierda postmoderna e infantilizada, que para ello está utilizando un conjunto de argumentos, ejemplos, simplificaciones, generalizaciones, falacias y axiomas ridículos que no convencen a nadie, y quizá tampoco busquen convencer porque a día de hoy los 'progres' son su filón de votos en Europa, los obreros están votando a los partidos de extrema derecha de sus respectivos países y aquello de la lucha de clases ha quedado en un segundo plano.

No puedes librar una batalla contra el racismo tratando de tapar y blanquear con discursos ridículos cosas como que, proporcionalmente, los inmigrantes marroquíes tienen unas tasas de delincuencia que multiplican las de los españoles caucásicos nativos o utilizando como estrategia de lucha el que en sus países pasan hambre y hay que abrirles la verja de Melilla; y no se puede tratar de combatir la LGTB-fobia yendo a clases de críos de siete años a contar que existen más de treinta géneros (?)

Es que hay tan poca profundidad de ideas que un crío de nueve años puede hacer pie en ellas, y esto puede engañar, pero no convencer. Que un homosexual debería de tener derecho a ejercer libremente su libertad sexual es algo que los países protestantes europeos comprendieron hace la tira de años cuando sentaron las bases de la libertad individual y el 'tu libertad empieza donde acaba la mía', y el avance era paulatino, pero era; y llevaba detrás una serie de conceptos y argumentos enmarcados en un contorno de derechos y libertad que hacía ese avance realmente sólido. En este postmodernismo se trató de pisar el acelerador y cargarse la solidez de ideas a cambio de llegar antes a meta, y lo que se ha hecho es reventar el motor y hacer que los pasajeros se quieran bajar.

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D

#16 Las identidades colectivas es precisamente la herramienta que se usa para que la gente no haga uso de la razon, no te equivoques. Y ademas suelen ser discriminatorios porque son conceptos cerrados en los que encajas o no, y si no encajas no eres de los mios. Es un discurso muy peligroso, no es inclusivo sino todo lo contrario. La gente no es idiota y ve las diferencias que existen entre las personas. La clave esta en si las acepta tal y como son o si las rechaza por no pertenecer al estereotipo determinado por su identidad colectiva. Lo que hay que hacer es fomentar la diversidad, no inventarnos cosas para simular que somos todos iguales (todos los que yo diga).

#20 Que tiene de posmoderna la izquierda? Que no defiende dualidades simplistas? Quiza no sea algo que venda mucho como discurso pero es que es obvio.

Lo que no se puede hacer es querer estigmatizar o quitarle derechos a los marroquies porque tengan tasas de delincuencia mayores (matizable). Ese es el discurso ridiculo y peligroso, el que quiere discriminar a las personas por su condicion. No te puedes quejar de que se diga que los hombres son delincuentes potenciales y justificar ese argumento, no es coherente.

Para que sirven las verjas de Melilla? Esta claro no? Vivir en un pais o en otro te otorga una serie de derechos diferentes. Me vienes diciendo que lo que hay que hacer es promover los nexos de union entre seres humanos y no poner el foco sobre las diferencias, y despues te quejas de esto.

Que tiene de malo decirle a los niños todas las opciones que tienen? Eso es lo que hace libres a las personas, no la censura.

Es que veo que estas criticando lo que hace un rato estabas defendiendo. Me da la sensacion de que a ti lo que te importa es la union meramente estetica pero no la material.

2 respuestas
Dieter

#14 Mas o menos es esto

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sephirox

#16 Estoy de acuerdo contigo en lo que has expuesto, es un buen análisis de la sociedad actual. Lo cual nos lleva a ver que la renuncia de la izquierda capitalista al sentimiento colectivo de clase, pues ahora como dices están fragmentados en 300 identidades diferentes, está dejando paso a algo tan peligroso como es esa clase de nacionalismo.

En un par de años la cosa se va a poner fea.

Jaglar

Genial texto, me ajuda a dar forma a muchas ideas que tenia y sentia ultimamente.

carbonara

#21 Las identidades colectivas son lo que se está minando de manera estructural y es lo que está conduciendo al individualismo. Tu respuesta tiene parte de razón ya que por definición se pertenece o no a un colectivo, lo cual resulta excluyente. Pero la agrupación de individuos permite tejer redes de solidaridad mucho mejor que la fragmentación en diversas identidades. Está claro que los movimientos de corte xenófobo que empiezan a campar por Europa y EE.UU. se basan en una identidad colectiva excluyente que polariza la sociedad entre quienes pertenecen y quienes no; y, esto es un problema para la sociedad. Pero la búsqueda de un mínimo común denominador es más beneficiosa que crear colectivos cada vez más pequeños y herméticos que actúan igual.

