Ouija

Voorhees

#29 Yo ya hoy istorias

Si alguna vez eres un espíritu va a ser difícil que la gente te entienda a través de la ouija.

2 1 respuesta
B

Pero la ouija tiene opción de llamadas por wasap?.

PrinceValium

A mi se me aparecio un espiritu y lo viole.

YokeseS

#28 noveno escribiendo "la mamá" en un texto elaborado. de donde lo copiastes?

ah ya de aqui: http://selenitaconsciente.com/?cat=124&paged=24

cambiando aglunas palabras jejeje

3
Hipnos

Yo tengo la duda de si eres un puto inculto de mierda y no sabes ni escribir se te va a entender y vas a deletrear bien una vez mierto.

1 1 respuesta
Eyvindur

Hace muchos años nos habíamos reunido en la casa de unos amigos para comer algo y mirar una película. Pasamos por todas las etapas de este tipo de reuniones: charlar, jugar al truco, etc cuando ya no sabíamos que hacer alguien tiró la idea de hacer el " juego de la copita "
Fue todo muy improvisado, no teníamos Ouija, así que como suele hacerse en estos casos, cortamos papelitos con todas las letras del abecedario, los números y las palabras " SI " y " NO ". Dispusimos todo en círculo sobre la mesa y nos sentamos todos alrededor de ella . La copa se coloca siempre dada vuelta, es decir cabeza abajo y posamos apenas nuestro dedo índice sobre la base de la copa.
Hicimos la advertencia lógica:
-Vamos a ver si ésto es cierto, así que nadie la mueva. Empezamos por la pregunta de rigor:
" hay un espíritu aquí'? "
La copa se mantenía inmóvil. Volvimos a preguntar. La copa seguía igual de quietita.
Empezamos a reirnos.
Que ésto es una boludez, qué dejense de joder, parecemos todos pelotudos con el dedito sobre la copa...y en eso la copa empezó como a temblar.
Era un movimiento muy leve, apenas imperceptible, pero todos sentíamos como la copa vibraba bajo nuestro dedo.
-Che, quién la mueve? preguntó uno.
Yo no, yo tampoco, y así uno a uno fuimos diciendo que no eramos responsables de ese movimiento.
Igualmente todos nos mirábamos con desconfianza porque en realidad nadie de los presentes era espiritista y lo habíamos tomado como un juego para pasar el rato.
La copa seguía vibrando y en eso comenzó a desplazarse en pequeños círculos, era como que estaba desorientada. Iba de un lado para el otro siempre haciendo círculos pero no marcaba ninguna letra.
El que llevaba la voz cantante volvió a preguntar:
" Hay un espíritu aquí ? " y ahí la copa fue directo al SI.
A partir de ese momento cada uno empezó a hacerle preguntas. En algunas era como que dudaba hacia que lado dirigirse pero finalmente terminaba completando las palabras.
Dijo que era una mujer, que había muerto jóven a los 22 ó 23 años (no recuerdo bien), en un accidente hacía ya más de 10 años y que conocía a uno de nosotros.
Ninguno de los presentes recordábamos haberla conocido.
Como ya la copa iba y venía a una velocidad de tener practicamente una conversación fluída, decidimos dejar de perder el tiempo porque suponíamos que alguien la estaba moviendo aunque sea inconcientemente. Ya que todos aseguraban no estar haciéndolo.
Entonces decidimos que uno sacara el dedo de la copa y le hiciera una pregunta que el resto de los presentes no supiera la respuesta a ver si contestaba correctamente.
Siempre fui considerada la más seria y confiable del grupo así que me eligieron a mí:
Pregunté: " Qué color de remera me puse esta mañana? " La respuesta era Bordó.
La copita empezó a moverse y escribió ROJO
Me miraron esperando mi confirmación y les dije. Anduvo cerca dijeron algunos, pero no contestó correctamente, además no son tantos colores, el que la está moviendo la pegó de pedo.
Me pidieron que hiciera otra, pero esta vez mentalmente.
Pensé algo que no se les podía ocurrir nunca a ninguno de los presentes:
"Cuál es el segundo nombre de la madre de mi novio?" Hoy es mi marido y ninguno de mis amigos ni siquiera lo conocían a él.
La respuesta era " Julieta " la copita escribió JULIA.
Me miraron a ver mi reacción y cuando les dije lo que había preguntado, soltaron la copita y nos recagamos en las patas!
Dos horas después seguíamos discutiendo sobre si había venido un espiritu o le encontrábamos una explicación racional y más lógica.
Sobre todo el dueño de casa que después tenía que quedarse sólo era el más desesperado por llegar a esa conclusión.

