Comerse un buen culo, amigos míos, es un ARTE.
Viendo que ya hay varios hilos sobre esta práctica sexual cada vez más común y aún así tan tabú, quiero comentaros unos pasos a seguir y unos consejos para que os animéis a hacerlo o dejaros que se pongan morados con vuestro jujembe.
Esta tarea no es sólo dar lametones de coño a culo y viceversa, ni tampoco de lamer superficialmente las paredes del orificio y ni tan siquiera lamerlo como si fueses un gatete desayunando un bol de leche. Lamer un culo es mucho más que eso.
Para lamer un culo la mejor posición es en cuatro o con la chica de pie. A mí particularmente con la chica de pie me gusta mucho más por una razón. Una chica con el culo ofrecido en cuatro, puede pensar que lo vas a hacer y prepararse mentalmente. Una chica a la que le has levantado la falda o le has bajado los leggins, la giras, te pones de rodillas, le abres las nalgas y clavas tu lengua en su culo, jamás se lo esperará. Y el gemido y el correspondiente escalofrío que tiene es genial para tu ego como hombre.
Lo importante de comerse un culo es tener ganas de hacerlo. Como casi todo en el sexo. Es más fácil darle anal a una chica que lo desea aunque tenga el ano de tamaño reducido a una chica que no tenga ganas y tenga el ojete como el pozo de la niña de The Ring. Todo en el sexo es actitud.
Por eso si queremos comernos un culo, debemos hacerlo porque nos apetece y SIEMPRE sin pedir permiso. Ninguna mujer que se precie se negara a una buena comida de culo, jamás. Y si lo hace, lo mejor es vestirse y largarse, porque el sexo que te espera con semejante zote será bastante soso, os lo digo desde ya.
Si las primeras veces no os seduce la idea de hacerlo, siempre podéis usar lubricantes de sabores y comeroslo como si fuera una tarrina de helado menta-chocolate del Mercadona. La chica se lo gozará y tú te pegarás un atracón a dulce. Todos salís bien parados, sobre todo vuestro pene (chiste en panchito).
Uno de los puntos a tener en cuenta cuando coméis el culo, es separar las nalgas para aumentar la zona donde podremos lamer. Es importante esto, porque aunque podáis lamer un culo carpeta sin abrir nalgas, las chicas fit que yo me follo o las gordas que os folláis vosotros, tienen el ano oculto bajo la carne del trasero. Ya sea por exceso de grasa, o por exceso de sentadillas (esto último no es malo).
El culo no tiene terminaciones nerviosas como el toto. Es decir, no tenemos que comerlo al ritmo con el que la chica disfrute más, sino al que nosotros queramos. No sentirá molestia alguna. En un coño si lo hacemos muy rápido, no sólo no conseguiremos estimular a la chica, sino que la haremos sentir incómoda. Pero un ojete no es así. Yo soy partidario de comerlo como si no hubiera mañana. Como si estuviéramos en el desierto y encontráramos un bloque de hielo y dentro una Coca-Cola. Cuanto más lamas, antes derretirás el hielo.
En el beso negro, seamos sinceros, no todo es lamer. Para mí, hay pocas sensaciones mejores en el mundo a que una chica te abra el culo y te meta la lengua hasta dentro. Pues las mujeres piensan igual. Una follada de culo con la lengua es una de las cosas más deliciosas de hacer y de que te hagan en este mundo. La sensación de relax-tensión hace que se te olvide hasta las letras de hipoteca que te quedan por pagar. Es una simbiosis absoluta entre la chica y tú. Además de la complicidad que supone si se hace con alguien de confianza.
Cuando clavéis la lengua, debéis saber que jamás llegaréis a tocar caca. Con el rabo haciendo anal, sí, claro. Podéis empujar el chocolate para dentro, pero con la lengua no hay peligro. ¿Olores raros? Yo sólo los detecto cuando hay anal y el orificio se queda abierto. Con las comidas de culo no se suele dar mal olor puesto que las paredes del ano ejercen presión impidiendo malos olores. El cuerpo humano, por si no lo sabíais, es el mejor aislante del mundo, por eso nos hace tan perfectos.
Saber comerse un buen culo os abrirá muchas puertas. Sobre todo las puertas al sexo anal. Y no me refiero a que la chica se deje meter por el culete un dedo o dos mientras pasas la lengua del ojete al coño. Sino que muchas mujeres se sentirán tan agusto con la comida de culo, que se dejarán e incluso pedirán sexo anal.
A grandes rasgos, comerse un culo y que te coman el tuyo, es una de esas cosas que todo el mundo debería experimentar, al menos, una vez en su vida.
De hecho, mi experiencia sexual más gratificante fue, de largo, una comida de culo que me hicieron mientras me masajeaban el rabo con aceite. La chica me lamía el ojete con ganas y delicadeza y mientras con las dos manos me masajeaba la polla embadurnada de aceite. El momento de la corrida fue tan sublime, que creo que me oyeron en Cuenca (y vivo en Madrid). Cuando me fui a correr metió su lengua dentro de mi ojete, puso una mano en la base de mi rabo estirando de él hacia abajo y con la otra siguió masajeándome la zona del casco alemán. No recuerdo haber sentido nada igual (ni parecido) en mi vida.
En definitiva, sin alargarme mucho más, sólo es importante que os apetezca y tener ganas de experimentar cosas nuevas. Y a ser posible, disfrutarlo y hacer que lo disfruten.
Así que gente, os invito a que rompáis barreras y os animéis a esta práctica tan deliciosa, morbosa y sucia.
Un sexual saludo,
El tito PocketAces.
