#23 Claro pero es que en USA sí está permitida la financiación privada de los partidos, es una de las deficiencias de su sistema junto con el anacronismo de los compromisarios para la elección del ejecutivo.
#16 el término liberal y los términos derecha e izquierda están tan prostituidos que no significan nada, y menos para asignar ideología a una forma de gobierno. ¿Los actuales defensores de lo que hay hoy en España que serían para ti? ¿libertarios de izquierda?
Qué asco dio el Régimen cuando falleció Trevijano y los medios hicieron como que no había pasado nada.
¡¡¡MCRC!!!
Yo a la democracia le veo un problema, y es que al final aunque hagas listas abiertas la gente solo va a votar al que salga por la tele o al que más invierta en marketing.
Entonces si unos candidatos quedan fuera del foco por falta de medios, otros se les da mucho bombo... ¿Elegimos libremente?¿Somos manipulados?
Es que me río yo con las listas abiertas, por ejemplo nos creemos que Pablo Iglesias no va a salir en podemos si (tuvieran los güevos) a hacerlas. No digo que sean peor que lo tenemos, pero no soluciona el problema de fondo.
#35 tienes toda la razón, las listas abiertas son una puta mierda, no dejan de ser listas de un partido que el jefe previamente ha elegido. A la práctica, igual que las cerradas.
Se explica muy bien en este vídeo donde se explica desde un punto de vista matemático o en este otro donde se pone en el punto de mira el sistema proporcional de listas.
El problema es que en ciencia política se denomina al sistema de listas "Estado de Partidos" o partidocracia, no democracia.
#37 pues si. Ese sistema paliaria el dedazo.
Aunque opino que:
-nada de televisión, quien quiera saber que se involucre en los actos de campaña (que no podrán ser mítines unidireccionales, solo mesas abiertas a preguntas).
- mi ideal absoluto: a nivel municipal y nacional los candidatos deben de ser anónimos. Si quieres saber que proponen puedes leerte los programas que serían también anónimos (programa A, B, C...) Y que no se pueda pedir el voto por el programa A o B, que no haya mítines o actos de progapanda más allá que la publicación de los programas. De esta forma quien bote habrá tenido que leerse los programas y no se verá afectado por las emociones y marketing de los mítines y campañas políticas.