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Hiervan

#35 Pues tienes razón xD

cabron

Te quejas de que la gente responde gilipolleces, pero simplemente las respuestas están al nivel de la pregunta.

Que precauciones tomar para que no te pasa nada al contactar con espíritus, no me jodas...

Tu teclado también tiene todas las letras, abre un editor de texto, haz una pregunta a los espíritus, y espera a que las teclas se pulsen solas y te escriba algo, por que tampoco veo mucha diferencia entre eso y la ouija.

Bueno sí, hay una diferencia, que si haces lo del teclado, tu amigo no te puede engañar moviendo el vaso él, que es lo que pasa cuando la gente hace la ouija, que siempre hay uno que se queda con todos los demás pringados que se creen que el vaso se mueve solo.

1
Alasdair

Sal en grandes cantidades, que parece que no aprendéis nada.

3
B

Esto me lo contaron, pero un padre de una amiga tenía unos amigos y una noche quisieron jugar a la ouija. El padre de mi amiga se negó a jugar y jugaron todos menos él. Pues al día siguiente iban en coche y tuvieron un accidente y murieron todos menos el padre de mi amiga. Mi amiga rechaza jugar a la ouija 100% y el padre debe tener un trauma con eso.

xoxoa

Yo un día jugué a la ouija siendo de izquierdas y al día siguiente era de derechas. Cuidado que es muy peligroso.

No te olvides de comprar unas gafas radiofónicas.

Chocolupos

Cuando el padre de una amiga era joven, él y sus colegas hicieron la ouija, lejos de sus casas, por si acaso. Total que se fueron por el campo con las motos para hacerlo y cuando acabaron y estaban volviendo para el pueblo, uno de ellos se calló de la moto y se mató.

Pudo ser casualidad o no, eso depende de las creencias de cada uno.

1
xPipOx

Si dices 3 veces Veronica en frente del espejo a las 12 am mueres, me lo ha contado un colega que lo hizo.

Obviamente me lo ha contado a traves de la ouija, el esta muerto xd

8
B

#31 sii lo he clavado. Lo de istorias ha sido por el móvil pero el hoy ha sido el alcohol

ElParasito
  1. Id sugestionados, si vais de risas os vais a aburrir un montón y os sentiréis como tontos. Mirad pelis del tipo, preguntad a esa gente que siempre afirma que "el primo de la novia de mi vecino lo hizo y murió a los 7 días" e incluso buscad vídeos de youtub donde panchitos relatan "los 10 casos más extraños" de muertes con ouija, ellos son los expertos en espíritus.

  2. Romped alguna de las reglas: no rompáis el vasito de chupito, "invocad" a algún espíritu malvado o burlón, dibujad círculos de sal y borradlos, etc. Esto realzará vuestra sensación de inseguridad y terror, que es lo que buscáis.

  3. Si habéis seguido mis consejos, en este punto ya estaréis aterrados. Ahora chuparos los penes mutuamente, el fantasma no sabrá como reaccionar.

  4. Sacad y disparad los disparadores nucleares de protones hasta que podáis contener en la trampa al fantasma. Buen trabajo, chicos.

7
goyetus

Si te interesa el tema de verdad, hay bastante documentación por "profesionales" (y no me refiero al fantasma de Iker Jimenez precisamente).

Tanto la Ouija como otros métodos (parofonias, telequinesis, presencia remota (no, no hablo de teamviewer XD), etc) han sido estudiados bajo estricto método científico en situaciones controladas (y de esto hace ya muchos muchos años). EEUU destino una cantidad barbara de fondos a este tipo de estudios en la guerra fría.

Si te encuentras a alguien hablando de "aparición", suele ser un payasete. Una persona bien versada en el tema te diría "fantasmogenesis" , al igual que otros términos como clariesencia, preternatural (ya sea diabolica o divina) , xenoglosia, glosolalia, visiones oníricas en estado de duermevela..... en definitiva una lista de palabras que realmente sirven para distinguir a un cantamañanas de alguien que ha dedicado la vida a estos temas.

Lo único sensato que he leído en todo el hilo, es lo que te ha escrito el señor moderador. El resto de personas, con hacer la gracia de turno parece que ya tiene suficiente.

Si no sabes donde te estas metiendo, primero infórmate y busca...... MV no es un lugar demasiado acertado para estos temas (ya que se toman a cachondeo supremo mayormente).

Mi consejo: No lo hagas, y si buscas informacion, aun te quedaran menos ganas de hacerlo.