Si estas identidades colectivas sirven para fomentar proyectos comunes y no para crear diferencias y competitividad entre distintos colectivos lo veo mucho más beneficioso que la individualización extrema a la que nos están llevando. No se trata de eliminar la diversidad, pero sí de no dar un valor extremo a algunas facetas en busca de fragmentar la sociedad. Un heterosexual blanco, un gay negro y una mujer bisexual que cobren 700 euros al mes van a tener unos problemas similares de corte material que debería hacerles unirse para exigir soluciones a su situación precaria; en cambio, muchas veces se sitúan en opciones diferentes porque se pone el acento en la raza o la orientación sexual.

La clase social o el territorio ya no generan un sentimiento de colectividad como el que existía antes y de ello se aprovechan quienes hacen negocio con las políticas identitarias y la necesidad de expresar la individualización. Se ha avanzado mucho en cuanto a tolerancia y respeto a la diversidad y hoy en día aspectos como la raza, la orientación sexual o el sexo de las personas, que deberían quedar en un ambiente privado han pasado a ser ejes del discurso público. No se trata de que las personas deban ser todas iguales, pero sí de tener en cuenta que hay aspectos de las personas que pertenecen al ámbito privado y no deberían usarse para fragmentar la sociedad.

Las movilizaciones sociales más exitosas de este país se han dado cuando se han agrupado las personas por un interés común que trascendía estas identidades tan defendidas por el posmodernismo: 15-M, en Murcia con lo del soterramiento, el independentismo catalán (basado en el nacionalismo, pero un buen ejemplo), los pensionistas de Bilbao,... Quizás haya que ir mirando más allá de todas estas identidades que deberían quedarse en el ámbito de lo privado y acudir a aquellas que realmente afectan cuando hablamos de la cosa pública.

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B
1
Onehit

La sociedad occidental ha perdido la humildad, el modernismo cree tener razón pero es incapaz de analizar la historia.

Mil veces nos hemos dado la hostia al creer que por tener móviles y cierto bienestar social podemos hacer lo que queramos, que ya no existe moral y ética porque bienestar económico = progreso

Grave error, ¿qué hay del cultivo del alma? del bienestar de nuestro ser interior.

Estamos en una época donde en occidente somos más infelices que nunca a pesar de tener más que nunca, algo que se puede observar tanto en encuestas como hablando con jóvenes en el día a día. No hay plan de vida, no hay valores sobre los que los jóvenes nos sostenemos pero tampoco queremos seguir lo que dicen nuestros padres porque "ya no es válido".

Ya no vale el tener hijos, los matrimonios de 70 años de duración, el sentido de comunidad que aportaban instituciones como la Iglesia o ciertos pensamientos nacionalistas, que hoy se tachan de obsoletos porque claro, hemos trascendido a esas cosas y somos una sociedad superior a toda la que hubo en el pasado.

Ilusos por creer que la esencia del ser humano cambia; somos una débil creación con el gran defecto de creerse poderosa, la soberbia desde luego es un gran pecado.

Estad atentos y observad a la sociedad, estamos en un periodo de degeneración dificilmente reversible que sólo va a terminar de la misma forma que ha terminado desde que el ser humano se organizó en sociedades.

¿Sabéis cuál es? Os dejo que forjéis vuestra propia opinión.

Zerokkk

#12 No sé si te das cuenta de que la condición de víctima a día de hoy, es totalmente subjetiva, excepto cuando de verdad suceden agresiones (físicas o psicológicas) que puedan joder a la persona. El problema es, ¿a partir de qué punto consideramos algo una agresión? Estoy de acuerdo en que es importante seguir integrando estos colectivos minoritarios en la sociedad, facilitarles un poco las cosas (que ya bastante jodidas las tienen), pero por su parte creo que pecan de demasiado victimismo. La mayor parte de las veces se ahogan en un vaso de agua, o es más, aprovechan su condición para superponerse frente a otros, usando su victimismo a modo de lágrimas de cocodrilo. Es por eso que deberían tener una conciencia más fuerte, vivir ajenos a lo que puedan decirles, y quejarse sólo cuando de verdad alguien se está pasando con ellos.

#13 Efectivamente. Y muy de acuerdo con tu último párrafo: tal y como dice Jordan Peterson, esto va camino a allanarle el terreno a la extrema derecha, y a nadie nos interesa que eso pase.

#14 No olvidemos que el materialismo histórico en el que se basa el comunismo, sienta sus raíces sobre un profundo ejercicio racional. Marx dio bastante en el clavo en su tiempo, analizando cómo funcionaba la sociedad, y proponiendo una solución acorde a sus tiempos. La cosa es que dicho análisis no tiene por qué ser perfectamente aplicable al hoy en día, ni mucho menos extrapolable a otros conjuntos sociales a modo de oprimidos contra opresores.

El posmodernismo que tanto defiende a Marx, en mi opinión, ha destrozado su legado a través de una irónica forma de glorificación. De hecho, si ahora mismo estamos cerca de un marxismo, es el que podría llegar con la RBU y el auge de la automatización... es decir, de manos del capitalismo xDD.

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shisko90

#1 gracias por el hilo, esta noche lo leeré cuando tenga tiempo

k0yi

mas hilos hacen falta así en mediavida. gran trabajo

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