Los chicles... esos chicles que hacen que aunque la boca te huela desagradable intente que ese olor a muerto pase desapercibido. Esos chicles que todo el mundo quiere y pide;
- Oye, me das un chicle?
- Hmm, vale jeje.
Cuántos amigos habremos hecho gracias a esta táctica social. Espero que ninguno, porque hay que ser tonto.
Yo si fuese profesor también jodería a mis alumnos para que tirasen el chicle en medio de la clase y que los demás vean lo dañino que es. El típico chicle que se te atraganta (como una polla) y te asfixias poco a poco con ese sabor a fresa fresca recién masticada, pero te mueres, y mueres de una forma estúpida. Pero no vamos a hablar de esto, que no os quiero asustar, sino de las ventajas, inconvenientes y por qué hay gente que prefiere el chicle antes que el caramelo.
Yo me pregunto, ¿por qué un puto chicle que no se puede digerir? ¿Qué puto sentido tiene masticar algo todo el puto rato y que siga en la boca sin sabor y sin color, dando vueltas sin ninguna utilidad, solo dificultando las conversaciones con los demás?. Pero lo mejor es cuando estornudas, toses y ese chicle sin vida (sin vida más que antes) sale de la boca a toda hostia, ¿inútil, no? Exacto.Es cuando se te cae el móvil en toda la cara esa que tiene cuando estás boca arriba, joder, eso es lo peor.
Luego están los ruiditos, las pompas y esas diversiones tan guays que se hacen. Joder, ¿y lo que fardas cuando estás ahí con tus amigos y te sale una gran pompa de puta madre igual de grande que los huevos de un cura? Qué bien quedas. Aunque luego explota en tu rostro y se te queda pegado por la comisura de los labios e incluso por la nariz, dejando restos de chicle seco y dando un bajón inmeso...
Todo lo bueno acaba, y ese paquete que has comprado en el chino de la esquina; "un eulo" ya no quedan, intentas rebuscar en tu bolsillo por si se ha caído alguno, pero no, no te entra en la puta cabeza que ya no hay más, joder, que se han acabado, pensando que ese no podía ser el último, pero lo era, lo fue. Luego ves el paquete de caramelos con sabor a café ahí perdidos en el bolsillo interior del abrigo de no sé cuándo, y pensando; qué coño hace esto aquí. Te pones nervioso y te metes uno en la boca, saboreando ese gusto tan dulce que se derrite en tu boca lastimada por esa piedra dura e indigerible de antes.
Eso es la mejor sensación, en vez de un chicle, un caramelo de muchos sabores que además no deja huella y no tienes que tirarlo en ningún lado. Creo que los chicles están sobrevalorados por todos, ¿por qué? Si solo dan problemas, hostia.
¿Qué opináis? ¿Chicles, caramelos o pollas?
Y TETAS.