4 3 respuestas
Soy_ZdRaVo

#27 Las diferentes escuelas están enfrentadas en ese asunto concreto. Unas dicen que no pasa nada y otras que te mata.

1
B

#46 ``Tanto la Ouija como otros métodos (parofonias, telequinesis, presencia remota (no, no hablo de teamviewer XD), etc) han sido estudiados bajo estricto método científico en situaciones controladas (y de esto hace ya muchos muchos años). EEUU destino una cantidad barbara de fondos a este tipo de estudios en la guerra fría.´´

Que interesante, cuentanos mas.

VenEZ

Mira, yo nunca he sido de creer en estas cosas, pero a mí ya se me han roto los esquemas varias veces estos últimos años y desde que tuve una experiencia con mi novia en un hostal llega un momento en que uno no sabe qué pensar, así que recomendaría que quien quiera hacer cosas de estas vaya con mínimamente respeto. No he hecho la ouija pero lo dejo por aquí por si a alguno le interesa.

spoiler
1 respuesta
xoxoa

Yo en mi gimnasio veo muchos fantasmas. Debe estar encantado.

3
D

Pero si la Ouija es un jodido juguete, no entiendo como ha llegado a tanto la tonteria.

DaRkViRuZ

#36 en boludez dejé de leer

1 respuesta
Eyvindur

#52 Mucho has durado.

2
B

Permítanme que les cuente algo que me ocurrió cuando rondaba yo los veinte años. Es una historia extraña, que todavía no llego a comprender. No obstante, teniendo en cuenta las fechas en las que estamos (sea Halloween, sea la Noche de Difuntos), parece apropiado recordarla.

Ocurrió a mediados de noviembre. Lo recuerdo porque se acercaba mi cumpleaños, y cumplir veinte me parecía todo un hito en mi vida. Como si me resistiera a dejar atrás las costumbres de una adolescente, invité a unas amigas a cenar y a ver una peli con palomitas. Eran dos hermanas, amigas del instituto con las que me llevaba muy bien, a pesar de que nuestros gustos eran distintos. Por ejemplo, tuvimos problemas para elegir la película de esa noche, yo quería algo de miedo, y ellas no. Al final, como también vino el novio de una de ellas, nos quedamos en tablas, y elegimos una película de fantasmas muy suave. Para todos los públicos diría yo.

Cuando la película acabó, una de ellas, Ana, se giró hacia mí y me preguntó, no sin cierto retintín: “¿Cómo puede ser que te gusten estas cosas de miedo, si tú dices que no crees en nada?”. La pregunta no me extrañó. Yo soy, era y siempre he sido muy escéptica respecto a todo lo sobrenatural.

De hecho, unas semanas antes, habíamos tenido una discusión sobre los viajes astrales. Ellas afirmaban que hacían viajes astrales de noche. Yo, con una ceja enarcada hasta casi el nacimiento del pelo, las miraba entrecerrando los ojos y con el ceño fruncido. Intenté argumentar (repitiendo como un loro, eso sí, lo que había oído en casa) que todos esos fenómenos son percepciones subjetivas que tenemos durante las diferentes fases de sueño. Bueno, es posible que lo dijera de forma menos rebuscada, pero dije algo parecido.

La otra hermana, Marta, me respondió desafiante: “Bueno, Julia, pues si no crees en estas cosas… ¿por qué no jugamos a la ouija y nos demuestras que nada de eso existe?”. Yo me reí. “Como queráis —le respondí—, pero ¿no os parece que somos demasiado mayores para perder así el tiempo”. Ana recogió inmediatamente el testigo de su hermana y siguió insistiéndome para que demostrara que mi actitud descreída no era pura fachada; me giré hacia el novio de esta, y vi que me miraba expectante y con una media sonrisa. Me di cuenta de que estaba acorralada. Tocaba jugar a la ouija.

Preparé un tablero improvisado sobre una hoja de papel. “Buf, no hacía esto desde los 14 años”, les dije en un último y vano intento de que se dieran cuenta de la tontería que estaban forzando.

Continué dibujando las letras, los números, el “Sí” y el “No”; el “Hola” y el “Adiós”. Cogimos un vaso de chupito. Para darle mayor dramatismo apagué todas las luces de la casa menos una. Y encendí unas velas. ¿Querían miedo? No sabían con quién se habían metido.

La gata dormía tranquila en el sofá. Y nos ignoraba completamente. Nos sentamos en torno a la mesita baja del salón de mis padres y les dije que pusieran todos un dedo sobre el vaso de chupito que había improvisado como medio para conectar con los espíritus. Me parecía apropiado utilizar el mismo receptáculo para el orujo y para conectar con los muertos.

