Estamos viendo ~ Ciclo de cine: Pedro Almodóvar

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La piel que habito es fantástica.

De entre todos los temas y sensaciones que alberga la película, la idea que más me motiva con gran diferencia es la incomodidad que genera, una sensación de cuerda floja que está continuamente presente en la historia, no como un ejemplo directo del estado de un personaje en concreto sino como casi norma obligatoria que nos impulsa a sentir medias verdades continuamente. La no-violación de Norma, el no-apoyo de su hijo por parte de Marilia al dejarlo entrar a la casa (pero casi querer echarlo de inmediato), la no-salvación de Vera cuando es violada por Zeca a manos de Robert (su captor), la no-intención de Vera de convivir con Robert, etcétera.

Todas estas situaciones sumadas a destiempo dejan al espectador sin alineación, sin capacida de encontrar culpables o aliados con los que afiliarse para disfrutar del viaje del héroe; no hay héroe que seguir, sólo medias verdades que en todos los casos implican una falta de hogar tan grande que ni la enorme mansión de Robert es capaz de dar cobijo a ningún personaje.

Una de estas medias verdades es la más importante de todas: cuando Vera es violada por Zeca y hemos empezado a empatizar con ella por pura pena, aparece Vicente en escena y la violación ya no es pena, sino castigo... ¿o no lo es? Norma, al fin y al cabo, no llegó a ser abusada por completo. ¿O sí?

No hay certezas. Puedes empatizar con Vicente o no. Puedes empatizar con Robert o no. Hagas lo que hagas, no vas a poder convencerte a ti mismo lo suficiente como para sentir una verdad completa. En esto, la piel que habito me parece una película única; en mi corta vida como espectador activo de cine, jamás me había topado con un guión tan rematadamente insidioso. Y no se trata de que Almodóvar sea más listo que nosotros (que puede ser), sino que ha elegido no mojarse para dejar que sus personajes nos inquieten actuando de maneras improvisadas, por mero ímpetu, reaccionando de manera natural a lo que ocurre, siendo torpes.

Resumiéndolo un poco: nada parece tener ni pies ni cabeza, y sin embargo y por ello, todo cobra un sentido enormemente gratificante para quien disfruta de que le remuevan por dentro. Un diez de peli.

Acabé el mes viendo un par del señor Pedro, cumpliendo con el ciclo.

La segunda mitad ha sido la que más he disfrutado. La más cercana al 'thriller'. Además ha sido la que a nivel dramático me ha acabado llegando. No sé si por estar protagonizada por personajes 'masculinos', pero así ha sido.

La piel que habito la traía vista de hace unos meses. Ahora que tengo un contexto más amplio del director, diría que es la menos 'Almodovariana' (mock, mock) de todas, aun teniendo una historia tan truculenta como el resto (si no más).

Hable con ella es mi preferida. La música es perfecta y tiene además la mejor actuación de todo el ciclo, la de Javier Cámara (con permiso de Carmen Maura). Resulta difícil no compararla con la anterior película del director, Todo sobre mi madre, ya que ambas tienen una estructura similar. Y salvando los diálogos, le gana en todo.

Y por último, nombrar a ¿Qué he hecho yo para merecer esto!. Costumbrismo hiperbólico con los personajes más divertidos y cercanos de todo el ciclo.

Que muy bien, Apestoso. Contento por haber participado ya que algunas de estas películas no las habría llagado a ver de no ser por su iniciativa. A sus pies.