Posible confirmación de las ondas gravitacionales

ErnestoMata

Les comparto el videopost de una plática impartida en México, referente al descubrimiento de las ondas gravitacionales. Saludos
http://wp.me/p92jNF-Jh

1 respuesta
E

#121 no va el link del video de tu web...

E

¿Que son las ondas gravitacionales?

2 respuestas
Kimura

#123 que de las 4 páginas anteriores y una búsqueda en google no entiendes?

2
I

Bonito tema, super interesante que esto funcione así :-)

9 días después
tripcorE

#123 Son los ecos de super explosiones o fusiones masivas que ocurren en el universo, solo suele ocurrir con cosas gigantescas y supermasivas como los agujeros negros o las estrellas para que esas ondas no se pierdan en la inmensidad del espacio. Este hallazgo sirve para entender mejor los secretos del cosmos.

L

Objetos emisores de ondas gravitatorias

La amplitud predicha para estas ondas y los efectos observables son muy débiles, de modo que su detección directa es extremadamente difícil. La amplitud, de hecho, es muy inferior al ruido vibracional procedente de otras fuentes. Tan sólo los fenómenos más violentos del Universo producen ondas gravitatorias susceptibles de ser detectadas.

Los objetos que deberían emitir ondas de gravedad detectables de manera directa son objetos muy masivos sometidos a fuertes aceleraciones o cuerpos masivos no homogéneos rotando a gran velocidad. Se espera poder encontrar ondas gravitatorias producidas en fenómenos cataclísmicos como:

La explosión de una supernova.
La formación de un agujero negro.
El choque de cuerpos masivos como estrellas de neutrones o la coalescencia de agujeros negros.
La rotación de una estrella de neutrones heterogénea.
Radiación gravitatoria remanente del Big Bang. Este último caso ofrecería datos únicos sobre la formación del Universo en el periodo anterior a la edad oscura del Universo en la que el Universo era opaco a la radiación electromagnética.
(Cualquier objeto con masa y aceleración produce ondas gravitatorias, dependerá de la precisión del equipo para poder cuantificarlas, actualmente solo hemos logrado captarlas con sucesos de una muy elevada energía).

Evidencia experimental
La historia de la detección de ondas gravitatorias se inició en la década de 1960 con J. Webber en la Universidad de Maryland, donde se construyó el primer detector de barras: era un cilindro masivo de aluminio que funcionaba a temperatura ambiente con una frecuencia de resonancia de aproximadamente 1600 Hz. Este primer prototipo tenía una sensibilidad moderada de alrededor 10-13 metros o 10-14 metros.

A pesar de esta baja sensibilidad, a finales de 1960 Webber anunció la detección de una población de eventos coincidentes entre dos barras similares a una tasa mucho más alta de lo esperado si la fuente fuera el ruido instrumental. Esta noticia estimuló a otros grupos en Glasgow, Múnich, París, Roma, los Laboratorios Bell, Stanford, Rochester, LSU, MIT, Beijing y Tokio para construir y desarrollar detectores de barras para comprobar los resultados de Weber. Desgraciadamente, para Webber y para la idea de que las ondas gravitatorias eran fáciles de detectar, ninguno de los otros grupos confirmó las observaciones, que nunca se pudieron explicar. Sin embargo, la falta de confirmación no supuso evidencia contraria a la existencia de las ondas gravitatorias, ya que los cálculos teóricos pronosticaban que las señales serían demasiado débiles para que se pudieran observar con estos detectores.

Desde 1980 hasta 1994, el desarrollo de detectores tomó dos direcciones diferentes:

Detectores de barras criogénicas, desarrollado principalmente en Roma / Frascati, Stanford , LSU y Perth (Australia). El mejor de estos detectores alcanza una sensibilidad de 10-19.
El interferómetro , desarrollado en el MIT, Garching, Glasgow, Caltech y Tokio. La sensibilidad típica de estos prototipos era de 10-18 metros, la milésima parte del tamaño de un protón. El experimento de Glasgow/Garching en 1989 fue el primero realizado con estos detectores.
Este descubrimiento experimental se considera como la demostración de la existencia de ondas gravitatorias. Por este motivo, Hulse y Taylor recibieron el Premio Nobel de Física del año 1993. Más recientemente (2005), se ha descubierto un segundo púlsar binario, PSR J0737-3039, cuyo comportamiento parece confirmar también las predicciones de la relatividad general con respecto a la energía emitida en forma de ondas gravitatorias. El púlsar binario tiene una órbita cuya distancia decae en unos 7 mm por día.

En marzo de 2014, astrónomos del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsoniano (CFA) anunciaron la detección por primera vez las ondas gravitatorias durante el período explosivo de crecimiento del universo llamado inflación. Los hallazgos fueron realizados con la ayuda del BICEP2, un telescopio situado en el Polo Sur, durante experimentos llevados a cabo desde 2006 que buscaban anomalías en la polarización de la radiación de fondo de microondas. Sin embargo, más adelante, otros grupos señalaron la presencia de unos artefactos experimentales que podrían afectar a las observaciones.

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