Procuré adoptar un gesto serio y les dije: “¿Quién quiere empezar?”. Me pareció notar algo de nerviosismo en sus caras. Como nadie hablaba, empecé yo, y en un tono que intentaba ser solemne, pero acabó sonando burlón dije: “¿Hay alguien aquí que quiera ponerse en contacto con nosotros?”. Como suponía, el vaso no se movió.

Esperamos. Y repetí: “¿Hay algún espíritu aquí que quiera ponerse en contacto con nosotros?”. El vasito se movió ligeramente, ante lo que las chicas dieron un respingo. Yo las miré con cierta exasperación. Era evidente que el más mínimo temblor podía mover así el vaso. Con el dedo todavía sobre él, les dije que si querían dejarlo, pero respondieron negando .con la cabeza. “Está bien, pregunto una tercera vez y dejamos la ton…”

Y, entonces, algo cambió. No sé explicar muy bien qué fue. Instintivamente miré hacia atrás, me parecía que alguien había entrado en casa, y lo primero que se me ocurrió era que mis padres habían vuelto antes. Me fijé en que la gata también se había despertado. Cuando volví a mirar al vaso, este empezó a moverse hacia el “Hola”.

“Julia, ¿lo estás moviendo para asustarnos? Porque no tiene gracia”, me dijo Marta. Arrugué la nariz y le respondí que no, en absoluto. En ese momento me preocupaba más la sensación de que había entrado alguien en casa. No quería que mis padres nos vieran haciendo ouija. Me importaba mucho más eso que el hecho de que hubiéramos arrastrado el vaso hacia donde yo misma había escrito “Hola”. Sacudí ligeramente la cabeza y volví al juego. No iba a permitir que me la jugaran, y me estuvieran hablando de viajes astrales durante semanas. Así que decidí seguir el rollo.

“¿Quién eres?”, pregunté. El vaso, poco a poco, marcó: “N-I-Ñ-O”. “Vaya, qué original. El fantasma de un niño”, dije en voz más alta, sin saber muy bien por qué.

La casa estaba en silencio. Mis amigos contenían la respiración. Parecían absorbidos por el movimiento del vasito. “¿Eres el fantasma de un niño?”, volví a preguntar. “Sí”, marcó el vaso. “¿Y moriste aquí?”, se atrevió a decir Ana, ante mi cara de asombro. ¡Cómo iba a haber muerto un niño en mi casa sin que yo lo supiera! El vaso pareció darme la razón porque se movió hasta el “No”.

“¿Qué quieres?”, continué.

“J-U-G-A-R”.

Marta quitó de golpe el dedo del vaso. Y con mirada de enfado me dijo: “Vale, Julia, ya has conseguido asustarnos. Yo lo dejo”. Entonces el vasito pareció resbalarse de debajo de nuestros dedos y se cayó al suelo, rompiéndose. Ana y su novio se levantaron de golpe. Empecé a contagiarme de su nerviosismo, y me molestaba que me culparan de algo que no había iniciado yo.

“A mí no me vengas con cuentos –respondí enfadada-. Estabais moviendo el vaso. O lo moveríamos sin darnos cuenta. Yo qué sé”. “Sí, y también hemos tirado el vaso, ¿no?”.

“Vosotros…”

No acabé la frase porque la luz se fue. Ana y Marta gritaron. Yo hacía lo posible por mantener la cabeza fría y repetirme que aquello era pura sugestión, pero la presión de la situación empezaba a hacer mella en mí. En un esfuerzo de racionalización dije: “Serán los plomos, voy a ver”. Ellos no se movieron. Cogí un mechero, y caminé por el pasillo, hacia donde estaban los plomos. Me paré a mitad y ahogué un grito, al que respondieron con más gritos desde el salón.

“No pasa nada —dije para calmar a mis amigos—, es la gata, que ha pasado rozándome”.

La respuesta de mis amigos me dejó helada.

“Julia, la gata sigue en el sofá”.

En ese momento, ya estaba muy nerviosa. La situación se nos había ido de las manos. Estaba segura de que algo había pasado rozándome. Igual que había tenido la impresión antes de que alguien había entrado en mi casa. Seguí andando hacia los fusibles. Pero por suerte no tuve que llegar. La luz volvió de golpe, igual que se había ido. Se me escapó un suspiro de alivio. Sentía frío. Me había destemplado por completo. Tenía escalofríos.

Volví al salón, donde me encontré a mis amigos a punto de quemar el papel donde había dibujado la ouija. “¿Estáis locos? ¿Queréis quemarme la casa”, les solté. “Julia, es lo que hay que hacer. Hay que quemarlo para que no se quede ningún espíritu”. La tensión me sobrepasaba, y ya no aguantaba más tonterías. Les dije que se fueran, que no me encontraba bien y que se fueran.

Habían conseguido sacarme de quicio. Recogí. Me puse el pijama y me metí en la cama. Mis padres aún tardarían en volver. Oí a mi gata ronronear a los pies de mi cama. Todo estaba en calma. Empezaba a olvidarme, a dormirme… Apenas conseguía mantener los ojos abiertos, cuando, de repente, oí tres golpes en la puerta de la casa.

Me senté en la cama y miré hacia el recibidor. “¿Mamá? ¿Papá? ¿Sois vosotros?”. Silencio. Me quedé allí sentada unos diez minutos, que parecieron una eternidad. La gata había dejado de ronronear. Tenía todo el cuerpo en tensión. “Maldita sea, tengo que calmarme”, murmuré para mis adentros. Reparé en que la gata estaba ahora en la mesa de mi cuarto, en un extremo. Mirando al recibidor, con las orejas levantadas, y los pelos del lomo algo erizados. “Margot, gatita, ven aquí”. La gata me ignoró y noté que el sueño volvía a vencerme.

Cuando empezaba a pensar que los ruidos anteriores habían sido producto de mi imaginación, volvieron a llamar a la puerta tres veces. Eran tres golpes certeros. Con intención. Ya estaba harta. Corrí hacia la puerta sin pensarlo dos veces, y la abrí. Pensaba que tal vez mis amigos me estaban gastando una broma. Pero allí no había nadie. La casa parecía sumida en un silencio sepulcral. Era mi casa, pero no lo parecía.

Llamé a mis amigos y les conté con la voz entrecortada lo que había pasado. Ya estaban en casa. Me escucharon en silencio hasta que acabé de contar la historia como pude. Marta solo me dijo: “Julia, quema el papel. Ya. Mañana podrás seguir siendo todo lo escéptica que seas, pero quema el papel. Y si sabes rezar un padrenuestro, hazlo”. Me colgó.

No sé por qué en ese momento tuve la impresión de que no tenía más opción. Cogí el papel que estaba en el suelo del salón. Me di cuenta de que se había caído, porque yo lo había dejado encima de la mesa. No quise pensar más. Cogí un plato, y prendí fuego al papel. Mientras se consumía, oí otro golpe en la puerta. Aunque aquello iba en contra de todas mis creencias, sentí ganas de llorar como una niña pequeña. Pero no solté el papel, y le prendí fuego por otra esquina.

La gata estaba ahora en el recibidor, con el cuerpo aplastado contra el suelo, las orejas hacia atrás, como si intentara huir, pero no supiera de dónde venía la amenaza. Yo seguí con la mirada clavada en el papel encendido. Conforme se iba reduciendo a cenizas, noté que me relajaba. No oí más golpes. Sé que no fueron una imaginación. Y sé que cesaron cuando quemé el papel. Aún hoy sigo sin encontrar explicación. De una cosa estoy segura, por mucho que me insistan, no volveré a jugar con cosas que no conozco.

5 2 respuestas
B

#1 Yo la he hecho varias veces y ambas han sido fracasos xD. La primera fué en una casa abandonada donde había ocurrido un asesinato, tabla de madera con el alfabeto, un sol una luna, numeros, hola, adios, etc. La cosa es que en lugar de un vaso compramos una ensalada de estas
y utilizamos el bote, pero no ocurrió nada en absoluto. De hecho fue un descojone porque cuando todos teniamos los dedos sobre la base notabas como algunos estaban empujando xD

La segunda fue con un trozo de carton y fue una puta mierda

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hjesush

#55 Yo soy el fantasma y no me presento ante cutres semejantes. Seguro que el tarro aún olía avinagrao, un poquito de por favor.

8 1 respuesta
danyes2000

#54 Por lo menos pon la fuente http://www.thecult.es/magia-y-misterio/ouija-una-historia-real.html

1 respuesta
B

#57 pero qué dices? Si eso me pasó a mí. No mames

4
B

#56 La verdad es que yo tampoco hubiera aparecido, fuimos unos miserables

2
S

#54 A mi me has convencido. Con esas pruebas no se quien podría dudar.

http://www.thecult.es/magia-y-misterio/ouija-una-historia-real.html

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